Una actividad diaria de la que todas las mujeres de mediana edad deberían cuidarse

Por Fluouride Action Network, Dr. Mercola, febrero de 2014

Se ha establecido que el fluoruro tiene la capacidad de alterar la función endocrina, sin embargo este hecho ha sido ignorado por las agencias y asociaciones que continúan promoviendo la práctica de la fluoración del agua.

De acuerdo con un informe realizado en el 2006 por el National Research Council of the National Academies,1 el fluoruro es “un disruptor endocrino en el sentido de que altera la función endocrina.”

Esta alteración en la función puede involucrar a su tiroides, paratiroides, glándulas pineales, así como a sus glándulas suprarrenales, páncreas y pituitaria.

Su glándula tiroidea y sus hormonas relacionadas son responsables del control de la tasa metabólica de su cuerpo y de la regulación normal del crecimiento y desarrollo. Como todas las células metabólicamente activas necesitan de la hormona tiroidea para funcionar apropiadamente, la alteración de este sistema puede tener una amplia gama de efectos en prácticamente cada sistema de su cuerpo. La disfunción tiroidea es considerada una de las enfermedades endocrinas más frecuentes en los Estados Unidos.

Uso Histórico del Fluoruro como una Intervención Médica para el Hipertiroidismo

Hasta la década de 1970, los científicos en Europa prescribieron fluoruro para reducir la tasa del metabolismo basal en pacientes con una actividad excesiva de la glándula tiroidea. Un estudio clínico publicado durante este periodo informó que una dosis de tan sólo 2 a 3 miligramos de fluoruro- una dosis que muchos, de no ser que todos,  estadounidenses reciben actualmente de forma regular- eran suficientes para reducir la actividad tiroidea en los pacientes con hipertiroidismo.

El uso del fluoruro como tratamiento anti-tiroides fue promovido por una investigación que comenzó en la década de 1800,2 que relaciona el consumo de fluoruro con el bocio, una inflamación de la glándula tiroidea que es provocada por el hipertiroidismo.

En su informe realizado en el 2006 llamado Fluoride in Drinking Water (Fluoruro en Agua Potable): Una revisión científica de las normas de la EPA, el National Research Council (NRC) reportó que “varias líneas de información indican un efecto del fluoruro en la función tiroidea.”

En concreto, el informe indicó que la investigación demostró que:

“la exposición de fluoruro en los seres humanos está relacionada con concentraciones elevadas de TSH, aumento en la prevalencia de bocio, así como concentraciones alteradas de T4 y T3” con “efectos similares en el T4 y T3…reportado en experimentos en animales.”

Además, la investigación de la NRC relaciona al fluoruro con un impacto en la actividad paratiroidea, alteración de la tolerancia a la glucosa y posiblemente el momento de la madurez sexual.

A la luz de estos resultados, el panel de la NRC recomendó que “los efectos del fluoruro en varios aspectos de la función endocrina deberían ser examinados a detalle, particularmente con respecto a su posible papel en el desarrollo de varias enfermedades o estados mentales en los Estados Unidos”.3 A pesar de esto, los defensores del uso del fluoruro siguen ignorando la literatura científica con respecto a los efectos dañinos que tiene el fluoruro en el sistema endocrino.

Cantidades Sorprendentemente Bajas de Fluoruro Pueden Cambiar su Función Tiroidea

La alteración de la función tiroidea está relacionada con el consumo de fluoruro, en cantidades tan bajas como 0.05-0.1mg de fluoruro por kilogramo de peso corporal al día (mg/kg/día) o 0.03 mg/kg/día con la deficiencia de yodo.4

Para un adulto de 70kg (154 libras), esto significa 3.5mg de fluoruro al día (o 0.7mg de fluoruro al día con deficiencia de yodo) podría resultar en disfunción tiroidea. El análisis más reciente sobre la exposición realizado por la Agencia de Protección Ambiental5 ( EPA)de los Estados Unidos, estima que el adulto estadounidense promedio consume casi 3mg de fluoruro de forma regular y algunos ingieren rutinariamente 6mg al día o más.

Sin embargo, lo más preocupante son las dosis de fluoruro en niños.

Para un niño de 14kg (30 libras), el fluoruro que ingiere es mayor a 0.7 mg al día (o 0.14 mg al día con deficiencia de yodo) poniendo al niño en riesgo de disfunción endocrina. La EPA (2010) estima que los niños con este rango de peso (1-3 años de edad) consumen más de 1.5mg de fluoruro al día o más del doble de la cantidad necesaria para inducir una alteración en la función tiroidea, incluso con un consumo adecuado de yodo.