El Proyecto de Mil Millones de Agaves

¿Qué es el Proyecto de Mil Millones de Agaves?

El Proyecto de Mil MIllones de Agaves es una estrategia de regeneración de ecosistemas adoptada por innovadoras granjas mexicanas ubicadas en la región del alto desierto de Guanajuato.

Esta estrategia combina el crecimiento de las plantas de agave y especies forestales de compañía que fijan nitrógeno (como el mezquite), con pastoreo rotacional de ganado. El resultado es un sistema alto en biomasa, de gran producción de forraje, que funciona bien aún en tierras degradadas semi-áridas. Un manifiesto acerca del mezquite está disponible en InglésEspañol.

El sistema produce grandes cantidades de pencas y piñas de agave, hasta una tonelada de biomasa durante los 8 a 10 años de vida de la planta. Cuando es picada y fermentada en contenedores cerrados, la hoja del agave produce un excelente forraje animal y barato (dos centavos de dólar por casi medio kilo). Este sistema de agroforestería reduce la presión del sobrepastoreo en pastizales frágiles y mejora la salud del suelo y retención del agua y a la vez reduce y almacena cantidades enormes de CO2 atmosférico. 

La meta de la campaña de Mil Millones de Agaves es plantar mil millones de agaves en todo el mundo para reducir y almacenar miles de millones de toneladas de CO2 que desestabilizan el clima. La campaña será patrocinada por donaciones e inversiones públicas y privadas. 

(subtítulos en español)

¿Por qué Agave?

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Solución al Cambio Climático

Las plantas de agave y árboles fijadores de nitrógeno, alternados y plantados en grandes cantidades, tienen la capacidad de reducir y aislar grandes cantidades de CO2 atmosférico. También producen más biomasa sobre el suelo y debajo del suelo (y silaje para animales) cada año y de manera continua que cualquier otra especie desértica o semi-desértica. Los agaves por sí mismos pueden absorber y almacenar sobre el suelo el equivalente en peso seco de 30-60 toneladas de CO2 por hectárea (12-24 toneladas por acre) por año. 

Ideal para climas áridos y cálidos, los agaves y sus árboles de compañía, una vez establecidos, no requieren irrigación y básicamente son inmunes a las crecientes temperaturas globales y sequías.

Illustration of bucket filled with fermented agave next to pile of fermented agave

Fuente de alimento para el ganado

Las pencas de agave, llenas de saponinas y lectinas, son indigeribles para el ganado. Sin embargo, una vez que sus enormes pencas (altas en azúcar) son picadas finamente con una máquina y fermentadas en contenedores cerrados por 30 días, el producto final provee con un forraje o pienso animal nutritivo y de muy bajo costo. Este forraje de agave/árboles de compañía, combinado con la restauración de las tierras de pastoreo restauradas, pueden hacer la diferencia entre supervivencia y pobreza absoluta para millones de los pequeños agricultores y pastores del mundo.

Agave with raindrop with slash drawn through it

Resistente a la sequía

Los agaves requieren de poca o nada de irrigación. Prosperan incluso en las tierras secas degradadas no aptas para producción de cultivos debido a su modo fotosintético Metabolismo ácido de las crasuláceas (CAM).

El modo CAM permite a las plantas de agave absorber humedad del aire y almacenarla en sus gruesas pencas en la noche. Durante las horas del día, la apertura en sus pencas (los estomatos) se cierran, reduciendo drásticamente su evaporación.

Un Nuevo Modelo de Agroforestería

Un innovador grupo de agricultores mexicanos está transformando su paisaje y su medio de vida. ¿Cómo? Plantando entre 1600 y 2500 agaves por hectárea. Estos agaves, de crecimiento rápido y de alto contenido de biomasa y por tanto fuente de nutritivo alimento, se plantan entre especies de árboles preexistentes -500 por hectárea- de raíces profundas y que fijan el nitrógeno -como el mezquite-, o entre plántulas de árboles.

Cuando los agaves tienen 3 años, y durante los siguientes 5 a 7 años, los agricultores pueden podar las hojas o pencas, picarlas finamente con una máquina y después fermentar el agave en contenedores cerrados por 30 días, idealmente combinando las hojas del agave con un 20% de vainas y ramas de leguminosas por volumen para darles un nivel proteico más alto. En Guanajuato, los árboles de mezquite comienzan a producir vainas que pueden ser cosechadas en 5 años. Para el séptimo año, los mezquites y agaves forman un bosque bastante denso. Del año 8 al 10, la piña (que pesa entre 45-91 kilos) del agave está lista para cosecharse produciendo un licor destilado llamado mezcal. Mientras tanto, los hijuelos de las plantas de agave madres son trasplantados de manera continua en el sistema de agroforestería, garantizándoles crecimiento de biomasa continuo (y almacenamiento de carbono).

En este sistema de agroforestería, los agricultores evitan el sobrepastoreo al integrar pastoreo rotacional de su ganado a través de sus tierras. Alimentan a sus animales suplementando su alimento de pasto con forraje de agave fermentado.

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