Una actividad diaria de la que todas las mujeres de mediana edad deberían cuidarse

Estas exposiciones crónicas podrían tener efectos profundos y a largo plazo en el desarrollo físico, intelectual, social y sexual de los niños.

Numerosos estudios han encontrado una relación entre los niveles relativamente bajos a moderados de exposición al fluoruro y una reducción del cociente intelectual (CI) en niños.6 Incluso los niveles de fluoruro menores a 1.0mg/L han sido relacionados con una reducción del CI y un aumento de la frecuencia de hipertiroidismo en niños que sufren deficiencia de yodo.7

Deficiencia de Yodo, Fluoruro y Enfermedad Tiroidea

El yodo es necesario para un funcionamiento adecuado de la glándula tiroidea. Ya que su cuerpo no puede producir su propio yodo, debe obtenerse de la alimentación. El yodo es absorbido por su glándula tiroidea, en donde es incorporado en las hormonas tiroideas llamadas tiroxina (T4) y triyodotironina (T3). En las personas sanas estas hormonas son precisamente reguladas por la hormona estimulante de la tiroides (TSH) y son necesarias para todas las células metabólicamente activas en su cuerpo.

La deficiencia de yodo es conocida por ser la responsable de una variedad de trastornos- incluyendo el hipotiroidismo, bocio y trastornos de desarrollo tanto físicos como mentales. De acuerdo con una reciente investigación, el consumo alimenticio “normal” de yodo es de 100-150 mcg al día, sin embargo en el caso de mujeres embarazadas y en lactancia se recomienda consumir una mayor cantidad de yodo, ya que los estudios han demostrado que los efectos dañinos de la deficiencia de yodo se presentan durante el crecimiento fetal y neonatal.

Las fuentes principales de yodo son los peces de agua salada, las algas y algunos granos que brindan cantidades moderadas. Un estimado de 2.2 billones de personas alrededor del mundo tienen riesgo de deficiencia de yodo.8 Muchos países han introducido suplementos de yodo en su suministro alimenticio para combatir las deficiencias, un ejemplo es lo que se ha hecho con la sal de mesa en los Estados Unidos, en donde la deficiencia de yodo ya no es considera un problema.

Sin embargo, la información sugiere que el consumo de yodo ha disminuido en las últimas décadas.9 Aunque esta reducción podría haberse establecido en los últimos años,10 más del 11 por ciento de los estadounidenses- y más del 15 por ciento de las mujeres estadounidenses de edad fértil- presentan niveles de yodo en la orina menores  a 50mcg/L,11 lo que indica una deficiencia de moderada a severa. Un 36 por ciento adicional de las mujeres en edad reproductiva en los Estados Unidos es considerada como medianamente deficiente de yodo (<100mcg/L de yodo en la orina).

Considerando la importancia de yodo para un funcionamiento adecuado de la glándula tiroidea y la importancia de su glándula tiroidea en el funcionamiento adecuado de todo el cuerpo, así como las alteraciones al delicado equilibrio, es algo que debe ser considerado seriamente. Su glándula tiroidea podría ser de los tejidos más sensibles del cuerpo para el fluoruro,12 es decir, en su tiroides se acumula más fluoruro que en cualquier otro tejido suave.13

El fluoruro podría interferir directa o indirectamente con el funcionamiento adecuado a su glándula tiroidea, con acciones potenciales que incluyen la capacidad del  fluoruro para:

  • Imitar a la hormona estimulante de la tiroides (THS)
  • Alterar la sensibilidad de las proteínas-G, que sirven como bloques de construcción de las hormonas receptoras de su cuerpo
  • Dañar las células de su glándula tiroidea
  • Dañar su ADN14
  • Alterar la conversión de la forma inactiva de la hormona tiroidea (T4) a la forma activa (T3)

Una mala alimentación- incluyendo deficiencia de yodo, calcio y proteína-puede desempeñar un papel clave en la disfunción tiroidea inducida por el fluoruro. Para las personas con una alimentación deficiente y/o una glándula tiroidea comprometida, cualquiera de los efectos dañinos de la exposición al fluoruro en el sistema tiroidea y por lo tanto en todo el cuerpo, probablemente se verá agravado. De hecho, en un estudio realizado en 2005, Gas´kov et al.15 se determinó que incluso un aumento en el consumo no sería suficiente para contrarrestar los efectos adversos de la exposición excesiva de la glándula tiroidea al fluoruro en niños.

Cuando la función de su glándula tiroidea es suprimida, su cuerpo no puede producir o mantener niveles adecuados de T3 o T4, dando como resultado una enfermedad conocida como hipotiroidismo.