Puerto Rico: El Papel de la Prensa, Transgénicos

En cuanto a la evidencia de daños a la salud podríamos dedicar monografías enteras y hasta libros, pero ya investigadores como Jeffrey Smith, Brian Tokar, Vandana Shiva y Carmelo Ruiz Marrero han hecho precisamente eso. Por ser breves, sólo presentaremos tres casos:

1- En los años 90 un equipo dirigido por el distinguido científico Arpad Pusztai, del Instituto Rowett de Escocia, probó una papa transgénica experimental con ratas de laboratorio, las cuales sufrieron daños al sistema inmunológico y reducción de peso en varios órganos, incluyendo cerebro, hígado y el sistema reproductivo. Tras Pusztai comunicar estos resultados a la prensa, se le negó acceso a su laboratorio y documentos y se le impuso una orden de mordaza, lo cual le impidió defenderse de una campaña de difamación y descrédito desatada en su contra.

Tras una larga lucha con el apoyo de colegas solidarios, Pusztai fue eventualmente vindicado y es hoy una autoridad internacionalmente reconocida en torno a los productos transgénicos (1).

2- En mayo de 2009 la American Academy of Environmental Medicine (AAEM) declaró que “los alimentos transgénicos presentan un serio riesgo a la salud” y pidió una moratoria a estos alimentos. Citando los resultados de varios estudios hechos con animales de laboratorio, la AAEM concluye que “hay una asociación más que casual entre los alimentos transgénicos y efectos adversos a la salud” y que “los alimentos transgénicos presentan serio riesgo a la salud en las áreas de toxicología, alergia, función inmunológica, salud reproductiva, y salud metabólica, fisiológica y genética.” (2)

3- En noviembre de 2005 salió a luz que un guisante transgénico experimental desarrollado en Australia por la Commonwealth Scientific and Industrial Research Organization provocó una fuerte reacción inmunológica en ratas de laboratorio. A este guisante se le había insertado un gen tomado de la habichuela rosada, el cual codifica un rasgo que ayuda a combatir plagas. Un cruce genético de habichuela rosada al guisante no es tan drástico como introducirle genes de organismos más distantes como virus y bacterias, por lo que los científicos no esperaban sorpresas.

Científicos de la escuela de investigación médica John Curtin en la ciudad de Canberra sometieron el guisante transgénico a una batería de pruebas de las que normalmente se hacen a medicamentos, no a alimentos. Estas pruebas incluyeron secuenciamiento detallado de la proteína transgénica y de su gen correspondiente antes y después de la transferencia genética al guisante, además de la prueba espectográfica MALDI-TOF, que puede detectar cambios sutiles en la estructura de proteínas.

Las ratas que ingirieron el producto mostraron cambios significativos en sus sistemas inmunológicos y nódulos linfáticos. También reaccionaron de manera parecida al ser expuestas a albúmina y otras dos sustancias, lo que demuestra que este guisante podría hacer al sujeto alérgico no solo al guisante sino a otros alimentos.

Hay que enfatizar que las pruebas que hicieron los australianos no son requeridas por ley para alimentos transgénicos en Estados Unidos. Este producto hubiera entrado al mercado estadounidense si hubiera pasado por el sistema regulatorio de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y el Ministerio de Agricultura (USDA). Por lo tanto, no nos debe sorprender que productos transgénicos igual o más nocivos que el guisante en cuestión pueden estar en el mercado ahora mismo.

Igual o más interesante que los resultados del experimento es el hecho de que los mismos científicos que desarrollaron el guisante y realizaron el experimento no entendían la importancia de lo que habían hecho. Ellos realmente estaban convencidos de que pruebas como las que habían realizado eran la norma en el resto del mundo, cuando ellos en realidad fueron los primeros en realizarlas.

II. En el recuadro “Semillas que incitan debate”, la redactora dice que a pesar de las advertencias de los detractores, las cuales ella nunca desglosa o especifica, el área sembrada de transgénicos y el número de agricultores que los siembran sigue en continuo aumento. Citamos:

“Cada año aumenta su uso para producir alimentos, para humanos y los animales criados para carne y productos como la leche y el huevo. Según un informe del Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones de Biotecnología Agrícola (ISAAA), en 2008 más de 13.3 millones de agricultores en 25 países sembraron plantas transgénicas en más de 318 millones de cuerdas, reflejando un alza de 9.4% en el uso de estas plantas, comparado con el 2007. Pese a críticas sobre los posibles peligros, desde 1996 los agricultores -tanto en países desarrollados como en desarrollo- están sembrando cada vez más plantas genéticamente modificadas por los beneficios económicos que devengan.”