5 cosas que siempre nos dijeron que no consumiéramos

Esta escuela también sugiere que el colesterol en los alimentos tiene un efecto mucho menor en los niveles sanguíneos del colesterol total y ‘malo’ que la mezcla de grasas en la dieta.

Cuando los huevos son digeridos producen proteínas que imitan la acción de drogas poderosas que bajan la presión sanguínea, conocidas como inhibidores As.

Un estudio reciente de la Universidad de Surrey descubrió que comer uno o dos huevos en el desayuno puede ayudar a la pérdida de peso, debido a que su alto contenido proteínico nos hace sentir llenos durante más tiempo.

Muchos grupos también se han manifestado contra los huevos por las alergias, especialmente para los niños. Sin embargo, la Pediatra Fátima Aras, dice que un porcentaje alto de niños pueden eliminar las alergias al incrementar su exposición al alérgeno, especialmente con los huevos. “Bajo la supervisión apropiada, casi un 70 por ciento de las alergias al huevo pueden ser reversibles en menores de 8 años, al incrementar la exposición de su sistema inmune, para gradualmente domar el mecanismo de defensa y no reaccionar ante los antígenos violentamente,” aseguró.

La única forma de asegurarte si estás comprando un huevo sano es visitando la granja donde fue producido. Asegúrate de que la granja esté libre de químicos sintéticos de cualquier tipo, libres de organismos genéticamente modificados en su alimento y que estén produciendo suelos con actividad biológica mejorada. No confíes en la etiqueta de USDA cuando señala orgánico, ya que si la granja no tiene interés en la ganadería orgánica, en la mejora del suelo, o en la calidad de la producción, contamina el medioambiente.

  1. 4.      Sal

El complejo farmacéutico industrial ha influenciado a los estudios científicos, la literatura médica y a los doctores, para promover la idea de que la sal es mala. Contrariamente a la percepción pública, el mandato de “come menos sal” ha sido defendido tan fuertemente en décadas pasadas por al riesgo asociado a enfermedades cardiovasculares, lo que incrementó las ganancias de las farmacéuticas.

Un reporte reciente del Centro de Control de Enfermedades (CDC), aseguró que la sal ya no es considerada un peligro sustancial para la salud. Lo que el estudio de la CDC reportó es que no existe beneficio, y hasta podría ser un peligro, la reducción del consumo de sal por debajo de una cucharada al día.

Otro estudio de la Universidad de Glasgow reveló que los niveles bajos de cloruro en la sangre son indicadores del riesgo de mortalidad en gente con hipertensión.

La clave es conocer la diferencia entre una sal buena y una mala. La sal de mesa es recristalizada a través de una solución de salmuera que es tratada con químicos para precipitar el magnesio y los minerales. Durante el proceso de secado, un compuesto anti-aglomerante es añadido a la salmuera utilizando sodio ferrocianuro, fosfato tricálcico, carbonatos de calcio o magnesio, sales de ácidos grasos (sales ácidas), óxido de magnesio, dióxido de silicón, silicato de calcio, sodio aluminosilicato y calcio aluminosilicato. Los compuestos de ferrocianuro y aluminosilicato deben ser fuente de preocupación. Y la ionización de la sal, especialmente cuando es usada en alimentos procesados, representa problemas reales para las personas sensibles al yodo.

El problema no es la sal, sino el tipo de sal que usamos. Luego de una comida alta en sal de mesa, se necesita tan sólo media hora para que las arterias dejen significativamente de bombear la sangre por el cuerpo. El flujo sanguíneo se restringe temporalmente entre 30 minutos y una hora después de que el alimento ha sido consumido.

Muchos expertos discuten que la sal buena puede ser justo lo que necesitamos para curarnos, para la salud y la longevidad. “Estas sales minerales son idénticas a los elementos con los cuales nuestros cuerpos han sido construidos y fueron descubiertas originalmente en el océano primitivo donde la vida se originó,” sugiere la Dra. Barbara Hendel, investigadora y coautora de Agua & Sal, La Esencia de la Vida. “Tenemos lágrimas saladas y sudoración salada. La composición química y mineral en nuestra sangre y fluidos corporales son similares al agua marina. Desde el comienzo de la vida, como los bebés no natos, estamos contenidos en un saco de fluido salado.”

Las sales minerales, dice la Dra. Hendel, son sanas porque le dan a tu cuerpo la variedad de iones minerales que necesitas para balancear sus funciones, permanecer sanos y curarse. Estas propiedades curativas han sido reconocidas en Europa central. En Wieliczka,  Polonia, un hospital ha sido tallado en una montaña de sal. Los asmáticos y pacientes con cáncer pulmonar y alergias descubren que al respirar aire en las cámaras subterráneas salinas mejoran los síntomas en un 90 por ciento de los casos.