Fortalecen los hongos el sistema inmunológico y estabilizan el VIH

Por Emir Olivares Alonso, La Jornada, 3 de septiembre de 2013

Existen más de 300 especies y 27 se usan en la medicina tradicional mexicana

Sus propiedades activas contrarrestan fiebres, alivian la piel de heridas, quemaduras e intoxicaciones, y reducen los cólicos menstruales, señalan colaboradores del Jardín Botánico de la UNAM El uso y consumo habitual de hongos ayuda a prevenir diversas enfermedades del aparato digestivo, de los sistemas nervioso, respiratorio y músculo-esquelético, y de los órganos de los sentidos (ojos, nariz, oído, piel y boca). El propio fray Benardino de Sahagún, en el Códice Florentino –realizado en 1577–, destaca la importancia para la salud y la religión que las culturas precolombinas daban a las variedades de estos productos orgánicos.

Amaranta Ramírez y Joshua Bautista, colaboradores en el Jardín Botánico de la Universidad Nacional Autónoma de México, sostienen que las propiedades activas de los hongos también ayudan a fortalecer el sistema inmunológico, por lo que incluso se ha comprobado que estabilizan el VIH. Además, pueden contrarrestar fiebres, aliviar la piel de heridas, quemaduras e intoxicaciones y, en el caso de las mujeres, reducir los cólicos menstruales.

En México existen poco más de 300 especies de hongos medicinales, y de éstos 217 se usan en la medicina tradicional mexicana. La mayoría deben ser preparados en platillos típicos de gastronomía prehispánica o convertidos en ungüentos, con ello se ayuda y contribuye a la salud de las personas.

De acuerdo con los especialistas, se calcula que en todo el mundo existen cerca de 17 mil especies de hongos, aunque aún no se conoce una cifra exacta. Los hay macroscópicos y microscópicos. Lo mismo crecen en selvas y bosques que en zonas desérticas, y su relevancia en la vida silvestre es fundamental.

Son los principales recicladores de materia orgánica en el planeta; sin ellos estaríamos llenos de basura orgánica. Forman simbiosis con algunos organismos, principalmente con las plantas, lo que genera que los ecosistemas crezcan sanos, ya que gracias a ellos las raíces pueden absorber los nutrientes disponibles en el suelo, apunta Amaranta Ramírez.