No Se Pique la Nariz: Olvídelo, los Mocos Podrían Ser Buenos para Usted

Si está buscando más evidencia del hecho de que comerse los mocos no es tan malo después de todo, considere que es el estado del sistema inmunológico el que determina si usted se enferma o no al momento de exponerse a un germen.

En un estudio, cuando 17 personas fueron infectadas con el virus de la gripe, tan sólo la mitad se enfermó.5

Los investigadores encontraron que los cambios en la sangre tuvieron lugar 36 horas antes de que aparecieran los síntomas de la gripe y todos tuvieron una respuesta inmune, independientemente de si se sintieron enfermos o no. Pero las respuestas inmunes fueron bastante diferentes…

En los participantes sintomáticos, las respuestas inmunes incluyeron respuestas antivirales y antinflamatorias que podrían estar relacionadas con el estrés oxidativo inducido por el virus.

Pero en los participantes asintomáticos, estas respuestas estuvieron estrictamente reguladas. El grupo asintomático también tuvo una expresión de genes elevada que funciona en las respuestas antioxidantes y las respuestas mediadas por las células. Los investigadores señalaron:

La exposición al virus de la influenza es necesaria, pero no suficiente, para que los huéspedes humanos sanos desarrollen una enfermedad sintomática. La respuesta del huésped [énfasis añadido] es un determinante importante de la progresión de la enfermedad.”

¿La conclusión? Si la exposición a las bacterias en sus mocos puede ayudarlo a fortalecer su sistema inmunológico, entonces podría tener lógica comérselos (o al menos, no regañar a su pequeño o pequeña si lo descubre picándose la nariz).

Por supuesto que también puede exponerse a los gérmenes de forma saludable de otras formas…

Cómo Evitar Ser Demasiado Limpio

Si la hipótesis de la higiene es verdadera y hay cada vez más evidencia de que lo es, tratar de mantener su entorno excesivamente estéril podría ser contraproducente y aumentar su riesgo de enfermedades agudas y crónicas.

Puede evitar ser “demasiado limpio” y  a su vez ayudar a reforzar la respuesta inmunológica natural del cuerpo, a través de:

  • Dejando que su hijo se ensucie. Permítale a sus hijos jugar afuera y que se ensucien (y si sus hijos se comen los mocos, no es el fin del mundo).
  • No utilizando jabones antibacterianos y otros productos antibacterianos para el hogar, que arrasarán con los microorganismos a los que su cuerpo necesita estar expuesto para desarrollar y mantener una buena función inmunológica. Jabón regular y agua son todo lo que necesita para lavarse las manos. Las sustancias químicas antibacterianas (como el triclosán) son bastante tóxicas e incluso se ha encontrado que promueven el crecimiento de bacterias resistentes.
  • Evitando antibióticos innecesarios. Recuerde que las infecciones virales son impermeables a los antibióticos, ya que los antibióticos trabajan únicamente con infecciones bacterianas.
  • Consumiendo carne orgánica o  producida localmente que no contenga antibióticos.
  • Educándose a uno mismo para reconocer la diferencia entre la inmunidad artificial y natural y de esa forma tomar decisiones informadas sobre el uso de las vacunas.

Fuentes y Referencias

Scandinavian Journal of Immunology June 19, 2006

Study reported at the IV World Congress of Pediatric Cardiology and Cardiac Surgery 2005

Archives of General Psychiatry December 2010; 67(12):1211-24

EurekAlert December 7, 2010

PLoS Genet 7(8): e1002234.