La baya del saúco puede reducir los síntomas de las enfermedades de las vías respiratorias superiores

Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 23 de junio del 2020.

HISTORIA EN BREVE

  • Los suplementos de baya del saúco reducen los síntomas que afectan el tracto respiratorio superior y los que son similares a la gripe, además podrían disminuir la capacidad de reproducción de los virus, incluso después de que una célula está infectada
  • Los productos comerciales han demostrado tener propiedades antivirales efectivas contra las cepas del coronavirus, entre otros
  • Se puede atribuir gran parte de la actividad antiviral a los compuestos de antocianidina
  • A algunas personas les preocupa que la baya del saúco aumente el riesgo de una tormenta de citoquinas, pero Chris Masterjohn, Ph.D., concluye que este no es el caso

El brote de SARS CoV-2 sorprendió al mundo. Aunque fue publicado en diciembre de 2019, para el 15 de febrero de 2020, un artículo de Nature registró más de 80 ensayos clínicos en curso para probar tratamientos. Estos incluyeron estudios que incluían cosas como la medicina tradicional china, hierbas, células madre de sangre menstrual y medicamentos contra el VIH y la malaria.

El virus puede provocar una gran cantidad de síntomas que afectan a las personas de manera diferente. El acrónimo SARS significa Síndrome Respiratorio Agudo Severo, ya que ataca las células pulmonares. Los síntomas pueden aparecer de 2 a 14 días después de la exposición y es posible que incluyan fiebre o escalofríos, tos, dificultad para respirar, fatiga y dolores musculares o corporales.

El virus que provoca el COVID-19 no es el mismo que el que causa el resfriado común o la gripe, aunque muchos de los síntomas son similares. Una infección en el tracto respiratorio superior causa irritación e hinchazón con tos y es una de las enfermedades más comunes en niños. Los síntomas incluyen dolor de cabeza, tos, congestión, fatiga, además de músculos y huesos adoloridos.

La gripe también es una infección respiratoria que cada año afecta hasta el 20 % de las personas que viven en los Estados Unidos. Los síntomas son similares a los del resfriado común, pero permanecen por más tiempo y tienden a empeorar. La gripe puede provocar neumonía, infecciones sinusales y un deterioro de otras afecciones crónicas, como el asma y la diabetes.

La baya del saúco puede incrementar la capacidad de combatir las infecciones virales

Estos padecimientos tienen en común un ataque viral al tejido pulmonar. Es evidente que cada uno de los virus usa diferentes vías y tiene diferentes grados de severidad. Por ejemplo, los CDC estiman que hasta el 50 % de las personas con COVID-19 son asintomáticos, es decir, no presentan ningún síntoma.

Las bayas de saúco se han utilizado durante muchos años para ayudar a tratar las infecciones de las vías respiratorias superiores. Son el fruto del árbol de sambucus, el más importante de ellos es el sambucus nigra. La planta también se llama saúco negro y saúco europeo y sus orígenes documentados datan desde 2000 aC en Suiza.

Hipócrates fue uno de los primeros médicos en usar las bayas del saúco. En la actualidad, la fruta está disponible en varias presentaciones como suplementos, gomitas, jarabes, tabletas y grageas.

En un estudio, los investigadores encontraron que las bayas de saúco impedían la capacidad de que los virus de la gripe ingresaran a las células y reproducirse. Los mismos resultados se han encontrado en estudios pasados, pero en este estudio los científicos examinaron el mecanismo exacto al utilizar saúco cultivado de forma comercial.

Los investigadores de la Universidad de Sydney se sorprendieron al descubrir que el jugo de la baya del saúco impedía la reproducción del virus de la gripe después de que las células estaban infectadas. Esto es significativo, ya que el bloqueo del virus en diferentes etapas aumenta el potencial para prevenir la infección.

Los compuestos de antocianidina, que son los fitonutrientes responsables del color de la fruta, fueron reconocidos con la reducción de la actividad viral. Los resultados de este estudio respaldaron investigaciones anteriores en las que los adultos que padecían síntomas similares a la gripe tomaron jarabe de la baya del saúco y experimentaron una recuperación más rápida de cuatro días.Publicidad


La baya del saúco es un poderoso antiviral

Iniciaron investigaciones sobre tratamientos para el COVID-19 que utilizan las intervenciones que se usaron antes con el SARS, MERS o influenza. En un artículo reciente, los especialistas pidieron la prueba de suplementos de baya del saúco contra el COVID-19, ya que ha sido “eficaz en el tratamiento del resfriado y la gripe mediante un estudio aleatorizado, doble ciego, controlado con placebo y metanálisis”.

Los autores de este artículo creen que el uso de productos elaborados con la fruta se deben dirigir con mucho cuidado, ya que “los suplementos de baya del saúco se pueden usar en personas con COVID-19 al principio de la enfermedad, siempre y cuando se comprenda su eficacia previa y sus posibles efectos adversos”.

En una investigación, los investigadores estudiaron a las personas que viajaban en aviones como prueba de la efectividad que las bayas del saúco pueden tener en las tasas de infección y la gravedad del resfriado común. El ensayo clínico incluyó a 312 pasajeros de clase económica en un vuelo internacional desde Australia.

Se recopilaron datos sobre episodios de resfriado, duración y síntomas. No hubo diferencias significativas en la tasa de infección entre las personas que tomaron jarabe de la baya del saúco y las que no lo hicieron. Sin embargo, las personas que no tomaron la baya del saúco duraron más días enfermos y aumentó gravedad de los síntomas.

En un estudio publicado a finales de noviembre de 2019, los investigadores demostraron que el jarabe de la baya del saúco era efectivo contra una cepa de coronavirus humano. Dijeron: “El coronavirus humano NL63 (HCoV-NL63), uno de los principales HCoV circulantes en todo el mundo, causa enfermedades del tracto respiratorio como secreción nasal, tos, bronquiolitis y neumonía”.

Aunque no es igual al COVID-19, el virus es miembro de la misma familia de coronavirus. En este estudio, los investigadores encontraron que el extracto de etanol de Sambucus Formosana Nakai tenía un gran potencial contra HCoV-NL63.

En un estudio separado que utiliza el sambucus nigra contra el virus de la bronquitis infecciosa, un patógeno de coronavirus de pollo, un equipo de investigación descubrió que en el cultivo celular y el extracto puede inhibir el virus al momento de la infección.

La Dra. Irina Todorov, de medicina integrativa, fue citada en Cleveland Clinic Health Essentials y habló sobre el jarabe de la baya del saúco. Y señaló que:

“Si tiene reflujo, beba té de manzanilla. Si tiene distensión abdominal, beba té de jengibre o de menta. Un método es utilizar productos específicos que han sido estudiados en una investigación clínica y tienen un efecto positivo.

Aunque algunos estudios indican que el extracto de la baya del saúco puede aliviar los síntomas del resfriado y la gripe, se necesita más investigación para respaldar estos hallazgos. Mientras tanto, seguiré disfrutando del té de hierbas hecho de flor y mermelada de la baya del saúco como parte de mi alimentación”.

Se realizó un metanálisis en 2018 para examinar los efectos de los suplementos de la baya del saúco en personas con síntomas respiratorios superiores; el equipo del estudio consideró el estado de la vacuna en su evaluación. Los suplementos redujeron los síntomas de las vías respiratorias superiores de los participantes, y los autores señalaron que sus hallazgos:

“… presentan una alternativa al uso indebido de antibióticos para los síntomas de las vías respiratorias superiores por infecciones virales, y una alternativa que podría ser más segura a los medicamentos recetados para casos de la gripe y el resfriado común”.

La baya del saúco ayuda a equilibrar el sistema inmunológico

Una preocupación expresada por algunos expertos es que las bayas del saúco podrían promover una tormenta de citoquinas. Las citoquinas son moléculas de proteínas producidas por el cuerpo durante una respuesta inmunológica. En algunas personas con COVID-19, esta respuesta es tan destructiva como la infección viral.

A veces se describe como una reacción descontrolada que provoca un ciclo de retroalimentación que, en última instancia, puede provocar la muerte. El bloqueo de la respuesta inmunológica hiperinflamatoria es un camino que se ha investigado para reducir el daño causado por la reacción del cuerpo al virus.

El impacto de una tormenta de citoquinas en personas que sufren de infección viral es una de las razones importantes de la muerte por COVID-19. Durante la pandemia de gripe H5N1 en 2009, se planteó por primera vez la cuestión de las tormentas de citoquinas relacionadas con nutracéuticos botánicos.

Sin embargo, es evidente que aún no se conoce por completo el comportamiento de las citoquinas. Paul Bergner, director del Instituto Norteamericano de Herboristería Médica, le comentó a un reportero de New Hope Network que:

“En la caja de Petri, se ha demostrado que tanto la equinácea como el sambucus (baya del saúco) estimulan las citoquinas inmunorreguladoras, y hacen que la respuesta inflamatoria sea más moderada, mientras que no causa ningún efecto inflamatorio”.

Chris Masterjohn, Ph.D. cree que encontró la fuente de la primera afirmación de que la baya del saúco podría aumentar el riesgo de tener una tormenta de citoquinas. Lo rastreó hasta un blog dirigido por un oficial de inteligencia retirado del Ejército de Estados Unidos, cuya publicación se distribuyó a través de Internet en Reddit.

Masterjohn escribe que, en 2009, hubo un ensayo aleatorizado y controlado con placebo en el que los investigadores probaron el concepto en humanos que tomaron 500 mg de extracto de la baya del saúco todos los días durante 12 semanas. En este estudio, los participantes no mostraron diferencias en sus marcadores inflamatorios.

Esto sugiere que las bayas de saúco no elevan los niveles de citoquinas inflamatorias ni contribuyen a una tormenta de citoquinas con gripe o COVID-19. Sin embargo, los participantes estaban sanos y sin infección, por lo que Masterjohn profundizó en otros experimentos de laboratorio y animales.

Informó que las tormentas de citoquinas también ocurren en personas que tienen un caso grave de gripe. Sin embargo, en dos ensayos de control aleatorio en personas con gripe que usaban la baya del saúco, no se produjeron tormentas de citoquinas. Después de una revisión metódica de la literatura publicada, Masterjohn concluyó:

“La baya del saúco tiene la oportunidad de proporcionar la defensa antiviral, con un caso muy débil que podría contribuir a una tormenta de citoquinas. De hecho, la evidencia sugiere que, si los estudios celulares tienen alguna relevancia, la baya del saúco tendría un efecto antiinflamatorio en los macrófagos del pulmón que tal vez podría mitigar una tormenta de citoquinas. Entonces, podríamos decir que es segura. Y es probable que sea una super sustancia que merezca más investigaciones”.

Nutrientes en las bayas del saúco

Una de las razones por las que las bayas del saúco pueden tener tantos beneficios para la salud, es que están llenas de nutrientes. Las bayas de saúco frescas tienen alrededor de 36 mg de vitamina C por cada 100 gramos de fruta. Aunque las naranjas tienen casi 15 gramos más por porción de 96 gramos, la pequeña fruta morada llena de energía tiene menos azúcar.

Las bayas del saúco también tienen un 12 % del valor diario recomendado de vitamina A y un 11 % de vitamina B6. Son una buena fuente de flavanoles, incluyendo la quercetina, que se sabe que tiene actividad de ionóforo de zinc.

Otro de los componentes biológicamente activos de las bayas de saúco es el ácido fenólico. Se sabe que tienen cualidades anticancerígenas y antimutagénicas.

Las antocianinas son antioxidantes que le dan a la fruta su característico color morado y tienen muchos efectos antiinflamatorios. Según estudios realizados en humanos y animales, los investigadores encontraron que las antocianinas provocan efectos antiinflamatorios y tienen actividad anticancerígena. Los antioxidantes, incluyendo los que se encuentran en las bayas del saúco, pueden ayudar a prevenir enfermedades crónicas.

Precauciones sobre el consumo de bayas del saúco frescas

El extracto de las bayas del saúco ha demostrado tener beneficios potenciales, sobre los que puede leer más en “Se ha confirmado que las bayas del saúco son excelentes refuerzos para la inmunidad“. Sin embargo, debe tener en cuenta que la corteza, las semillas y las bayas verdes contienen pequeñas cantidades de lectina. Como he escrito antes, las lectinas se han relacionado con reacciones autoinmunológicas e inflamación.

Además, en algunos casos, las plantas de las bayas del saúco pueden liberar cianuro. Los síntomas de comer bayas, hojas y raíces crudas son náuseas, vómitos y diarrea.

Las bayas cocidas, el jarabe de saúco comercial y los suplementos no contienen sustancias nocivas. Sin embargo, no existen suficientes datos para determinar que las mujeres embarazadas o en período de lactancia no corren ningún riesgo. Aun no se ha determinado que sean seguras para las mujeres embarazadas y madres lactantes. Es importante hablar con su médico antes de tomar cualquier medicamento durante el embarazo o la lactancia.

La cortina de humo alrededor del virus de Wuhan

Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 21 de junio del 2020.

HISTORIA EN BREVE

  • Los principales medios de comunicación continúan apoyando la narrativa de que el SARS-CoV-2 es un virus de transmisión zoonótica que fue originado en los murciélagos. Gran parte de esto proviene de Shi Zhengli, la investigadora principal de China que estudia los coronavirus de los murciélagos
  • Aunque es probable que el SARS-CoV-2 provenía de un murciélago, la evidencia sugiere que no se propagó por la evolución natural
  • Un artículo reciente de Jonathan Latham en el sitio web Independent Science News presenta varias hipótesis diferentes sobre los orígenes de laboratorio
  • Latham también expone el hecho de que el Instituto de Virología de Wuhan no logró identificar que una de sus muestras del virus es el precursor más cercano conocido al SARS-CoV-2
  • Muchos de los que defienden la historia del origen zoonótico justifican su postura al decir que no existen signos de manipulación genética, a pesar de que existen varias maneras de manipular un virus sin dejar rastro
  • Este pariente cercano ya estaba en la base de datos genéticos con el nombre BtCoV/4991. Sin embargo, cuando se volvió a secuenciar después del brote de COVID-19, solo cambiaron el nombre de ese virus, que ha estado congelado durante siete años. No está claro si el 4991 se manipuló genéticamente para crear SARS-CoV-2

Jonathan Latham, Ph. D., es un biólogo molecular y virólogo, él nos puede ayudar a comprender los orígenes del SARS-CoV-2. Latham revisa algunas pruebas durante esta entrevista. También es editor de Independent Science News.

En general, los principales medios de comunicación continúan apoyando la narrativa de que el SARS-CoV-2 es un virus de transmisión zoonótica que se originó en los murciélagos. Gran parte de la evidencia proviene de Shi Zhengli, investigadora del laboratorio de nivel 4 de bioseguridad en Wuhan, China.

Como investigador principal de China, su carrera se ha enfocado en estudiar el coronavirus del murciélago durante más de una década. En un artículo reciente, Latham y Allison Wilson, Ph. D., analizan la investigación que demuestra que esta teoría no tiene fundamentos.

“Nuestro artículo no discute que provino de un murciélago, ya que considero que la información es sólida, pero lo que sí discutimos es el mecanismo por el cual provino del murciélago”, explica Latham.

Teoría 1 sobre origen de laboratorio

El artículo de Latham presenta varias hipótesis diferentes. La más sencilla es que el SARS-CoV-2 se originó en el Instituto de Virología de Wuhan u otro laboratorio de virología BSL-2 que está aún más cerca del mercado. Uno de los investigadores se infectó y luego lo transmitió a sus compañeros de trabajo o familiares, ya sea porque no estuvieron en aislamiento o no sabían que estaban infectados.

Esta no es la teoría más probable porque pocos coronavirus de murciélago identificados de forma natural tienen la capacidad de unirse a los receptores ACE2 humanos, que es lo que les permite infectar células humanas. Para que esta teoría funcione, el virus tendría que circular entre muchas personas, al evolucionar con cada ciclo.

Teoría 2 sobre origen de laboratorio

Otra teoría es que los investigadores estaban clonando un virus de murciélago similar al SARS-CoV-2 en el laboratorio para crear un clon más infeccioso. Quizás colocaron el virus en células de mono, células de ratones o células humanas con un receptor ACE2. Un investigador podría haberse infectado por accidente.

“Se han escapado virus del laboratorio cuando las personas no logran descontaminar las muestras y se las dan a otra persona, las tiran a la basura, o cualquier otro accidente”, dice Latham.

“Entonces, el virus es idéntico al que se recolectó de la naturaleza o muy poco modificado en el laboratorio, pero después se escapa porque hay una falla en el laboratorio. Esa sería la segunda posibilidad”.

Teoría 3 sobre origen de laboratorio

Una tercera posibilidad es que estaban recolectando muestras y observando secuencias genéticas para encontrar un virus que pudieran alterar, lo que le otorga propiedades más interesantes.

Quizás encontraron algunos con la proteína espiga que tenían una mayor afinidad por el receptor ACE2. Al combinarlo con otro virus, pudieron haber creado un virus más infeccioso con la ingeniería genética.

La razón para mezclar y combinar virus en el laboratorio de esta manera es para identificar posibles patógenos pandémicos (PPP). Es decir, si dos virus salvajes entran en contacto entre sí pueden mutar en algo mortal en los humanos.

“Por ejemplo, intercambiamos las proteínas espiga para ver si los virus en los murciélagos solo necesitan desarrollar una mejor proteína espiga para convertirse en patógenos pandémicos”, explica Latham.


La ingeniería genética no deja rastros en todos los casos

Muchos de los que defienden la historia del origen zoonótico justifican su postura al decir que no existen signos de manipulación genética. Al igual que muchos otros científicos, Latham señala que hay formas de manipular un virus sin dejar rastro. Asimismo, explica los conceptos básicos del proceso de ingeniería genética:

“Lo normal es encontrar un punto de restricción en dos virus diferentes, o es posible fabricarlo. Eso te da una zona de corte en el genoma: Es decir, cortamos una parte del virus A y lo colocamos en el virus B. Por supuesto, es necesario eliminar el pedazo del virus B que ya tiene.

Entonces, solo se intercambian elementos y se usan enzimas de restricción, que son enzimas que modifican zonas específicas del ADN. Así es como se hacía antes.

Hay métodos más nuevos con PCR que son un poco más complicados. Significa que no solo se enfocan en los sitios de restricción para hacerlo. Existen métodos muy simples, pero no dejan una cicatriz o una marca. Este es el factor más importante.

También hay experimentos de cruce. Los experimentos de cruce suceden al tomar un virus que en un inicio provino de un murciélago y lo pones en células de mono o células humanas.

Lo que se observa en ese virus es que no funciona de manera adecuada en esas células porque no está adaptado a ellas. Es un virus murciélago, por lo que no funciona de manera adecuada.

Pero los virólogos han aprendido a tomar una pequeña muestra de lo que está dentro de la célula y ponerla en otra célula cuando la infección viral está fallando. Entonces, cuando esa infección se acumula toman otra muestra.

Esto se llama cruce. Permite que el virus evolucione a una forma más patógena contra las células en las que se está colocando. Entonces, siempre se coloca en la misma especie de la célula. Y también es posible hacerlo con organismos completos”.

Teoría más probable

Como señaló Latham, se desconoce cómo se ve el virus o cómo podría actuar hasta que haya sido secuenciado de manera genética. Es bastante aleatorio. Latham explica lo siguiente:

“Es posible que se haya recombinado o mutado, ya que se ha registrado un cambio genético, pero aún se desconoce hasta que se investiga, clona y crea un nuevo clon infeccioso. Entonces, existe la posibilidad de que las personas en el laboratorio no sepan que se escapó del laboratorio. En realidad, no saben qué fue lo que evolucionó.

Y, si estaban realizando ese tipo de experimentos, al colocar los virus del murciélago en células de diferentes especies, y sabemos que estaban haciendo ese tipo de experimentos, entonces también podrían desarrollar un nuevo virus.

También pueden tener una combinación de dichos experimentos. Entonces, hay investigadores que pasan moléculas recombinadas, cortaron y pegaron, y luego pusieron el virus en células nuevas como las células humanas; después lo regresan, y crean un clon infeccioso”.

De esta manera, pueden crear un virus con alta afinidad por las células humanas, aunque al principio no era infeccioso para los humanos. Una de las características importantes del SARS-CoV-2 es que su proteína espiga tiene una alta afinidad por el receptor ACE2 humano. Pero, ¿cómo surgió esta afinidad?

“Una de las respuestas es que lo transferían dentro de estas células humanas; lo cortaban y pegaban a una proteína espiga unida a estos receptores humanos que ya sabían que funcionaba bien.

Entonces, creo que cortaron y pegaron, o lo transfirieron, o hicieron una combinación de ambos, y eso hizo que una persona se infectara por algún descuido”, explica Latham.

Esto ha causado otras pandemias mundiales

El virus H1N1 que causó la pandemia de 1918 estuvo extinto durante décadas. Sin embargo, en 1977, el virus escapó durante una fuga en un laboratorio de bioseguridad en China o Rusia, lo que causó una pandemia global.

“Lo que sucedió es que el virus se extinguió y luego muto a una nueva versión del virus en 1977 en China, y era idéntica a una que había existido 20 años antes. Nadie puede explicar cómo podría haber aparecido un virus idéntico, pero permaneció oculto.

Quizás permaneció en el permafrost y desenterraron a una persona que había muerto con la gripe H1N1, pero esa fue la mejor teoría que tuvieron las personas hasta que se dieron cuenta de que quizás provenía de un laboratorio que estaba desarrollando una vacuna.”

El virus H1N1 era sensible a la temperatura, y uno de los factores que se usan al preparar una vacuna es la sensibilidad a la temperatura, como un virus deshabilitado de manera parcial.

“Todo apunta a que provino de un laboratorio y que existían laboratorios que almacenaban existencias de la misma, pero ningún laboratorio lo ha aceptado. Esto se dedujo de la secuencia de la ubicación en la que aparece, y ha sido ampliamente aceptado por los virólogos”, explica Latham.

Es incomodo pensar que esto sucedió por una fuga de un laboratorio de bioseguridad, en especial para los virólogos que realizan ese tipo de trabajo. La encefalitis equina en Venezuela también se remonta a una fuga de laboratorio. Luego encontramos la pandemia de gripe porcina H1N1 del 2009. Latham explica lo siguiente:

“Hay un artículo científico de Adrian Gibbs, que escribió con otros dos virólogos. Él considera que esto provino de una vacuna. La gripe porcina en realidad no es responsable de los virus específicos que estuvieron en los cerdos de América del Norte y Sur y Europa.

No es posible explicarlo por ese método, pero se puede explicar por la idea de que había un fabricante de fragmentos de H1N1, uno de secuencias europeas, secuencias norteamericanas, y secuencias sudamericanas, y los unió a todos para crear una vacuna universal, y de alguna manera no pudieron desactivarla.

Entonces, se la dieron a los cerdos en México y eso se convirtió en la gripe porcina, que fue la segunda pandemia de H1N1 que mató a cerca de 300 000 personas.

Tenemos toda una serie de ejemplos de virus que escapan del laboratorio, por lo que cuando las personas tratan la tesis de escape del laboratorio como algo ridículo, indignante o improbable, para mí solo demuestra su ignorancia de la historia”.

Latham también aborda las sospechas de que el VIH SIDA provenía de una vacuna contra la poliomielitis, por lo que para mayor información consulte la entrevista. Esto fue descrito en el libro The River: A Journey Back to the Source of HIV and AIDS, y revisado en un artículo del British Medical Journal que puede leer de forma gratuita.

También se sospecha que el SIV de las células de riñón de mono infectadas que se usaron para crear vacunas contra la poliomielitis y que se usaron en cientos de miles de africanos es la causa de ciertos tipos de cáncer.

Falla en la seguridad del laboratorio de Wuhan

Se han documentado muchas infracciones de seguridad en los laboratorios de bioseguridad a nivel mundial, incluyendo en el laboratorio de Wuhan. Varios se documentaron por funcionarios de la embajada de Estados Unidos que visitaron el Instituto de Virología de Wuhan en 2018.

“Creo que son puntos importantes, pero creemos que es más importante que las personas de China se pregunten sobre la seguridad biológica de este laboratorio”. En primer lugar, es muy nuevo, por lo que es una señal de alerta.

En segundo lugar, la agencia de supervisión interna de China detectó algunas violaciones del tipo que esperarían de una instalación BSL.

Han estado tratando de establecer los sistemas de certificación para sus laboratorios porque están tratando de establecer una red completa, un sistema completo de experimentos con animales y estaciones de recolección, etc., por lo que están configurando el esquema de certificación que ya han sido citados por tener violaciones.

Al final, no deberían ubicar estos laboratorios en el medio de una gran ciudad. Entonces, ya están violando lo fundamental. Deberían estar ubicados en un desierto o en la Antártida, que son áreas remotas”.

Los laboratorios de bioseguridad promueven soluciones de alta tecnología en lugar de conceptos básicos de higiene

No cabe duda de que los laboratorios de nivel 4 de bioseguridad representan una amenaza tremenda para la salud pública, ya que albergan los patógenos más peligrosos a nivel mundial y las fugas son inevitables. Pero ¿valen la pena?

Como señaló Latham, la existencia de estos laboratorios impulsa la creación de las vacunas, mientras que las estrategias de higiene, como lavarse las manos y utilizar equipo de protección, quedan en el olvido.

Los riesgos planteados por estos laboratorios también encajan en el capitalismo de la vigilancia, que ahora está recibiendo un fuerte impulso a través del despliegue de los mecanismos de seguimiento y localización de enfermedades.

“El otro día sucedió un suceso interesante. Setenta y siete ganadores del premio Nobel, la mayoría de ellos biólogos moleculares, le escribieron una carta al presidente por el recorte de las subvenciones al laboratorio de Wuhan que derivan del NIH. Richard Roberts, es quien dirige este esfuerzo ¿Cuál es su posición científica?

Está en el consejo de administración de New England Biolabs, uno de los mayores proveedores de equipos en biología molecular.

Por lo tanto, están reuniendo a todos estos ganadores del Premio Nobel para apoyar toda esta investigación de biología molecular que es muy costosa, ya que gasta cientos de millones de dólares al año, dinero que podría destinarse al PPE”.

Ese dinero también podría destinarse a estrategias más básicas como los suplementos de vitamina D para fortalecer el sistema inmunológico de la población.

La verdad tras en encubrimiento del Instituto de Virología de Wuhan

Latham y Wilson también planean escribir la verdad del Instituto de Virología de Wuhan. El ancestro más cercano del SARS-CoV-2 es una secuencia viral almacenada en el laboratorio de Wuhan. Se dice que se ha mantenido congelado durante los últimos siete años y no se ha hecho nada al respecto.

Esta secuencia provino de murciélagos que viven en una mina, y las personas que han trabajado ahí han muerto de infecciones virales. Es decir, han tenido una buena razón para examinar esa secuencia, y esa también es la más cercana al SARS-CoV-2. Shi publicó una de las primeras secuencias virales de SARS-CoV-2.

“Tres documentos explicaron que esto es ‘La secuencia del virus SARS-CoV-2′”, dice Latham. Sin embargo, “su trabajo no hace referencia a esta secuencia que habían tenido en su laboratorio. Ninguna referencia. En cambio, dicen que tomaron una muestra del congelador para secuenciarlas, y este es el pariente vivo más cercano.

Pero esto oculta el hecho de que durante siete años habían tenido otro virus, que provenía de la misma muestra. Pero al buscar en las bases de datos de ADN, este virus apareció desde diciembre.

Bueno, no necesariamente, ha estado en el laboratorio sin ser investigado. Entonces, ¿qué estuvieron haciendo durante siete años que pudo haber matado a tres mineros en 2013?”.

Es decir, es probable que el SARS-CoV-2 no sea un virus nuevo. Un ancestro cercano muy conservado ya estaba en la base de datos con el nombre BtCoV/4991, el cual ya estaba en la literatura publicada.

Sin embargo, cuando el laboratorio de Wuhan secuenció la muestra después del brote de COVID-19, solo cambiaron el nombre del antiguo virus que ha estado en hielo durante siete años.

“Darle un nuevo nombre oculta su historia. Ni siquiera reconocen que proviene de la misma muestra, que ahora se han visto obligados a reconocer que es el mismo virus. La identidad de secuencia es del 100 %.

Entonces, si hubiera un par de bases diferentes, tal vez podría hacer un argumento científico de que deberíamos darles un nombre diferente, pero no hay diferencia entre ellos. Es el mismo virus, recolectado en la mina donde murieron los mineros de una neumonía viral”.

El documento de la secuenciación genética de Shi pretende que la secuencia 4991 nunca existió. “Se han olvidado por completo de eso, esa sería la interpretación de su investigación”, dice Latham. Un segundo artículo publicado dentro de ese lapso identifica a 4991 como el pariente más cercano y afirma que proviene del Instituto de Virología de Wuhan.

El tercer trabajo de secuencia hace un análisis filogenético complicado del virus SARS-CoV-2, pero tampoco menciona que el pariente más cercano es el 4991 y que se encuentra en el laboratorio de Wuhan.

“Lo que es realmente interesante es que todos los que secuenciaron el [SARS-CoV-2], muchos laboratorios secuenciaron el virus al mismo tiempo, habrían buscado en la base de datos la información y hubieran obtenido el 4991.

Se comunican por teléfono con el Instituto de Virología de Wuhan y dicen: ‘Oh, el virus se propago en tu ciudad y ustedes son los guardianes de la secuencia viral más cercana. ¿Paso algo en el laboratorio?’. Imagínese que muchos laboratorios se preguntan: ‘¿Cómo controlar un accidente de laboratorio?’…

Lo que estoy ofreciendo es evidencia de un encubrimiento, pero no sabemos qué estaban encubriendo. Podrían haber estado ocultando algo diferente, pero lo más obvio es que están investigando un virus que se parece al SARS-CoV-2.

Solo tenemos una secuencia parcial del 4991. No tenemos el genoma completo de la muestra original. Solo proporcionaron una secuencia de 370 pares, pero es 98.7 % idéntico al SARS-CoV-2 en los nucleótidos y los 370 pares.

Esto se considera la parte más conservada del genoma, por lo que no se extrapola. Lo que es muy posible es que esa muestra provenga de algo que está mucho más cerca de cualquier cosa que haya dicho”.

Reconsiderando las medidas de salud pública

Incluso si el 4991 no coincide con el SARS-CoV-2 (que revelaría la secuencia de todo el genoma), podría estar tan cerca como para que no necesite una gran cantidad de experimentos de ganancia de función para terminar con un virus transmisible. Según Latham, “Eso es lo que pudo haber sucedido”.

La pregunta general es: ¿realmente queremos gastar el dinero de los contribuyentes en todos estos modelos de salud pública que se basan en la investigación de bioseguridad o armas biológicas?

El motivo para hacer este tipo de investigación es para prepararnos para brotes devastadores, en caso de que los virus evolucionen y muten de manera natural. Sin embargo, esa misma investigación termina siendo la fuente de los brotes más peligrosos. Como señaló Latham:

“Estas personas no han logrado predecir nada hasta ahora. Lo que han hecho es estos experimentos peligrosos y luego descubren que el próximo virus proviene de un lugar que no anticiparon, o no nos advirtieron.

Esta investigación no es realmente predictiva, pero muchos virólogos dicen que así es como predecimos la próxima pandemia, ¿qué debe hacer el gobierno? Si dictaminan que “así es como deben hacerlo”, ¿quién los va a contradecir?

Quiere mantener su empleo, entonces, ¿por qué no impulsar lo que lo mantendrá con trabajo, aunque no busquen el bien de las personas?

O ¿en qué deberíamos gastar nuestro dinero? ¿Nos enfocamos en estas enfermedades y hacemos ricos a los inversionistas de New England Biolabs y la Fundación de Gates o invertimos en algo que beneficie a la prevención y nutrición?

Además, el gran problema es: ¿por qué culpamos al comercio de vida silvestre? Esta es una pregunta importante ya que Peter Daszak, jefe de la EcoHealth Alliance, ha estado en todos los medios —como Democracy Now!, The New York Times, Scientific American, Science Magazine— y prácticamente culpa al comercio de vida silvestre, al decir que no fue una fuga de laboratorio.

Bueno, es una de las partes interesadas, ¿no es así? Su organización está financiando esta investigación. Los medios no pueden preguntarle al financiador si proviene de su laboratorio. Es ridículo. Pero eso es lo que están haciendo y lo tratan de ocultar”.

Como señala Latham, la razón por la que surgen algunos virus salvajes es porque estamos destruyendo la selva tropical y construyendo carreteras en áreas remotas. Las personas terminan contrayendo los virus porque los animales huyen de la destrucción del bosque.

Entonces, ¿por qué culpamos al comercio de vida silvestre? En todo caso, debemos abordar la destrucción de los hábitats. Sin embargo, eso sería muy malo para el negocio de Daszak porque la EcoHealth Alliance está asociada con la industria del aceite de palma.

“Encontramos que la ciencia ayuda a entender quién miente”, según Latham. “Cuando comprendemos esa parte, existe un motivo bastante fuerte para entender el análisis de lo que realmente está sucediendo.

La posibilidad de que haya escapado de un laboratorio es bastante obvia, y luego tenemos a algunas personas deambulando por los medios diciendo que ‘las fugas de laboratorio son imposibles’, por lo que sabemos que no están hablando de ciencia, más bien, están influenciados en cierta parte.

Y luego vemos a todos los demás repitiendo ese mensaje, que son las mismas personas que los apoyan y de esa manera se genera todo un caos”.

¿Existe evidencia contundente para usar tapabocas?

Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 19 de junio del 2020.

HISTORIA EN BREVE

  • Algunos grupos de salud pública explican que es importante usar tapabocas durante la pandemia de COVID-19, mientras que otros dicen que los tapabocas tienen pocos beneficios
  • Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) inicialmente no recomendaron el uso de tapabocas por temor a la escasez para el personal de atención médica
  • Algunos estudios científicos demuestran que los tapabocas no representan ningún beneficio para detener la transmisión del COVID-19
  • La experta en virus Judy Mikovits, quien apareció en el documental “Plandemic”, y otros han concluido que los tapabocas son peligrosos
  • Aquellas personas que utilizan tapabocas deben lavarse las manos de manera adecuada para estar protegidos

Durante la pandemia de COVID-19, hubo información contradictoria sobre el uso de tapabocas o mascarillas faciales, incluso dentro de las mismas agencias de salud pública.

Algunas organizaciones afirman que usar un tapabocas solo protege a las personas de las personas infectadas, y fomentan su uso en caso de estar en contacto cercano con una persona con COVID-19, lo que infiere que un tapabocas podría protegerlo de una persona infectada.

Esta información plantea varias preguntas. Muchas personas pueden portar el virus sin saberlo porque no desarrollan síntomas y no han sido analizadas. ¿Cómo podrían saber que necesitan usar un tapabocas? Si se fomenta el uso de un tapabocas al estar en contacto con una persona con COVID-19, eso indica que el tapabocas lo protege de las otras personas. Entonces, ¿cuál es la verdad?

Hay otro elemento en este conflicto. Algunos expertos médicos afirman que los tapabocas son perjudiciales para los usuarios. Ya que no lo protegen y podrían limitar la entrada de oxígeno y redirigir los patógenos dañinos a sus vías respiratorias. A medida que finaliza el distanciamiento social y las personas salen de nuevo al público, existen ciertas dudas sobre el uso de los tapabocas.

Los consejos de la OMS y los CDC sobre los tapabocas son contradictorios

La Organización Mundial de la Salud, fundada en 1948, está compuesta por más de 7000 personas de más de 150 países. Su personal incluye médicos, especialistas en salud pública, científicos, epidemiólogos y expertos en estadísticas de salud, economía y ayuda de emergencia.

Cuando se trata de tapabocas para el COVID-19, este grupo de expertos no los considera como la cura de todos los males. Estos son los lineamientos más recientes:

  • Si goza de buena salud, solo necesita usar un tapabocas en caso de estar cuidando a una persona con COVID-19.
  • Utilice un tapabocas si está tosiendo o estornudando.
  • Los tapabocas solo son efectivos cuando las personas se lavan las manos de manera adecuada con un desinfectante para manos a base de alcohol o agua con jabón.
  • Si utiliza un tapabocas, es necesario saber cómo usarlo y desecharlo de manera adecuada.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades es la principal agencia de salud de los Estados Unidos, administrada por el Departamento de Salud y Servicios Humanos. Cuando se trata del COVID-19, su consejo no es igual al de la OMS. Ya que señalan que las personas pueden portar el virus sin desarrollar síntomas o antes de que aparezcan los síntomas como la tos y los estornudos, al explicar lo siguiente:

“Esto significa que el virus puede propagarse entre las personas que interactúan muy cerca. Los CDC recomiendan usar tapabocas de tela en lugares públicos donde otras medidas de distanciamiento social son difíciles de mantener (supermercados y farmacias), es especial en lugares de transmisión significativa.

Los CDC también recomiendan el uso de tapabocas de tela para reducir la propagación del virus y a impedir la transmisión de las personas que no saben que son portadoras a otras personas”.

Muchos líderes médicos y políticos apoyan el uso de tapabocas. El Dr. Anthony Fauci, médico de alto perfil del grupo de trabajo de la Casa Blanca y director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, los ha respaldado. También lo hizo el ex director interino de los CDC, el Dr. Richard Besser.

Virginia Gov. Ralph Northam firmó una orden ejecutiva a fines de mayo de 2020 que ordenaba el uso de tapabocas en su estado y el gobernador de Ohio, Mike DeWine, dijo que usar un tapabocas es una manera de mostrar “amor a tu prójimo”.

Los países que usan tapabocas de manera habitual han reducido la transmisión del COVID-19. Eso significa que es posible que las personas que rechazan los tapabocas están aumentando el riesgo de transmisión. Quedan muchas preguntas.Publicidad


¿Qué dicen las investigaciones sobre la efectividad de los tapabocas?

El Dr. Chris Murray, director del Instituto de Medición y Evaluación de la Salud, explicó que los tapabocas ofrecen “una protección del 50 % contra la transmisión”, mientras que otras estimaciones son menos tranquilizadoras.

Un estudio sobre la capacidad de los tapabocas para detener la propagación del COVID-19, que es causado por el virus SARS-CoV-2, publicado por investigadores surcoreanos en Annals of Internal Medicine en abril de 2020, encontró lo siguiente:

“Ni los tapabocas quirúrgicos ni los de algodón filtraron el SARS-CoV-2 en pacientes infectados. La evidencia previa de que los tapabocas quirúrgicos filtraban el virus de la gripe de manera eficaz informó que las personas con COVID-19 deben usar tapabocas para evitar la transmisión.

Sin embargo, se desconoce el tamaño y las concentraciones de SARS-CoV-2 que se genera durante la tos.

Oberg y Brousseau demostraron que los tapabocas no contaban con el filtro adecuado contra la aspersión de 0.9, 2.0 y 3.1 μm de diámetro. Es poco probable que los tapabocas quirúrgicos filtren este virus de manera eficaz, si suponemos que el SARS-CoV-2 tiene un tamaño similar [al SARS-CoV].

Se encontró contaminación en el exterior de los tapabocas, explicaron los investigadores:

“Cabe destacar que encontramos una mayor contaminación en el exterior que en el interior del tapabocas. Las características aerodinámicas de los tapabocas pueden explicar este hallazgo. Una fuga de aire alrededor del borde del tapabocas podría contaminar la superficie exterior. La pequeña aspersión de SARS-CoV-2 que se genera durante la tos podría penetrar en los tapabocas.

En conclusión, tanto los tapabocas quirúrgicos como los de algodón no son eficaces para prevenir la diseminación del SARS-CoV-2 de la tos de las personas con COVID-19 al medio ambiente y a la superficie externa del tapabocas”.

Las críticas por parte de otros investigadores fueron enérgicas, desde cuestionar el manejo de los tapabocas antes del experimento, que podría haber causado la contaminación, hasta señalar que solo un pequeño número de personas estaban involucradas.

Paul W. Leu, profesor asociado de ingeniería industrial, ingeniería mecánica y ciencia en la Universidad de Pittsburgh, señaló en una carta al editor que la premisa de la investigación era incorrecta ya que los tapabocas no tienen la intención de “disminuir la trayectoria de las microgotas emitidas durante la tos”. En cambio, explicó lo siguiente:

“Las conclusiones de este estudio son erróneas y engañosas. La función del tapabocas es reducir la distancia que recorren las microgotas al respirar, hablar, cantar, estornudar o toser. Esta es la misma razón por la que las personas deben cubrirse la boca o la nariz con el antebrazo o el interior del codo al estornudar.”

Otro crítico, Ken Lim, de CyberMedia Convergence Consulting, escribió que el experimento debería haber determinado “cuántas gotas aparecieron en otra persona o superficie”, y no en los tapabocas. En junio, los autores se retractaron de este estudio.

Al reconocer que los lectores habían descubierto algunas fallas en su trabajo y que iban a corregirlo “con nuevos datos experimentales, pero los editores solicitaron su retracción”.

Preguntas adicionales sobre la efectividad de los tapabocas

La investigación que apareció en abril de 2020 en el sitio web medRxiv encontró lo siguiente:

“La evidencia no es tan sólida como para respaldar el uso general de los tapabocas como medida de protección contra el COVID-19. Sin embargo, existe suficiente evidencia para respaldar el uso de tapabocas por períodos cortos de tiempo en personas vulnerables y en situaciones de alto riesgo”.

Sin embargo, Ian Jones, profesor de virología en la Universidad de Reading, no estuvo de acuerdo con estos hallazgos, según la revista BMJ. “Si las microgotas se detienen al golpear el tejido de la tela del tapabocas en lugar del orificio, entonces quedarían atrapadas, lo que ayudaría a frenar la epidemia”, explicó, al afirmar que las máscaras no son una” cura “pero son beneficiosas para detener la propagación y aplanar la curva.

También según BMJ, Simon Clarke, profesor asociado de microbiología celular en la Universidad de Reading, vio otro problema con el uso generalizado de tapabocas. “El uso de tapabocas por parte del público quizás causaría escasez entre las personas que realmente necesitan equipo de protección, como trabajadores de atención médica en los hospitales”, explicó.

Según la Clínica Mayo, aunque los tapabocas son beneficiosos, el temor a la escasez desarrollo las recomendaciones de los CDC. La clínica escribió en su sitio web lo siguiente:

“Los CDC reconocieron esto cuando recomendaron tapabocas de tela para el público, en lugar de los tapabocas quirúrgicos y N95 que son necesarios para los proveedores de atención médica”.

Existía otra razón de la falta de opinión de los CDC cuando surgió la pandemia, escribió la Clínica Mayo.

“En ese momento, los expertos aún no sabían hasta qué punto se podía transmitir el virus antes de la aparición de los síntomas. Tampoco se sabía que algunas personas no desarrollan ningún síntoma. Ambos grupos pueden transmitir el virus a otros sin saberlo.

Estos descubrimientos provocaron que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) actualizaran sus recomendaciones. Los CDC actualizaron su guía para recomendar el uso general de tapabocas de tela para ayudar a prevenir la transmisión del virus en personas que tienen COVID-19 sin saberlo”.

Otro obstáculo para respaldar los tapabocas fue la preocupación de que pudieran proporcionar una falsa sensación de seguridad. Los expertos también temían que los tapabocas también provocaran un mayor contacto con la cara o contaminación si la persona coloca el tapabocas sobre una superficie sucia.

Cuando se trata de trabajadores de la salud, no deberían trabajar sin algún tipo de protección respiratoria, según los autores de un estudio de 2015 que actualizaron sus comentarios en abril de 2020:

“Ahora existen numerosos informes de trabajadores de salud que usan tapabocas de tela, o reutilizan sus tapabocas y respiradores desechables. Si los trabajadores de la salud eligen trabajar en estas circunstancias, es importante brindar orientación sobre el uso.

Se han realizado varios estudios de laboratorio que analizan la efectividad de los diferentes tipos de materiales de tela, capas individuales o múltiples y la importancia de los filtros.

Sin embargo, ninguno ha sido probado en un ensayo clínico para determinar su eficacia. Si los trabajadores de salud eligen trabajar con tapabocas de tela, sugerimos que tengan al menos dos y los reciclen, para que cada una pueda lavarse y secarse después del uso diario.

Es posible utilizar las cajas de desinfectante o desinfectante UV para limpiarlas durante los descansos. Estas son sugerencias pragmáticas, más que basadas en evidencia.

Para el COVID-19, los tapabocas no son suficiente para proteger a los trabajadores de salud; también es necesario usar guantes y gafas como mínimo, ya que el SARS-CoV-2 puede infectar a través de las vías respiratorias y el contacto con superficies contaminadas y autocontaminación”.

Los tapabocas pueden ser perjudiciales, según algunos expertos

La controversia de los tapabocas no solo gira en torno a su eficacia para prevenir infecciones sino también la posible escasez que podrían generar en los profesionales de la salud. Algunos expertos médicos dicen que los tapabocas pueden ser dañinos para las personas.

La experta en virus Judy Mikovits, quien apareció en documental “Plandemic”, ha sido muy abierta sobre los peligros de los tapabocas. Según el sitio web Weblyf.com, Mikovits ha publicado lo siguiente en redes sociales:

“Inhalar dióxido de carbono y restringir el flujo de oxígeno es muy malo para la salud. El cuerpo necesita grandes cantidades de oxígeno para una buena salud inmunológica. La oxigenación de las células y la sangre es ESENCIAL para que el cuerpo funcione de manera adecuada con el fin de combatir cualquier enfermedad. Los tapabocas obstaculizan el consumo de oxígeno.

No son necesarios, a menos que trabaje en un hospital. Si quiere estar sano, deje de fumar, cambie su alimentación, deje de consumir alcohol, apague el wifi y su teléfono celular, deje de inyectarse neurotoxinas, deje de consumir medicamentos tóxicos, deje de usar productos químicos, tome un poco de sol, beba mucha agua y duerma de manera adecuada”.

Mikovits no es la única que advierte sobre los peligros de los tapabocas. Según el sitio web News-Medical.Net, la Dra. Jenny Harries, subdirectora médica de Inglaterra, advirtió al público sobre el uso de tapabocas “ya que el virus puede quedar atrapado y desarrollar la infección al respirar”.

El Dr. Russell Blaylock, neurocirujano certificado por la junta y reconocido a nivel nacional, también considera que los tapabocas podrían causar daños graves:

“Ahora que hemos establecido que no existe evidencia científica que requiera el uso de un tapabocas para prevenir la infección, es posible que usar un tapabocas sea peligroso, en especial durante largos períodos de tiempo Varios estudios han encontrado problemas significativos con el uso de un tapabocas de este tipo.

Esto puede variar desde dolores de cabeza, hasta una mayor resistencia de las vías respiratorias, acumulación de dióxido de carbono, hipoxia, y complicaciones graves. Al usar un tapabocas, los virus exhalados no pueden ser expulsados y se concentran en las fosas nasales, ingresan en los nervios olfatorios y viajan al cerebro”.

Los tapabocas también representan un peligro para los trabajadores de la salud, escribió Blaylock, ya que causan “una menor oxigenación de la sangre (hipoxia) o mayores concentraciones de CO2 en la sangre (hipercapnia)”, así como dolores de cabeza. Las personas mayores también están en riesgo, advierte:

Por desgracia, a las personas mayores y a las personas con enfermedades pulmonares, como EPOC, enfisema o fibrosis pulmonar, no se les advierte sobre estos peligros cuando se les recomienda el uso de un tapabocas de cualquier tipo, lo que puede causar un empeoramiento de la función pulmonar.

Esto también incluye personas con cáncer de pulmón y personas que se han sometido a cirugía pulmonar, en especial con resección parcial o incluso extirpación de un pulmón completo”.

Las caretas de protección facial podrían ser más efectivas que los tapabocas

Las caretas de protección facial son cubiertas de plástico que se colocan sobre la cara y funcionan como viseras, pueden lucir como una medida extrema oparecer algo “tonto”, pero tienen más ventajas en comparación con los tapabocas de tela.

En primer lugar, a diferencia de los tapabocas de tela, las caretas de protección facial y no se degradan y pueden limpiarse con agua y jabón, desinfectantes o utilizarse varias veces ya que son de plástico.

En segundo lugar, las caretas de protección facial son más cómodas, sobre todo en los días calurosos, ya que no se colocan directamente sobre la boca y la nariz, por lo que ayudan a respirar mejor.

Por último, y más importante, las caretas lo protegen mejor que los tapabocas porque la boca y la nariz no son las únicas entradas de infección. Según el sitio web National Post, las caretas de protección facial también:

“… bloquean que el virus acceda a través de los ‘portales de entrada (boca, nariz y ojos) y reducen la posibilidad de autoinoculación’, lo que significa implantar el virus en nuestros propios cuerpos después de tocar una superficie contaminada debido a que las personas no se pueden tocarse el rostro cuando tienen puesta una careta…

Aunque el SARS-CoV-2 se transmite al respirar microgotas líquidas que contienen el virus, existe evidencia de que pueden ingresar al cuerpo a través de las membranas mucosas, incluyendo las membranas en la superficie del ojo y los párpados internos”.

Cuando se estudiaron las caretas de protección facial durante la influenza, descubrieron que protegieron a las personas de inhalar el 96 % de las microgotas con gripe producidas por la tos, a pesar de toser a casi medio metro de distancia, dijo el National Post.

Es claro que contribuyen con algunas de las protecciones del distanciamiento social y esa es la razón por la que vemos cada vez más a los profesionales de la salud utilizarlas.

Si va a utilizar tapabocas, siga estas recomendaciones de uso

Existe mucha información contradictoria sobre el uso de tapabocas durante la pandemia. Si decide usar un tapabocas, estos son algunos consejos de la OMS para su uso y eliminación de manera segura:

  • Antes de ponerse un tapabocas, es importante lavarse las manos con agua y jabón.
  • Cubra su boca y nariz con el tapabocas y asegúrese de que no haya espacios entre su cara y el tapabocas.
  • Evite tocar el tapabocas mientras lo usa; si lo hace, lávese las manos con un desinfectante a base de alcohol o agua con jabón.
  • Reemplace el tapabocas con uno nuevo tan pronto como esté húmedo y no reutilice los tapabocas de un solo uso.
  • Para quitarse el tapabocas: tómelo de los cordones (no toque la tela); deséchelo inmediatamente en un contenedor cerrado y lávese las manos con un desinfectante para manos a base de alcohol o agua con jabón.

¿Podría el sol disminuir el riesgo de COVID?

Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 18 de junio del 2020.

HISTORIA EN BREVE

  • Las muertes por COVID-19 disminuyeron a fines de abril y principios de mayo
  • Varios estudios han sugerido que el COVID-19 puede disminuir durante el verano, debido a una mayor cantidad de humedad y otros factores
  • Se pronosticó que una disminución del 1 % en la humedad aumentaría en un 6.11 % el número de casos de COVID-19
  • La gravedad de la enfermedad del COVID-19 se relaciona con niveles de vitamina D más bajos que están vinculados con enfermedades más graves
  • Si el COVID-19 es estacional, es probable que se produzca un nuevo brote, por lo que ahora es el momento adecuado para optimizar su nivel de vitamina D

El conteo provisional de muertes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos para el COVID-19 demuestra un gran cambio. Aunque en febrero de 2020 comenzaron con 0 muertes, hubo un aumento de más de 5 000 muertes por semana en las personas adultas (85 años o más) y 111 entre las personas de 25 a 34 años a fines de abril.

En las personas de 85 años y más, hubo 199 muertes por COVID-19 en la semana del 30 de mayo de 2020, mientras que solo se informó 1 muerte entre las personas de 25 a 34 años, un descenso muy rápido de abril a mayo. Según algunos expertos, lo que sucedió para que las muertes se detuvieran podría ser el mismo flujo y reflujo estacional que ocurre con muchas infecciones respiratorias: es posible que el verano lo haya matado.

Durante el verano, disminuyen muchas infecciones respiratorias

Aunque es posible contraer infecciones respiratorias como la influenza en cualquier época del año, es más común durante el otoño y el invierno, por eso, esos meses se consideran como la “temporada de gripe”. El virus respiratorio sincitial (VSR) también es más común en otoño e invierno y es una de las principales causas de enfermedad respiratoria grave en niños pequeños y en personas mayores de 65 años.

Existen al menos cuatro coronavirus estacionales que tienen una transmisión similar a la influenza. Aunque estos no están relacionados con el SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19, está relacionado de forma genética con el coronavirus responsable del brote del síndrome respiratorio agudo severo (SARS) de 2003.

Esto es notable porque, como lo señaló el profesor Paul Hunter de la Universidad de East Anglia en Inglaterra, “los SARS se propagaron en los hospitales, pero se extinguieron durante el verano en el hemisferio norte”. Existen varias razones por las que el SARS se contuvo tan rápido en casi ocho meses, pero el verano con una temperatura más alta y un mayor nivel de humedad, es una de ellas.

¿Por qué el verano es menos propicio para la infección respiratoria?

El aire frío y seco del invierno favorece la propagación de la gripe e influenza, y se sabe que esta propagación se ve afectada tanto por la temperatura como por la humedad. Durante el invierno, las personas también pasan más tiempo dentro de casa, en espacios cerrados con menos ventilación y tienen menos espacio en comparación con estar al aire libre durante el verano.

En la escuela, las clases continúan durante el otoño e invierno, y durante el verano, los estudiantes permanecen en casa. Los términos escolares se han relacionado con una mayor transmisión de virus respiratorios, mientras que las vacaciones conducen a una reducción del 20 % al 29 % en la tasa de transmisión de la influenza en los niños. Por lo tanto, el hecho de que los niños estén en la escuela durante el invierno, podría aumentar las tasas de transmisión.

Además, como señaló Marc Lipsitch, profesor de epidemiología y director del Centro de Dinámica de Enfermedades Transmisibles de Harvard T.H. Escuela de Salud Pública TH Chan:

“Es posible que la condición del sistema inmunológico de una persona promedio sea peor en invierno que en verano. Una hipótesis se ha centrado en la melatonina, que tiene algunos efectos inmunológicos y está modulada por el fotoperiodo, que varía según la estación. Otra prueba con más evidencia, es que los niveles de vitamina D, que dependen de la exposición a la luz ultravioleta (mayor en verano) modulan nuestro sistema inmunológico de manera positiva”.


Los estudios sugieren que el COVID-19 podría ser estacional

Varios estudios han sugerido que el COVID-19, podría disminuir durante el verano. Un estudio preliminar monitoreó la estacionalidad de los virus de la influenza y los coronavirus humanos endémicos durante ocho años. La actividad de los coronavirus humanos alcanzó su punto máximo la primera semana de enero, con una transmisión más fácil por baja humedad relativa en espacios cerrados (HR) de 20 % a 30 %.

Los investigadores citaron estudios previos que encontraron que un aumento de la humedad relativa al 50 % redujo la transmisión de la influenza y los coronavirus animales. Además, el estudio encontró que los casos disminuyeron en un 50 % a principios de marzo, un 75 % a principios de abril y más del 99 % a fines de abril. De acuerdo con el estudio:

“Debido a que es un virus envuelto ligado a lípidos con características de tamaño similares a los coronavirus humanos endémicos, el SARS-CoV-2 debería estar sujeto a la misma dinámica de viabilidad y transmisión reducidas con mayor humedad. Además del distanciamiento social y la transición de una HR interior más baja a una más alta con el aumento de las temperaturas exteriores podría existir un efecto adicional en la disminución de los casos de SARS-CoV-2 en mayo.

Durante los 8 años de este estudio, la actividad del coronavirus humano tuvo una reducción de cero o >99 % en los meses de junio a septiembre, y la consecuencia sería que el SARS-Cov -2 podría seguir un patrón similar”.

La humedad podría ser un factor importante

Un estudio realizado en Sydney, Australia, encontró una conexión similar entre la humedad y el COVID-19. Se pronosticó que una disminución del 1 % en la humedad aumentaría el número de casos en un 6.11 %, y los investigadores declararon: “Durante los períodos de baja humedad relativa, el sistema de salud pública debería anticipar un mayor número de casos de COVID-19”.

El profesor Michael Ward, epidemiólogo de la Facultad de Ciencias Veterinarias de Sydney en la Universidad de Sydney, dijo en un comunicado de prensa que la humedad parecía ser un factor importante:“Cuando se trata del clima, encontramos que el principal impulsor es el nivel más bajo de humedad, y no las temperaturas más frías. Significa que en invierno existe un mayor riesgo, ya que podríamos tener una menor humedad. Pero en el hemisferio norte existen áreas con menor humedad o períodos en los que la humedad es menor, y el riesgo ahí puede ser durante los meses de verano.

Cuando la humedad es más baja, el aire es más seco y hace que los aerosoles sean más pequeños. Cuando estornuda o tose, esos aerosoles infecciosos que son más pequeños, pueden permanecer por más tiempo suspendidos en el aire. Eso aumenta la exposición para otras personas. Cuando el aire es húmedo y los aerosoles son más grandes y pesados, caen y tocan las superficies más rápido”.

La humedad podría afectar las tasas de transmisión y la supervivencia de los virus. Según un estudio, la adición de un humidificador portátil con una producción de 0.16 kilogramos de agua por hora en el dormitorio aumentó la humedad absoluta en un 11 % y la humedad relativa en un 19 % durante las horas de sueño en comparación con la ausencia del mismo. Cuando aumentó la humedad, disminuyó la supervivencia del virus de la influenza, de 17.5 % a 31.6 %.

La humedad también influye en las defensas inmunológicas innatas contra las infecciones virales. En un estudio realizado en animales, se encontró que el aire seco comprometió la resistencia de los ratones a la infección, y los que se alojaron a niveles de humedad más bajos tenían una mala depuración mucociliar, mala defensa antiviral innata y mal función de reparación de tejidos.

La relación de la vitamina D

La otra razón por la cual el verano podría reducir las muertes por COVID-19, es porque el verano equivale a una mayor exposición a los rayos del Sol, lo que aumenta los niveles de vitamina D. Existe evidencia científica que demuestra que la vitamina D es un factor muy importante para la respuesta inmunológica y para combatir infecciones. En un análisis realizado a 212 personas con COVID-19 confirmado por laboratorio, se demostró que la gravedad de la enfermedad está relacionada con los niveles de vitamina D más bajos que están vinculados a una enfermedad más grave.

Una revisión publicada en la revista Nutrients también concluyó que la vitamina D podría ser efectiva para reducir el riesgo de infección con COVID-19 y para el tratamiento:

“La evidencia que respalda la importancia de la vitamina D para reducir el riesgo de COVID-19 incluye que el brote ocurrió en invierno, un momento en que las concentraciones de 25-hidroxivitamina D (25 (OH) D) [vitamina D] son mucho menores; mientras que el número de casos en el hemisferio sur cerca del final del verano son menores; se ha descubierto que la deficiencia de vitamina D contribuye al síndrome de dificultad respiratoria aguda; y que las tasas de letalidad aumentan con la edad y con la comorbilidad de enfermedades crónicas, las cuales están relacionadas con una concentración menor de 25 (OH) D”.

Si el COVID-19 es estacional, es probable que exista un nuevo brote, por lo que ahora, es el momento adecuado de optimizar su nivel de vitamina D. Es necesario aumentar los niveles de vitamina D entre 60 ng/ml y 80 ng/ml, para mejorar la función inmunológica y reducir el riesgo de infecciones virales. En Europa, los niveles se posicionan entre los 150 nanomoles por litro (nmol/L) y 200 nmol / L.

¿Por qué tantos expertos se equivocan?

El profesor de Harvard Lipsitch es uno de los que dijo que el COVID-19 “probablemente no” desaparecería solo en los climas más cálidos. “En pocas palabras, aunque podríamos esperar menos contagios por el SARS-CoV-2 en climas más cálidos y húmedos, y tal vez con el cierre de escuelas en regiones templadas del hemisferio norte, no es razonable esperar que estas disminuciones sean suficientes como para generar un gran impacto”, dijo.

El conteo provisional de muertes de los CDC parece sugerir lo contrario, pero algunas personas han advertido que el COVID-19 es muy nuevo para ser estacional. En otras palabras, debido a que pocas personas tienen inmunidad, un nuevo virus tiene la ventaja de prosperar en condiciones menos óptimas, es decir, el verano.

Los “virus viejos”, dijo Lipsitch, “que han estado en la población por más tiempo, operan con un margen más delgado: la mayoría de las personas son inmunes y el virus se tiene que conformar con transmitirse entre las pocas personas débiles”.

Del mismo modo, un estudio en Science usó un modelo de computadora para sugerir que, aunque el COVID-19 podría caer en patrones estacionales, es posible que esto no ocurra hasta que más personas desarrollen una inmunidad, señaló que el “suministro susceptible” limita el papel del clima en los primeros casos de COVID -19.

La drástica disminución de las muertes por COVID-19 que ocurrió de abril a mayo sugiere un componente estacional, pero aún no se comprende por completo qué la provocó. Es probable que se trate de una combinación de humedad, calor, comportamientos humanos, niveles de vitamina D y, tal vez, otros aspectos de exposición a los rayos del sol que provocan esta disminución.

El verano en los Estados Unidos, puede ayudarlo a pasar tiempo al aire libre, optimizar sus niveles de vitamina D y obtener una exposición a los rayos del sol, y de esa forma apoyar la salud y reducir su susceptibilidad a las infecciones virales.

Los lácteos altos en grasa podrían bajar la presión arterial

Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 17 de junio del 2020.

HISTORIA EN BREVE

  • Las personas que consumen al menos dos porciones de lácteos al día tienen un menor riesgo de diabetes tipo 2 y presión arterial alta, así como un menor índice de masa corporal
  • La presión arterial alta y la diabetes aumentan el riesgo de enfermedad cardíaca y derrame cerebral, que son dos de las principales causas de muerte en los Estados Unidos
  • El síndrome metabólico es un factor de riesgo que incluye obesidad abdominal, niveles altos de azúcar en la sangre y niveles altos de azúcar en ayunas. Aumenta el riesgo de enfermedades infecciosas y crónicas
  • Se recomienda implementar el ayuno intermitente y limitar el consumo de azúcar y carbohidratos. Asegúrese de consumir muchas grasas saludables y hacer ejercicio de manera regular

Anteriormente comenté las diferencias entre los productos lácteos de las vacas criadas en operaciones concentradas de alimentación animal (CAFO, por sus siglas en inglés) y las que se alimentan con pastura y se crían de una manera más natural. Muchos de los beneficios para la salud y el medio ambiente relacionados con la cría y consumo de productos lácteos provienen de la alimentación de las vacas.

La pastura es el alimento natural de las vacas, mientras que el maíz y otros granos que se ofrecen en las concentraciones CAFO no lo son. Los granos alteran la composición de la carne y la leche. Esto resulta en un menor perfil nutricional, lo que posteriormente disminuye con la pasteurización.

Además de estos problemas con las CAFO, el uso de alimentos transgénico aumenta los problemas. Aunque los granos les continuarían generando problemas de salud, eliminarían la gran cantidad de herbicidas tóxicos que contaminan el medio ambiente y terminan en el suministro de leche.

Las vacas que pueden pastar y vivir al aire libre producen leche cruda de alta calidad con muchos beneficios, incluyendo una cantidad saludable de bacterias para su tracto gastrointestinal, ácido linoleico y grasas crudas beneficiosas, así como aminoácidos y proteínas en una forma muy biodisponible.

Se ha demostrado que los niños que consumen leche cruda tienen un riesgo 30 % menor de infecciones respiratorias y fiebre, y podrían tener “protección contra el desarrollo de enfermedades alérgicas infantiles”.

Los lácteos altos en grasa mejoran la salud

En un estudio reciente publicado en BMJ Open Diabetes Research and Care, los investigadores observaron que las personas que consumían al menos dos porciones de productos lácteos al día tenían un menor riesgo de hipertensión arterial y diabetes tipo 2. Además, tenían menor riesgo de síndrome metabólico.

Los investigadores utilizaron información del Estudio Prospectivo de Epidemiología Rural y Urbana (PURE, por sus siglas en inglés) que incluyó a personas de entre 35 y 70 años de 21 países. Algunos de estos países incluyen Argentina, Bangladesh, Canadá, India, Pakistán y Emiratos Árabes Unidos.

Al recopilar datos de una amplia gama de países, esperaban determinar si los hallazgos eran generales, ya que estaban investigando si existe una relación entre el consumo de lácteos y la prevalencia del síndrome metabólico.

Los investigadores utilizaron cuestionarios para determinar el consumo habitual de leche, yogurt y queso con y sin grasa de los últimos 12 meses. Dentro del grupo de estudio, los investigadores encontraron 112 922 que presentaban componentes del síndrome metabólico.

Las personas que dijeron consumir al menos dos porciones al día tenían un riesgo 24 % menor. Durante nueve años de seguimiento, se monitoreó la presión arterial de 57 547 personas y la diabetes de 131 481 personas. Durante ese tiempo, se diagnosticó a 13 640 personas con presión arterial alta y 5 351 con diabetes.

Las personas que consumían dos porciones de lácteos al día tenían un riesgo 11 % a 12 % menor de desarrollar presión arterial alta y diabetes. Las que consumían tres porciones al día tuvieron un riesgo 14 % menor.

Los resultados de este estudio respaldaron otro estudio que se publicó en 2017, en el que los investigadores encontraron que las personas que comían y bebían muchos lácteos tenían un menor índice de masa corporal y presión arterial.

Científicos de la Universidad de Dublín reclutaron a 1 500 personas para registrar lo que comieron en el transcurso de cuatro días. El equipo del estudio recolectó muestras de sangre de 897 personas y evaluó su nivel de azúcar en la sangre en ayunas. Emma Feeney, la investigadora principal, comentó lo siguiente:

“Observamos que las personas que consumían grandes cantidades [de queso] tenían un consumo mucho mayor de grasas saturadas que las que no consumían y no se observaron diferencias en sus niveles de colesterol LDL”.


Presión arterial alta y diabetes, la combinación para el desastre

La presión arterial alta y la diabetes tienen factores de riesgo similares. De hecho, tener presión arterial alta aumenta el riesgo de tener diabetes y tener diabetes aumenta el riesgo de presión arterial alta. La presión arterial alta también podría aumentar el riesgo de enfermedad cardíaca y derrame cerebral, que son dos de las principales causas de muerte en los Estados Unidos.

La Asociación Americana del Corazón estima que casi la mitad de todos los adultos en los Estados Unidos tiene presión arterial alta. De 2005 a 2015, el número de muertes causadas por esta enfermedad aumentó casi un 38 %. Cuando los lineamientos cambiaron en 2017, estimaron que la cifra aumentó a casi 46 %.

La presión arterial alta es una enfermedad silenciosa que puede dañar el cuerpo antes de saber que padece la enfermedad. Puede afectar el sistema arterial, cardiaco, cerebral, hepático, ocular y sexual. Asimismo, la mayoría de estos sistemas se ven afectados por el alto nivel de azúcar en la sangre y la diabetes.

La Asociación Americana de Diabetes (ADA, por sus siglas en inglés) estima que el 10.5 % de la población de los Estados Unidos padecía diabetes en 2018. Asimismo, se estima que 7.3 millones no fueron diagnosticados. En 2017, la diabetes se clasificó como la séptima causa principal de muerte. Esto se basó en certificados de defunción que mencionaban a la diabetes como la causa de muerte o causa subyacente.

Una vez que los costos médicos se ajustaron a la edad y el sexo, la ADA descubrió que las personas que tenían diabetes gastaban 2.3 veces más en atención médica. El precio alcanzó los $ 237 mil millones de dólares en costos médicos directos y $ 90 mil millones de dólares en menor productividad.

Estas cifras podrían parecer abrumadoras hasta que consideramos que muchas personas con diabetes también tienen presión arterial alta. Según la Asociación Americana del Corazón, el 68 % de los adultos mayores de 65 años que tienen diabetes mueren por un tipo de enfermedad cardíaca.

Incluso cuando el nivel de glucosa está bajo control, experimentan un mayor riesgo porque la presión arterial alta y la diabetes aumentan el riesgo de enfermedad cardíaca.

El síndrome metabólico aumenta el riesgo de enfermedades crónicas

El síndrome metabólico es un término que describe un grupo de factores de riesgo. El riesgo de enfermedad cardíaca, derrame cerebral y diabetes aumenta mientras aumenta la cantidad de factores de riesgo. El aumento en las tasas de obesidad está relacionado con un número creciente de personas diagnosticadas con síndrome metabólico.

El Instituto Nacional de Corazón, los Pulmones y la Sangre predice que esta enfermedad podría “superar al tabaquismo como el principal factor de riesgo de enfermedad cardíaca”. Estos factores incluyen los siguientes:

  • Obesidad abdominal o exceso de depósitos de grasa en el área del estómago
  • Niveles altos de triglicéridos
  • Colesterol de lipoproteínas de baja densidad (HDL)
  • Presión arterial alta
  • Altos niveles de azúcar en la sangre en ayunas

Estos factores podrían aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas, que incluyen diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas, derrames cerebrales, Alzheimer y enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD). En el fondo está la resistencia a la insulina.

Medir el nivel de insulina ofrece información significativa sobre el potencial de otros parámetros del síndrome metabólico. Como mencione anteriormente, la resistencia a la insulina causa síntomas de diabetes tipo 2, presión arterial alta, inflamación y dislipidemia. La resistencia a la insulina es el resultado de consumir una alimentación alta en azúcar.

En un artículo publicado en JAMA Internal Medicine, los investigadores estudiaron a un grupo de personas durante más de dos décadas. Observaron su consumo de azúcar y lo compararon con el porcentaje de calorías que consumieron los participantes. Descubrieron que cuanto mayor es el porcentaje de azúcar, mayor es el riesgo de muerte cardiovascular. Los participantes cuya alimentación consistía en un 25 % de azúcar tenían un riesgo 2.75 veces mayor de morir por enfermedad cardíaca.

La flexibilidad metabólica es importante para reducir el riesgo

Con una flexibilidad metabólica adecuada, el cuerpo tiene la capacidad de responder a los cambios en la demanda metabólica. Por lo que es posible quemar grasa como combustible de manera más rápida y fácil. Como mencione recientemente en “La pandemia de la resistencia a la insulina“, un factor de riesgo importante para un diagnostico grave de COVID-19 es la mala flexibilidad metabólica.

En un estudio de 2019, los datos de la National Health and Nutrition Examination Survey demostraron que un 87.8 % de los adultos en los Estados Unidos podrían tener una mala flexibilidad metabólica. Los investigadores concluyeron que la prevalencia de salud metabólica era “muy baja, incluso en personas con un peso normal”.

Otra consecuencia de esto es la inhibición de la autofagia. Este es un proceso necesario para mantener una buena salud y una longevidad. Cuando el cuerpo no es capaz se eliminar eficazmente las células dañadas y sus compuestos, empieza a sufrir daños y disminuye la funcionalidad.

Una de las maneras más efectivas de recuperar la flexibilidad metabólica y la sensibilidad a la insulina es al restringir el periodo de consumo de alimentos, el cual se conoce como ayuno intermitente. La flexibilidad metabólica se mide como la capacidad para quemar grasas y cetonas. Existen varias formas de integrarlo en la rutina diaria.

El método que elija dependerá de la cantidad de días, horas y calorías. Para mayor información sobre cómo comenzar consulte el artículo: “El ayuno intermitente puede prevenir la diabetes“.

A algunas personas les resulta difícil comenzar. Sin embargo, se recomienda mantenerse hidratado, no obsesionarse con los alimentos y participar en actividades relajantes. Experimentará los mejores resultados al intentar diferentes programas para decidir cuál se ajusta a su estilo de vida y preferencias individuales. Esto mejora la capacidad para responder a los cambios en la demanda metabólica.

Cuando intente realizar el ayuno intermitente, es importante recordar que los alimentos deben ser equilibrados, altos en grasas saludables y bajos en carbohidratos. En mi libro Contra el Cáncer, recomiendo mejorar su flexibilidad metabólica por medio del ayuno intermitente y la cetosis nutricional cíclica.

El siguiente paso es el programa que mencionó en KetoFast, que es el término que describe un protocolo que combina las tres estrategias más importantes: dieta cetogénica cíclica, ayuno intermitente y ayuno parcial cíclico.

Pasos adicionales para reducir el síndrome metabólico

Las opciones de alimentación y estilo de vida en el mundo occidental aumentan el riesgo de una mala flexibilidad metabólica, resistencia a la insulina y síndrome metabólico. Esto puede aumentar el riesgo de diabetes tipo 2, enfermedad cardiovascular, cáncer y enfermedad de Alzheimer. La buena noticia es que la resistencia a la insulina es fácil de tratar, prevenir y revertir.

Además del ayuno intermitente y la cetosis nutricional, existen otros métodos para reducir el riesgo de diabetes y enfermedades crónicas. A continuación, se muestran algunos de los lineamientos más importantes que recomiendo.

Limite los azúcares añadidos a un máximo de 25 gramos por día. Si tiene diabetes o resistencia a la insulina, reduzca su consumo total de azúcar a 15 gramos por día hasta que la resistencia a la insulina/leptina disminuya.
Limite los carbohidratos netos (carbohidratos totales menos fibra) y proteínas y reemplácelos con cantidades más altas de grasas saludables de alta calidad como semillas, frutos secos, mantequilla sin pasteurizar de vacas alimentadas con pastura, aceitunas, aguacateaceite de cocohuevos orgánicos y grasas animales, incluyendo omega-3 de origen animal.
Haga ejercicio cada semana y aumente el movimiento físico durante las horas de vigilia, con el objetivo de permanecer sentado menos de tres horas al día.
Duerma lo suficiente. La mayoría de las personas necesitan alrededor de ocho horas de sueño cada noche. Esto ayudará a normalizar su sistema hormonal.
Mejore su nivel de vitamina D a través de la exposición regular a los rayos del sol. Si usa suplementos de vitamina D3 por vía oral, asegúrese de aumentar su consumo de magnesio y vitamina K2, ya que estos nutrientes funcionan mejor juntos. Es importante evaluar su nivel de vitamina D para determinar si necesita suplementos.
Optimice su flora intestinal al consumir alimentos fermentados o un suplemento probiótico de alta potencia y calidad.