Por José Antonio Monjarás Castillejos, Vía Orgánica, AC
Los estragos ambientales, sociales y económicos que resultan de una agricultura convencional son cada vez más notorios; la alta dependencia por los insumos derivados del petróleo, miopía ecológica y reductivismo, están en un punto de crisis, una crisis ambiental que está directamente relacionada con los problemas de salud de los humanos y todos los seres vivos del globo terrestre.
Las prácticas antropogénicas, el suelo, el agua, energía del sol, aire, plantas y animales crean en su conjunto a la agricultura, sin la cual todo el desarrollo moderno no hubiera sido posible. En los sistemas enfocados al productivismo no se considera el impacto ecológico y por ende, son altamente dependientes y poco sostenibles. El suelo es parte fundamental para el desarrollo de la agricultura, por desgracia en los sistemas convencionales pocas veces es considerado como tal, pues la aplicación de fertilizantes de sintesís química, prácticas extractivas y uso de maquinaria agrícola pesada, están colapsando nuestros suelos y con ello toda la biodiversidad que vive dentro de él y gracias a la cual podemos considerar al suelo como “suelo vivo”.
Read more