Padres consumidores de refrescos alientan hábito en 91% de los niños

Eduardo Sánchez, asesor en el Senado, comentó que otra acción vendrá como consecuencia de la reciente reforma a la Ley General de Educación, cuyo artículo 24 bis ordena a las secretarías de Educación Pública y Salud emitir los lineamientos que prohíban la venta de alimentos chatarra en las escuelas.

Del otro lado, sin embargo, está la estrategia de la industria refresquera que a toda costa busca mantener e incrementar su presencia en el mercado, por ejemplo, con presentaciones de mayor tamaño –2.5 litros– de sus productos, pero al mismo precio de dos botellas de 600 mililitros.

Eso fomenta la adicción a bebidas gaseosas, misma que se extiende a los niños. La encuesta encontró que 91 por ciento de los menores de edad, hijos de consumidores de refresco, también lo hacen. De éstos, 19 por ciento los toma todos los días y 12 por ciento cinco a seis días de la semana.

Proyecto en la Cámara de Diputados

Cuestionados sobre el uso que se podría dar al dinero obtenido del cobro de un impuesto al refresco, 29 por ciento de los entrevistados opinó que se destine a campañas de orientación alimentaria; 27 por ciento a crear un fondo destinado a la prevención de la diabetes; 20 por ciento planteó que se proporcionen tratamientos gratuitos de diálisis a enfermos con insuficiencia renal crónica, afiliados del Seguro Popular. Otro 18 por ciento consideró que los recursos se deberían invertir en bebederos de agua potable en las escuelas.

Calvillo recordó que la propuesta para aplicar un gravamen de 20 por ciento (1.5 pesos) a los refrescos está en la Cámara de Diputados. De aprobarse, representaría un ingreso para las finanzas públicas de 23 mil millones de pesos al año.

De acuerdo con otros estudios, la medida ayudaría a disminuir 12 por ciento la prevalencia de diabetes y 26 por ciento los costos médicos de nuevos casos de la enfermedad en los siguientes 10 años.