Obesidad – un tercio de todos los tipos de cáncer están directamente relacionadas a ella

Por qué comer fructosa es más peligroso que comer otros azúcares

Parte de lo que hace a la fructosa tan poco saludable es que se metaboliza en grasa dentro de su hígado mucho más rápido que cualquier otro azúcar2. Toda la carga de la metabolización del azúcar recae en su hígado y promueve la grasa visceral. Este es el tipo de grasa que se almacena alrededor de sus órganos y región abdominal y está relacionada con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas.

El Dr. Robert Lustig, profesor de la División de Pediatría de Endocrinología en la Universidad de California, ha sido pionero en el estudio del metabolismo del azúcar y su trabajo revela que hay grandes diferencias en cómo se descomponen y utilizan los diferentes tipos de azúcar. Por ejemplo:

    Después de comer fructosa, prácticamente toda la carga metabólica recae en su hígado. Con la glucosa o la mayoría de los azúcares, su hígado tiene que descomponer tan sólo el 20 por ciento. El metabolismo de la fructosa en su hígado crea una larga lista de productos de desecho y toxinas, incluyendo una grande cantidad de ácido úrico, lo que aumenta la presión arterial y causa gota. Cada célula en su cuerpo, incluyendo su cerebro, utilizan glucosa. Por lo tanto, la mayor parte de ella se “quema” inmediatamente después de consumirla. En contraste, a fructosa se convierte en ácidos grasos libres (FFA), VLDL (la forma dañina del colesterol) y triglicérido que se almacenan en forma de grasa. Los ácidos grasos creados durante el metabolismo de la fructosa acumulados en forma de gotas de grasa en el hígado y los tejidos del musculo esquelético, provocan resistencia a la insulina y enfermedad del hígado graso no alcohólica (NAFLD)3. La resistencia a la insulina evoluciona a síndrome metabólico y diabetes tipo II. La fructosa es el carbohidrato más lipófilo. En otras palabras, la fructosa se convierte en glicerol-3-fosfato (g-3-p), que se utiliza directamente para convertir los FFA en triglicéridos. Mientras más g-3-p tenga, más grasa almacena. La glucosa no hace todo esto. Cuando come 120 calorías de glucosa, menos de una caloría se almacena en forma de grasa. 120 calorías de fructosa, 40 calorías se almacenan en forma de grasa. La glucosa suprime la hormona del hambre llamada grelina y estimula la leptina, que suprime su apetito. La fructosa no tienen ningún efecto en la grelina e interfiere con la comunicación entre su cerebro y la leptina, dando como resultado comer en exceso. La fructosa desencadena cambios en su cerebro que podrían hacerlo comer en exceso y aumentar de peso, también se ha confirmado  por medio de pruebas de imagen de resonancia magnética funcional (fMRI).

El vínculo evolutivo entre el consumo de fructosa y la acumulación de grasa

Sin duda ya ha escuchado que consumir más calorías de las que quema es la raíz de su problema de peso. Por desgracia, esta “idea convencional” ha sido refutada por la ciencia moderna. El hecho es este: No todas las calorías son iguales. De hecho es MUCHO más importante checar la fuente de calorías que contarlas.

En resumen, usted no engorda porque come muchas calorías y no hace el suficiente ejercicio. Usted engorda porque come el tipo equivocado de calorías.

Como lo explicó el Dr. Robert Lustig, la fructosa es “isocalórica no isometabólica”. Esto significa que puede comer la misma cantidad de calorías de la fructosa o la glucosa, la fructosa y proteína o fructosa y grasa y el efecto metabólico será completamente diferente a pesar de que son exactamente las mismas calorías. Este es un punto crucial que debe ser entendido.

La conclusión es que su consumo de carbohidratos, ya sea en forma de granos y azúcares (especialmente de fructosa), determinará si usted es capaz o no de controlar su peso y mantener una salud óptima. Esto debido a que el tipo de carbohidratos (fructosa y granos) afecta a la hormona de la insulina, que es un potente regulador de grasas. Las grasas y las proteínas afectan la insulina en un grado mucho menor.

Siempre y cuando usted siga comiendo fructosa y granos, estará programando su cuerpo a crear y almacenar grasa

La investigación realizada por otro experto en este campo, el Dr. Richard Johnson, jefe de la División de Enfermedades Renales e Hipertensión de la Universidad de Colorado y autor del libro Sugar Fix and The Fat Switch, también confirma esto. Su trabajo demuestra que los azúcares que contienen fructosa causan obesidad, no las calorías, pero activando el “interruptor de grasa” (fat switch)- una poderosa adaptación biológica que hace que las células se acumulen en grasa en anticipación a los tiempos de escasez (o hibernación). Su libro más reciente, The Fat Switch, es de mucho más importancia que cualquier que haya hablado sobre el peso y los problemas de salud. Este libro incluye cinco verdades básicas:

    Las grandes porciones de alimentos y muy poco ejercicio NO son los únicos responsables del aumento de peso. El síndrome metabólico en realidad es una enfermedad adaptativa saludable por la que pasan los animales para almacenar grasa y lograr sobrevivir durante los períodos de hambruna. El problema es que la mayoría de nosotros siempre comemos mucho y pocas veces ayunamos. Como resultado, este cambio benéfico se vuelve dañino en el hombre contemporáneo. El ácido úrico aumenta por el consumo de alimentos específicos y casualmente contribuye con la obesidad y la resistencia a la insulina. Los azúcares que contienen fructosa causan obesidad no por las calorías sino por la activación del interruptor de grasa. El tratamiento efectivo para la obesidad requiere de la desactivación del interruptor de grasa y la mejora de la función de las mitocondrias de sus células

¿Cuáles son las fuentes de calorías?