La Vía Campesina en Río + 20: Los pueblos le dijeron NO a la Economía Verde y construyeron propuestas para la resistencia y la construcción

assis la via campesina logoPor La Vía Campesina, 28 de Junio de 2012

Durante una semana, en el marco de la Cumbre de los Pueblos, La Vía Campesina se movilizó en Río de Janeiro para decirle No a la Economía Verde y para dinamizar un proceso de construcción de nuevas alianzas basadas en los ejes puestos en las plenarias y asambleas de movimientos sociales y en la movilización en las calles para mostrar cuales son las verdaderas necesidades y aspiraciones de nuestros pueblos.

Con alegría podemos volver a casa y a nuestras luchas cotidianas con la satisfacción del deber cumplido, con el compromiso de fortalecer los espacios construidos en estas jornadas y con el desafío de seguir haciéndolos tangibles en nuestras realidades locales las reflexiones y agenda de acciones que se propusieron en los plenarios y las Asambleas de movimientos.

Los días de convivencia entre los cientos de compañeros de la Vía Campesina llegados desde todo América Latina y el mundo junto a los miles de integrantes de la Vía Campesina Brasil se vieron fortalecidos con las movilizaciones diarias que nos llevaron a participar de marchas multitudinarias, ya sea acompañando a las mujeres en lucha o repudiando a las grandes corporaciones multinacionales representadas en este caso por la minera Vale. Cada amanecer vio como las mujeres y hombres de la Vía se sumaron a otros movimientos para acompañar a comunidades afectadas por megaproyectos, “escrachar” a represores o denunciar a las corporaciones del agronegocio y los agrotóxicos personificadas en este caso por la Confederación Nacional de Agricultura (CNA). Todo ello coronado en la gran marcha unificada del día 20 de junio donde más de ochenta mil personas marchamos para ponerle el broche de oro a la Cumbre.

Y después o antes de cada movilización todos y todas convergimos a aportar a los debates de las cinco plenarias de movimientos sociales, donde cientos de voces fueron tejiendo las denuncias sobre las causas estructurales y las falsas soluciones que el capitalismo, ahora maquillado de verde, quiere ofrecernos para no enfrentar las verdaderas causas de las múltiples crisis que el mismo capitalismo ha provocado. Pero como los pueblos ya tenemos nuestras propuestas también las compartimos y enriquecimos con otras y otros que llegaron con el mismo objetivo. Así fue que nuestras soluciones y la propuesta de una agenda para seguir construyendo en el futuro ocupó la segunda parte de nuestras plenarias.

Desde la plenaria de Soberanía Alimentaria la denuncia al sistema capitalista, patriarcal, discriminador y racista resonó con ecos que se multiplicaron con las voces de las otras plenarias de manera de dejar en claro las verdaderas causas de los problemas que hoy ponen a la humanidad al borde del abismo. Y también desde allí la denuncia al agro negocio como responsable de la destrucción de la naturaleza, la exclusión de los pueblos, la mercantilización de la vida y principal responsable de la crisis climática y la pérdida de biodiversidad se expresó de manera contundente.

La Vía Campesina propuso hace 16 años a la Soberanía Alimentaria como camino político para transformar nuestra sociedad desde los campesinos y campesinas del mundo. En nuestras Asambleas fueron cientos las organizaciones que se sumaron a este camino con claridad y firmeza. Tal como lo planteó el documentos del plenario Los gobiernos y las corporaciones trabajan con gran sintonía por la apropiación de los bienes comunes de la vida y de nuestros derechos. Convocamos a los pueblos a unirse y levantarse en la lucha por una nueva sociedad y la construcción de la soberanía alimentaria y popular. “No es posible la soberanía alimentaria en el capitalismo”.

La Cumbre oficial también ocupó nuestra atención y allí estuvimos compartiendo nuestras propuestas y esperando que los gobiernos mostraran madurez para asumir compromisos y dejar de ser títeres de las corporaciones. Lamentablemente no fue así y todos los temores que teníamos se confirmaron en un documento pobre, carente de compromisos y en el que “El futuro que queremos” (el nombre del documento oficial) aparece cada más oscuro y excluyente. Si bien no se logró imponer a la Economía Verde como nuevo “paradigma” del sistema capitalista su mención repetida página tras página del documento es de por sí una denuncia de su verdadero espíritu.