¿La nueva vacuna contra el COVID podría dictar el comienzo del transhumanismo?

Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 14 de septiembre del 2020.

HISTORIA EN BREVE

  • El objetivo del movimiento transhumanista o “Humano 2.0”, es trascender de la biología a la tecnología, fusionar la biología humana con la tecnología y la inteligencia artificial
  • Y justo en este momento podríamos estar pasando por esa encrucijada del transhumanismo, esto gracias al rápido desarrollo de una o más vacunas de ARNm contra el COVID-19
  • Las vacunas de ARNm contra el COVID-19 están diseñadas para hacer que sus células produzcan la proteína espiga (conocida como spike) de SARS-CoV-2. Esto se logra a través de un proceso llamado transfección, que también se utiliza para crear organismos transgénicos
  • La transfección puede tener efectos temporales o permanentes en el genoma y no se sabe de qué forma las vacunas contra el COVID-19 podrían afectar el genoma humano a largo plazo
  • En 2019, los investigadores descubrieron que Pandemrix, la vacuna contra la gripe porcina en la pandemia de 2009, causó narcolepsia al afectar un gen de ARN no codificante que regula la producción del factor neurotrófico derivado de la línea de células gliales, una proteína muy importante para la supervivencia neuronal. Entonces, si una vacuna convencional puede tener efectos genéticos, por lo que el riesgo de que las vacunas de ARNm tengan efectos genéticos será aún mayor

Hace dos años, en octubre de 2018, Neil Sahota, colaborador de Forbes, asesor de inteligencia artificial de las Naciones Unidas y profesor de UC Irvine, advirtió que el transhumanismo está más cerca que nunca y probablemente llegue antes de lo que imaginábamos.

“En los últimos años, ha habido un debate considerable sobre la idea de que poco a poco la tecnología se está apoderando de nosotros, que nos estamos convirtiendo en transhumanos, con habilidades actualizadas, que incluyen inteligencia, fuerza y conciencia mejoradas”, escribe Sahota.

El objetivo del movimiento transhumanista o “Humano 2.0”, es trascender de la biología a la tecnología. O, como explica la Dra. Carrie Madej en el siguiente video, fusionar la biología humana con la tecnología y la inteligencia artificial.

Dos de los grandes defensores del transhumanismo son Ray Kurzweil (director de ingeniería de Google desde 2012) y Elon Musk (fundador de SpaceX, Tesla y Neuralink).

El video tiene subtítulos ocultos en español. Haga clic sobre el ícono de tuerca en la esquina inferior derecha del video y seleccione “Subtitles/CC” y seleccione “Spanish (Latin America)”.

Estamos frente a la era del transhumanismo

Según Madej, justo en este momento podríamos estar pasando por esa encrucijada del transhumanismo, esto gracias al rápido desarrollo de una o más vacunas de ARNm contra el COVID-19.

Muchas de las vacunas contra el COVID-19 que se están desarrollando de forma tan rápida, no son vacunas convencionales. Su diseño tiene como objetivo manipular su propia biología y, por lo tanto, tiene el potencial de alterar la biología de toda la raza humana.

Las vacunas convencionales hacen que el cuerpo reconozca y responda a las proteínas de un virus en particular al inyectar una pequeña cantidad de la proteína viral en el cuerpo, con lo cual desencadena una respuesta inmunológica y el desarrollo de anticuerpos.

Sin embargo, la vacuna de ARNm es diferente. La teoría detrás de estas vacunas es que cuando inyecta el ARNm en sus células, las estimulará para que produzcan su propia proteína viral. La vacuna de ARNm contra el COVID-19 será la primera de su tipo. Nunca antes habían autorizado desarrollar una vacuna de ARNm. Y, para colmo, no se están haciendo todas las pruebas de seguridad en animales.

Madej analiza algunos de los antecedentes de ciertas personas que participan en el desarrollo de una vacuna contra el COVID-19, que parece más una carrera que la búsqueda de una cura y una de estas personas es el cofundador de Moderna, Derrick Rossi, un investigador de Harvard que reprogramó con éxito las células madre utilizando ARN modificado, por lo que cambió la función de las células madre.

Moderna se fundó bajo este concepto de lograr modificar la función biológica humana a través de la ingeniería genética, dice Madej.

Se deben esperar efectos secundarios

Como se mencionó, las vacunas de ARNm están diseñadas para hacer que sus células produzcan la proteína espiga (conocida como spike) de SARS-CoV-2, la glicoproteína que se une al receptor ACE2 de la célula. Esta es la primera etapa del proceso que utilizan los virus para ingresar a las células.

La idea es que al crear la proteína spike de SARS-CoV-2, su sistema inmunológico comenzará a producir anticuerpos. Sin embargo, según lo informado por el sitio web The Vaccine Reaction, los investigadores han señalado posibles desventajas:

“Según investigadores de la Universidad de Pensilvania y la Universidad de Duke, las vacunas de ARNm tienen posibles problemas de seguridad, tales como inflamación local y sistémica, estimulación de anticuerpos autorreactivos y autoinmunidad, así como desarrollo de edema (inflamación) y coágulos de sangre”.

La inflamación sistémica, los anticuerpos autorreactivos y las cuestiones autoinmunes representan problemas significativos. De hecho, estas son en gran parte las razones por las que se ha fracasado en TODOS los intentos anteriores por crear una vacuna contra el coronavirus.

Durante los últimos 20 años, las investigaciones sobre la vacuna contra el coronavirus han tenido un resultado adverso constante en particular, es decir, una mejora inmunológica paradójica.

Esto se debe a que los coronavirus producen dos tipos diferentes de anticuerpos: anticuerpos neutralizantes que combaten la infección y anticuerpos de unión (también conocidos como anticuerpos no neutralizantes) que no pueden prevenir la infección viral.

Al ser incapaces de prevenir la infección viral, los anticuerpos de unión pueden desencadenar una mejora inmunológica paradójica. Esto significa que se ve bien hasta que se contrae la enfermedad, y entonces el resultado es mucho peor al que debió haber sido. En un ensayo de la vacuna contra el coronavirus con hurones, todos los animales vacunados murieron cuando se expusieron al virus real.

Según Madej, los estudios en animales también han encontrado que el tipo de tecnología de ARNm introducido a través de esta vacuna puede aumentar el riesgo de cáncer y mutagénesis (mutaciones genéticas).

Todo lo que necesita saber sobre el sistema de administración

Madej también habla sobre la forma en que se administrará esta vacuna de ARNm. En lugar de una inyección convencional, la vacuna se administrará utilizando una plataforma de microagujas. Esto no solo aumenta su producción en masa, sino que también hace que pueda ser administrada por cualquier persona. Es tan simple como ponerse un vendaje adhesivo en el brazo.

El lado adhesivo del vendaje tiene filas de microagujas diminutas y una base de hidrogel que contiene la enzima luciferasa y la propia vacuna. Debido a su pequeño tamaño, se dice que las microagujas no generan dolor cuando se inyectan contra la piel.

La idea es que las microagujas perforarán la piel y transportarán el ARN sintético modificado al núcleo de sus células. El ARN es material de codificación que utiliza su cuerpo. En este caso, como se mencionó, las instrucciones son producir la proteína viral de SARS-CoV-2.

Los genes sintéticos se pueden patentar. Si insertar un ARN sintético termina creando cambios permanentes en el genoma, los humanos tendrían genes patentables. Pero, si las patentes tienen dueños y los dueños tienen los derechos de las patentes, entonces ¿qué significará todo eso para nosotros?

De acuerdo con Madej, el problema con todo esto, es que están utilizando un proceso llamado transfección, el cual se usa para crear organismos transgénicos. Señala que las investigaciones han confirmado que los alimentos transgénicos no son tan saludables como los alimentos convencionales. La pregunta es, ¿podría afectar nuestra salud?

“Los fabricantes de vacunas han declarado que esto no alterará ni nuestro ADN, ni nuestro genoma”, dice Madej. “Yo digo que eso no es cierto. Porque si utilizamos este proceso para hacer un organismo transgénico, ¿por qué no tendría el mismo efecto en un humano? No sé por qué dicen eso.

La definición de transfección dice que puede ser un cambio temporal en la célula. Y creo que a eso es a lo que le apuestan los fabricantes de vacunas.

O, existe la posibilidad de que se estabilice, se incorpore al genoma y sea tan estable que comience a replicarse cuando el genoma se replica. Lo que significa que ahora será parte de su genoma, pero de forma permanente. Esa es otra de las posibilidades. Es decir, puede ser temporal o puede ser permanente”.

ADN, luciferasa y nanotecnología patentables

Obviamente, tendrán que pasar muchos años desde su lanzamiento experimental, para saber si la vacuna provoca un cambio temporal o permanente y eso es algo muy importante.

¿Por qué? Porque los genes sintéticos pueden patentarse. Entonces, si insertar un ARN sintético termina creando cambios permanentes en el genoma, los humanos tendrán genes patentables. Pero, si las patentes tienen dueños y los dueños tienen los derechos de las patentes, entonces ¿qué significará todo eso para nosotros?

Otra característica del sistema de administración que da lugar a dudas es el uso de la enzima luciferasa, que tiene cualidades bioluminiscentes. Si bien es invisible en condiciones normales, al utilizar una aplicación en el teléfono inteligente o un dispositivo especial, podrá ver como brilla su marca de vacunación.

Como se describió en la revista RSC Advances en 2015, los puntos cuánticos cargados con genes de luciferasa “pueden transportar genes de manera eficiente a las células”. El resumen del artículo analiza su uso como “sondas autoiluminantes para obtener imágenes de hepatoma”, pero el hecho de que los puntos cuánticos pueden administrar material genético es interesante por sí solo.

Mientras que, el hidrogel, es un invento de DARPA que involucra nanotecnología y nanobots. Según Madej, esta “interfaz bioelectrónica” es parte de cómo la marca de vacunación podrá conectarse a su teléfono inteligente y le proporcionará información sobre el azúcar en la sangre, la frecuencia cardíaca y otros datos biológicos.

“Tiene el potencial de ver casi cualquier cosa que sucede en su cuerpo”, dice Madej. Esto afectará nuestra privacidad, ya que no se ha establecido a dónde irá a parar toda esa información. ¿Quién recopilará y tendrá acceso a todos estos datos? ¿Quién será el responsable de protegerlos? ¿Cómo va a utilizarlos?

Además, si su teléfono inteligente puede recibir información de su cuerpo, ¿qué pasa con su cuerpo? ¿qué efectos tiene todo esto? ¿Podrían las transmisiones afectar nuestro estado de ánimo? ¿Nuestro comportamiento? ¿Nuestra función física? ¿Nuestros pensamientos o recuerdos?

¿Qué es el transhumanismo?

En su artículo de Forbes, Sahota cita el libro The Singularity Is Near: When Humans Transcend Biology de Kurzweil, en el que el autor señala:

“La Singularidad representará la culminación de la fusión de nuestro pensamiento y existencia biológica con nuestra tecnología, dando como resultado un mundo que aún es humano pero que trasciende de nuestras raíces biológicas”.

Si Madej está en lo cierto y la vacuna de ARNm marca el comienzo de la capacidad de alterar no solo nuestros genes, sino que también abre la puerta para una interfaz impulsada por la nanotecnología entre nuestros cuerpos y la tecnología programable, ¿podría significar que estamos entrando en la era transhumanista?

Incluso se ha intentado sin cesar cargar la mente humana en la nube, lo que finalmente creará una forma de “mente colmena digital” en la que todos se comunican a través de la “telepatía wifi”. Esto, a pesar del hecho de que todavía no comprendemos por completo qué es “la mente”, ni en dónde se encuentra.

Neuralink: el principio de un desastre psiquiátrico

Elon Musk es otro transhumanista que hace poco nos presentó un abismo completamente nuevo y se trata de su última aventura, Neuralink, la cual describió en su última presentación a finales de agosto. Neuralink es un implante transcraneal que utiliza estimulación de corriente continua. Por ahora, el dispositivo está destinado a ayudar a personas con lesiones de la médula espinal o cerebrales.

En última instancia, el objetivo es fusionar el cerebro humano con las computadoras. Esto me preocupa mucho. Ya que podría tener graves consecuencias psicológicas y psiquiátricas. En una entrevista que aún no se ha publicado con el psiquiatra Dr. Peter Breggin, dijo que también le preocupa toda esta tecnología, al señalar:

“Lo que me interesa es que, aunque Musk es muy brillante, no sabe mucho sobre el cerebro. Probablemente se deba a que los neurocirujanos y psiquiatras a los que consulta tampoco saben mucho sobre el cerebro. Y lo que quiero decir es que se trata de algo estúpido.

Quiere colocar varios electrodos en el cerebro, en redes de neuronas y aplicar estimulación de bajo voltaje. Esto es una locura. El cerebro no puede tolerarlo. Y de esa forma, espera poder comunicarse, pero no habrá tal comunicación.

El cerebro no va a hablar a través de esos electrodos. No es así como funciona el cerebro. El cerebro habla consigo mismo. No hablará con Elon Musk [ni con nadie más], lo único que logrará es dañar el cerebro. Hacerlo sería terrible.

Ojalá alguien que conozca a Elon Musk le dijera: Deberías hablar con Peter Breggin. Dice que sus asesores no saben sobre el tema. Por lo que, ya está planeando tratar de obtener una aprobación de la FDA para algunos trastornos neurológicos y creo que ese será el inicio de una pelea”.

¿Es inevitable entrar a la era del transhumanismo?

Volviendo a las vacunas de ARNm, el tiempo dirá qué tan peligrosas serán. Está claro que, si los cambios terminan siendo permanentes, la posibilidad de efectos secundarios a largo plazo es mucho mayor que si terminan siendo temporales.

En el peor de los casos, cualquier cambio que ocurra podría ser incluso generacional. El problema es que estos problemas no serán evidentes a corto plazo. En mi opinión, esta vacuna podría convertirse en una catástrofe mundial, algo que nunca antes hemos experimentado.

Pero no debemos apresurarnos a descartar la idea de que estas vacunas pueden causar cambios genéticos permanentes, porque existen pruebas de que incluso las vacunas convencionales tienen la capacidad de hacerlo, y eso que no involucran insertar ARN sintético.

La vacuna rápida contra la gripe porcina causó alteraciones genéticas

Después de la pandemia por gripe porciona H1N1 de 2009, la vacuna contra la gripe porcina con adyuvante ASO3 Pandemrix (una vacuna de seguimiento rápido utilizada en Europa, pero no en los Estados Unidos en 2009-2010) se relacionó con la narcolepsia infantil, cuyos casos aumentaron de manera significativa en varios países.

Los niños y adolescentes en Finlandia, Reino Unido. y Suecia fueron los más afectados. Otros análisis detectaron un aumento en los casos de narcolepsia entre los adultos que recibieron la vacuna, sin embargo, este vínculo no fue tan obvio como en los niños y adolescentes.

Un estudio realizado en 2019 reportó haber encontrado una “nueva relación entre la narcolepsia asociada a Pandemrix y el gen de ARN no codificante GDNF-AS1”, un gen que supuestamente regula la producción del factor neurotrófico derivado de la línea de células gliales o GDNF, una proteína muy importante para la supervivencia neuronal.

También confirmaron una fuerte relación entre la narcolepsia inducida por la vacuna y un cierto haplotipo, que sugirió “la variación en los genes relacionados con el sistema inmunológico y la supervivencia neuronal para aumentar la susceptibilidad a la narcolepsia inducida por Pandemrix en ciertas personas”.

Además de eso, existe una investigación que demuestra que la vacuna contra la gripe porcina H1N1 fue una de las cinco vacunas inactivadas que aumentaron la mortalidad general, en especial entre las niñas. En 2009, es decir, hace 11 años, escribí un artículo sobre la gripe porcina que, al final resultó tener una advertencia bastante profética:

“No se ha probado la seguridad ni la eficacia de la vacuna contra la gripe porcina, pero SÍ sabemos que contendrá aditivos dañinos. Para mí es algo obvio.

Y en el futuro, cada vez que aparezca una nueva ‘pandemia’ y las autoridades le recomienden vacunarse lo más rápido que pueda, recuerde este artículo y pregúntese si realmente es usted el más beneficiado por esta recomendación”.

El fraude de la gripe porcina de 1976

También podemos aprender del fraude de la gripe porcina de 1976, del que se habla a detalle en este episodio de “60 Minutes” emitido en 1979. De acuerdo con “60 Minutes”, ante el temor de que se repitiera la pandemia de gripe española de 1918, “el gobierno puso en marcha su maquinaria propagandística diciendo que todas las personas que viven en Estados Unidos deben vacunarse”.

Según “60 Minutes”, en aquel tiempo, 46 millones de estadounidenses se vacunaron contra la gripe porcina. En los años siguientes, miles de personas presentaron reclamos por daños ante el gobierno federal. Según lo informado por la revista Smithsonian en el 2017:

“En la primavera de 1976, parecía que la gripe era un problema real. Alerta de spoiler: No era así y la respuesta apresurada provocó un desastre médico que hasta la fecha no se ha podido resolver por completo.

‘Parte de la indecisión del público de apoyar las vacunas, en particular la vacuna contra la gripe, se puede atribuir a los efectos duraderos de una campaña de 1976 para vacunar al público contra una cepa de la gripe porcina’, explica Rebecca Kreston para Discover.

‘Esta campaña dirigida por el gobierno se consideró un desastre y dejó una huella irreparable en las iniciativas de salud pública, además de influir en la percepción del público frente a la gripe y la vacuna contra la gripe’”.

Un informe de 1981 por parte de la Oficina de Contabilidad General de los Estados Unidos para el Senador John Durkin, demócrata por Nuevo Hampshire., explica lo siguiente:

“Antes del programa de la gripe porcina, el gobierno había recibido muy pocas demandas relacionadas con las vacunas. Desde 1963, los registros del Servicio de Salud Pública mostraron que solo se presentaron 27 reclamos que no estaban relacionados con la gripe porcina.

Sin embargo, al 31 de diciembre de 1979, descubrimos que se habían presentado 3839 reclamos y 988 demandas contra el gobierno que alegaban lesiones, muerte u otros daños como resultado de las 45 millones de vacunas contra la gripe porcina que se administraron bajo el programa.

Un funcionario explico que, al 2 de octubre de 1980, se habían presentado 3965 reclamos y 1384 demandas. De los 3965 reclamos presentados, el funcionario explicó que 316 se habían resuelto por unos 12.3 millones de dólares”.

Se debió haber aprendido algo de los devastadores efectos secundarios de la vacuna Pandemrix. Nadie anticipó que una vacuna contra la gripe tuviera consecuencias genéticas. Ahora proponen inyectar ARNm para hacer que cada célula de su cuerpo produzca la proteína spike del SARS-CoV-2.

Sería tonto asumir que no habrá consecuencias significativas. Quizá es el inicio del transhumanismo. El engaño de la gripe porcina de 1976 también debió darnos una lección, ya que deja al descubierto que las campañas de vacunación masiva siempre han causado más daños que beneficios.

¿La vacuna contra la influenza podría aumentar el riesgo pandémico de COVID-19?

Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 10 de septiembre del 2020.

HISTORIA EN BREVE

  • Las personas que recibieron la vacuna contra la influenza entre 2008 y 2009 tuvieron una probabilidad 1.4 y 2.5 veces mayor de infectarse con el virus H1N1 en la primavera y el verano de 2009 que aquellas personas que no recibieron la vacuna contra la influenza estacional
  • Un estudio doble ciego y controlado con placebo en hurones confirmó los resultados, al demostrar que la vacuna para la influenza estacional empeoró los síntomas después de exponerse al virus H1N1
  • Un estudio del 2011 encontró que la vacuna para la influenza estacional podría debilitar el sistema inmunológico de los niños y aumentar sus posibilidades de enfermarse de los tipos de influenza no incluidos en la vacuna
  • En un estudio de 2012, los niños que recibieron vacunas inactivas para la influenza tenían un riesgo 4.4 veces mayor de contraer infecciones por virus respiratorios distintos a la influenza en los nueve meses posteriores a la inoculación
  • En un estudio de 2020 se encontró que las personas tenían una probabilidad 36 % mayor de contraer algún tipo infección por coronavirus si se vacunaron contra a la influenza

Es posible que estén preparando la “tormenta perfecta” para el otoño. Aún se desconoce si la temporada de influenza terminará desarrollando un resurgimiento de brotes de SARS-CoV-2, o incluso un nuevo SARS-CoV-3. Existe la posibilidad de que la vacuna para la influenza podría aumentar el riesgo de que las personas contraigan otras infecciones virales.

En un artículo publicado el 12 de junio de 2020 en la revista Science, Michael Osterholm, virólogo y director del Centro de Investigación y Política de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Minnesota en Minneapolis, y Edward Belongia, director del Centro de Epidemiología Clínica y Salud de la Población en Marshfield Clinic Research Institute en Marshfield, Wisconsin, escriben lo siguiente:

“Existen diferencias importantes en la epidemiología del COVID-19 y la influenza estacional, pero los síntomas coinciden. La perspectiva de un resurgimiento del COVID-19 requiere planificación para garantizar la entrega de vacunas contra la influenza a principios del otoño.

Aún se desconoce el momento de vacunación contra la influenza en personas con COVID-19 confirmado. No hay estudios clínicos sobre los efectos de la vacuna para la influenza en personas con COVID-19, pero podría ser prudente retrasar la aplicación de la vacuna hasta que la enfermedad se haya resuelto.

Es posible que los casos de COVID-19 e influenza aumenten entre el 2020 y el 2021. Aún no lo sabemos, pero debemos prepararnos en los próximos meses”.

La “información falsa” se basa en las publicaciones científicas

Osterholm y Belongia enfatizan que hay “información falsa de que la vacuna contra la influenza aumenta el riesgo de infección por SARS-CoV-2” promovida por Judy Mikovits, y que “los científicos, los proveedores de atención médica y los líderes de salud pública deben contrarrestar estas afirmaciones con información clara y con base en pruebas sobre la importancia de la vacuna contra la influenza durante la pandemia del COVID-19″.

Pero esta supuesta “información falsa” no es un rumor de la nada. Como suele ser el caso, Osterholm y Belongia en realidad están insultando a sus compañeros virólogos e investigadores cuando consideran que dichas afirmaciones son falsas, al ver cómo hay investigaciones publicadas que muestran que la vacuna para la influenza podría empeorar los resultados durante las pandemias virales.

Si Osterholm y Belongia quisieran ser claros, deberían analizar los estudios utilizando métodos y razonamientos científicos y no descartarlos como información inventada.

El hecho de que los estudios revisados por expertos hayan llegado a la conclusión de que la vacuna contra la influenza podría aumentar el riesgo de contraer una enfermedad pandémica más grave, necesita mayor consideración y revisión.

Sin embargo, no me sorprende ver cómo Osterholm parece ignorar la realidad de las publicaciones científicas. En una entrevista del 10 de marzo de 2020 con Joe Rogan, en la que surgió el origen del SARS-CoV-2, Osterholm afirmó que “no es posible haber creado un virus como este para hacer lo que está haciendo, ya que no tenemos la imaginación o el conjunto de habilidades para hacerlo”. 

Esto no concuerda con la realidad. La investigación publicada demuestra que tenemos la tecnología, el conocimiento y la “imaginación” para crear el SARS-CoV-2.

La vacuna contra la influenza aumentó el riesgo pandémico de H1N1

Entonces, ¿cuál es el sustento de estas afirmaciones? Entre las investigaciones que plantean serias dudas sobre las vacunas para la influenza y su impacto en las enfermedades virales se incluye una revisión de 2010 de PLOS Medicine, dirigida por el Dr. Danuta Skowronski, un experto canadiense en influenza del Centro para el Control de Enfermedades en British Columbia, que encontró que la vacuna aumentó el riesgo de que las personas contraigan la gripe porcina H1N1 y desarrolle episodios más graves de enfermedad.

Las personas que recibieron la vacuna para la influenza entre el 2008 y el 2009 tuvieron una probabilidad 1.4 y 2.5 veces mayor de infectarse con el virus H1N1 en la primavera y el verano del 2009 que las que no recibieron la vacuna contra la influenza estacional.

En total, se encontraron resultados idénticos en cinco estudios de observación realizados en varias provincias canadienses. Estos hallazgos también confirmaron datos preliminares de Canadá y Hong Kong. Como el profesor australiano experto en enfermedades infecciosas Peter Collignon le explicó a la red de televisión y radio estadounidense ABC News en ese momento:

“Se dispone de algunos datos que sugieren que si te pones la vacuna estacional obtienes una protección menos amplia que si contraes una infección por la vía natural.

Es posible que nos estemos planteando la idea de que, si surge algo nuevo y desagradable, las personas que han sido vacunadas podrían ser más susceptibles en comparación con contraer esta infección de manera natural”.

Resultados confirmados del estudio

Para verificar los hallazgos, Skowronski y otros investigadores realizaron un estudio en hurones. Sus hallazgos se presentaron en el evento “2012 Interscience Conference on Antimicrobial Agents and Chemotherapy”. Según lo informado por el sitio web MedPage Today:

“Un estudio doble ciego y controlado en animales sugiere que el uso de la vacuna para la influenza estacional empeoró los síntomas después de la exposición a la influenza H1N1. Los hurones vacunados también acumularon títulos de virus pulmonares mucho mayores: 4.96 ufp/ml frente a 4.23 ufp/ml.

‘Descubrimos que los hallazgos en los hurones eran congruentes con los estudios previos en humanos’, explicó Skowronski y señaló que el experimento utilizó hurones, ya que son considerados como excelentes modelos de infección de la influenza humana.

‘En Canadá necesitábamos hacer un seguimiento de esos estudios. Indican algo importante sobre la interacción entre los virus estacionales y pandémicos’, explicó.

‘Primero, las personas atribuyeron los hallazgos humanos a prejuicios y confusión. Ese es un problema común con los estudios de observación. Nuestros estudios en hurones demostraron que los hallazgos no se podían explicar por motivos de confusión.

Puede haber un efecto directo de la vacuna en el que la vacuna estacional creo algunos anticuerpos de reacción cruzada que reconocieron el virus pandémico H1N1, pero dichos anticuerpos tenían menores niveles y no eran efectivos para neutralizar el virus’’, continuó, al explicar que, en lugar de matar el virus, en realidad podría facilitar su ingreso en las células”.

La vacuna contra la influenza aumenta el riesgo de infecciones respiratorias

Un estudio publicado en Journal of Virology en 2011 encontró que la vacuna para la influenza estacional podría debilitar el sistema inmunológico de los niños y aumentar las posibilidades de enfermarse de los tipos de influenza no incluidos en la vacuna.

Además, cuando se compararon las muestras de sangre de 27 niños sanos sin vacunar y 14 niños que habían recibido una vacuna anual contra la influenza, se descubrió que el grupo sin vacunar había acumulado de forma natural más anticuerpos en una variedad más amplia de cepas de influenza en comparación con el último grupo vacunado, que es el tipo de situación a la que hace referencia Collignon.

En un estudio de 2012, los niños que recibieron vacunas inactivas para la influenza tenían un riesgo 4.4 veces mayor de contraer infecciones por virus respiratorios distintos a la influenza en los nueve meses posteriores a la inoculación.

Los autores propusieron la teoría de que “al estar protegidos contra la influenza, los receptores de la vacuna inactivada para la influenza podrían carecer de una inmunidad inespecífica que los proteja contra otros virus respiratorios”.

La infección natural y la inoculación confieren protecciones diferentes

Entonces, por un lado, los estudios han demostrado que cuando se recibe la vacuna contra la influenza, podría volverse más propenso a la influenza causada por los tipos de virus que no están contenidos en la vacuna u otras enfermedades respiratorias virales, incluidas las infecciones por coronavirus (más sobre esto a continuación).

Por el contrario, los investigadores descubrieron que los resfriados comunes causados por los betacoronavirus OC43 y HKU1 en realidad podrían hacerlo más resistente a la infección por SARS-CoV-2 y que la inmunidad podría durar hasta 17 años.

Los autores sugieren que, si ha vencido un resfriado común causado por un betacoronavirus OC43 o HKU1 en el pasado, podría tener una probabilidad del 50 % de tener células T que puedan reconocer y defenderlo contra el SARS-CoV-2.

Vacunarse contra la influenza podría aumentar el riesgo de infección por coronavirus

Entonces, ¿qué sucede con el SARS-CoV-2? ¿Existe alguna evidencia que sugiera que las vacunas contra la influenza también podrían hacer que las personas sean más susceptibles a este virus? Hasta ahora, nadie ha analizado el SARS-CoV-2 de manera específica, pero hay hallazgos que demuestran que las vacunas contra la influenza estacional pueden empeorar las infecciones por coronavirus en general.

Aunque la vacuna contra la influenza estacional no aumentó el riesgo de todas las infecciones respiratorias, está ‘relacionada de manera significativa con un coronavirus no especificado.

El SARS-CoV-2 es uno de los siete coronavirus diferentes que se sabe que causan enfermedades respiratorias en humanos. Cuatro de ellos causan síntomas relacionados al resfriado común: 229E, NL63, OC43 y HKU1.

Además del resfriado común, también se sabe que el OC43 y HKU1, dos de los betacoronavirus más encontrados, causan bronquitis, agravan la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y neumonía en todas las personas. Los otros tres coronavirus humanos, que pueden causar enfermedades respiratorias más graves, son: SARS-CoV, MERS-CoV y SARS-CoV-2.

Un estudio publicado en la edición del 10 de enero de 2020 de la revista Vaccine encontró que las personas que eran más propensas a contraer alguna forma de infección por coronavirus habían sido vacunadas contra la influenza. Como se señaló en este estudio, titulado “Influenza Vaccination and Respiratory Virus Interference Among Department of Defense Personnel During the 2017-2018 Influenza Season”:

“Recibir la vacuna contra la influenza podría aumentar el riesgo de otros virus respiratorios, un fenómeno conocido como interferencia viral. Los diseños de estudio con prueba negativa a menudo se utilizan para calcular la efectividad de la vacuna contra la influenza.

El fenómeno de interferencia se contrapone a la concepción básica de la efectividad de la prueba negativa del estudio de la vacuna, que dice que el vacunarse no modifica el riesgo de infección por otros padecimientos respiratorios. Por lo que la efectividad de la vacuna, que está posiblemente sesgada, brinda resultados que se inclinan a un panorama positivo.

Este estudio tuvo como objetivo investigar la interferencia del virus al comparar el estado del virus respiratorio entre el personal del Departamento de Defensa en función de su estado de vacunación contra la influenza. Además, se examinaron los virus respiratorios por separado y su relación con la vacuna contra la influenza”.

Aunque la vacuna para la influenza estacional no aumentó el riesgo de todas las infecciones respiratorias, de hecho, estuvo “relacionada con un coronavirus no especificado (lo que significa que no mencionó al SARS-CoV-2) y el metapneumovirus humano” (hMPV).

Aquellos que recibieron una vacuna contra la gripe estacional tenían una probabilidad 36 % mayor de contraer la infección por coronavirus y un 51 % mayor de contraer la infección por hMPV que las personas sin vacunarse.

Es muy revelador ver la lista de síntomas de hMPV, ya que los principales síntomas incluyen fiebre, dolor de garganta y tos. Los adultos mayores y las personas inmunocomprometidas tienen un riesgo mayor de padecer una enfermedad grave por hMPV, cuyos síntomas incluyen dificultad para respirar y neumonía. Todos estos síntomas también se aplican al SARS-CoV-2.

¿Las vacunas contra la influenza aumentaron la mortalidad en Italia?

En una publicación reciente en su blog, el Dr. Michael Murray analiza la posibilidad de que las vacunas contra la influenza estacional podrían haber contribuido a la mortalidad tan elevada por COVID-19 que se observó en Italia. Señala que:

“Las respuestas de la población mayor y la falta de medidas de distanciamiento social lo suficientemente pronto no explican lo que está sucediendo. Mi colega, el Dr. Alex Vasquez, me proporcionó información muy valiosa.

En septiembre de 2019, Italia lanzó un tipo nuevo de vacuna para la influenza. Esta vacuna conocida como VIQCC es diferente a las otras. La mayoría de las vacunas para la influenza disponibles se producen en los huevos embrionados. La vacuna VIQCC se produce a partir de células animales cultivadas en lugar de huevos y, como resultado, estimula más el sistema inmunológico.

La VIQCC también contiene cuatro tipos de virus: 2 virus tipo A (H1N1 y H3N2) y 2 virus tipo B. Parece que esta vacuna estimula el sistema inmunológico de tal manera que aumentó la infección por coronavirus a través de la interferencia del virus que propició el escenario para lo que sucedió en Italia”.

¿Vacuna acelerada contra el COVID-19 y vacuna para la influenza al mismo tiempo?

No hace falta decir que tampoco se sabe cuáles podrían ser los efectos si las personas se vacunan contra la influenza y el SARS-CoV-2 en la misma temporada. Ni siquiera sabemos cuáles podrían ser los efectos de la vacuna contra el SARS-CoV-2, aunque todas las vacunas contra el coronavirus han provocado una enfermedad más devastadora y un mayor riesgo de muerte.

Los resultados preliminares del ensayo de Fase 1 de Moderna demostraron que la vacuna (ARNm-1273) causó efectos secundarios sistémicos en el 80 % de las personas que recibieron la dosis de 100 microgramos (mcg).

Los efectos secundarios incluyeron desde fatiga (80 %), escalofríos (80 %), dolor de cabeza (60 %) y mialgia o dolor muscular (53 %). Después de la segunda dosis, todas las personas en el grupo de 100 mcg experimentaron efectos secundarios.

Es importante considerar que, a diferencia de la vacuna contra la influenza, la vacuna contra el coronavirus tendrá una segunda dosis y lo más probable es que se recomiende de manera anual, al igual que la vacuna contra la influenza.

Se dividió a las 45 personas en tres grupos de 25 mcg, 100 mcg y 250 mcg, con 15 participantes en cada uno. Incluso en el grupo de menores dosis, una persona (6 %) se enfermó tanto que necesitó atención médica de emergencia. En el grupo de dosis alta (250 mcg), el 100 % de las personas sufrieron efectos secundarios después de la primera y la segunda dosis, y tres de ellas sufrieron “uno o más eventos graves”.

Es importante considerar que se trataba de personas sanas de entre 18 y 55 años, que no padecían sobrepeso, no fumaban y no tenían antecedentes familiares de problemas respiratorios o convulsiones. Se excluyeron a las personas con asma, diabetes, artritis reumatoide u otras enfermedades autoinmunes.

¿Qué podría suceder cuando se administra una vacuna, que envía a personas sanas al hospital, a personas mayores o personas con problemas de salud graves? Luego, añada la posibilidad de ser más propenso a enfermedades respiratorias por recibir la vacuna para la influenza estacional. El resultado final parece bastante obvio y no será nada bueno.

He escrito muchos artículos que indagan la poca eficacia de las vacunas contra la influenza y varios más sobre los posibles problemas que enfrentamos debido a las vacunas de ARNm contra el COVID-19. Con suerte, la cordura y el pensamiento lógico surgirán antes de que sea demasiado tarde, pero ahora, parece que vamos encaminados hacia un desastre.

Solo queda defender nuestro derecho a elegir, a optar por no participar y a luchar contra los mandatos de vacunas dondequiera que aparezcan, sin importar la vacuna en cuestión, porque los precedentes anteriores permiten que el gobierno continúe imponiendo cada vez más vacunas peligrosas.

Las cetonas son el cuarto combustible

Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 09 de septiembre del 2020.

HISTORIA EN BREVE

  • El cuerpo puede utilizar cuatro tipos de combustible: carbohidratos, grasas, proteínas y cetonas. De todos estos, las cetonas son las más limpias. Generan una menor cantidad de radicales libres dañinos al quemarse y no dependen de la insulina
  • Cuando está generando cetonas y sus niveles aumentan, las cetonas ingresan a las células a través de una proteína de transporte de ácido monocarboxílico. Incluso sin un aumento en los niveles de insulina, las células se alimentan de manera adecuada
  • Con la alimentación actual en los Estados Unidos, la mayoría de las personas nunca logran alcanzar un estado de cetosis y quema de grasa. Alimentan su cuerpo con carbohidratos y, en este estado, no son capaces de quemar grasa. Con el tiempo, el sistema metabólico se deteriora, lo que resulta en resistencia a la insulina y aumento de peso
  • La cetosis nutricional es una manera poderosa de mejorar la capacidad antioxidante natural del cuerpo
  • Optimizar la salud metabólica parece ser una manera eficaz de reducir la gravedad de una infección por COVID-19. Esto se debe a que, cuando se es flexible metabólicamente no se genera resistencia a la insulina; la cual es un factor de riesgo significativo

Travis Christofferson ha escrito tres libros sobre cómo optimizar la salud metabólica. Su tercer libro se titula Ketones, The Fourth Fuel: Warburg to Krebs to Veech, the 250 Year Journey to Find the Fountain of Youth.

Resulta curioso que optimizar la salud metabólica parezca ser una manera eficaz de reducir la gravedad de la infección por COVID-19. Esto se debe a que cuando se es flexible metabólicamente, no se genera resistencia a la insulina. La diabetes y la resistencia a la insulina son factores de riesgo significativo.

En la década de 1920, se utilizó la dieta cetogénica para tratar la epilepsia pediátrica, pero una vez que llegaron los medicamentos anticonvulsivos en la década de 1930, quedo en el olvido. El ayuno tuvo el mismo destino.

Como señaló Christofferson, el ayuno terapéutico fue muy importante en los años 60, sin embargo, sus beneficios quedaron en el olvido a medida que se consolidaba la alimentación baja en grasas.

“[La cetosis nutricional] tuvo un resurgimiento en el año 2000, mientras que las personas comenzaron a reconocer que las cetonas eran otro combustible y tenían estos increíbles efectos terapéuticos”, explica Christofferson.

Hoy en día, mientras nos enfrentamos a una epidemia de resistencia a la insulina y sus efectos sobre la salud, que incluyen diabetes, enfermedades cardíacas y una mayor vulnerabilidad a las infecciones virales, la cetosis nutricional no podría ser más oportuna.

Los cuatro combustibles

Los cuatro combustibles son: carbohidratos, grasas, proteínas y cetonas. Los carbohidratos y las grasas son los dos principales. Las proteínas se utilizan como bloques de construcción, pero también se pueden descomponer y quemar como combustible. Solo que no se pueden almacenar para otra función que no sea combustible de emergencia por inanición.

La proteína también se puede convertir en glucosa a través de vías gluconeogénicas. Al ayunar, la proteína se puede utilizar como combustible alternativo, pero el mejor combustible son las cetonas. Christofferson explica la diferencia metabólica entre carbohidratos, grasas y cetonas de la siguiente manera:

“Por alguna razón, la vida eligió la glucosa como combustible principal. Todos los carbohidratos ingresan al mismo tipo de vía glucolítica y se queman o procesan a través de 10 pasos enzimáticos en Acetil-CoA, que ingresa al ciclo de Krebs. Luego, desprende de los sustratos que ingresan en la cadena de transporte de electrones para generar energía.

La forma de quemar grasa depende de la insulina. Entonces, al consumir muchos carbohidratos y liberar insulina a lo largo del día, se cierra el procesamiento de grasas y activa la lipogénesis, que es la formación de grasa, y todo se enfoca en la insulina.

Entonces, cuando los niveles de insulina son elevados, detienen la beta-oxidación, que es el proceso de quema de grasa. Cuando los niveles de insulina disminuyen durante un estado de ayuno o una dieta cetogénica, se activa la beta-oxidación. Entonces, las grasas entran y se procesan.

Lo que hace que las grasas sean únicas, y de esto no se habla, es que generan mucha energía. Dicha fuente cuenta con grandes cantidades de energía.

Entonces, el cuerpo tiene que encontrar una forma de procesarlo sin explotar las mitocondrias. La forma en que lo hace es que parte de la grasa se procesa a través del Complejo II de la cadena de transporte de electrones, que amortigua la energía dentro de la grasa para que pueda procesarse sin explotar las mitocondrias.

Luego, la Acetil-CoA entra en el ciclo de Krebs y pasa por un metabolismo normal. El punto importante es que la quema de grasa se interrumpe por el exceso de carbohidratos. Al ingresar a este estado de cetosis, la quema de grasa se activa, y cuando ocurre la beta-oxidación, se incluye en el proceso que genera cetonas.

Entonces, los niveles bajos de insulina les dicen a las células adiposas (células grasas) que liberen triglicéridos, grasa corporal almacenada, que ingresa a la circulación y a las células, y luego comienza la beta-oxidación. Dentro del hígado, que es la parte central de la cetosis, los hepatocitos del hígado son la línea de fabricación de cuerpos cetónicos.

A medida que aumenta la beta-oxidación, el oxaloacetato, que es el último metabolito del ciclo de Krebs, se extrae para generar glucosa, porque el cuerpo tiene que mantener un nivel de referencia de glucosa. La acetil-CoA no se puede combinar con el último sustrato del ciclo de Krebs, por lo que se acumula en los hepatocitos.

Y luego hay una enzima esperando esta acumulación de Acetil-CoA. Esta enzima comienza a transferir eso al acetoacetato, que luego se convierte en beta-hidroxibutirato e ingresa al torrente sanguíneo como un combustible preferido y muy eficiente. Entonces, esa es la diferencia metabólica entre estas fuentes de combustible”.

Las dietas ricas en carbohidratos dañan el metabolismo

Con la alimentación actual en los Estados Unidos, la mayoría de las personas nunca logran alcanzar un estado de cetosis y quema de grasa. Alimentan su cuerpo con carbohidratos y, en este estado, no son capaces de quemar grasa. Con el tiempo, el sistema metabólico se deteriora, lo que resulta en resistencia a la insulina y aumento de peso.

Como explicó Christofferson, la glucosa es una molécula muy rígida y, cuando está en la sangre, daña las células epiteliales, los nervios y casi todo lo demás. Por esta razón, el cuerpo debe desecharlo rápidamente. La insulina les dice a las células que absorban la glucosa para reducir el nivel de glucosa en la sangre.

Luego les dice que lo procesen al activar el último paso de la glucólisis, el complejo de piruvato deshidrogenasa, para que la glucosa pueda procesarse. Cuando esos dos sistemas se desgastan, el cuerpo desarrolla resistencia a la insulina. Lo que esto significa es que las células ya no responden a la insulina y, como consecuencia, los niveles de glucosa permanecen elevados.

También está quemando menos combustible, lo que disminuye todos los procesos metabólicos. Un estado de resistencia a la insulina significa que menos glucosa ingresa al ciclo de Krebs y disminuye la producción ATP.

La eficiencia con la que el cuerpo produce antioxidantes y neurotransmisores disminuye. Lo mejor es que el metabolismo de las cetonas evita por completo toda esta patología. No depende de las vías de la insulina.

Entonces, al generar cetonas, estas ingresan a la célula a través de una proteína modelo de transporte de ácido carboxílico. Incluso sin un aumento en los niveles de insulina, las células se alimentan de manera adecuada.

Las cetonas tampoco necesitan el complejo de piruvato deshidrogenasa. En cambio, las cetonas se dirigen al ciclo de Krebs. Entonces, las vías metabólicas se activan y su cuerpo es capaz de generar energía, antioxidantes y todo lo demás. El cerebro también obtiene el combustible que necesita para funcionar de manera adecuada.

Beneficios metabólicos de las cetonas

Las cetonas tienen una serie de beneficios específicos. Para empezar, son eficientes de manera termodinámica y metabólica, lo que significa que se queman de manera más limpia que la glucosa, lo que crea mucho menos daño e inflamación de los radicales libres. Christofferson explica lo siguiente:

“El beta-hidroxibutirato es un combustible metabólicamente superior. Está impregnado de más energía por dos unidades de carbono que la glucosa. Así que eso crea las bases. Al quemarlo, amplía la brecha de la cadena de transporte de electrones entre el complejo I y el par de coenzima Q.

La cadena de transporte de electrones elimina los electrones y los transfiere a una serie de complejos en la cadena de transporte cuando se quema combustible. Al hacerlo, inyecta un protón en el espacio interno de la membrana mitocondrial. Ese gradiente de protones genera ATP.

El beta-hidroxibutirato amplía esta brecha y existe más energía para capturar. Alimenta en exceso a nuestro metabolismo.

Cuando Veech y Krebs estaban estudiando estas funciones metabólicas, con estas parejas de coenzimas (el ATP es uno de ellos) que impulsan todo el metabolismo, comprendieron que existía una manera de aumentar el potencial energético de todas estas coenzimas de nucleótidos, lo que podría tener un efecto terapéutico inmenso para el metabolismo.

Pero no sabían cómo hacerlo. Cuando Veech se fusionó con Cahill y comenzó a estudiar esto, comprendieron que el beta-hidroxi hacía eso. Estaba impregnado de manera metabólica con la capacidad de aumentar la cantidad de energía en ATP, NADP, NADPH y Acetil-CoA.

Luego, observa lo que hace, ya que la producción de antioxidantes internos depende de la carga de NADPH. Con la cetosis, dicha carga aumenta de manera dramática. Entonces, podemos procesar los radicales libres de mejor manera”.

La cetosis mejora la producción de antioxidantes

El concepto de NADPH es muy importante, aunque no es muy valorado. Quizás sea tan importante como la NAD+, en especial con respecto a la recarga de antioxidantes intracelulares endógenos. Como explicó Christofferson, lo único que determina el estado antioxidante de una célula es la proporción redox de NADPH, y la única forma conocida de cambiar esa proporción es al quemar el beta-hidroxibutirato.

Existe la creencia de que se puede disminuir la cantidad de radicales libres al consumir antioxidantes, pero eso nunca se ha confirmado. Como señaló Christofferson:

“Krebs le escribió a Linus Pauling lo siguiente: ‘No entiendes de lo que estás hablando con respecto a la vitamina C.’ El ejemplo que trato de dar en el libro es que todos estos antioxidantes tienen que ser reciclados por NADPH. Entonces, la proporción de NADPH dicta la forma en que funcionan todos estos antioxidantes.

Si consume antioxidantes, es como tener un supermercado con 10 cajas registradoras y 10 controles. El paso que limita la rapidez con la que las personas se registran son las 10 cajas registradoras. Mientras que añadir 20 cajeros no ayuda. Esas 10 cajas registradoras son las que determinan cuántas personas entran al supermercado.

Lo mismo sucede con los antioxidantes. Puede consumir antioxidantes y añadirlos a la reserva de antioxidantes intracelulares, pero no se reciclan más rápido. Ese es un gran error sobre cómo funcionan los antioxidantes. Cuando se cambia a cetosis, existen profundas consecuencias terapéuticas con respecto a la producción de antioxidantes”.

Radiación y beneficios antienvejecimiento

Christofferson cita investigaciones que demuestran que cuando se administran ésteres de cetonas a ratones después de administrarles radiación, el daño cromosómico disminuye hasta un 50 %, en comparación con los ratones que consumieron una alimentación normal de carbohidratos.

Por lo tanto, considera que es aconsejable tomar ésteres de cetonas al hacerse una radiografía o al tomar un avión. Los ésteres de cetonas también podrían ayudar a contrarrestar los estragos normales del envejecimiento.

“Una de las teorías que ha resistido el paso del tiempo es la teoría del envejecimiento de los radicales libres de Harmon, que es que producimos muchos radicales libres endógenos, mediante el metabolismo normal. Y esto se ha considerado como la causa próxima del envejecimiento, porque es el principal evento dañino dentro de la célula”, dice.

“Una de las formas de disminuir esta constante producción endógena de radicales libres es a través de la cetosis, el ceto-metabolismo y el beta-hidroxibutirato, ya que detiene la producción de radicales libres.

El metabolismo del beta-hidroxibutirato en la cetosis también aumentará los niveles de NAD en nuestro cuerpo. Entonces, los precursores exógenos de NAD, las dietas cetogénicas, el ayuno o los suplementos de cetonas son métodos para detener este proceso de envejecimiento epigenético”.

El beta-hidroxibutirato también activa el FOXO3a, que es quizás una de las vías más importantes para combatir el envejecimiento. El FOXO3a, a su vez, cambia la expresión de otros genes.

Algunos de esos genes regulan la producción de antioxidantes internos como la catalasa y la superóxido dismutasa. Estos no son como los antioxidantes tradicionales que deben ser reciclados por NADPH. Operan por cetólisis tradicional, donde el superóxido se convierte en peróxido de hidrógeno y luego en agua.

Beneficios adicionales de los ésteres de cetonas

También hay algunos datos que sugieren que los ésteres de cetonas pueden ser beneficiosos para ciertos problemas de salud.

“En una persona que demuestra los primeros signos de demencia o Alzheimer, los ésteres [de cetonas] pueden aumentar los niveles de beta-hidroxibutirato a niveles parecidos a los de los medicamentos. Obtienes estos efectos pleiotrópicos de los ésteres de cetonas.

También inhibe el inflamasoma NLRP3, que es el complejo que desencadena la inflamación. Entonces, los niveles elevados de beta-hidroxibutirato pueden suprimir la inflamación. [También] puede actuar como un reprogramador epigenético. Inhibe las proteínas HDAC, que son proteínas que instalan las etiquetas en las histonas, para cambiar la expresión genética.

Los datos iniciales demuestran que las personas que atraviesan algún proceso patológico pueden beneficiarse más de un éster que una persona sana que solo busca una mejor calidad de vida. Dicho esto, es un compuesto natural y una fuente de combustible. En realidad, es consumir alimentos, de alguna manera.

Si hace mucho ejercicio, está a punto de hacerse una radiografía o tomar un vuelo, creo que un éster de cetona es algo razonable para eso. Pero nadie sugiere que logre reemplazar las estrategias más importantes, que son una buena alimentación, ejercicio y ayuno, ya que este tipo de [estrategias] ayudan a producir cetonas.”

El aceite de TCM es una alternativa

Otra opción es utilizar aceite TCM, ya que este tipo de grasa ayuda a producir cetonas. Consumo alrededor de 6 onzas de ácido caprílico al día, ya que necesito muchas calorías debido a mi rutina diaria de ejercicio. Necesito al menos 3500 a 4000 calorías al día. Consumo más de 1000 calorías al día de aceite TCM, lo cual es adecuado ya que obtengo los beneficios metabólicos que se comentan en este artículo.

El aceite TCM también es más económico que los ésteres de cetonas. Dicho esto, 6 onzas es mucho más de lo que la mayoría de las personas podrían tolerar. Comience con 1 cucharadita y parta desde allí. Tenga cuidado de tomarlo con muchas otras grasas y no tome más de 4 cucharadas a la vez; de lo contrario, podría sentir náuseas.

“Los TCM son una manera de entrar en cetosis [ya que] evitan estas vías de control”, explica Christofferson. “Por lo general, es necesario tener menores niveles de insulina que libera triglicéridos, y luego se procesan en los hepatocitos para formar beta-hidroxibutirato.

Los aceites TCM van directamente a la célula y fuerzan esta producción, porque aumentan la cantidad de Acetil-CoA. Eso crea beta-hidroxibutirato. Incluso cruzan la barrera hematoencefálica, lo que la mayoría de los ácidos grasos no hacen.

Entonces, las neuronas producen cetonas en el cerebro. Una de las principales patologías del Alzheimer es la resistencia a la insulina en el cerebro. Entonces, el cerebro necesita energía. No es capaz de procesar la glucosa. Los aceites TCM irán al cerebro manera directa. O producirán cetonas en la sangre e irán directamente al cerebro, para evitar toda esa patología y llenar dicho vacío energético”.

Importancia de la cetosis

Aunque muchos creen que es mejor permanecer en cetosis nutricional de forma continua, no estoy de acuerdo con este enfoque. Creo que puede ser muy contraproducente mantener un régimen bajo en carbohidratos de forma continua.

La glucosa incrementa los niveles de insulina, mientras que no es recomendable mantener niveles elevados. Pero también es una hormona anabólica que activa el IGF-1 y todas estas vías antibióticas, para su reparación.

Aunque es importante seguir un régimen bajo en carbohidratos hasta aumentar la flexibilidad metabólica y la sensibilidad a la insulina, lo que puede llevar meses o incluso años para algunas personas con sobrepeso, una vez que alcance ese estado, es importante aumentar el nivel de carbohidratos (según en su nivel de ejercicio) a 100 o 150 gramos una o dos veces por semana, en especial en los momentos en los que hace ejercicio.

Al hacerlo, es posible mejorar la flexibilidad metabólica, ya que se busca tener la capacidad de cambiar entre la quema de grasa y la glucosa. Como se mencionó, la glucosa es el combustible universal, por lo que tenemos que poder usarlo. Solo no queremos usarlo todo el tiempo.

Es importante mejorar la salud metabólica después del COVID

Optimizar la salud metabólica a través de la cetosis nutricional, que se alcanza a través de restringir el periodo de consumo de alimentos e incluir una dieta cetogénica cíclica, lo ayudará a tener una mayor confianza y menos miedo después del COVID. Como señaló Christofferson:

“Observar los datos y lo que está haciendo este virus no tiene mucha ciencia. Los funcionarios de salud hablan sobre las medidas de distanciamiento social y el uso de cubrebocas, pero no parece que se esté abordando la disfunción metabólica.

Podríamos haber dicho: “Una manera de detener la gravedad de la enfermedad es al comer bien; lo cual hubiera sido mucho mejor”. Pero evitan decirlo.

[La disfunción metabólica] siempre fue mala. Nunca logramos [abordarla]. El virus expuso este error, y aún tenemos que abordarlo.

Realmente demuestra los sesgos del pensamiento humano y cómo reaccionamos a los problemas, sin ver las consecuencias. Cuando se observan los costos del cierre de negocios frente a las consecuencias que estamos obteniendo, es exagerado. Tenemos que encontrar una manera de equilibrar eso de manera razonable.

Este virus mata de manera desproporcionada a las personas mayores. El costo por persona es de 1 millón de dólares, y si se pudiera tomar dinero, se podría salvar cientos de vidas de personas más jóvenes. Entonces, creo que nuestra respuesta es, en cierto modo, absurda, y no analiza el problema de la manera correcta.

Para mí, lo importante es observar la atención médica y cómo gastamos enormes cantidades de dinero en cada enfermedad sin mejorar.

Tenemos la solución en cada uno de nosotros. Es algo motivante, y eso es lo que quiero demostrar, cuán potente y disponible esta. Es posible acceder a él en cualquier momento”.

Para mayor información, consulte el libro de Christofferson titulado Ketones, The Fourth Fuel. Es realmente la información que necesita en este momento, por lo que la publicación de este libro no podría ser más apropiada.

Algas para tratar el SARS CoV-2

Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 08 de septiembre del 2020.

HISTORIA EN BREVE

  • Los investigadores han analizado los extractos de algas marinas como posibles tratamientos contra el SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19
  • Se analizó la dosis de cinco extractos de algas, lo que demuestra que la concentración efectiva inihibe el 50 % de la actividad viral, conocida como EC50; una EC50 más baja demuestra que el extracto es más eficaz
  • Los resultados demostraron que el extracto de las algas marinas RPI-27 tenían una EC50 de casi 83 nanomolar, en comparación con los 770 nanomolar del remdesivir
  • El remdesivir es un medicamento antiviral que ha demostrado ser prometedor en el tratamiento contra el COVID-19; sin embargo, se han reportado efectos secundarios graves, incluyendo la insuficiencia renal
  • Con los extractos de algas, no se encontró toxicidad celular, incluso en las concentraciones más altas, y en algunos casos superaron al remdesivir al combatir el SARS-CoV-2

Aunque las algas marinas son una novedad en la dieta occidental típica, excepto por una cena de sushi ocasional o un plato de sopa de miso, han sido un alimento básico en Japón, Corea y China desde la antigüedad. Es posible que en Japón las algas representen más del 10 % de la alimentación y se utilizan 21 tipos diferentes en la cocina diaria.

Las algas marinas son muy nutritivas y proporcionan una fuente rica de micronutrientes. Sin embargo, también tiene poderosas propiedades antivirales y los investigadores han estudiado extractos de algas marinas como posibles tratamientos contra el SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19.

Los extractos de algas marinas superan al estándar antiviral del COVID-19

Investigadores del Center for Biotechnology and Interdisciplinary Studies (CBIS) del Instituto Politécnico Rensselear analizaron la eficacia antiviral de los extractos de algas marinas contra el SARS-CoV-2 y obtuvieron resultados prometedores.

Se analizaron cinco polisacáridos sulfatados, incluyendo variantes de heparina, que se utilizan para la terapia anticoagulante, (heparina, heparina trisulfatada y una heparina de bajo peso molecular no anticoagulante) junto con los fucoidanos RPI-27 y RPI-28.

“Estamos aprendiendo cómo bloquear la infección viral, ya que necesitaremos saber eso si queremos enfrentar más rápido las pandemias”, dijo el investigador principal, Jonathan Dordick, para un comunicado de prensa. “En realidad no tenemos buenos antivirales. Necesitaremos muchísimos enfoques que podamos adaptar muy rápido a los virus emergentes para protegernos contra las futuras pandemias”.

Se analizó la dosis de cinco extractos de algas, lo que demuestra que la concentración efectiva inihibe el 50 % de la actividad viral, conocida como EC50; una EC50 más baja demuestra que el extracto es más eficaz. Los resultados en la concentración molar, demostraron que el RPI-27 tenía una EC50 de casi 83 nanomolar, en comparación con los 770 nanomolar del remdesivir, que se reveló a través de una investigación separada.

El remdesivir es un medicamento antiviral que ha demostrado ser prometedor en el tratamiento contra el COVID-19, sin embargo, se han reportado efectos secundarios graves, incluyendo la insuficiencia renal. Sin embargo, con los extractos de algas, no se encontró toxicidad celular, incluso en las concentraciones más altas.

En el caso de los otros extractos, la heparina tenía una EC50 de 2.1 micromolar, que era aproximadamente un tercio más activa que el remdesivir, mientras que la heparina no anticoagulante era casi una quinta parte tan activa que el remdesivir, con una EC50 de 5 micromolar.

Un nuevo método de tratamiento

Robert Linhardt, un profesor de Rensselaer que colabora con Dordick, dijo que lo más interesante es descubrir una nueva forma para tratar una infección:

“El pensamiento actual es que la infección por COVID-19 comienza en la nariz y cualquiera de estas sustancias podría ser la base para un aerosol nasal. Si pudiera tratar la infección a tiempo, o incluso tratarla antes de tenerla, tendría una forma de bloquearla antes de que ingrese al cuerpo”.

Debido a que los compuestos de algas también se pueden consumir por vía oral, también podrían ser beneficiosos para tratar las infecciones gastrointestinales, según Dordick. De hecho, mientras que el remdesivir se debe administrar por vía intravenosa, los extractos de algas se pueden administrar a través de un aerosol nasal, inhalador o por vía oral. Cuando se consumen por vía oral, los fucoidanos de las algas marinas son “generalmente reconocidos como seguros”.

Los extractos de algas parecen funcionar en el tratamiento contra el SARS-CoV-2 a través de lo que se conoce como técnica de señuelo, que se ha utilizado antes contra el dengue, Zika, influenza A y otros virus. De acuerdo con lo que reportó el Instituto Politécnico Rensselaer para un comunicado de prensa:

“La proteína spike en la superficie del SARS-CoV-2 se adhiere al receptor ACE-2, una molécula en la superficie de las células humanas. Una vez asegurado, el virus inserta su propio material genético en la célula y se apodera del mecanismo celular para producir réplicas del virus.

Pero el virus se podría persuadir muy fácil para que se fije en una molécula señuelo y ofrezca un ajuste similar. El virus neutralizado quedaría atrapado y en algún momento se degradaría de forma natural”.

Al unirse a la proteína spike del SARS-CoV-2, los polisacáridos sulfatados de las algas marinas podrían actuar como señuelos para interferir con la unión entre la proteína spike y el correceptor de heparán sulfato, lo que podría disuadir de manera eficaz la infección viral.

También vale la pena señalar que una investigación separada descubrió que los anticoagulantes como la heparina produjeron mejores resultados en los pacientes hospitalizados con COVID-19. Los pacientes intubados que recibieron heparina tuvieron un riesgo de mortalidad menor comparado con los que no la recibieron.

“Se desconoce si esto es el resultado de la heparina en la anticoagulación o si es un efecto de su actividad anti-SARS-CoV-2”, explicaron los investigadores del estudio.

Actividad antiviral de las algas

Aunque su uso contra el SARS-CoV-2 es nuevo, los extractos y polisacáridos de algas marinas que incluyen carragenina, alginato, fucano, laminaran y naviculan han sido reconocidos durante mucho tiempo por sus propiedades antivirales. Se estudió el extracto de seis especies de algas pardas de Hong Kong, la mayoría inhibió los tipos 1 y 2 del virus del herpes simple, con muy baja toxicidad para otras células. También fueron un poco efectivos para inhibir el virus respiratorio sincitial (VRS).

De hecho, se ha realizado un estudio de las algas marinas con la esperanza de encontrar nuevos compuestos para tratar las enfermedades virales. En uno de esos estudios, los polisacáridos de algas rojas y pardas inhibieron la reproducción del virus de la hepatitis C, mientras que otros han señalado sus diversos modos de acción.

“La diversidad estructural, la complejidad de los polisacáridos marinos y sus derivados contribuyen a sus actividades antivirales en diferentes fases de muchos procesos diferentes de infección viral”, escribieron los investigadores para la revista Carbohydrate Research, y señalaron que los extractos de algas marinas tienen la capacidad de inhibir la absorción del virus y provocar la transcripción y reproducción del mismo. Algunos también son inmunomoduladores.

En otro estudio, se investigaron 16 extractos de algas de la Columbia Británica y se descubrió que 15 de ellos tenían capacidades directas para matar virus.

Las algas probablemente influyeron en las bajas tasas iniciales del COVID-19 en Japón

En Japón donde los mariscos son un alimento básico, cuando inició la pandemia había pocos casos de infección por COVID19, sobre todo Hokkaido.

Al escribir en el Journal of Applied Phycology, investigadores de la Universidad de Coimbra y del Centro Verschuren de Canadá para la Sostenibilidad en Energía y Medio Ambiente sugirieron que podría haber una conexión y que las bajas tasas iniciales “posiblemente se relacionen con el consumo tradicional y generalizado de algas y el suministro regular de yodo en su alimentación”.

Aunque después incrementaron los casos, señalaron: “Estos informes sugieren que las algas marinas ayudaron a las poblaciones de Hokkaido a reducir el contagio en un período inicial, pero su consumo no era un arma 100 % efectiva …”

También se ha descubierto que los extractos de algas, incluyendo la carragenina, benefician el resfriado común, que es causado por diferentes virus respiratorios, incluyendo el coronavirus. En un estudio realizado a niños y adultos, se descubrió que un aerosol nasal de carragenina redujo la duración del resfriado común, incrementó la depuración viral y disminuyó la recaída de los síntomas.

La compañía farmacéutica Boehringer Ingelheim comercializa un aerosol nasal a base de carragenina, pero los investigadores cuestionaron por qué no fue reconocida la investigación sustancial sobre las propiedades antivirales de los extractos de algas marinas por las grandes farmacéuticas durante la pandemia de COVID-19. Agregaron:

“Muchas especies de algas marinas contienen cantidades significativas de polisacáridos sulfatados y estructurales complejos que han demostrado inhibir la reproducción de virus envueltos, incluyendo los miembros de los Nidovirales.

Otros compuestos, tanto de algas rojas (p. ej., La lectina griffithsin) como otros polisacáridos sulfatados extraídos de algas verdes (p. Ej., Ulvans) y algas pardas (p. Ej., Fucoidans) podrían ser agentes terapéuticos antivirales potenciales contra el SARS-CoV-2″.

Las algas son un superalimento

Existen muchas razones para agregar algas a su alimentación, aparte de su potencial antiviral. Para empezar, es una excelente fuente de yodo, que a su vez es una poderosa arma contra las infecciones virales. Un desequilibrio de yodo afecta su función tiroidea y otros sistemas de su cuerpo, incluyendo el corazón.

Las algas también tienen propiedades que son ideales para reducir la presión arterial. En un estudio observacional en niños, se demostró que el consumo de algas marinas reduce la presión arterial diastólica en los niños y la presión arterial sistólica en las niñas.

En cuanto a los adultos, la investigación publicada en American Journal of Hypertension encontró que una preparación hecha a base de algas marinas había disminuído la presión arterial media en 62 pacientes de mediana edad con presión arterial leve.

Las algas también contienen nutrientes beneficiosos, como potasio, calcio, hierro y ácido algínico. El ácido algínico protege de forma natural a las plantas marinas de las bacterias y se une a los metales pesados en los seres humanos, lo que convierte a las algas marinas en un poderoso alimento desintoxicante.

La elección de algas marinas de aguas no contaminadas es fundamental, ya que estas plantas absorben el contenido del agua en la que crecen. Aunque esto es parte de lo que las hace tan nutritivas, también puede ser un problema si se obtienen de aguas contaminadas.

Además, es posible que las algas que provienen de grandes “granjas” industriales (a menudo en Asia) sean recolectadas por una máquina que daña el medio ambiente. Busque algas provenientes de aguas no contaminadas que se recolecten de manera sostenible y respetuosa con el medio ambiente (como las recolectadas a mano).

También verifique que sus algas se procesen a través de secado al sol o secado al aire a baja temperatura, ya que las altas temperaturas podrían dañar los nutrientes.

También podría encontrar algas marinas que se analizan con regularidad en busca de productos químicos y metales pesados para garantizar que se trata de un producto puro y saludable. Si desea agregar algas a sus alimentos, existen muchas opciones que puede elegir, ya que cada una ofrece sabores y usos diferentes. Éstas son algunas recomendaciones por Supermarket Guru:

  • Hijiki. La hijiki es un alga de sabor más fuerte que crece en ramas gruesas, que se expanden cuando se cocinan.
  • Nori. El nori a menudo se usa para hacer rollos de sushi, el nori es de color morado oscuro o rojo, pero se vuelve verde brillante cuando se tuesta. El nori sin tostar conserva mejor sus nutrientes.
  • Arame. El arame tiene hojas frondosas y un sabor más dulce que algunas otras variedades.
  • Wakame. El wakame se encuentra en la sopa de miso, es de color marrón con hojas delicadas y un sabor suave que no huele a pescado.
  • Dulse. El dulse tiene una textura masticable y, a menudo, se usa en forma seca o en hojuelas.

¿La N-acetilcisteína (NAC) podría ayudar a combatir el SARS-CoV-2?

Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 05 de septiembre del 2020.

HISTORIA EN BREVE

  • La NAC se ha usado como remedio de primeros auxilios para la intoxicación por acetaminofén. Una investigación sugiere que también podría ser eficaz para combatir el COVID-19
  • Al aumentar los niveles de glutatión, la NAC combate el estrés oxidativo, que es una de las principales causas de la tormenta de citoquinas relacionada con el COVID-19. La NAC también inhibe la hipercoagulación y desintegra los coágulos de sangre, que es otra complicación que se observa en algunos casos de COVID-19
  • La NAC ayuda a aflojar la mucosidad en los pulmones y mejora una variedad de problemas relacionados con los pulmones, incluyendo la neumonía y el síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), que son características comunes de COVID-19
  • Se ha demostrado que la NAC inhibe la replicación del virus de la influenza
  • Además de aumentar el glutatión, la NAC podría prevenir o mejorar la infección por COVID-19 al mejorar la respuesta de las células T y modular la inflamación

La N-acetilcisteína (NAC) se ha usado como remedio de primeros auxilios para la intoxicación de acetaminofén. Los médicos del pabellón de emergencias la administran en los casos de sobredosis de Parcematol (Tylenol) u otros productos de acetaminofén. La forma en que neutraliza los efectos tóxicos del medicamento es al aumentar el glutatión, lo que previene el daño hepático.

Resulta curioso que la NAC podría ser buena para combatir el COVID-19, como lo explicó el neumólogo Dr. Roger Seheult en la conferencia de MedCram. Al aumentar los niveles de glutatión, ayuda a combatir el estrés oxidativo, que es un factor principal en la tormenta de citoquinas relacionada con el COVID-19.

Un análisis reciente de la literatura relacionó la deficiencia de glutatión con la gravedad de la enfermedad por COVID-19, lo que llevó al autor a concluir que la NAC podría ser buena tanto para prevenir como para tratar la infección. La NAC también podría combatir la coagulación sanguínea anormal que se observa en muchos casos y ayuda a aflojar el moco en los pulmones.

La NAC inhibe la replicación viral

La idea de que la NAC puede ser buena para combatir las infecciones virales no es una novedad. Estudios anteriores han encontrado que reduce la replicación viral de ciertos virus, incluyendo el virus de la influenza. De acuerdo con lo informado por el nutricionista certificado Joseph Debé:

“La NAC se analizó en un estudio en humanos sobre la influenza con 6 meses de duración. Fue un ensayo aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo en el que participaron 262 personas. La mitad de las personas recibió 600 mg de NAC, la otra mitad recibió placebo, dos veces al día durante 6 meses.

Se descubrió que la NAC mejora la función inmunológica y reduce la gravedad de las infecciones por influenza. Ambos grupos tuvieron tasas de infección similares con el virus de la influenza A/H1N1. Sin embargo, mientras que el 79 % de las personas tratadas con placebo presentaron síntomas, ¡solo el 25 % de las personas tratadas con NAC presentaron síntomas!

Hubo un total de 99 episodios similares a la gripe (períodos con síntomas) que les ocurrió a 62 personas en el grupo de placebo durante el estudio que duró 6 meses. El 48 % de estos se clasificaron como leves, el 47 % fueron moderados y el 6 % fueron graves.

En el grupo NAC, se produjeron 46 episodios similares a la gripe en 37 personas. El 72 % de estos fueron leves, el 26 % moderados y solo el 2 % graves. El grupo NAC paso menos días en cama”.

Vale la pena señalar que el número necesario de pacientes a tratar (NNT, por sus siglas en inglés) en el estudio citado por Debé es de 0.5, lo que significa que por cada dos personas tratadas con NAC, una estará protegida contra la influenza sintomática.

Eso es mejor que las vacunas contra la influenza que tienen un NNT de 71, lo que significa que 71 personas deben vacunarse para prevenir un solo caso de influenza. Es incluso mejor que la vitamina D, que tiene un NNT de 33. Incluso tomando como punto de partida a quienes presentan deficiencia de vitamina D, inclusive con el consumo de vitamina D seguirá teniendo un NNT de 4.

La NAC inhibe las citoquinas proinflamatorias

También se ha demostrado que la NAC impide la reproducción viral y la expresión de citoquinas proinflamatorias, como la interleucina-6 (IL-6), en células infectadas con el virus de la influenza H5N1 altamente patógena. De acuerdo con los autores de dicho estudio:

“Los mecanismos antivirales y antiinflamatorios de la NAC incluyeron la inhibición de la activación de vías sensibles a oxidantes, incluyendo el factor de transcripción NF-kappaB y la proteína quinasa activada por mitógeno p38.

La NAC impide la reproducción de H5N1 y la producción inducida por H5N1 de moléculas proinflamatorias. Por lo tanto, los antioxidantes como la NAC representan una opción de tratamiento adicional que se podría considerar en una pandemia del virus de la influenza A”.

Las citoquinas proinflamatorias son importantes en la gravedad del COVID-19. Los investigadores han confirmado que, en casos graves, las citoquinas como: la interleucina-6 (IL6), la interleucina-10 (IL10) y el TNF-ɑ, están elevadas. Una vez que alcanzan niveles excesivos, se desarrolla la tormenta de citoquinas, que causa un daño tisular significativo. La NAC podría inhibir esta cascada dañina.

La NAC sería un potencial agente terapéutico para combatir el SARS-CoV-2

Un artículo publicado en la edición de octubre de 2020 de Medical Hypotheses analiza los posibles beneficios de la NAC para combatir el COVID-19. De acuerdo con los autores:

“El COVID-19 continúa extendiéndose a nivel mundial. Los factores como la edad, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y una mala función inmunológica aumentan el riesgo de gravedad de la enfermedad.

El agotamiento de las células T, una mayor carga viral y los niveles elevados de TNF-ɑ, IL1β, IL6, IL10 se han relacionado con casos graves de SARS-CoV-2. La estimulación excesiva de citoquinas y antígenos es responsable de las deficiencias en la respuesta humoral al virus.

También implica que el estatus redox celular bajo conlleva a estados proinflamatorios regulados por TNF-ɑ. Los ensayos clínicos in vivo, in vitro y en humanos han demostrado que la N-acetilcisteína (NAC) es un método eficaz para mejorar el estado redox, en especial cuando se encuentra bajo el estrés oxidativo.

En ensayos clínicos en humanos, la NAC se ha utilizado para reponer las reservas de glutatión y aumentar la respuesta proliferativa de las células T. En ensayos clinicos humanos, también se demostró que la NAC inhibe la vía del inflamasoma NLRP3 (IL1β e IL18) in vitro y reduce el TNF-ɑ en plasma.

Dada su capacidad para incrementar el estatus de redox celular, la NAC puede remediar la carga viral al incrementar del rango que limita la entrada de la síntesis de glutation, lo que de esta manera descenderían los efectos del estrés oxidativo producidos por el virus y la muerte celular.

La NAC podría actuar como un agente terapéutico para tratar el COVID-19 a través de posibles mecanismos diferentes, que incluyen, incrementar los niveles de glutatión, mejorar la respuesta de las células T y modular la inflamación”.

El Centro de Medicina Basada en la Evidencia de la Universidad de Oxford publicó un informe que revisa la evidencia del uso de la NAC en el tratamiento de COVID-19 el 14 de abril de 2020.

La NAC podría ayudar a combatir el COVID-19

Para comprender cómo la NAC podría combatir el COVID-19, es necesario tener una breve comprensión de bioquímica. En el vídeo anterior se muestra una parte de la presentación de Seheult.

Es posible obtener superóxido (O2), que es una especie de oxígeno reactivo (ROS), cuando agrega un electrón a una molécula de oxígeno (O2). Cuando agrega otro electrón (para un total de dos electrones), obtiene peróxido de hidrógeno (H2O2). Una molécula de oxígeno con tres electrones agregados se convierte en hidroxilo (O3) y el oxígeno con cuatro electrones se convierte en agua (H2O).

El superóxido es un factor importante en el estrés oxidativo relacionado con las comorbilidades del COVID-19, como la obesidad, las enfermedades cardíacas y la diabetes, mientras que el estrés oxidativo provocado por el superóxido también se encuentra en el centro de una infección grave por COVID-19. Ahora, el cuerpo tiene defensas para combatir el estrés oxidativo. Estas defensas incluyen:

  • Superóxido dismutasa (SOD), que convierte el superóxido dañino en peróxido de hidrógeno
  • Catalasa, que convierte el peróxido de hidrógeno en oxígeno y agua
  • El Glutatión peroxidasa (GSHPX), que mientras reduce el peróxido de hidrógeno en agua, también convierte la forma reducida de glutatión (GSH) en glutatión disulfuro (GSSG), que es la forma oxidada de glutatión

En otras palabras, a medida que el GSHPX convierte el peróxido de hidrógeno en agua inofensiva, el glutatión se oxida. El GSSG oxidado es “recargado” o regenerado por la NADPH (la forma reducida de NADP +), y lo convierte en GSH (la forma reducida de glutatión). El NADPH también se convierte en NADP + a través de una enzima conocida como GSH reductasa.

Como señaló Seheult, las complicaciones de COVID-19 desencadenan una tormenta perfecta de estrés oxidativo impulsado por superóxido, ya que el SARS-CoV2 se adhiere al receptor ACE-2 lo que provoca la angiotensina 2 (AT-2) y posteriormente, estimula el superóxido. De forma simultánea, existe una deficiencia de AT-1,7, que inhibe el superóxido. Esta deficiencia permite una mayor acumulación del superóxido.

El SARS-CoV-2 también atrae a los leucocitos polimorfonucleares (PMN), un tipo de glóbulo blanco, que produce superóxido en sus esfuerzos por destruir los patógenos. Todo ese superóxido se convierte en otras ROS que destruyen las células endoteliales.

Esto puede evitarse con la NAC, ya que aumenta el GSSG. Como se demostró en la ilustración de Seheult, cuando se agregan dos moléculas de GSH y peróxido de hidrógeno, da como resultado glutatión oxidado y agua inofensiva, que de esa manera alivia el estrés oxidativo.

La NAC disminuye los problemas pulmonares

Estudios anteriores sobre la NAC también han demostrado que ayuda a mejorar una variedad de problemas relacionados con los pulmones, incluyendo la neumonía y el síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), que son características comunes del COVID-19.

También ha demostrado acelerar la recuperación, acortar la estancia en la unidad de cuidados intensivos (UCI) y disminuir la necesidad de ventilación mecánica entre las personas con problemas respiratorios. Estos estudios incluyen:

  • Un metaanálisis de 2019 encontró que entre los pacientes son SDRA, la estadía en la UCI fue menor a pesar de no haber grandes diferencias en el riesgo de mortalidad a corto plazo.
  • Un estudio de 2007, que concluyó que la NAC mejora el SDRA al “aumentar el glutatión intracelular y las moléculas de tiol extracelular” junto con los efectos antioxidantes generales.
  • La investigación publicada en 2018 encontró que la NAC reduce el daño oxidativo e inflamatorio en personas con neumonía.
  • Otro estudio de 2018 encontró que la NAC también mejora la función pulmonar postoperatoria en pacientes sometidos a trasplante de hígado.
  • En 1994 se encontró en un estudio que la NAC mejora la recuperación de la lesión pulmonar aguda, regresa el puntaje de lesión pulmonar de los pacientes durante los primeros 10 días de tratamiento y disminuye la necesidad de ventilación. Después de tres días de tratamiento, solo el 17 % de los que recibieron NAC necesitaban ventilación, en comparación con el 48 % en el grupo placebo.

La NAC también protege contra los coágulos de sangre

En el video de MedCram, Seheult revisa los aspectos de coagulación sanguínea del COVID-19. Resulta curioso que, la NAC también aborda este problema, ya que varios estudios han confirmado que contrarresta la hipercoagulación y reduce el riesgo de coágulos sanguíneos y derrames cerebrales.

Como se señaló en uno de estos estudios, “la NAC tiene propiedades anticoagulantes e inhibidoras de plaquetas”. También tiene potentes efectos trombolíticos, lo que significa que desintegra los coágulos de sangre que ya se han formado. De acuerdo con otro estudio, la NAC protege frente a los accidentes cerebrovasculares al mejorar el GSH y al corregir los niveles de antioxidantes.

La NAC, que recarga el glutatión, reduce el superóxido (estrés oxidativo) y parece que también los factores de von Willebrand que forman coágulos sanguíneos.

La hipótesis de Seheult de por qué la NAC podría ser beneficiosa para combatir el COVID-19 se puede resumir de la siguiente manera: el SARS-CoV-2 se adhiere al receptor ACE2, lo que hace que AT-2 aumente y AT-1,7 disminuya. Esto a su vez eleva el superóxido dañino que causa estrés oxidativo y disfunción de las células endoteliales.

Es importante considerar que el COVID-19 no es solo un trastorno respiratorio, sino también un trastorno vascular que causa coágulos de sangre, lo que afecta la capacidad de intercambiar oxígeno en los pulmones.

Por fortuna, el azufre en la NAC (de la cisteína) también reduce los enlaces disulfuro intracadena por factores de von Willebrand que se han polimerizado al disociar los enlaces de azufre que los mantienen unidos, lo que contribuye al coágulo.

Una vez que se rompen los enlaces de azufre del factor von Willebrand, los coágulos comienzan a disolverse y los vasos sanguíneos se abren de nuevo, lo que permite el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono.

Resulta curioso que, el mecanismo de acción de la NAC no parece aumentar los trastornos hemorrágicos como lo haría la heparina o la cumadina y parece proporcionar una alternativa más segura a estos agentes. Esto sugiere que la “H” de la heparina en el protocolo MATH+ podría reemplazarse con NAC.

En general, cuanto más aprendemos sobre esta enfermedad, más nos damos cuenta de que podría haber formas simples y económicas de tratarla. La NAC en particular parece ser un buen candidato. Una ventaja adicional es que la NAC tiene buena reputación. Como señaló Seheult, muchos estudios han demostrado que su uso no causa efectos secundarios.