OGMs: ¿Prohibirlos o etiquetarlos?

Aunque los activistas anti-OGM perdieron por muy poco margen: 51-49 por ciento en ambos estados, las grandes corporaciones de modificación genética y alimenticias gastaron más de $70 millones de dólares ($12 millones de los cuales fueron lavados ilegalmente por la Asociación de Productores de Despensa en Washington). Además, los integrantes de la Asociación de Productores de Despensa, la mayoría de ellos productores de comida de alto perfil, dañaron seriamente sus marcas y reputaciones al emprender una campaña engañosa, con publicidad y trucos sucios, que inundaron el ambiente en California y Washington , lo cual molestó a millones de consumidores – muchos de los cuales empezaron a boicotear a sus productos y atacaron sus páginas de Facebook.

Para 2012, gracias a una cobertura masiva de los promotores de la iniciativa de etiquetado de OGMs en California, los alimentos y productos orgánicos alcanzaron $35 mil millones de dólares en ventas, representando casi un 5 por ciento de todas las ventas de las tiendas de alimentos, que junto con las compras de alimentos no-OGM “naturales”, alcanzaron $15 mil millones de dólares.

Este crecimiento en las ventas ha sido reconocido por muchos productores y vendedores de alimentos. Aunque de un 75-80 por ciento de los alimentos no-orgánicos y procesados contienen OGMs, compañías como General Mills, Alimentos Kraft, Chipotle, Ben and Jerrys y Whole Foods Market, en respuesta a la preocupación del público y a la presión del mercado, intentan eliminar los OGMs de algunos o todos sus productos.

El empuje por leyes de etiquetado de OGMs continúa

Actualmente los activistas siguen presionando por leyes de etiquetado obligatorias. De 2012 a 2013, cabildearon con legisladores de 30 estados, logrando un éxito parcial en Maine y Connecticut. En 2014 Vermont, Oregon y otros estados parecen estar dispuestos a aprobar leyes de etiquetado de OGMs, mientras los votantes de cinco condados de Oregon y California intentarán aprobar prohibiciones de OGMs.

Intentando evitar lo inevitable, la Asociación de Productores de Alimentos, una poderosa coalición de modificación genética, agricultura industrial, restaurantes, supermercados y productores de comida chatarra, comenzaron a cabildear en el congreso para retirar derechos estatales de aprobar leyes de etiquetado de alimentos OGM. La Asociación de Productores Alimenticios también ha cabildeado en la FDA y en el congreso para que se permita la práctica -obviamente fraudulenta- de etiquetar alimentos GM como “naturales”.

A nivel estatal el partido GM, Grandes Alimentos y la oficina agrícola están patrocinando iniciativas para retirar el derecho a los condados y municipios de aprobar leyes que prohíban los OGMs o que restrinjan prácticas peligrosas de la agricultura industrial.

En el ámbito internacional, las compañías de modificación genética, farmacéuticas y de alimentos, intentan revertir etiquetados de OGMs, al presionar por la aprobación, sin convocar a una discusión o a escuchar a la opinión pública, acuerdos mercantiles transnacionales como el Tratado Trans-Pacífico (TTP) y el Acuerdo Trans Atlántico de Libre Comercio. Estos acuerdos de libre comercio permitirían a las corporaciones multinacionales como Monsanto, Bayer y Dupont, demandar a gobiernos locales, estatales o nacionales que interfieran en sus ganancias, al aprobar leyes que regulen o prohíban los OGMs u otras prácticas agrícolas controversiales.

Aunque estos tratados comerciales pro-corporativos, anti-consumidores y anti-ambientalistas pueden detener el activismo contra leyes de etiquetado y prohibiciones de OGM, en términos políticos son percibidas, por integrantes del ámbito político y por funcionarios de oficiales estatales y locales, como altamente autoritarias y anti-democráticas. De forma similar, tratados como el TTP y el ATALC están siendo percibidos correctamente por muchos líderes políticos nacionales, ambientales y laborales, como peligrosos para la soberanía nacional, sustentabilidad y justicia económica.

Por qué el etiquetado y las prohibiciones son necesarios

Una vez que los alimentos OGM son etiquetados, los consumidores informados se movilizan para protegerse y a sus familias. Una vez que un número grande de consumidores rehúyan los alimentos contaminados con OGM y etiquetados, las tiendas los dejarán de vender y los productores de alimentos dejarán de integrar OGM en sus productos. Sin embargo, como muestra la experiencia de Europa, el etiquetado deberá ser exhaustivo, para que los productos cárnicos, de huevos y lácteos sean etiquetados si los animales recibieron alimento OGM.

Pero el etiquetado de alimentos por sí mismo no puede proteger al ambiente, o a los agricultores no-OGM y orgánicos para evitar la contaminación. Por esto, las prohibiciones de condados y regiones sobre el cultivo de OGM y la creación de zonas libres de OGM regionales son importantes. Más del 80 por ciento de agricultores entrevistados por Vigilancia de Alimentos y Agua manifestaron mediana preocupación por la contaminación, mientras un 60 por ciento se dijeron muy preocupados. Los agricultores tacharon al Departamento de Agricultura de Estados Unidos como muy laxo y excesivamente influenciado por la industria biotecnológica.