OGMs: ¿Prohibirlos o etiquetarlos?

Por Ronnie Cummins, Ecowatch, 10 de marzo de 2014, Traducción de Mariana Escalante, Vía Orgánica A.C.

Sin importar quién tiene la razón, puede que se acabe el tiempo para preservar a los agricultores orgánicos anti-OGM y a sus campos

Desde la controvertida introducción de alimentos y cultivos genéticamente modificados (GM) a mediados de los años noventa y su subsecuente impulso por el gobierno federal – sin seguridad o requerimiento de pruebas o etiquetado – ha existido un debate muy intenso entre los activistas, dentro y fuera de Estados Unidos sobre retirar del mercado estos “alimentos Frankestein”, nada sanos y que destruyen el medio ambiente.

Algunos grupos de presión exigen la prohibición rotunda de cosechas genéticamente modificada (GM).  Decenas de naciones, gobiernos locales en la Unión Europea y seis condados de E.U.A. (en California, Washington y Hawái) impulsaron zonas libres de OGMs al aprobar prohibiciones.

Grupos de activistas discuten qué leyes de etiquetado de transgénicos -similares a las de la Unión Europea- necesitamos para deshacernos de los OGMs (organismos genéticamente modificados) del mundo. Los activistas señalan que muy pocos productos en países con leyes de etiquetado de OGMs contienen transgénicos, ya que cuando a las compañías se les exige etiquetar sus ingredientes OGM, éstas reformulan sus productos para que no contengan OGM, en vez de arriesgarse al rechazo de los consumidores.

¿Quién tiene la razón?

Una revisión de campañas anti-OGMs en Norteamérica y Europa -efectuadas en las dos últimas décadas- sugiere que el etiquetado obligatorio, las prohibiciones y las zonas libres de OGM, deberían de ser complementarias, en vez de contradictorias. Asimismo, recientes noticias sobre el incremento de contaminación de cosechas tradicionales por cosechas OGMs aprobadas por la USDA, sugieren que si no implementamos leyes de etiquetado y prohibiciones, podríamos quedarnos sin tiempo para preservar a los agricultores y campos orgánicos y no OGMs.

Prohibiciones y Leyes de etiquetado obligatorio: Lecciones desde la Unión Europea

En la Unión Europea en lo que antes era el mercado agrícola más grande del mundo, a finales de los años 90, los activistas anti-OGM, incluyendo a Greenpeace y Amigos de la Tierra, intentaron establecer una prohibición total de la producción e importación de todos los OGMs. No tuvieron éxito, porque los políticos y burócratas discurrieron que una prohibición total de OGMs en la UE violaría los acuerdos de la Organización Mundial de Comercio y traería represalias económicas por parte del gobierno de Estados Unidos.

No obstante, la presión de los grupos de consumidores, medio ambiente y de agricultores  por una prohibición fueron exitosos, en forzar a las autoridades de la UE a adoptar regulaciones de pruebas de OGM. Todos los OGMs en Europa, son considerados “alimentos nuevos” y están sujetos a una evaluación intensiva, caso por caso, por los organismos regulatorios europeos. Estas regulaciones, para disgusto de Monsanto y los Gigantes Genéticos, han mantenido a la mayoría de los OGMs -con excepción del alimento para animales- fuera de la región.

Las regulaciones de la UE también permiten establecer en algunas naciones zonas libres de OGM. Desde 2012 ,169 regiones y 4,713 municipios europeos se han autodeclarado zonas libres de OGM. Asimismo, aproximadamente 26 naciones como Suiza, Australia, Austria, China, India, Francia, Alemania, Hungría, Luxemburgo, Grecia, Bulgaria, Polonia, Italia, México y Rusia han prohibido a los OGMs. Procedimientos de etiquetado y pruebas seguras de los OGMs se han instaurado en 60 países aproximadamente.

Etiquetado obligatorio en la UE: Un golpe crucial para los OGMs

Aunque las fuerzas activistas de la UE no pudieron lograr una prohibición de cultivos o importación de OGMs en todo el continente, tuvieron éxito en exigir a las autoridades imponer el etiquetado obligatorio en todos los alimentos genéticamente modificados, pienso y alimentos en 1997. Esto, combinado con regulaciones estrictas pre-mercado y de pruebas seguras, marginó o eliminó los OGMs en Europa.

Sin embargo, los alimentos europeos derivados de los animales criados con pienso OGM– como carne, huevos y productos lácteos – no requieren ser etiquetados en la UE. Esto provoca que billones de dólares de pienso para animales contaminados con OGM -incluyendo maíz, soya y canola- continúan siendo importados por la UE desde Estados Unidos, Canadá, Brasil y Argentina. Activistas europeos, en Alemania y otros lados, han comenzado a  brigadear para eliminar este problema.