“Las comunidades somos dueñas y guardianas de las semillas para el futuro de todos. Lo hemos hecho por miles de años y lo seguiremos haciendo”.

Por Green Peace, 23 de abril de 2015

Boletín de prensa

Representantes del comité organizador de las Ferias de Semillas del Sur de Yucatán, en el que participan comunidades mayas de municipios del sur del estado, dieron a conocer la situación de riesgo que corre este patrimonio genético de los mayas y confirmaron su compromiso por continuar conservándolas y defendiéndolas.

Al arribar al 13er. año de organizar la fiesta de las semillas de la milpa, queremos recordar y comunicar lo que hemos hecho para conservarlas y fortalecerlas desde que perdiéramos nuestras cosechas y muchas de nuestras semillas tras el paso del huracán Isidoro en septiembre del 2002.

Desde entonces, cada año, organizados en comités micros regionales y peninsulares, hemos realizado fiestas de semillas nativas, también llamadas ferias.

Estas fiestas son eventos de intercambio llevados a cabo en el sur y oriente de Yucatán, en los Chenes Campeche y en el Poniente de Bacalar.

Las ferias han sido espacios para el intercambio, adquisición, conservación, valoración y defensa de las semillas de la milpa, para compartir experiencias y saberes y para festejar la vida del sagrado maíz.

En el sur de Yucatán las primeras cuatro ferias se realizaron en Chacsinkin y a partir del 2006 se han llevado a cabo de forma autónoma en distintas poblaciones según la soliciten.

También se han unido instituciones educativas que comparten y fortalecen esta manera de conservar nuestras semillas, como la Escuela de Mani, el Campus de Ciencias Biológicas y agropecuarias de la UADY, la Universidad de Oriente de Valladolid, y el Centro Regional Universitario Península de Yucatán de la UACH.

En este camino nos dimos cuenta que las semillas son guardadas cuidadosamente y con recelo en las comunidades de toda la región. Sin embargo, después de la primera feria donde se mostraron maíces de todas las zonas, nos entusiasmó ver variedades que necesitábamos y que muchos pensamos ya se habían perdido o era casi imposible encontrar. Este entusiasmo impulsó las siguientes ferias.

Hemos visto como cada año son más las variedades que presentamos en las ferias, iniciamos con 11 variedades y en este año  2015, gracias al trabajo e interés de campesinos de poblaciones como Xbox, Xoy, Timul, Sisbik, Dzutoh, Sabacché, Tahdziuh, Nenelá, Kambul, Kinil, Chacsinkin, podremos ofrecer 20 variedades de maíz, además de 55 de semillas de otros cultivos de la milpa.

Ello es muestra de la diversidad de semillas heredadas de nuestros padres y abuelos y que son nuestro patrimonio cultural, junto con las prácticas y saberes para cultivarlas.

Incluso hemos avanzado en el conocimiento, registro y recuperación de capacidades productivas que se estaban perdiendo. Las comunidades mayas estamos compartiendo este conocimiento y con él, los valores de la cosmovisión maya.

En el esfuerzo conjunto de sistematizar nuestros saberes, hemos realizado o colaborado en la realización de estudios y diagnósticos de la diversidad de nuestras semillas.

En las Ferias hemos registrado también las semillas vendidas o intercambiadas, mostrando que esta tarea de conservación milenaria se enriquece con nuevos recursos y con la tecnología, sin que las comunidades perdamos el control de esta herencia.

Sin duda agradecemos la colaboración de instituciones educativas, organizaciones de la sociedad civil, del gobierno federal, e incluso internacionales, algunas de las cuales están hoy aquí presentes. Ellas siempre lo han hecho respetando y reconociendo nuestra responsabilidad y nuestras decisiones.

Sin embargo, las condiciones han cambiado. Estamos ante el peligro de que las semillas nativas sean desplazadas por materiales transgénicos e híbridos lo cual sería una pérdida histórica no solo para los mayas, sino para todo el planeta.

Estas semillas tienen características que resisten problemas que podrían ser más fuertes en el futuro, como la sequía, las plagas o las inundaciones.

Al mismo tiempo, ahora vemos que nuestras semillas podrían con un simple trámite ser apropiadas y utilizados comercialmente por empresas comercializadoras y/o instituciones externas.

Por eso, por acuerdo general tomado en la las comunidad de Sisbick  campesinos de comunidades del sur nos erigimos desde el 2013 como guardianes de las semillas nativas de la milpa, ( káa nán iinájóob y asumimos su defensa y protección.

Declaramos que estas semillas, más de veinte variedades de maíz bien diferenciadas tradicionalmente como las xnuuk-naal, naal-tel, blancos y amarillos, chac xmejen-naal, xk´an mejen naal,  xé ju, dzit bacal, chac chob, box holoch, gallito rojo y otras más, así como variedades de ibes (10),  calabazas, frijoles,  camotes, macal y muchas otras son patrimonio de todas las comunidades, en este caso, del sur de Yucatán, donde se están sembrando y reproduciendo, y demandamos a cualquier institución, cualquier empresa y cualquier gobierno interesado en nuestra biodiversidad:

  • ….el reconocimiento de nuestra legítima propiedad colectiva, como pueblo maya, sin necesidad de registros o patentes, de todas estas semillas.
  • ….el respeto y reconocimiento al trabajo previo y colaborativo, hecho en el movimiento “Ferias de Semillas”.

Ratificamos nuestro derecho a decidir sobre el uso y beneficios derivados de nuestra biodiversidad y de nuestras semillas y a la no comercialización de las mismas por parte de empresas o agentes externos ya que nosotros podemos conservarlas, reproducirlas, mejorarlas e intercambiarlas y, en caso necesario, podemos pedir la colaboración de quien se comprometa a apoyarnos respetando estos derechos.