Tierra Enferma

Por Luc Monzies, instructor de Vía Orgánica

La Tierra, la piel principal de nuestro planeta es un organismo vivo de tejidos conectivos. Cuando la tierra sufre daños, sus tejidos pierden conectividad y la inteligencia de todo un ecosistema se colapsa. Así el estado de la tierra se torna crítico.

Agricultores del siglo XX han cultivado de manera que han posicionado este órgano vital en riesgo de muerte. Los agro-negocios han ignorado la inteligencia natural e innata de la naturaleza y han tratado a la tierra como un simple medio, reemplazando sus funciones biológicas con químicos inertes. Inicialmente se esperaba que esta modalidad químico-sintética produciría más alimentos por hectárea. Sin embargo, según como la maleza y los insectos se convirtieron en inmunes a estos químicos, se inicio una necesidad de una mixtura aun más costosa de químicos necesarios para sostener los actuales niveles de producción. La aplicación de estas recetas tóxicas han resultado en la perdida de hasta 16 toneladas de microorganismos por hectárea. Al morir la tierra, su débil estructura se expone a la erosión. En casi cien años, más de la mitad de la tierra fértil del planeta ha desaparecido.

Aun así estudios emergentes de la tierra se han enfocado en su habilidad de revivir sin sintéticos. Científicos de suelos han empezado a explorar el mundo microscópico de la materia descompuesta de las plantas, lombrices, bacteria, hongos, nematodos, protozoa y minerales. Estos pioneros están descubriendo que un puñado de tierra saludable puede contener billones de estos microorganismos, de los cuales muchos aún no han sido identificados. Según los científicos empiezan a entender la sofisticada red de ciclos de nutrientes, cada vez se hace más evidente que una tierra naturalmente saludable es eficiente y necesaria para el desarrollo de cultivos. Para nutrir esta tierra y la red alimenticia, agricultores organicos han aprendido nutrir los microorganismos. Muchos estudios demuestran que una tierra biológicamente activa, no tiene necesidad de pesticidas ni fertilizantes, y mejora la retención de la humedad de la tierra. Microorganismos también excretan substancias que agrupan a las partículas minimizando el riesgo de erosion.

Practicas agricolas insostenibles estan ya empezando a amenazarnos. Historicamente, el constante cultivo de la tierra por cientos de años ha sido posible solo cuando se realiza en armonia con la naturaleza. Mesopotamia y Sumeria son frecuentemente dos ejemplos de la negligencia y el fracaso de civilizaciones de mantener la vida de la tierra. Aunque muy complejo, la red alimenticia del suelo es muy frágil. Al igual que la piel de nosotros los humanos, la piel de la tierra necesita de capas de protección y abrigo – árboles, arbustos o materiales de plantas descompuestas – para proteger sus funciones vitales evitando reducción de nutrientes y erosión del suelo. Solo respetando la naturaleza podremos sanar nuestro suelo y vivir de él. Miles de especies se extinguirán si no restablecemos el equilibrio de la Tierra y aseguramos un sistema de alimentación sustentable para todos los que habitamos en ella.

Traducido por Ana Maria Quispe