Seguir sembrando

A esto se le agregaron figuras como “ocupación temporal” y superficial, también absurdas, porque la tierra devuelta luego de décadas de explotación energética estará devastada e inservible, aunque se pague alguna mínima compensación.

El gobierno pretende matar dos pájaros de un tiro: abrir el mercado a las trasnacionales de la energía y al mismo tiempo terminar con las trabas para privatizar la tierra y librarse de las comunidades y ejidos.

Buscan crear divisiones, dirigiéndose a los ocupantes de las parcelas que quieren explotar, no a la colectividad. Por ello es fundamental que ejidos y comunidades reafirmen su derecho al consentimiento previo, libre e informado, no sólo a consulta, cuyo resultado puede manipularse.

Pero sobre todo, destacan en el documento, las comunidades se preparan a reafirmar la asamblea, la capacidad colectiva para defenderse, desde mantener sus propias semillas a fortalecer estatutos comunitarios que puedan usarse contra estos nuevos ataques.

*Investigadora del Grupo ETC