Una deliciosa forma de reforzar la salud de su corazón

Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 05 de abril de 2022.

HISTORIA EN BREVE

  • El primer ensayo a gran escala que evaluó los efectos a largo plazo que producen los flavanoles del cacao en las enfermedades cardíacas, obtuvo resultados sorprendentes
  • Los participantes que recibieron flavanoles del cacao experimentaron una reducción del 27 % en las muertes por enfermedades cardiovasculares, mientras que la incidencia de tres eventos cardiovasculares (ataques cardíacos, derrames cerebrales y muertes cardiovasculares) presentó una reducción significativa
  • Aquellos que tomaron un suplemento de flavanoles del cacao a intervalos regulares, experimentaron una reducción del 15 % en el número total de eventos cardiovasculares, así como una reducción del 39 % en las muertes por enfermedades cardiovasculares
  • Los flavanoles del cacao tienen propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, hipolipidémicas e incluso producen efectos que combaten la obesidad. De hecho, las investigaciones demuestran que consumir cacao y chocolate amargo por un corto periodo de tiempo podría beneficiar a las personas con enfermedades cardíacas u otros factores de riesgo metabólicos

Los flavanoles del cacao podrían reforzar la salud del corazón, e incluso ayudar a reducir el riesgo de morir a causa de un evento cardiovasculares como un ataque cardíaco o un derrame cerebral. Si bien, es poco probable que comer dulces de chocolate produzca el mismo efecto, cada vez hay más evidencia que respalda los beneficios del cacao para la salud del corazón.

Los investigadores del Brigham and Women’s Hospital decidieron evaluar los flavanoles del cacao porque estudios previos ya habían demostrado que tienen el potencial para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, así como propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, hipolipidémicas y efectos que combaten la obesidad.1

El primer ensayo a gran escala que evaluó los efectos a largo plazo que producen los flavanoles del cacao en las enfermedades cardíacas, confirma que estos compuestos naturales tienen el potencial de reforzar la salud de corazón.

Los flavanoles del cacao reducen las muertes por enfermedades cardiovasculares

El COcoa Supplement and Multivitamin Outcomes Study (COSMOS), un estudio aleatorizado y controlado con placebo, se realizó de junio de 2015 a diciembre de 2020 e incluyó a 21 442 participantes de 60 años en adelante que se asignaron al azar para recibir un suplemento de extracto de cacao, que contenía 500 miligramos (mg) de flavanoles con 80 mg de epicatequinas, o un suplemento multivitamínico.2

En este estudio, el principal criterio de valoración fue el número total de eventos cardiovasculares, que incluyeron ataques cardíacos, derrames cerebrales, revascularización coronaria, muerte cardiovascular, enfermedad de la arteria carótida, cirugía arterial periférica y angina inestable. Los flavanoles del cacao redujeron un 10 % el número total de eventos cardiovasculares, algo que en términos estadísticos no se considera significativo.

Pero los participantes que recibieron flavanoles del cacao experimentaron una reducción del 27 % en las muertes por enfermedades cardiovasculares, mientras que la incidencia de tres eventos cardiovasculares (ataques cardíacos, derrames cerebrales y muertes cardiovasculares) tuvo una reducción significativa. También se observaron otros beneficios, sobre todo en aquellos que tomaron sus suplementos con regularidad.

Entre este grupo, hubo una reducción del 15 % en el número total de eventos cardiovasculares y una reducción del 39 % en las muertes por enfermedades cardiovasculares.3 Mientras que los participantes que todos los días tomaron un suplemento multivitamínico no experimentaron una reducción significativa en el número total o individual de eventos cardiovasculares.

En un comunicado de prensa, Howard Sesso, autor del estudio, dijo: “al analizar toda la evidencia para los criterios de valoración cardiovasculares primarios y secundarios en el estudio COSMOS, encontramos señales prometedoras de que un suplemento de flavanoles del cacao podría reducir algunos de los eventos cardiovasculares más comunes, incluyendo la muerte por enfermedad cardiovascular”. “Se deben realizar más investigaciones para analizar estos hallazgos y de esta forma, comprender mejor los efectos que producen los flavanoles del cacao en la salud cardiovascular”.4

El estudio también evaluó el efecto de los flavanoles del cacao en el cáncer, pero no se encontraron beneficios significativos. Pero los investigadores dijeron que tal vez el período de estudio (casi 3.6 años) fue demasiado corto para determinar si los flavanoles produjeron algún efecto en el riesgo de cáncer.5

Sesso añadió: “nuestra recomendación para todos los consumidores es que lleven una alimentación saludable y balanceada, con alto contenido de alimentos ricos en flavanoles, y que estén atentos a las actualizaciones de COSMOS”.6

Los flavanoles y el síndrome metabólico

Los granos de cacao son el alimento más rico en flavanoles en cuanto a peso. Los polifenoles contienen más de 200 compuestos químicos naturales, incluyendo los flavanoles que representan entre el 12 % y el 18 % del peso de los granos de cacao.7 Se cree que los flavanoles producen un efecto beneficioso en el síndrome metabólico, que es el conjunto de factores de riesgo que lo hacen más propenso a varias enfermedades crónicas, como enfermedades cardíacas, artritis, enfermedad renal crónica y cáncer.

Muchos de los beneficios de los flavanoles se deben a sus propiedades antioxidantes y su capacidad para interactuar con proteínas de señalización, enzimas, ADN y membranas, al reducir o combatir el estrés oxidativo. Como informó la revista Nutrients:8

“Se ha sugerido que los flavanoles podrían proteger la integridad y función de la membrana celular al modular los cambios en su fluidez y permeabilidad que producen las moléculas que causan la oxidación. Y se sabe que cuando se reduce la fluidez de la membrana, es más susceptible a la oxidación. En cambio, si se incrementa la fluidez, los lípidos de la membrana están más protegidos contra la oxidación …

Se espera que los polifenoles del cacao activen el Nrf2, que induce la transcripción de enzimas antioxidantes como la glutatión peroxidasa, la superóxido dismutasa y la hemooxigenasa 1, lo que evita que se produzcan especies reactivas de oxígeno (ROS) y sintasa de óxido nítrico (NOS), y que disminuyen los niveles de estrés oxidativo y de una serie de quinasas celulares, como las proteínas quinasas activadas por mitógenos (MAPK)”.

Los flavanoles del cacao también tienen propiedades antiinflamatorias e hipolipidémicas, y las investigaciones demuestran que consumir cacao y chocolate amargo por un corto periodo de tiempo podría beneficiar a las personas con enfermedades cardíacas u otros factores de riesgo metabólicos. Además, los flavanoles también combaten la hiperglucemia, la resistencia a la insulina y la diabetes.9

Los flavanoles del cacao ayudan a reducir la presión arterial

La presión arterial alta, un factor de riesgo para el síndrome metabólico y la enfermedad cardiovascular, es responsable del 50 % de los eventos cardiovasculares a nivel mundial y del 37 % de las muertes relacionadas con problemas cardiovasculares en el Occidente.10 Los flavanoles del cacao incrementan los niveles de óxido nítrico (NO), lo que produce la vasodilatación que baja los niveles de presión arterial.

Un metanálisis de 35 estudios que evaluaron el efecto en la presión arterial por consumir productos de cacao todos los días durante al menos dos semanas, obtuvo resultados muy alentadores. Los estudios incluyeron a 1804 adultos y 40 comparaciones de tratamientos, lo que reveló que los flavanoles del cacao y los productos de cacao produjeron una reducción de 1.8 mmHg en la presión arterial (sistólica y diastólica), lo que en términos estadísticos se considera significativo.

“Esta pequeña reducción en la presión arterial podría complementar otras opciones de tratamiento, así como ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares”, señalaron investigadores, y agregaron que el estudio proporciona evidencia de calidad moderada de que los productos de chocolate y cacao ricos en flavanoles producen una pequeña reducción en la presión arterial.11

La idea de que el cacao puede reducir la presión arterial surgió por primera vez, tras descubrir que los indios Kuna que viven en una isla de América Central tendían a tener menores tasas de presión arterial alta y niveles saludables de presión arterial que se mantenían sin importar la edad. Los indios Kuna que habitan en las islas también tienden a consumir de tres a cuatro tazas de bebidas de cacao al día, lo que llevó a los investigadores a evaluar si el cacao se relacionaba con los niveles saludables de presión arterial de aquella población.12

El cacao podría mejorar su salud y calidad de vida

Los primeros consumidores de cacao fueron los indios latinoamericanos, que preparaban una bebida fría sin azúcar a base de polvo de cacao seco y crudo, después los españoles tomaron esta bebida, se la llevaron a Europa, le añadieron azúcar, la calentaron y crearon el “chocolate caliente” que conocemos hoy en día.

Los métodos de procesamiento modernos, que incluyen el tostado y la alcalinización, así como la adición de azúcar, leche, lecitina y otros aditivos, eliminan casi todos los beneficios de esta bebida que alguna vez fue saludable.13 Pero los flavanoles del cacao, que se encuentran en el chocolate amargo y los productos de cacao de alta calidad, y que además puede encontrar en forma de suplemento, no solo pueden ayudarlo a reducir su riesgo de enfermedades crónicas, sino también mejoran toda su salud y la calidad de vida.14

En una revisión de estudios sobre este tema que se realizaron desde el 2000 hasta octubre de 2020, los investigadores señalan una serie de beneficios del cacao para la salud del corazón, que incluyen una reducción del 37 % en el riesgo de enfermedades cardiovasculares y una reducción del 29 % en el riesgo de derrame cerebral.15 Algunos de los beneficios más importantes para la salud del corazón incluyen resultados favorables en la rigidez arterial, el perfil de lípidos y la presión arterial, mientras que también se observaron otros beneficios en general, incluyendo la obesidad. Según este estudio:16

“… varios estudios han demostrado que el cacao podría combatir la obesidad a través de diferentes mecanismos, que incluyen modular el metabolismo de los lípidos (menos lipogénesis y más lipólisis), reducir la adipogénesis (inhibir la diferenciación y el crecimiento de los adipocitos), controlar la respuesta inflamatoria y el estrés oxidativo y reforzar el microbioma”.

El cacao y los productos derivados del cacao también se han relacionado con:17

Menor riesgo de diabetes tipo 2Mejor memoria y función cognitiva
Efectos antiedadMejor calidad de vida en poblaciones de edad avanzada
Posibles efectos anticancerígenosEfectos beneficiosos en el microbioma intestinal
Mejor salud cutánea, que incluye fotoprotección y una mejor estructura y función.Efectos positivos en el síndrome de fatiga crónica
Efectos que inhiben el virus de la influenzaMejor densidad ósea

En 2013, un artículo que se publicó en The Netherlands Journal of Medicine también revisó los beneficios del cacao y señaló que algunos lo consideran un “alimento completo”, ya que contiene:18

  • Grasas saludables
  • Antioxidantes
  • Compuestos nitrogenados, incluyendo proteínas, metilxantinas, teobromina y cafeína
  • Minerales, incluyendo potasio, fósforo, cobre, hierro, zinc y magnesio
  • Ácido valérico, que ayuda a reducir el estrés a pesar de la presencia de estimulantes

¿Cuál es el mejor tipo de cacao o chocolate?

En términos de beneficios, hay muchas diferencias según el tipo de producto de cacao o chocolate que consuma. El cacao es el término que se utiliza para la planta perenne y las semillas, que al final se convierten en chocolate. Las semillas de cacao crudo tienen el mayor contenido de polifenoles.

Lo mejor es comprar el producto entero y molerlo en casa con un molinillo de café o bien, comérselo como si fueran chispas de chocolate. La cantidad ideal es comer la mitad de 1 onza al día, puede agregarla a su batido.

El cacao se convierte en cocoa cuando los granos se tuestan y se muelen hasta obtener un polvo del que se elimina la mayor parte de la grasa. La manteca de cacao que puede comprar en las tiendas naturistas y en algunos supermercados, es la grasa amarilla que se extrae de los granos.

Para preparar el chocolate, los granos de cacao pasan por 14 pasos de procesamiento. Si el chocolate se procesa a partir de semillas de cacao que no se tuestan, entonces significa que es un “chocolate crudo”, este es el tipo de chocolate que recomiendo porque el procesamiento puede acabar con su contenido de flavanoles. Según la base de datos revisiones sistemáticas de Cochrane:19

“Los granos de cacao frescos y fermentados contienen entre 2.5 y 16.5 mg de epicatequina por gramo, dependiendo de la variedad, la región de cultivo y las prácticas de cosecha, mientras que el cacao procesado solo retiene entre el 2 % y el 18 % de la epicatequina original, debido al proceso de tostado y alcalinización.

… hay diferentes procesos y cada uno influye en el contenido de flavonoides del cacao en el chocolate; lo que significa que una barra de chocolate con un 70 % de cacao de una compañía tal vez no contenga la misma cantidad y composición de flavanoles que una barra de chocolate con un 70 % de cacao de diferente marca. El contenido y la composición de los flavanoles dependen de la variedad y madurez de los granos de cacao, así como de los pasos para producir el chocolate”.

Cuando compre chocolates, elija productos orgánicos. El chocolate amargo, que contiene entre un 50 % y un 85 % de cacao, es mejor que el chocolate con leche, que contiene solo entre un 20 % y un 30 % de cacao. Pero es importante dejar claro que el chocolate blanco no contiene nada de cacao, por lo que de ninguna manera puede considerarse un alimento saludable.

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El Poder del Agave: Reverdeciendo el Desierto

Leer en inglés aquí.

Agave proviene de la palabra griega αγαυή que significa “noble” o “admirable,” es una suculenta desértica perenne común, de gruesas hojas carnosas y espinas puntiagudas. Las plantas de agave evolucionaron originalmente en México, el suroeste de los Estados Unidos y en Centroamérica, pero también pueden ser encontrados actualmente en las tierras secas calientes, áridas y semiáridas de Sudamérica, África, Oceanía y Asia. Los agaves son mejor conocidos por producir textiles (henequén y sisal) provenientes de sus fibrosas hojas, y bebidas alcohólicas; tequila, pulque y mezcal, provenientes de su tronco o piña, y más recientemente bioetanol, que es obtenido del bagazo o pulpa sobrante después de que la piña es destilada.

Cientos de variedades de agave crecen en aproximadamente un 20% de las tierras del mundo, a menudo en áreas con características similares: zonas desérticas, con tierras de cultivo degradadas y en compañía de árboles o arbustos fijadores de nitrógeno, de raíces profundas como el mesquite, acacias o leucaena. Los agaves pueden tolerar calor intenso y crecen fácilmente en tierras áridas o paisajes semi-desérticos donde hay un mínimo anual de agua de lluvia de aproximadamente 10 pulgadas o 250mm, y donde la temperatura nunca cae debajo de 14 grados Fahrenheit (menos 10 grados Celsius).

Varios miles de millones de pequeños agricultores y familias rurales que viven en las tierras desérticas del mundo generalmente se encuentran entre las comunidades más empobrecidas y se ven forzados cada vez más a migrar a ciudades o a través de fronteras en búsqueda de empleo. Décadas de deforestación, sobrepastoreo, erosión del suelo, uso destructivo de químicos agrícolas y arado excesivo han degenerado severamente los suelos, la fertilidad, retención de agua y biodiversidad de las tierras más áridas y semi-áridas. Con el cambio climático, lluvia limitada e impredecible y cada vez más suelo degenerado en estas tierras secas, se ha vuelto cada vez más difícil cultivar alimentos tradicionales (como maíz, frijoles y calabaza en México) o generar suficiente pasto y forraje para animales. Muchas áreas secas están en peligro de desertificarse, han perdido su capacidad de mantener cualquier cultivo o ganado. Además de luchar con paisajes degradados, pobreza, fracaso en cultivos, conflicto social, tráfico de drogas y crimen organizado que generalmente infestan estas áreas, forzando a millones a migrar hacia áreas urbanas o a cruzar fronteras para buscar empleo.

Agaves

Los agaves básicamente no requieren riego, absorben la humedad directamente del aire y la almacenan en sus hojas gruesas y espinosas (pencas) y su tronco o corazón (piña) realizando el proceso fotosintético del Metabolismo Ácido de las Crasuláceas (CAM, por sus siglas en inglés), el cual le permite a la planta crecer y producir cantidades significativas de biomasa, incluso bajo condiciones de disponibilidad de agua severamente restringidas y sequías prolongadas. Los agaves se reproducen al colocar hijuelos junto a la planta madre, (aproximadamente 3-4 por año) o a través de semillas, si se le permite a la planta florecer al final de su vida útil de 8-13 años (o más).

Distintas variedades de agave apropiadas para realizar agroforestería en tierras secas (salmiana, americana, mapisaga) llegan a ser  plantas grandes, alcanzando un peso de 650 kilogramos en el espacio de 8-13 años. Los agaves están entre las 15 plantas o árboles que más absorben grandes cantidades de dióxido de carbono de la atmósfera y producen biomasa de plantas. (Pie de nota: Park S. Nobel, Desert Wisdom/Agaves y Cacti, p.132) Ciertas variedades de agave son capaces de producir hasta 43 toneladas de peso seco de biomasa por hectárea o más al año de manera continua. Además, el uso de agua de los agaves (y otras plantas CAM adaptadas al desierto) es típicamente 4-12 veces más eficiente que otras plantas y árboles, con una demanda de agua en promedio aproximadamente 6 veces menor.

Agroforestería basada en Agave

Los árboles o arbustos de compañía de agave fijadores de nitrógeno, con raíces profundas como el mesquite y acacias se han adaptado para sobrevivir en esos mismos ambientes de tierras secas. Desde una perspectiva ambiental, de salud del suelo y de secuestro de carbono, los agaves deberían ser cultivados, no como un monocultivo, como se hace comunmente con el agave azul (las especies de agave azul) en los plantíos de tequila de México (generalmente 3,000 – 4,000 plantas por hectárea), sino como un policultivo. En este sistema de agroforestería de policultivo, diferentes variedades de agave son intercaladas con árboles o arbustos (como mesquite o acacias), pastizales y cultivos de cobertura, los cuales fijan el nitrógeno y nutrientes en el suelo que el agave necesita absorber para crecer y producir cantidades significativas de biomasa/forraje animal. Si se cultiva como un policultivo, los agaves y sus árboles y arbustos de compañía pueden ser cultivados de manera continua, produciendo grandes cantidades de biomasa y secuestrando cantidades importantes de carbono sobre y debajo del suelo, sin agotar la fertilidad o biodiversidad del suelo.

Además de estas prácticas de policultivo, el realizar pastoreo rotativo programado en esos pastizales de agroforestería no sólo provee forraje para el ganado, sino que si se hace de manera adecuada (sin sobre pastoreo o poco pastoreo), mejora o regenera aún más el suelo, eliminando pastos muertos, especies invasivas, facilitando la infiltración de agua (en parte a través de la alteración del terreno, por ejemplo, a través de las huellas de las pezuñas), concentrando estiércol y orina animal, y aumentando la materia orgánica del suelo, carbono del suelo, biodiversidad y fertilidad.

Aunque el agave es una planta que crece prolíficamente en algunos de los climas más duros del mundo, hasta ahora esta planta ha sido ignorada en general, inclusive hasta menospreciada. Además de producir bebidas alcohólicas, los agaves generalmente son considerados una peste de planta y ganado, junto con sus árboles y arbustos de compañía espinosos, fijadores de nitrógeno y leguminosos como el mezquite y las acacias.

Pero ahora, el desarrollo de un sistema de agroforestería basado en agave y manejo holístico de ganado en las tierras semi-áridas de Guanajuato, México, utilizando técnicas básicas de restauración de ecosistemas, diseño de permacultura y producción de forraje usando fermentación anaeróbica, está cambiando la imagen del agave y sus árboles de compañía. Este sistema impulsado por agave de agroforestería y manejo de ganado está demostrando que las plantas nativas, ignoradas por un largo tiempo, tienen el potencial de regenerar las tierras secas, dando grandes cantidades de forraje barato pero esencial para alimentar animales, y aliviar la pobreza rural.

Un innovador grupo de agricultores mexicanos ha aprendido cómo reforestar y reverdecer sus tierras secas, sin necesidad de agua de riego ni agroquímicos. Lo han hecho combinando el conocimiento indígena tradicional sobre las plantas desérticas nativas y la fermentación natural.

Han logrado esto al plantar densamente, podar y mezclar cultivos de especies de agaves que producen mucha biomasa y forraje (en promedio 2000 por hectárea) intercalados entre especies de árboles y arbustos pre-existentes de raíces profundas, fijadoras de nitrógeno (500 por hectárea) como el mesquite y acacias, o junto con plántulas. A efectos de reforestación y promoción de la biodiversidad en el sistema de agroforestería de agave/mesquite, el rancho de investigación de Vía Orgánica en San Miguel ha desarrollado acodos o clones aéreos de los árboles de mesquite. Los acodos son básicamente ramas de árboles maduros que se han transformado en retoños. Luego de un año de ser vivereados, pueden alcanzar una altura de dos metros.

Los agaves (en particular la especie salmiana, americana y mapisaga) producen de manera natural grandes cantidades de hojas o pencas al año, las cuales pueden ser picadas y fermentadas, transformadas en forraje. La producción de forraje perenne de agave excede por mucho la mayoría de la producción de otro forraje (la cual requiere irrigación y la incorporación de costosos químicos) con tres variedades diferentes (salmiana, americana y mapisaga) produciendo aproximadamente 100 toneladas por hectárea de forraje fermentado, anualmente. La variedad crassispina, valiosa por su contenido de piña alta en azúcar para mezcal, produce apenas menos que el 50% de la biomasa de la penca que las otras tres variedades (un promedio de 46.6 toneladas por año).

El forraje de agave de tres de las variedades más productivas tiene un valor en el mercado considerado en $100 USD por tonelada (hasta $4,000 USD por acre o $10,000 por hectárea de ganancia neta). Este sistema, junto con el pastoreo rotativo, tiene la capacidad de alimentar hasta a 40 ovejas, corderos o cabras por acre/al año o 100 por hectárea, produciendo un valor añadido potencial neto de de $3,000 USD por acre o 7,500 por hectárea. Una vez certificado como orgánica, la producción de cordero puede aumentar fácilmente las ganancias netas, especialmente si las vísceras (corazón, hígado, riñones, etc) son procesadas como suplementos nutricionales disecados y congelados.

Además, el tronco de agave o piña, con un valor de mercado de $150 USD por tonelada, cosechado al final de la esperanza de vida de 8-13 años de la planta de agave para mezcal (un valioso licor destilado) o inulina (un suplemento nutricional) puede pesar 300-400 kg, en las tres variedades más productivas. De nuevo la variedad crassispina tiene una piña mucho más pequeña (160 toneladas por 2000 plantas) El valor de la piña de 2000 plantas de agave de las variedades salmiana, americana y mapisaga, cosechadas una vez, al final de su periodo de vida productivo (aproximadamente 10 años) tiene un valor de mercado de $52,500 dólares  (a lo largo de 10 años, cosechado el 10% anualmente) estadounidenses por hectárea, con el valor de mercado para la inulina siendo considerablemente mayor.

Al combinar el valor de mercado de la penca y piña de las tres variedades más productivas llegamos a un valor de mercado total neto de $152,500 USD por hectárea y $61,538 por acre, durante 10 años. Añadiendo el valor de 72,000 hijuelos o brotes de 2000 plantas de agave (cada una produciendo en promedio 36 brotes o clones) con un valor de 12 pesos o 60 centavos de dólares por brote, obtenemos unos $43,200 adicionales de ingresos netos durante 10 años. El total estimado del ingreso neto por hectárea por pencas ($100,000), piñas ($52,500), e hijuelos ($43,200) durante 10 años será de $195,700, y los costos proyectados para establecer y mantener el sistema será de $16,047 por hectárea. Como indican estos números, que son estimados, este sistema tiene un potencial económico tremendo.

Este sistema ha sido liderado por pastores de ovejas y cabras en la municipalidad de San Luis de la Paz, en Hacienda  Zamarripa, México y posteriormente se expandió y adaptó con agricultores e investigadores orgánicos en San Miguel de Allende. El “Proyecto del Billón de Agaves”, como el nuevo movimiento se ha autodenominado, está comenzando a atraer atención regional y hasta internacional por parte de agricultores, funcionarios de gobierno, activistas climáticos e inversores. Uno de los aspectos más emocionantes de este nuevo sistema agroforestal es su potencial de que puede ser establecido o replicado eventualmente, no sólo a través de México, sino en un porcentaje significativo de las tierras secas áridas y semi-aridas del mundo, (incluyendo áreas grandes en Centroamérica, Latinoamérica, el suroeste de Estados Unidos, Asia, Oceanía y África). Las tierras secas áridas y semi-áridas constituyen, de acuerdo a la Convención de las Naciones Unidas para prevenir la desertificación, 40% de las tierras del mundo.

Aliviando la pobreza rural

Además de mejorar los suelos, regenerar ecosistemas y secuestrar carbono, el impacto económico de este sistema de agroforestería parece ser un punto de inflexión pendiente desde hace tiempo en términos de reducir y eliminar la pobreza rural. El 90% de los agricultores de tierras secas en México (86% de los cuales no tienen pozos e irrigación) son incapaces de generar cualquier ganancia de ningún modo a través de la producción agrícola, de acuerdo a estadísticas gubernamentales. El ingreso del núcleo familiar promedio en México es aproximadamente $5,000-6,000 USD por año, derivado abrumadoramente del empleo fuera de las granjas y remesas o dinero enviado a casa por inmigrantes mexicanos trabajando en los Estados Unidos o Canadá. Casi 50% de los mexicanos, de acuerdo a las estadísticas gubernamentales, están viviendo en pobreza o pobreza extrema.

La tabla debajo compara la alta productividad del agave (en términos de pienso animal o producción de forraje) comparada a otros cultivos de forraje, todos los cuales, a diferencia del agave y mesquite, requieren insumos caros o no disponibles de irrigación o cultivo. La segunda tabla compara la productividad, en términos de penca o biomasa de hojas, de la especie salmiana. Vea el apéndice para comparaciones de otras especies de agave en distintos lugares.

 

Desplegando el sistema de agroforestería basado en agave

El primer paso al implementar este sistema de agroforestería de agave y manejo de ganado holístico es llevar a cabo prácticas básicas de restauración de ecosistemas. La restauración es necesaria dado que la mayoría de las áreas secas sufren de suelos degradados, erosión, baja fertilidad y poca retención de agua de lluvia en los suelos. La restauración de ecosistemas inicial típicamente requiere colocar cercas o reparar cercas para control de ganado, construir barreras de piedra (diques de contención) para el control de la erosión, construir terrazas y surcos con curvas de nivel, subsoleo (para romper las capas endurecidas de suelo), trasplantando agaves de distintas variedades y edades (1600-2500 por hectárea o 650-1000 por acre), cosechando pastizales, así como trasplantando (si no fue reforestada previamente) mesquite u otros árboles fijadores de nitrógeno (500 por hectárea o 200 por acre) o arbustos. Dependiendo del plan de manejo, no todos los agaves serán plantados el mismo año, pero idealmente el sistema contará con una proporción de 200 plantas por año de cada edad (establecidas del año 1 al 10) para escalonar los tiempos de cosecha para las piñas de agave, las cuales son cosechadas al final de la vida útil de 8-13 años de la especie en particular.

Esto a su vez es seguido por el manejo de suelo sin arar (después del subsoleo inicial) y sembrando pastos para pastizal y cultivos de cobertura de legumbres, dejando “descansar” temporalmente al pasto (por ejemplo, mantener animales fuera de pastizales o áreas de pastoreo sobrepastoreadas) lo suficiente para permitir la regeneración del follaje y supervivencia de agaves jóvenes y brotes de árboles. Siguiendo estos pasos iniciales de restauración de ecosistemas y  al plantar agaves y establecer suficiente cobertura de árboles, lo cual puede llegar a tomar cinco años, el siguiente paso es implementar cuidadosamente un pastoreo rotativo planeado de ovejas y cabras (u otro ganado) a través de estas tierras de pastoreo, por lo menos durante la temporada de lluvia (4-6 meses al año), utilizando cercas solares móviles y/o pastores o perros pastores (sin sobrepastorear o pastorear muy poco); suplementando forraje de pastizal, especialmente durante la temporada seca de seis a ocho meses, con pienso de agave fermentado. Durante la temporada seca, muchas familias elegirán mantener a sus reproductores en sus parcelas o corrales familiares más pequeños, alimentándolos con forraje fermentado (ya sea agave o mezcla de agave/mesquite) para mantenerles sanos durante la temporada seca, cuando los pastos están severamente limitados.

Al implementar estas prácticas de restauración y agroforestería, los agricultores y rancheros pueden comenzar a regenerar paisajes secos y mejorar la salud y productividad de su ganado, proveer comida accesible para sus familias, mejorar sus modos de vida, y al mismo tiempo, entregar servicios valuables al ecosistema, reducir la erosión del suelo, recargando agua, y secuestrando y almacenando grandes cantidades de carbono atmosférico en la biomasa de plantas y suelos, tanto arriba como debajo del suelo.

Fermentando las hojas de agave: una innovación revolucionaria

La revolucionaria innovación del grupo pionero de agricultores de Guanajuato ha sido la de convertir una fuente indigerible, pero enorme y accesible de biomasa, las hojas de agave o pencas, en un pienso animal valioso, utilizando el proceso natural de fermentación anaeróbica para transformar los compuestos de saponina y lectina indigeribles de las plantas en carbohidratos, azúcar y fibra digeribles. Para hacer esto han desarrollado una máquina relativamente simple, conectada a un tractor, que puede picar las duras hojas del agave. Después de picar las hojas de agave o pencas (en lo que parece ser ensalada de col), las mismas son fermentadas anaeróbicamente (idealmente junto con las vainas picadas, ricas en proteínas del árbol de mesquite) en un contenedor cerrado, como un contenedor de plástico de cinco galones con una tapa, quitando tanto oxígeno como sea posible (al prensarlo) antes de cerrar la tapa.

El producto final fermentado, coloreado de dorado después de 30 días, es un forraje nutritivo pero muy barato, que cuesta aproximadamente 1,5 pesos mexicanos (o 7,5centavos de EU) por kilogramo/2.2 libras (agave fermentado solo) o 3  pesos (agave y vainas de mezquite juntas) por kilogramo para producir. En San Miguel de Allende, los contenedores que usamos, durante esta etapa experimental inicial del proyecto cuestan $3 USD por unidad de un contenedor de plástico de 20 litros o 5 galones o cubeta con su tapa, con un tiempo de vida de 25 usos o más antes de que deban ser recicladas. Los contenedores reutilizables de 200 litros cuestan 60 dólares cada uno (nuevos y 30 los usados) pero tienen un tiempo de vida considerablemente mayor que los de 20 litros.

Como muestra el plan financiero del forraje de agave fermentado,  solamente el hecho de cosechar y procesar las pencas generará suficientes ganancias por hectárea para los propietarios y las comunidades rurales (como los ejidos mexicanos) que desarrollen el sistema de agave/agroforestería en escala. En este momento se están desarrollando alternativas para almacenamiento de forraje que eliminarán la necesidad de las cubetas o contenedores de plástico relativamente caros de 20 o 200 litros.

El sistema de producción de forraje de agave provee al ranchero o agricultor corto de efectivo con una alternativa a tener que comprar alfalfa (20 centavos de dólar por kg y uso intensivo de agua) o heno (con un costo igual de caro) o tallos de maíz (trabajo intenso y deficientes nutricionalmente), especialmente durante la temporada seca.

De acuerdo al Dr. Juan Frías, uno de los pioneros de este proceso, corderos u ovejas adultas convierten fácilmente 10 kilos de forraje fermentado de agave en un kilo de peso corporal, la mitad del cual puede venderse como carne o vísceras. Con 1.5 a 2 pesos por kilo (7.5 centavos por libra), este forraje altamente nutritivo puede hacer la diferencia eventualmente entre la pobreza y un ingreso decente para millones de los pequeños agricultores y pastores de las tierras desérticas del mundo. Típicamente, una oveja adulta consumirá de 2-2.5 kilogramos de forraje cada día, en tanto que un cordero de hasta cinco meses de edad consumirá 500-800 gramos por día. (El ganado consumirá 10 veces tanto forraje al día como oveja, aproximadamente 20 a 25 kg al día.) Bajo el sistema de agave para ovejas y cabras cuesta aproximadamente 20 pesos o un dólar la libra (peso vivo) para producir lo que vale, en tasas de mercado actuales para carnero o cabra no orgánicos, 40 pesos o dos dólares por libra. (Cordero, carnero o cabra certificados orgánicos costarán 25-50 por ciento más). En experimentos actuales en San Miguel de Allende, los cerdos y gallinas se han mantenido sanos y productivos con forraje fermentado de agave representando 15% de su dieta, disminuyendo notablemente los costos de forraje.

La abundante cosecha de este sistema regenerativo, alto en biomasa, alto en secuestro de carbono no sólo incluye pienso animal extremadamente barato y nutritivo (hasta 100 toneladas o más por hectárea al año de forraje fermentado, comenzando en los años tres al cinco, en promedio durante diez años),sino también cordero, carnero, queso, leche orgánicos de alta calidad, aguamiel (salvia de agave), pulque (una bebida ligeramente alcóholica) inulina (un suplemento nutritivo), y licor destilado de agave (mezcal), todos producidos de manera orgánica sin químicos sintéticos o pesticidas, a precios costeables, con un exceso de fibra de biomasa de agave y bagazo disponible para textiles, composta, biocarbono, materiales de construcción y bioetanol.

Economía regenerativa: el resultado final

Para motivar una masa crítica de agricultores y rancheros empobrecidos luchando para ganarse la vida en las tierras secas degradadas de México, o en cualquier área árida o semi-árida del mundo, para que adopten este sistema, es necesario tener un incentivo económico fuerte. Debe haber recompensas económicas, ambas a corto y largo plazo, en términos de ingreso agrícola, si esperamos una adopción rápida de este sistema. Afortunadamente, el sistema de agroforestería de agave/mezquite provee esto, iniciando el año tres y aumentando constantemente cada año a partir de ahí, produciendo grandes cantidades de forraje a bajo costo para alimentar a su ganado y un flujo constante y creciente de ingresos por vender sus pencas, piñas y forraje sobrante de su granja o tierras comunitarias (ejidos).

Dado que estos agricultores tienen poco o nada de capital operativo, se necesita de un sistema que provea financiamiento (préstamos y subvenciones) y asistencia técnica para instalar este sistema regenerativo y mantenerlo durante el periodo crucial de iniciación de 5-10 años. Basado en una década de implementación y experimentación, estimamos que este sistema de agroforestería de agave costará aproximadamente $1600 USD al año, por hectárea para establecer y mantener, en promedio durante un periodo de diez años. Ver la tabla de abajo. Para el año cinco, sin embargo, este sistema será capaz de pagar los préstamos de operación inicial (costos iniciales en el año uno o uno hasta el cinco son muchos más altos que en los años sucesivos) y comenzar a generar ganancia neta.

 

*Todos los costos estimados en dólares americanos 

La abrumadora mayoría de los agricultores de tierras secas mexicanas, como se mencionó previamente, no tienen pozos para irrigación (86%) y ganan muy poco dinero (90%) de sus prácticas agrícolas de subsistencia (cultivar maíz, frijoles, calabaza y ganado). Aunque la mayoría de los pequeños propietarios rurales son de bajos ingresos o empobrecidos, sin embargo típicamente son dueños de sus casas y cobertizos agrícolas o edificios (familiares o construidas por si mismos) así como un título o propiedad de sus propias parcelas de tierra, típicamente cinco hectáreas (12 acres) o menos, así como su ganado. Más allá de sus parcelas individuales, tres millones de familias mexicanas también son codueñas de tierras comunales o ejidos, los cuales constituyen un 56% de las tierras agrícolas nacionales (103 millones de hectáreas o 254 millones de acres). Los ejidos se crearon durante la reforma agraria y sus políticas de redistribución después de la Revolución Mexicana de 1910-20. Las tenencias grandes o haciendas fueron disueltas y distribuidas a organizaciones de pequeños agricultores y aldeas rurales, ejidos.

Desafortunadamente, la mayoría de las tierras pertenecientes a las 28,000 tenencias comunitarias de ejidos son áridas o semi-áridas sin pozos e irrigación. Pero al ser un miembro del ejido se da acceso a una familia y derechos de pastoreo comunitario (algo de cultivos) a la tierra comunitaria (tipicamente sobrepastoreada) del ejido. Algunos ejidos incluyendo aquellos en las tierras secas son bastante amplias, abarcan 12,000 hectáreas (30,000 acres) o más. A diferencia de los agricultores en los Estados Unidos o el resto del mundo, la mayoría de estos agricultores de tierras secas mexicanas o ejidos tienen poca o ninguna deuda. Para muchos su cuenta de banco es su ganado, el cual venden como algo necesario para pagar por los gastos comunes de hogar y personales. Como se resaltó antes, la mayoría de los agricultores mexicanos hoy subsisten del ingresos generado fuera de la granja por miembros de la familia, y remesas que son enviadas a casa por integrantes de la familia que trabajan en los Estados Unidos o Canadá. Entienden de primera mano que el cambio climático y los suelos degradados están haciendo casi imposible que puedan cultivar sus milpas tradicionales (cultivar maíz, frijoles y calabaza durante la temporada de lluvia) o criar ganado sando para el consumo familiar y para vender. La mayoría es consciente de que su ganado generalmente les cuesta tanto trabajo como dinero criarlo (o más) que el valor para la substencia familiar o su valor en el mercado.

México tiene un total de 2400 municipios localizados en 32 estados. A lo largo de México los pequeños agricultores ya están cultivando agave en 1000 municipios y nueve estados, cosechando piñas para la producción de mezcal. Ninguno de estos lugares, sin embargo, con excepción de la Hacienda Zamaripa en San Luis de la Paz, Vía Orgánica (y los ejidos en los  alrededores) de San Miguel de Allende, Guanajuato y los productores de pulque en Tlaxcala, están cosechando pencas u hojas de agave para producir forraje fermentado para ganado. Sin embargo, a medida que se corre la voz sobre el increíble valor de las pencas y la agroforestería del agave/mezquite desarrollada en el estado de Guanajuato, los agricultores en la mayoría de los ejidos y municipios de la nación estarán interesados en iniciar este sistema en sus áreas.

Con financiamiento, capital de trabajo y asistencia técnica (la mayoría puede ser entrenamiento de agricultor a agricultor), una masa crítica de pequeños propietarios mexicanos será capaz de beneficiarse enormemente al establecer este sistema de agroforestería de maguey y manejo de ganado en sus parcelas privadas, y beneficiarse aún más por iniciar de manera colectiva este sistema con otros miembros del ejido en las tierras comunitarias. Con la posibilidad  de generar ingresos netos de hasta $6-2,000 USD al año/por hectárea de forraje fermentado de agave (y producción de cordero/oveja/ganado) en sus tierras, con costos bajos de mantenimiento después del lanzamiento inicial, y con la producción aumentando de manera constante de tres a cinco años después de su implementación, este sistema de agave tiene el potencial de expandirse a través de México (y todas las tierras áridas y semi-áridas del mundo.) A medida que miles y eventualmente cientos de miles de pequeños agricultores y familias agrícolas comienzan a volverse autosuficientes al proveer 100% del pienso y nutrición para su ganado, los agricultores de tierras secas tendrán la oportunidad de salir de la pobreza y regenerar las  economías del hogar y de sus comunidades rurales, restaurando la fertilidad del suelo y servicios esenciales del ecosistema al mismo tiempo.

La extraordinaria característica de este sistema de agroforestería de agave es que genera recompensas casi inmediatas. Comenzando desde brotes o hijuelos de agave, en el año tres en la vida útil de 8-13 años de estos agaves, los agricultores pueden comenzar a podar y cosechar las hojas o pencas de la parte más baja de estos agaves (podando aproximadamente 20% de biomasa de las hojas cada año a partir del año tres) y comenzarán a producir toneladas de pienso animal/forraje fermentado nutritivo. Las hojas de agave individuales o pencas de una planta madura pueden pesar más de 20 kilos o 45 libras cada una.

Dado que el sistema no requiere insumos externos o químicos, la carne, leche, o forraje producido puede ser certificado orgánico, probablemente aumentando su valor de venta en el mercado. Además de las piñas de 2000 plantas de agave (una hectárea) con un promedio de una piña por planta de 300-400 kg (3 pesos o 15 centavos USD por Kg) pueden generar ingresos únicos de $52,500 USD) en la cosecha final de la planta de agave, cuando todas las hojas restantes y el tallo sean cosechadas. Pero hasta que los agaves sean completamente cosechados al final de su vida útil de 8-13 años, otros brotes o hijuelos de agave de varias edades han sido plantados constantemente junto con ellos para mantener el mismo nivel de biomasa y producción de forraje. En una hectárea de 2,000 plantas de agave, aproximadamente 72,000 hijuelos o nuevas plantas bebé (un promedio de 36 por planta madre) serán producidas durante un periodo de diez años. Estas 72,000 plantas bebé (listas para trasplante) tienen un valor actual de mercado durante un periodo de diez años de 12 pesos mexicanos (60 centavos USD) cada uno por $43,200 USD ($4,320 USD al año).

Financiando el sistema de agroforestería basado en agave

Aunque los pequeños propietarios de tierras secas mexicanas típicamente están libres de deudas, no tienen efectivo disponible. Para establecer y mantener este sistema, como indica la tabla de abajo, necesitarán aproximadamente $1600 USD al año por hectárea (648 por acre) para un costo total durante 10 años de $16,000. Iniciando en el año cinco, cada hectárea debería de estar generando $10,000 de forraje fermentado al año.

Para el quinto año, los agricultores implementando el sistema estarán generando suficientes ingresos para la producción de pienso animal y ventas de ganado para pagar el préstamo de 10 años completo. Desde este punto en adelante, se convertirán automáticamente en autosuficientes, y, de hecho, tendrán la oportunidad de convertirse en moderadamente prósperos. La presión para sobrepastorear tierras comunitarias bajará, como la presión de las personas rurales para migrar a otras ciudades o a los Estados Unidos y Canadá.A su vez, grandes  cantidades  de carbono atmosférico habrán comenzado a ser secuestradas sobre y debajo del suelo, permitiendo que muchas de las 2400 municipalidades de México alcancen cero emisiones de carbono. Además, otros servicios de ecosistemas mejorarán, incluyendo la erosión de la capa superior del suelo reducida, más retención de agua de lluvia/agua en los suelos, más materia orgánica del suelo, aumento de cubierta de árboles y arbustos, aumento de biodiversidad (sobre el suelo y debajo de él), restauración de las áreas de pastoreo y creciente fertilidad del suelo.

Secuestro de carbono natural en suelos y plantas regeneradas

México, como cada nación, tiene una obligación bajo el Acuerdo Climático de París del 2015, de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, metano y óxido nitroso) pasando a formas de energía renovables (especialmente solar y de viento) y conservando energía, reduciendo el exceso de dióxido de carbono de la atmósfera y aumentando  su almacenamiento, a través del proceso de fotosíntesis mejorada de bosque y plantas, esta “reducción” de carbono en su biomasa, raíces y suelo. La agroforestería basada en agave (2000 plantas de agave por hectárea) como un sistema perenne, con la capacidad de las plantas de agave para producir 45 kg. por planta de biomasa de peso seco por hectárea durante 10 años, puede almacenar sobre el suelo aproximadamente 9 toneladas métricas de carbono por hectárea (33 toneladas de CO2 por  acre) durante un periodo de diez años, de manera continua, sin contar el carbono almacenado por árboles de compañía y arbustos como el mezquite y acacias. En términos de capacidad de secuestro de dióxido de carbono y carbono sobre el suelo (y debajo del suelo) durante 10 años (por ejemplo, 49.5  toneladas de carbono por año por hectárea o 181 toneladas de CO2e), este sistema, mantenido como un policultivo con crecimiento perenne continuo, está entre los más regenerativos de la tierra, especialmente considerando el hecho de que puede ser establecido en climas difíciles semi-áridos y áridos, en tierra degradada, básicamente sobrepastoreada e inadecuada para cultivar, sin necesidad de irrigación o de agregar insumos químicos. En México, donde 60% de todas las áreas agrícolas o de pastoreo son áridas o semi-áridas, este sistema tiene la capacidad de secuestrar 100% de las emisiones actuales de Gases de Efecto Invernadero de la nación (590 millones de toneladas de CO2e) si es implementado en aproximadamente 11.6% o 17 millones de hectáreas (2000 agaves y 500 mezquites) de las tierras totales de la nación (197 millones de hectáreas). Las tierras de ejido poseídas comunitariamente solo en México son más de 100 millones de hectáreas. El proyecto de restauración de ecosistemas más grande recientemente hasta ahora ha sido la restauración de una década de duración de Loess Plateau (1.5 millones de hectáreas) en el norte central de China en 1990.

En una municipalidad como San Miguel de Allende, México con una superficie de 1,537 km2 (153,700 hectáreas) con un estimado anual de emisiones de gases de efecto invernadero de 654,360 t/CO2/año (178,300 t/C/año) el sistema de agroforestería agave/mesquite (secuestrando 181 toneladas de CO2e sobre el suelo por hectárea continuamente después de 10 años) necesitaría ser implementado en aproximadamente 36,150 hectáreas (89,290 acres) o 23,5% del territorio municipal para cancelar todas las emisiones actuales. Hay 2400 municipalidades en México, incluyendo 1000 que ya están cultivando agave y cosechando piñas para el mezcal.

En la subcuenca de Támbula Picachos en la municipalidad de San Miguel hay 39,022 hectáreas de tierra rural (principalmente tierra ejidal) que necesita restauración (93.4% muestra signos de erosión, 53% con suelo compacto). Implementando la agroforestería del agave/mezquite en  36,150 hectáreas (6.2%) de esta tierra degradada sería suficiente para cancelar todas las emisiones actuales en la municipalidad de San Miguel.

El valor económico de cultivar agave en estas 36,150 hectáreas (incluyendo forraje, piñas e hijuelos) en promedio durante 10 años costaría $704 millones de dólares estadounidenses al año, un impulso tremendo a la economía. En comparación, San Miguel de Allende, uno de los mejores destinos turísticos en México (con 1.3 visitantes anuales) genera mil millones de dólares al año de turismo, su generador de ganancias número uno.

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Estimaciones para captura de carbono a nivel del suelo 


Apéndice

Agroecología en Jalisco: proteger la tierra y apoyar el trabajo de mujeres rurales

Por Mayela Sánchez, Animal Político, 07 de abril de 2022.

Cuando Yáskara Ethel Silva era niña, la Huerta de Trejo no era más que el sitio a donde su madre la mandaba a comprar las verduras del día. Imposible que entonces imaginara que se casaría con uno de los herederos de ese huerto y que compartiría el trabajo de cultivar esa tierra. Mucho menos, que convertiría esa labor en una forma de resistencia.

La Huerta de Trejo se encuentra en el corazón de Ciudad Guzmán, el más importante centro urbano del sur de Jalisco y cabecera del municipio de Zapotlán el Grande. Yáskara dice que alguna vez la huerta fue un gran centro de abasto de vegetales, pero la producción y el consumo de productos locales se fue abandonando con la llegada de la agroindustria en la región en la década de 1980. 

Desde entonces se privilegia la producción agroindustrial: el cultivo a gran escala de alimentos de alto valor agregado, con un uso intensivo de la tierra y de las fuentes de agua, y el uso de productos químicos para mejorar las cosechas y evitar las plagas. Por el sur de Jalisco se han expandido así los cultivos de aguacate, agave, frambuesa y zarzamora, por ejemplo, hasta abarcar la tercera parte de la superficie agrícola en esa región, de acuerdo con datos de 2020 del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera. 

Solo en el municipio donde vive Yáskara, la mitad de las tierras ha sido acaparada por un único cultivo: el aguacate. Pero ella y su esposo Rogelio han aprendido cómo trabajar la tierra para impulsar la producción a pequeña escala. Cuando la huerta dejó de ser negocio, primero cultivaron hortalizas, frutas y plantas medicinales solo para su consumo. Pero ante la expansión de los monocultivos, decidieron comercializar una parte para recuperar y promover una producción sustentable de alimentos.

No solo se trata de evitar productos químicos —como fertilizantes o insecticidas— en sus cultivos o de rotarlos para mantener sano el suelo. Además, venden sus productos pensando en que la comercialización es una oportunidad de dar a conocer y promover la agricultura sustentable, y no únicamente para tener un ingreso.  

“Porque no nomás es sembrar en la tierra, sino hay que sembrar en las personas. Y yo digo, el que permanezca la huerta, el que siga produciendo es como el decir ‘sigues viva, estás caminando y tienes permanencia’”, considera Yáskara.

Ella y su esposo no resisten solos. Otras productoras y productores en Jalisco han empezado a ver en las prácticas ecológicas una manera de hacerle frente a un modelo agrícola que explota los recursos y daña al medio ambiente, pero que también ha privilegiado un reparto desigual de la tierra y ha dejado a las mujeres fuera de la actividad productiva. 

En esta forma de producción sustentable, las mujeres juegan un papel clave, pues al igual que la agroecología, ponen al centro la preservación de la vida.

La devastación del “gigante agroalimentario”

Jalisco es llamado “el gigante agroalimentario” de México por la preponderancia de sus cultivos en la producción agropecuaria nacional, que están por encima de otros estados con vocación agrícola, como Veracruz, Oaxaca y Sinaloa, y por ser la entidad que más aporta al PIB del sector primario en todo el país.

Pero también es uno de los estados donde más ha penetrado la agroindustria, de acuerdo con Alejandro Macías, profesor investigador del Centro Universitario del Sur de la Universidad de Guadalajara, quien trabaja temas de agricultura con un enfoque social y económico. 

Aunque la agroindustria está presente en casi todo el estado, Macías dice que donde más ha crecido es en el sur, una región que se extiende desde el suroeste del Lago de Chapala hasta el volcán de Colima.PUBLICIDAD

En Atoyac, uno de los 27 municipios que forman el sur jalisciense, Araceli Paniagua Barajas ha visto cómo la producción a gran escala de aguacates, frutos rojos —genéricamente llamados berries— y, últimamente, maguey ha trastocado el paisaje por la deforestación para convertir zonas boscosas en tierras de cultivo.

Como apicultora, esta situación le afecta directamente, ya que la pérdida de vegetación ha reducido las opciones para que las abejas coman y polinicen. Además, las fumigaciones de cultivos con agroquímicos han causado la muerte de más de una tercera parte de las 400 colmenas que tenía.

A pesar de las pérdidas, Araceli y su esposo se mantienen firmes en continuar trabajando con las abejas y en conseguir zonas libres de agroquímicos donde puedan polinizar. Para ellos, producir miel orgánica no es solo una fuente de ingresos, sino la forma en la que defienden la preservación de un medio ambiente sano. Como para Yáskara y Rogelio con el trabajo en la huerta. 

“Más que nada, piensas o tienes la conciencia de decir ‘tenemos que luchar, tenemos que defender este trabajo, a nuestras colmenas, que nuestras generaciones conozcan todavía algo de esto’”, dice Araceli.

Proteger la tierra, tejer redes

Con el avance de la agroindustria, también comenzaron a surgir varias iniciativas de agricultura ecológica: pensar en diversificar cultivos —no tener el mismo todo el tiempo, para dejar que el suelo se recupere y no se degrade—, evitar el uso de agroquímicos y semillas procesadas, emplear fertilizantes naturales y semillas nativas, y garantizar, primero, el autoconsumo y los ciclos naturales del medio ambiente. 

“Es decir, que toma en cuenta aspectos de la ecología donde se instala (…) lo que hemos visto es que en el sur de Jalisco la necesidad de cambio hacia una agricultura sustentable nace a partir de un proceso de degradación ambiental”, dice Norma Helen Juárez, profesora investigadora en el Centro Universitario del Sur de la Universidad de Guadalajara y quien desde 2008 estudia la agroecología en Jalisco.

No existen datos precisos sobre cuántos productores agroecológicos hay en el estado, pero al menos para 2016 había unos mil 200 que desarrollaban una agricultura ecológica, según documentó Juárez. De ellos, pudo registrar que 191 estaban en la zona sur.

Al margen de las cifras, un caso paradigmático del impulso de prácticas sustentables en la agricultura del estado es el de El Limón, que en 2021 fue declarado por sus autoridades locales como municipio agroecológico, a fin de fomentar prácticas agropecuarias que preserven la diversidad biológica y cuiden los recursos naturales de la comunidad. El Limón se ubica en la región conocida como Sierra de Amula, al sureste de Jalisco, una región también impactada por cultivos agroindustriales.

Pero también están las tiendas y los mercados locales que fungen como redes para conectar a productores, organizaciones civiles y consumidores. 

Yáskara y Araceli, por ejemplo, son parte de una red de productoras agroecológicas cuyo punto de confluencia es el Mercadito Alternativo Solidario Flor de Luna, ubicado en Guadalajara.

El mercadito abrió en 2015 para dotar a mujeres productoras de un espacio para comercializar sus productos, explica Carmen García, una de sus fundadoras y coordinadora de la Escuela para Defensoras Benita Galeana, una organización de formación de defensoras de derechos humanos y ambientales.

El trabajo itinerante de la escuela para la formación de líderes comunitarias había llevado a sus integrantes a relacionarse con productoras en distintos municipios de Jalisco, con las que trabajaron en proyectos productivos basados en la agroecología.

Actualmente, el mercadito distribuye hortalizas, miel, huevo, salsas, mermeladas y plantas medicinales, entre otros productos, todos elaborados de manera sustentable por unas 20 productoras de Jalisco y algunas de otros estados del país. Aunque también ha incluido a productores, son los menos, pues el mercadito “es un espacio que se ha hecho para las mujeres organizadas”, dice García.

El trabajo de la escuela y del mercadito con mujeres productoras se distingue de otros proyectos agroecológicos en que tiene una perspectiva feminista, consideran sus integrantes. Esto les ha permitido comprender que las mujeres se relacionan de una forma distinta que los hombres con la tierra por el rol de cuidados que se les ha asignado socialmente.

Tal relación propicia que las productoras agrícolas estén enfocadas en la preservación y protección de la tierra, los cultivos y la comunidad, en lugar de buscar el lucro y la explotación de los recursos. 

“Es una agricultura que sostiene la vida”, dice García. Y que, por tanto, empata con los principios de la agroecología y choca con todo lo que implica la agroindustria.

A partir de esta reflexión es que García habla de feminizar la agricultura, no como una participación exclusiva de las mujeres, sino como una apropiación de todas las personas de esa relación de cuidados con la naturaleza.

“Hablar de una feminización es hablar de que todos nos volvamos cuidadores y cuidadoras. Feminización de la vida, feminización de la agricultura, de la tierra”, dice.

Agroecología, una oportunidad de producción para las mujeres

En Jalisco, las mujeres son propietarias de apenas 30% de los núcleos agrarios, según el Registro Agrario Nacional. La relación que socialmente suele hacerse entre las actividades agrícolas y el trabajo masculino ha perpetuado esta desigualdad en la propiedad de la tierra, considera Carmen García. 

Sin embargo, la agroecología propicia la producción a pequeña escala, como en huertos o cultivos de traspatio, que suelen ser los espacios donde producen las mujeres rurales.

El huerto de Santa Elena, en Ciudad Guzmán, es ejemplo de cómo las mujeres han sabido aprovechar una pequeña extensión de tierra para gestionar un proyecto productivo y de vida. Se trata de un espacio de no más de 30 metros cuadrados, que alberga unas 200 plantas, entre hortalizas y plantas medicinales, explica María Anguiano, una de las tres mujeres que lo sostienen.

El huerto fue una idea fomentada y apoyada por las integrantes de la Escuela para Defensoras. Además de María y otras dos mujeres, también participan en los trabajos del huerto dos hombres, quienes suelen realizar las tareas más pesadas, como la elaboración de la composta que usan para abonar las plantas. En el huerto no usan ninguna clase de productos químicos.

Anguiano dice que algunas plantas medicinales, como el gordolobo o la valeriana, antes eran fáciles de encontrar al lado de los caminos, pero la expansión de los invernaderos donde se cultivan aguacates o berries ha ido acabando con ellas.

Plantarlas en el huerto es una manera de preservarlas. La otra es enseñando a más mujeres a cultivarlas y a producir con ellas remedios medicinales.

Ejemplo que arrastra

Yáskara tiene claro que comercializar el excedente de la producción de su huerta no va a terminar con la agroindustria. Sin embargo, cree que la suma de esfuerzos a pequeña escala como el suyo sí tiene impacto y es una amenaza a los productores agroindustriales.

“Somos un granito de arena pero les da miedo que esos granitos se vayan juntando”, dice.

No se trata de una pelea de David contra Goliat. Como señala la investigadora Juárez, la función de las iniciativas agroecológicas que han surgido en Jalisco es ser incubadoras de procesos de formación y de cambios futuros.

En el Centro Universitario del Sur de la Universidad de Guadalajara, el también investigador Macías trabaja en un proyecto piloto para instalar parcelas agroecológicas y desarrollar acciones complementarias (como parcelas de traspatio o en escuelas) en tres estados, entre ellos Jalisco. Su opinión sobre el alcance de las iniciativas de agroecología a pequeña escala es similar a la de Juárez.

“Realmente nosotros sabemos que este tipo de iniciativas en entornos altamente industrializados como en el sur de Jalisco pues son iniciativas de largo plazo e iniciativas de mucha resistencia y de mucho estar picando piedra para lograr resultados”, dice.

En el mercadito hacen su parte para sensibilizar a quienes compran sobre el valor de los alimentos sanos y crear una relación entre ellos y las productoras, así como también una red de consumidores, dice Karenina Casarín, del área de comunicación de la Escuela para Defensoras.

Las mujeres vinculadas con el mercadito también están convencidas del valor de sus proyectos productivos y de que, aunque pequeños, pueden ser referente para otras mujeres. 

Por ejemplo, en Tapalpa —otro municipio del sur jalisciense afectado por la agroindustria—, Gabriela Guerrero mantiene un huerto agroecológico y dice que ha propiciado que otras mujeres de la comunidad estén haciendo sus propios huertos.

“El ejemplo arrastra”, dice Mercedes Justo, originaria de Tapalpa y quien planea tener su propio proyecto de farmacia viviente de plantas medicinales. Más mujeres trabajando por proteger la tierra y a sus comunidades. 

“Ya los que vienen atrás ya darán pasos más gigantes, porque también, al igual que nosotros, estarán despertando su conciencia. Y viendo los resultados tiene que haber un cambio”.

El sustituto saludable del azúcar

Análisis escrito por Dr. Joseph Mercola – Revisión experta realizada por James DiNicolantonio, Pharm.DDatos comprobados, Mercola, 01 de abril de 2022.

HISTORIA EN BREVE

  • La glicina es ligeramente dulce; puede usarla en su café o té como un sustituto del azúcar
  • La glicina y el colágeno (una fuente excepcional de glicina) inhiben el consumo de NADPH, por lo tanto, reduce la inflamación y el daño oxidativo
  • Por lo general, la NADPH oxidasa se abrevia como NOX. Inhibir la NOX es una forma efectiva de aumentar los niveles de NADPH, así como la capacidad de las células para reducir el estrés oxidativo
  • La NADPH se utiliza como un reservorio reductor de electrones que sirve para recargar los antioxidantes una vez que se oxidan. La NADPH también es necesaria para producir hormonas y grasas esteroides
  • Para prevenir muchas enfermedades crónicas, necesitamos encontrar la forma de inhibir o modular la NOX. Tales estrategias incluyen evitar la fructosa, practicar la cetosis nutricional y tomar suplementos de espirulina, niacina, glicina y colágeno
  • Consumir glicina podría ser beneficioso para prevenir o tratar el síndrome metabólico, las complicaciones de la diabetes y la hipertrofia cardíaca, al igual que los trastornos del hígado graso alcohólico y no alcohólico

Como probablemente ya lo sabe, la inflamación y el daño oxidativo son algunas de las causas principales de la mayoría de las enfermedades crónicas. Pero tal vez desconoce la importancia que tienen en estos procesos la nicotinamida adenina dinucleótido fosfato (NADPH, por sus siglas en inglés) y la NADPH oxidasa, que se abrevia como NOX.

En un artículo reciente, James DiNicolantonio, coautor de mi libro titulado Superfuel, habla a detalle sobre la importancia del colágeno y la glicina para inhibir la descomposición de la NADPH.1 DiNicolantonio también tiene un libro con Jason Fung, titulado The Longevity Solution, en el que exploran cómo el colágeno y la glicina ayudan a promover la longevidad.

Sin niveles suficientes de NADPH, su cuerpo no puede recargar el glutatión una vez que se oxida. Como sabe, el glutatión es crucial para la desintoxicación y tanto el colágeno como la glicina aumentan sus niveles de NADPH al inhibir la enzima que descompone esta coenzima.

Si consideramos la importancia de la NADPH para optimizar la salud y prevenir las enfermedades crónicas, esta información puede hacer la diferencia en la vida de muchas personas, además el colágeno y la glicina son fáciles de obtener y relativamente económicos.

Pero antes de hablar a detalle sobre cómo la glicerina afecta a la NOX y NADPH, revisemos algunos conceptos básicos sobre este tema.

¿Qué es la NADPH y la NOX?

La NADPH es la forma reducida de NADP+. Es un agente reductor necesario para las reacciones anabólicas, incluyendo a la síntesis de lípidos y de ácidos nucleicos.

La NOX es un complejo de enzimas que se une a la membrana celular, frente al espacio extracelular. Inhibir la NOX es una forma efectiva de aumentar los niveles de NADPH, así como la capacidad de las células para reducir el estrés oxidativo.

La NOX influye en una serie de enfermedades patológicas que generan mucho estrés oxidativo. De hecho, la hiperactividad de la NOX parece desempeñar un papel importante en una gran variedad de problemas de salud, que incluyen, entre otros:

Enfermedades vasculares y complicaciones vasculares de otras enfermedades (como diabetes, insuficiencia renal, ceguera y enfermedad cardíaca)
Resistencia a la insulina
Trastornos degenerativos como Alzheimer y párkinson
Cáncer
Glaucoma
Fibrosis pulmonar
Disfunción eréctil

Como lo explicó DiNicolantonio en otro artículo reciente que habla sobre la capacidad de la bilirrubina para inhibir los complejos de la NOX y regular descendentemente la actividad de la NOX, así como de los beneficios de la espirulina para este propósito:2

“La activación de la NADPH oxidasa es un mediador clave en la activación microglial proinflamatoria…

El estrés oxidativo en los adipocitos, derivado en gran parte de la actividad de la NADPH oxidasa, parece desempeñar un papel clave en la inducción de la resistencia a la insulina y la tendencia a producir adipocina y citoquinas en los adipocitos hipertrofiados”.

Seis maneras de inhibir la NOX y aumentar la NADPH

La NADPH se utiliza como un reservorio reductor de electrones cuando los antioxidantes se oxidan y no funcionan. La NADPH también es necesaria para producir hormonas y grasas esteroides. Si tiene niveles bajos de NADPH, significa que está en serios problemas.

Dicho esto, la NADPH parece ser una sustancia química que puede ser beneficiosa o dañina, todo depende de la cantidad que circula en determinado momento, así que su cuerpo debe regularla con mucho cuidado.

Por ejemplo, aunque la NOX reduce la NADPH, también desempeña un papel importante al ayudar a su sistema inmunológico a combatir las baterías y reforzar las células T para que funcionen apropiadamente.

Así que para prevenir muchas enfermedades crónicas debemos encontrar la forma de inhibir o modular la NOX. La buena noticia es que hay muchas formas fáciles y económicas de lograrlo, incluyendo las siguientes:

Espirulina: Al ser una fuente de ficocianobilina, la espirulina puede ser bastante útil, ya que la ficocianobilina es un pariente cercano de la bilirrubina y la bilirrubina inhibe la NOX.

Los extractos de ficocianobilina han demostrado inhibir la actividad de la NOX en el endotelio aórtico humano, el músculo liso aórtico y los cultivos de células renales.

La bilirrubina también protege contra la nefropatía diabética, ya que se ha demostrado que regula descendentemente la NOX en ratas.

Niacina: Tomar precursores de nicotinamida ribósido (NAD), como la niacina de liberación no programada, también ayuda a aumentar sus niveles de NADPH.3

Reducir los niveles de glucosa y evitar la fructosa: El exceso de glucosa se convierte en fructosa y reduce sus niveles de NAD+, así que es muy importante mantener niveles bajos de glucosa y evitar la fructosa.4

Cetosis nutricional: El metabolismo de la cetona aumenta el potencial redox negativo de la familia de moléculas redox de la coenzima NAD, lo que ayuda a controlar el daño oxidativo al aumentar los niveles de NADPH y promover la transcripción de enzimas de las vías antioxidantes a través de la activación de FOXO3a.5

Glicina y colágeno: Como se dijo anteriormente, la glicina y el colágeno (que también contiene glicina) también tienen efectos que inhiben la NOX, por lo tanto, aumentan sus niveles de NADPH.

La forma en que la glicina inhibe la producción de superóxido NOX es al introducir el cloruro en las células, lo que reduce la capacidad de las células para expulsar los iones de cloruro (porque está empujando un gradiente de cloruro más alto).

Los iones de cloruro son necesarios para que los electrones generen superóxido, así que, al minimizar los iones de cloruro, la glicina ayuda a minimizar el estrés oxidativo.

La glicina regula ascendentemente la NADPH y tiene actividad anticancerígena

De acuerdo con el artículo presentado,6 la glicina suplementaria podría ayudar a “prevenir y controlar la aterosclerosis, la insuficiencia cardíaca, la angiogénesis relacionada con el cáncer o trastornos de la retina, así como una gran variedad de síndromes causados por la inflamación, incluido el síndrome metabólico”.

La glicina también podría ser un gran complemento de la espirulina, ya que ambas suprimen la NOX.

El artículo presentado también detalla la actividad antiangiogénica de la glicina, que se refiere a su capacidad para inhibir el crecimiento de los vasos sanguíneos que alimentan los tumores.

Por ejemplo, estudios realizados en animales han demostrado que los ratones con cáncer y alimentados con glicina, mostraron una supresión de la angiogénesis y del crecimiento tumoral, a pesar de que la glicina no afecta de forma directa la proliferación de las células de cáncer.

DiNicolantonio y su equipo plantean la hipótesis de que una de las razones de este efecto antitumoral tiene que ver con el hecho de que la glicina aumenta el nivel de cloruro en las células endoteliales, lo que limita la exportación de cloruro desde el endosoma.

Esto a su vez inhibe la activación de la NOX, que tiene actividad proangiogénica (es decir, promueve el crecimiento de los vasos sanguíneos a los tumores). De acuerdo con este artículo:7

“Esto podría explicar los efectos antiangiogéncos bien documentados de incrementar la glicina plasmática en un alto rango fisiológico.

La posibilidad de que la glicina suplementaria pueda tener un uso clínico como agente antiangiogénico para controlar el cáncer merece mayor atención, pero deben tomarse en cuenta los efectos derivados de la glicina en la vigilancia inmunológica contra el cáncer.

Los efectos antiangiogénicos de la glicina también podrían aplicarse para prevenir o tratar la neovascularización relacionada con la retinopatía diabética y la degeneración macular relacionada con la edad. Sería interesante determinar si el epitelio pigmentario de la retina influye en la expresión de los receptores de glicina”.

La glicina también refuerza la salud vascular

La activación de la NOX también desempeña un papel muy importante en la enfermedad cardíaca, ya que al inhibir la NOX (lo que aumenta la NADPH), la glicina también podría proteger contra los problemas cardiovasculares. Como lo explican DiNicolantonio y su equipo:

“El papel de la activación del complejo NOX en la estimulación del comportamiento proinflamatorio del endotelio vascular está bien documentado, en particular, la (NOX) endotelial desempeña un papel mediador en la aterogénesis.

Parece razonable suponer que una alta proporción de esta activación (NOX) se produce en los endosomas y es susceptible a la modulación por el nivel de cloruro citosólico.

En este caso, podemos esperar un aumento de glicina plasmática a través de la estimulación de los canales de cloruro activados por la glicina, para suprimir la inflamación endotelial al combatir la actividad endosomal (NOX).

Además, el impacto hiperpolarizante de la glicina en el endotelio también podría reforzar la salud vascular, al aumentar la entrada de calcio en las células endoteliales, lo que mejora la actividad protectora del óxido nítrico sintasa endotelial.

También parece improbable, dado al impacto documentado de la glicina en los macrófagos, que la glicina suplementaria pueda oponerse a la anterogénesis e inestabilidad de la placa a través de los efectos antiinflamatorios en los macrófagos de la íntima y las células espumosas…

La glicina también le puede proporcionar protección antioxidante al músculo cardíaco… Además, en ratones sometidos a una sobrecarga de presión cardíaca o a la administración de angiotensina II, la suplementación con glicina reduce la hipertrofia cardíaca”.

La suplementación con glicina puede mejorar su salud de muchas formas diferentes

Si consideramos lo importante que es minimizar la inflamación y el estrés oxidativo, así como el papel que desempeñan la NOX y la NADPH en estos procesos, entonces la suplementación con glicina parece una estrategia muy prometedora, que además es fácil y económica. Personalmente, tomo un cuarto de cucharadita (alrededor de 1 gramo) dos veces al día.

Dado a que la glicina es un poco dulce, incluso puede utilizarla como un sustituto saludable del azúcar para el té o café. Como lo señalo DiNicolantonio, “está comprobado que es seguro consumir hasta 31 gramos al día”.

El artículo también cita un gran número de estudios que demuestran que la suplementación con glicina podría ayudar a prevenir y tratar problemas de salud como los siguientes:8

  • Síndrome metabólico: Como se indica en el artículo de DiNicolantonio, “En humanos que recibieron una suplementación con 15 gramos de glicina al día (5 gramos tres veces al día), los marcadores plasmáticos de estrés oxidativo disminuyeron en un 25 % en comparación con el placebo”
  • Complicaciones de la diabetes
  • Trastornos del hígado graso alcohólico y no alcohólico
  • Hipertrofia cardíaca

Además, la suplementación con glicina también podría:9

Ayudar a mejorar el sueño
Mantener la integridad del cartílago
Moderar los efectos metabólicos adversos de una alimentación rica en fructosa
Aumentar la síntesis de glutatión, en especial cuando se utiliza junto con un suplemento de N-acetilcisteína (NAC)
Combatir la oxidación al convertir la glicina en piruvato, un eliminador directo del peróxido de hidrogeno e inhibir la formación de productos finales de la glicación
Producir efectos antioxidantes al aumentar la síntesis de hemo y bilirrubina, aunque falta realizar más estudios al respecto, además es probable que el efecto sea moderado
Ayudar a eliminar el glifosato: El glifosato es un análogo del aminoácido glicina.10 Se adhiere a lugares que requieren glicina. Es importante mencionar que la glicina se utiliza en el proceso de desintoxicación, por lo tanto, muchas personas no tienen la glicina necesaria para una desintoxicación eficaz.Para eliminar el glifosato, necesita llenar su cuerpo con glicina. El Dr. Dietrich Klinghardt recomienda tomar 1 cucharadita (4 gramos) de glicina en polvo dos veces al día durante unas cuantas semanas y después reducir la dosis a un cuarto de cucharadita (1 gramo) dos veces al día. Esto forzará al glifosato a salir de su sistema, lo que permite eliminarlo a través de la orina

Y aunque la glicina en polvo es una opción económica, el colágeno es otra alternativa extremadamente rica en glicina. Pero si opta por el colágeno, le recomiendo buscar una variedad orgánica proveniente de animales de pastoreo.

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