El sistema “alimentario” industrial no alimenta

Por Silvia Ribeiro, Desinformémonos, 18 de febrero de 2022.

A nivel global, más del 70 por ciento de la gente se alimenta por lo que proveen las y los más pequeños: comunidades campesinas e indígenas, pescadores artesanales, pastores, apicultores, huertas urbanas. Debido a los despojos, desplazamientos forzados y sucesivas agresiones por siglos y hasta el presente, lo hacen con menos del 25 por ciento de la tierra y el agua y con un 10 por ciento de combustibles de uso agrícola.

Explicamos las bases de estas estimaciones en el documento del Grupo ETC “ Quien nos alimentará: la cadena industrial o las redes campesinas de alimentos”. Como reivindica La Vía Campesina, son las redes campesinas quienes alimentan a la mayoría del mundo, previenen el cambio climático y enfrían el planeta.

Aunque la FAO (Naciones Unidas) reconoce esta realidad –incluso desde hace una década afirma que la agricultura familiar es responsable del 80 por ciento de la alimentación global– se ha renovado una disputa ­de algunos académicos y de la industria de agronegocios, que intentan establecer que la agricultura de pequeña escala solamente produce solamente un tercio de los alimentos globales. La propia FAO asumió uno de esos estudios publicados en 2021 como propio, en contradicción con sus posturas anteriores. Un grupo de organizaciones de investigación independiente contestamos esto en el documento  El campesinado sigue alimentando al mundo, aunque la FAO diga lo contrario. (Grupo ETC, febrero 2022).

Si fuera verdad que la agricultura de pequeña escala solo produce un tercio, eso significaría que las grandes propiedades agrícolas producen dos terceras partes de los alimentos y que las grandes explotaciones agrícolas serían más productivas y eficientes que las pequeñas parcelas, las parcelas comunitarias, etc.

Pero, como explica  Grain, esto no se sostiene en la realidad. Para empezar, existen numerosos estudios que muestran que las parcelas campesinas e indígenas, los territorios de bosques con múltiples formas de obtención de alimentos y otras formas de pequeña escala son mucho más productivos en totalidad que las grandes explotaciones. Aunque puedan tener una producción menor de un determinado cultivo por hectárea si se la compara con cultivos industriales, a menudo en esa misma superficie hay una enorme diversidad de otros cultivos, plantas comestibles y/o medicinales, peces y otros animales, abejas, insectos, que en conjunto proveen mucho más alimentos y medios de subsistencia que una hectárea de producción en monocultivo industrial, que además, por su alto uso de agrotóxicos, elimina todo lo que hay alrededor. Un ejemplo claro de estas pequeñas parcelas altamente diversas y productivas es el sistema de milpas en las comunidades indígenas y campesinas en Mesoamérica.

Al otro extremo, las grandes explotaciones agrícolas se basan en la uniformidad, las semillas híbridas, transgénicas y patentadas, el uso de grandes maquinarias que compactan los suelos, la introducción en aumento de sistemas automatizados y digitalizados que sustituyen a los agricultores y trabajadores, etc.

Pero además de la controversia sobre productividad, Grain plantea otro tema muy importante que a menudo pasa inadvertido: ¿qué es lo que produce realmente la agricultura industrial? “Las grandes explotaciones agrícolas producen materias primas agrícolas, principalmente para los mercados internacionales. Se centran en productos con los cuales pueden obtener las mayores ganancias. Esto incluye plantaciones de cultivos que las personas no comen (algodón, caucho), cultivos usados para alimentación animal y biocombustibles industriales (maíz industrial, soja), o cultivos que proveen ingredientes para alimentos altamente procesados y no saludables, como el aceite de palma, soja y azúcar. Ninguno de estos es un alimento de buena calidad nutricional”. ( La gran agricultura no alimenta al mundo, Grain, 2022).

Al respecto, un  estudio de Emily Cassidy, de la Universidad de Minnesota, muestra que solamente 55% de las calorías que provienen de cultivos agrícolas van directamente a la alimentación, 36% se usa para forrajes de ganado industrial y 9% para combustibles que alimentan autos, no personas. Esto si se toma un promedio global. En países de grandes extensiones de agricultura industrial, como Estados Unidos, solamente el 27% de las calorías que se cultivan van a la alimentación de personas, 67% se destina al ganado. Del maíz cultivado en ese país, más del 40 por ciento se usa para combustibles. En contraste, en la India, que es uno de los países del mundo donde la mayoría de la producción proviene de agricultura campesina y de pequeña escala, el 90 por ciento de la producción se destina directamente a la alimentación de las personas.

Al mismo tiempo, aunque los forrajes para cría industrial de ganado (pollos, cerdos, vacas) también son parte de la alimentación, esa forma de alimentación es altamente ineficiente. Se necesitan 100 calorías de cultivos para producir 12 calorías provenientes de pollos y solamente 3 calorías de carne vacuna.

La  investigación citada del grupo ETC, que toma en cuenta el estudio de Cassidy y otras fuentes, concluye que de cada 100 calorías que provienen de la cadena industrial de alimentos, solamente 24 calorías llegan a la gente. En promedio global, 44 por ciento se destinan a la producción de carne, 9 por ciento se destina a agrocombustibles industriales, 15 por ciento se pierde en transporte y almacenamiento y 8 por ciento se desperdicia en los hogares.

El equipo de Cassidy propone que en lugar de medir rendimientos por hectárea, una medida mucho más útil sería medir cuántas personas se alimentan con una hectárea. Esto cambia totalmente la perspectiva, ya que en todas partes, la agricultura campesina alimenta más personas por hectárea que la agricultura industrial, porque ésta no se dedica fundamentalmente a producir alimentos, sino las mercancías que le aporten mayores ganancias.

Fuente: Desinformémonos

Aprueban reforma que prohíbe uso de plaguicidas peligrosos en el campo

Por Enrique Méndez y Georgina Saldierna, La Jornada, 16 de febrero de 2022.

Por unanimidad de 478 votos, el pleno de la Cámara de Diputados aprobó una reforma a la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, para prohibir el uso en el campo de plaguicidas peligrosos, sustancias o compuestos que estén prohibidos en tratados internacionales de los que el Estado mexicano sea parte.

Al explicar el alcance de la reforma, a partir de su iniciativa, el diputado Eduardo Murat Hinojosa (PRI) dijo que se ha documentado la toxicidad de plaguicidas, que no solo afecta agricultores sino también a quienes ingieren alimentos contaminados, e incluso causan graves daños a la biodiversidad, en especial a las abejas, polinizadores imprescindibles para el funcionamiento adecuado de los ecosistemas.

“A pesar de ello, en México se ha reportado la existencia de más de 180 plaguicidas altamente peligrosos con registros sanitarios vigentes, de los cuales, una tercera parte pueden generar graves daños a la salud humana, y 140 de estos ingredientes activos están prohibidos en otros países. Esto no puede continuar así”, expresó el legislador.

Previo a la votación de la reforma, que se turnó al Senado para su revisión, Murat Hinojosa, integrante de la Comisión del Medio Ambiente y secretario en la de Relaciones Exteriores, recordó cómo en 2008, en Alemania, casi dos tercios de la población de abejas aparecieron muertas, a lo largo del Río Rin.

“Tras una investigación exhaustiva se descubrió que la causa de la muerte de las abejas y otros polinizadores había sido la presencia de clotianidina en los cultivos de maíz, un plaguicida altamente peligroso que intoxica a las abejas al estar en contacto con los cultivos y contamina sus colmenas”, citó.

Recordó cómo, a partir de ese tipo de eventos y ante la muerte aproximada de un tercio de la población de abejas desde 2006 en distintos países del mundo comenzó a ponerse atención en identificar y regular distintos tipos de plaguicidas altamente peligrosos, restringiendo su uso y comercialización.

Informó que la Universidad Autónoma de Nayarit, en 2017 señaló que en México están autorizados 183 ingredientes activos de plaguicidas altamente peligrosos, incluidos algunos proscritos en convenios internacionales de los que México es parte, tales como el Protocolo de Montreal y los Convenios de Róterdam y Estocolmo.

Además, la Comisión Nacional de Derechos Humanos, el 26 de diciembre de 2018 emitió una recomendación respecto a 43 escritos de queja recibidos desde 2017, en los que se denunció al gobierno mexicano por la existencia de registros de plaguicidas vigentes que contienen sustancias activas prohibidas en otros países y en tratados internacionales debidamente ratificados por México.

Eduardo Murat, quien es experto en materia de la defensa del planeta, refirió que la CNDH concluyó que el gobierno mexicano violó los derechos humanos a la alimentación, a la salud, al medio ambiente y al acceso a la información en contra de la población mexicana, al no haber adoptado las medidas suficientes para restringir el uso de este tipo de plaguicidas que aún se utilizan indiscriminadamente en el país.

La reforma prevé un plazo de cuatro años para eliminar progresivamente el uso y comercialización de este tipo de plaguicidas por sustancias menos contaminantes.

Además, agrega una fracción 24 bis al artículo tercero de la ley, para definir como plaguicida, cualquier sustancia o mezcla de sustancias que se destine a controlar cualquier plaga, incluidos los vectores que transmiten las enfermedades humanas y de animales, las especies no deseadas que causan perjuicio o que interfieran con la producción agropecuaria y forestal, así como las substancias defoliantes y desecantes.

Se añade una fracción 24 ter, para definir como plaguicidas altamente peligrosos a los que debido a sus características intrínsecas o particulares representan riesgos o generan afectaciones graves, agudas, sub crónicas, crónicas o irreversibles particularmente para la salud o el medio ambiente, de acuerdo con los sistemas de clasificación internacionalmente aceptados, o por estar previstos en tratados, acuerdos o convenciones internacionales de los que el Estado mexicano sea parte.

La cámara añadió a la ley el principio de precaución, como parte de los principios que se deben observa para formular y conducir la política ambiental, así como en la expedición de normas oficiales e instrumentos legales.

De esta manera, cuando exista un peligro de daño grave o irreversible al ambiente, los ecosistemas o sus elementos, deberán adoptare las medidas necesarias para su protección.

Un nuevo estudio confirma que la ivermectina supera a cualquier otro medicamento

Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 17 de febrero de 2022.

HISTORIA EN BREVE

  • Los investigadores utilizaron análisis computacionales para analizar el desempeño de 10 medicamentos contra la variante Ómicron y descubrieron que la ivermectina superó a todos, incluyendo al nirmatrelvir (Paxlovid), un nuevo medicamento de Pfizer que le ha costado a los contribuyentes $ 5 290 millones y el tratamiento cuesta alrededor de $ 529
  • La ivermectina reduce la carga viral al impedir que el virus se reproduzca, además reduce la infección en un 86 % cuando se usa de manera preventiva, acelera la recuperación, protege contra el daño a los órganos, reduce el riesgo de requerir hospitalización y muerte y el tratamiento cuesta alrededor de $48 y $95 dependiendo del lugar donde viva
  • Tratar la enfermedad a tiempo reduce el riesgo de desarrollar secuelas de COVID, que incluyen afecciones de salud física y mental. De acuerdo con el cardiólogo Dr. Peter McCullough, el 50 % de las personas lo suficientemente enfermas como para ingresar al hospital, desarrollan secuelas de COVID
  • África tiene menos casos, complicaciones, hospitalizaciones y muertes que otras áreas del mundo, lo que podría deberse al uso de medicamentos profilácticos para infecciones endémicas que han tratado con éxito el COVID

Nunca había existido tanto miedo como el que se ha experimentado en este 2020 y 2021. La profundidad y amplitud de las estrategias utilizadas para avivar esos miedos ha sido enorme.

Las autorizaciones de uso de emergencia para medicamentos que no han demostrado ser efectivos en ensayos,1,2 los mandatos públicos de cubrebocas para los cuales no hay evidencia científica3,4,5 y la supresión y censura de la información de salud ha contribuido a que las personas le tengan más miedo a una enfermedad viral con una tasa de supervivencia superior al 99 %.6

Por desgracia, muchas de las estrategias efectivas y de tratamiento a tiempo que se pueden utilizar el hogar también han sido víctimas de la censura. La ivermectina es una de ellas. En un análisis computacional de la variante Ómicron comparado con varios agentes terapéuticos, los datos demuestran que la ivermectina obtuvo los mejores resultados.7

Sin embargo, si analizamos todo lo que ha sucedido en todo el mundo, el miedo no ha sido parcial. La idea de suprimir información por parte de corporaciones, agencias gubernamentales y la industria farmacéutica indica su preocupación y cuán lejos están dispuestos a llegar para garantizar que el nivel de miedo se mantenga alto como para manipular el comportamiento.

Considere las estadísticas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos. En 2019, al 4.6 % de la población de Estados Unidos se le diagnosticó una enfermedad cardíaca.8 La población a finales de 2019 era de 328 239 523.9 Esto significa que en 2019 hubo 15 099 018 personas con enfermedades cardíacas en los Estados Unidos. Ese año murieron 696 962 personas por enfermedades cardíacas,10 lo que representa una tasa de mortalidad del 4.6 %.

Esto es 20 veces mayor que la tasa de mortalidad por COVID-19. Sin embargo, estas mismas agencias no ejercían presión por los mandatos contra las sodas o los alimentos con cantidades elevadas de azúcar, tampoco prohibían fumar, ni obligaban a las personas a hacer ejercicio, los cuales son factores de riesgo que contribuyen a las enfermedades cardíacas.11

La censura y la supresión de información obstaculizó el tratamiento a tiempo del COVID-19 en muchas naciones occidentales. Hasta 2020, los expertos en salud pública12,13 y los principales medios de comunicación14,15 advirtieron contra el uso de la hidroxicloroquina e ivermectina. Ambos están en la lista de medicamentos esenciales de la Organización Mundial de la Salud,16 pero los funcionarios de salud pública y los medios ignoraron y ocultaron los beneficios

El estudio más reciente de ivermectina demostró mejores resultados contra el COVID

Este estudio en el sitio web de preimpresión de la Universidad de Cornell aún no se ha revisado por pares. Los investigadores utilizaron un análisis computacional para observar la variante Ómicron, que ha demostrado una presentación clínica y tasas de ingreso hospitalario más bajas.17

Después de recuperar la secuencia completa del genoma y recolectar 30 variantes de la base de datos, los investigadores analizaron 10 medicamentos contra el virus, entre ellos:

NirmatrelvirRitonvir
IvermectinaLopinavir
BoceprevirMPro 13b
MPro N3GC-373
GC376PF-00835231

Los investigadores descubrieron que cada uno de los medicamentos tenía cierto grado de efectividad contra el virus y la mayoría se encontraba en ensayos clínicos. Utilizaron acoplamiento molecular para encontrar que las mutaciones en la variante Ómicron no afectaron la interacción entre los medicamentos y la proteasa principal.

Un análisis de los 10 medicamentos descubrió que la ivermectina era el candidato más efectivo contra la variante Ómicron. Las pruebas incluyeron Nirmatrelvir (Paxlovid), que es el nuevo inhibidor de proteasa para el cual la FDA otorgó una autorización de uso de emergencia contra el COVID en diciembre de 2021.18

En otras palabras, Pfizer lanzó un nuevo medicamento que le costó a los contribuyentes en Estados Unidos $5 290 millones o alrededor de $529 por tratamiento19 y recibió una EUA a pesar de que ya existía un medicamento similar que ha demostrado ser más efectivo y más barato, con un precio de entre $ 4820 y $9521 por 20 pastillas dependiendo del lugar donde viva.

Cómo funciona la ivermectina

La ivermectina es mejor conocida por sus propiedades antiparasitarias.22 Sin embargo, el medicamento también tiene propiedades antivirales y antiinflamatorias. Los estudios han demostrado que la ivermectina ayuda a reducir la carga viral al impedir que el virus se reproduzca.23 Una sola dosis de ivermectina puede matar el 99.8 % del virus en tan solo 48 horas.24

Un metanálisis en el American Journal of Therapeutics25 demostró que el medicamento disminuyó un 86 % la infección cuando se utilizó de forma preventiva. Un estudio observacional26 en Bangladesh evaluó la efectividad de la ivermectina como profilaxis para COVID-19 en trabajadores de la salud.

Los datos demostraron que cuatro de los 58 voluntarios que tomaron 12 mg de ivermectina una vez al mes durante cuatro meses desarrollaron síntomas leves de COVID en comparación con 44 de los 60 trabajadores de la salud que rechazaron el medicamento.

También se demostró que la ivermectina acelera la recuperación, ya que impide la inflamación y protege contra el daño a los órganos.27 Esta vía también reduce el riesgo de requerir hospitalización y muerte. Los metaanálisis demostraron una reducción promedio de la mortalidad que varía entre el 75 %28 al 83 %.29,30

Además, el medicamento también previene la transmisión del SARS-CoV-2 cuando se toma antes o después de exponerse al virus.31 Estos beneficios dejan en claro que la ivermectina casi podría terminar con esta pandemia.

Actuar a tiempo reduce el riesgo de requerir hospitalización y desarrollar secuelas de COVID

Algunas personas que han tenido COVID-19 y que ya se recuperaron por completo, se quejan de síntomas persistentes de fatiga crónica. Mientras que otros tienen problemas de salud mental. Un estudio realizado32,33 en noviembre de 2020, descubrió que el 18.1 % de las personas que tenían COVID-19 recibieron su primer diagnóstico psiquiátrico en los 14 a 90 días posteriores a su recuperación. Las afecciones más diagnosticadas fueron trastornos de ansiedad, insomnio y demencia.

Estos síntomas han llegado a denominarse secuelas del COVID, síntomas de secuelas de COVID, síndrome post-COVID o COVID crónico. Todos se refieren a síntomas que persisten durante cuatro semanas después de una infección inicial por COVID-19. De acuerdo con el Dr. Peter McCullough, internista y cardiólogo certificado por la junta, el 50 % de las personas que han estado lo suficientemente enfermas como para ser hospitalizadas tendrán secuelas de COVID:3

“Por lo tanto, cuanto más enferma esté una persona y cuanto mayor sea la duración de la enfermedad, mayor es la probabilidad de sufrir secuelas. Esa es la razón por la que recomendamos el tratamiento a tiempo. Reducimos la duración de los síntomas y por lo tanto existe una probabilidad menor de que se desarrollen secuelas”.

Algunos de los síntomas comunes de las secuelas de COVID incluyen dificultad para respirar, dolor en las articulaciones, problemas de memoria, de concentración o para dormir, dolor muscular o de cabeza y pérdida del olfato o el gusto. De acuerdo con el Dr. McCullough, un documento presentado por el Dr. Bruce Patterson en la Cumbre Internacional de COVID en Roma, del 11 al 14 de septiembre,35 2021:36

“Demostró que en las personas que han tenido una enfermedad significativa de COVID, 15 meses después, el segmento s1 de la proteína spike se puede recuperar de los monocitos humanos. Eso significa que el cuerpo fue rociado con el virus y pasa 15 meses tratando de limpiar la proteína spike de los tejidos. No es de extrañar que las personas tengan secuelas de COVID”.

No debería sorprender que los estudios también hayan confirmado que la intervención a tiempo mejora la mortalidad37 y reduce las hospitalizaciones.38 Quizás uno de los mayores crímenes en toda esta pandemia es la negativa de las autoridades sanitarias para emitir una guía de tratamiento a tiempo.

En cambio, han hecho todo lo posible para ocultar los remedios que han demostrado funcionar. Solo les dijeron a los pacientes que se quedaran en casa sin hacer nada al respecto. Pero una vez que la infección empeoraba hasta el punto de casi causar la muerte, se les dijo que fueran al hospital donde la mayoría recibía ventilación mecánica, hasta que pronto se hizo evidente que esta práctica era letal.

Sin embargo, como lo han demostrado el estudio destacado39 y otros,40 la ivermectina es uno de los protocolos de tratamiento exitosos que se pueden usar contra el SARS-CoV-2.

África tiene la tasa más baja de casos y muertes, tal vez debido a la ivermectina

En todo el mundo, los países han adoptado diferentes enfoques para abordar la propagación del virus.41 Las medidas adoptadas en África variaron dependiendo del país, pero las tasas de infección y mortalidad se mantuvieron estables y bajas en todo el continente.42

En el último año ha habido reportes de pequeñas áreas en el mundo donde la cantidad de infecciones, muertes o tasas de letalidad han sido más bajas que en el resto del mundo. Por ejemplo, el estado de Uttar Pradesh de la India43 reportó una tasa de recuperación del 98.6 % y no hubo más infecciones.

Sin embargo, todo el continente africano parece haber evitado la gran cantidad de infecciones y muertes previstas para estos países mal financiados con ciudades superpobladas. Las primeras estimaciones eran que morirían millones de personas, pero ese escenario aún no se ha materializado. La Organización Mundial de la Salud se ha referido a África como “una de las regiones menos afectadas del mundo”.44

Existen varios factores que podrían influir en la tasa de infección en África. Un estudio de Japón demuestra que a los 12 días después de que los médicos podían recetar de forma legal la Ivermectina a sus pacientes, los casos disminuyeron demasiado.45

El presidente de la Asociación Médica de Tokio46 descubrió la cantidad tan baja de infecciones y muertes en África, donde muchas personas utilizan la ivermectina de manera profiláctica y como estrategia para tratar la oncocercosis,47 una enfermedad parasitaria también conocida como ceguera de los ríos. Más del 99 % de las personas infectadas con oncocercosis viven en 31 países africanos.

Además del uso de ivermectina en África, también existen otros medicamentos disponibles, como la hidroxicloroquina y la cloroquina, que se han utilizado durante mucho tiempo para tratar y prevenir la malaria48 también endémica en África.49 En Estados Unidos, el Dr. Vladimir Zelenko publicó resultados exitosos donde utilizó hidroxicloroquina y zinc contra el COVID-19.50,51,52

Por último, la artemisia annua, también conocida como ajenjo dulce, es una hierba que se utiliza en terapias combinadas para tratar la malaria.53 Se utilizó en la medicina tradicional china durante más de 2 000 años para tratar la fiebre. Hoy en día, la artemisinina, un metabolito de la artemisia, es una opción terapéutica para la malaria. La planta también se ha estudiado desde el brote de SARS de 2003 para tratar el coronavirus, y ha demostrado buenos resultados.54,55

En otras palabras, ya sea por diseño o por defecto, los medicamentos que han demostrado ser exitosos contra el virus, por lo general se utilizan en África para tratar otras afecciones. Mientras Pfizer analiza los efectos a corto y largo plazo de un experimento genético en la población de Israel,56 parece que un continente ha demostrado que administrar un medicamento económico de 30 años con un perfil de seguridad conocido podría reducir los casos, la gravedad y la mortalidad de esta infección.

La pregunta que debe formularse y responderse para llegar al fondo de esta plan-demia es: ¿qué impide que los principales medios de comunicación, las agencias gubernamentales, los expertos en salud pública, las asociaciones médicas, los médicos, las enfermeras y su vecino de al lado reconozcan y apoyen la verdadera Ciencia?

Negar la inmunidad natural en los mandatos de vacunación es inaudito

Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 16 de febrero de 2022.

HISTORIA EN BREVE

  • Los nuevos datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos demuestran que la infección previa por COVID-19, es decir, la inmunidad natural, es más protectora que las vacunas antiCOVID-19
  • La Corte Suprema de los Estados Unidos reafirma un mandato de vacunación en los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS por sus siglas en inglés), que afecta a 10.4 millones de trabajadores de la salud empleados en 76 000 instalaciones médicas, incluyendo a personas que tienen inmunidad natural al COVID-19 debido a una infección previa
  • Un estudio descubrió que el riesgo de reinfección con SARS-CoV-2 disminuyó entre un 80.5 % y un 100 % en las personas que tuvieron COVID-19
  • En Suiza, se considera que los residentes que han tenido COVID-19 en los últimos 12 meses están igual de protegidos como los que ya se vacunaron

Los mandatos de la vacuna antiCOVID-19 plantean preguntas evidentes, y una gira en torno a la inmunidad natural. Su sistema inmunológico está diseñado para funcionar en respuesta a la exposición a un agente infeccioso. Su sistema inmunológico adaptativo genera anticuerpos que se utilizan para combatir los patógenos que su cuerpo encontró antes.1

Si ya tuvo COVID-19, la investigación confirma que ya está protegido contra la reinfección. Los nuevos datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos demuestran que la infección previa por COVID-19, es decir, la inmunidad natural, es más protectora que las vacunas antiCOVID-19.2

Sin embargo, discriminan a las personas con inmunidad natural contra el COVID y además esperan que reciban dos o tres dosis para cumplir con los mandatos de vacunación, un hecho inaudito en la historia.

Niegan de forma ‘inédita’ la inmunidad natural

La Corte Suprema de los Estados Unidos ratifico un mandato de vacunas en los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS por sus siglas en inglés), que forma parte del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos. El mandato afecta a 10.4 millones de trabajadores de la salud empleados en 76 000 centros médicos,3 incluyendo a personas que tienen inmunidad natural al COVID-19 debido a una infección previa.

Al hablar con The Epoch Times, el Dr. Scott Atlas, ex asesor del Grupo de Trabajo COVID-19 de la Casa Blanca, calificó el fallo de SCOTUS como “otra negación del hecho científico”, y agregó:4

“Nuestra continua negativa de protección en personas recuperadas, con o sin vacuna, en comparación con las personas vacunadas que nunca se han infectado, es un hecho inaudito en la historia moderna. De algún modo se niegan hechos probados y décadas de inmunología fundamental. Si somos una sociedad donde los líderes niegan este hecho, me preocupa nuestro futuro.

Aunque se mantuvo el mandato de vacuna para las instalaciones médicas que aceptan pagos de Medicare o Medicaid, SCOTUS bloqueó un mandato de la Casa Blanca que habría requerido que las empresas privadas con 100 o más empleados se aseguraran de que el personal hubiera recibido la vacuna antiCOVID-19, se hubieran hecho la prueba de COVID-19 de forma regular o hubieran enfrentado multas muy altas.

Se suponía que la Administración de Salud y Seguridad Ocupacional (OSHA) del Departamento de Trabajo estaría a cargo de hacer cumplir la regla, que habría afectado a más de 80 millones de trabajadores en Estados Unidos.5 Respecto a su decisión, el tribunal señaló:6

“Aunque no existe duda de que el Congreso le dio a la OSHA el poder de regular los peligros ocupacionales, no le ha dado el poder de regular la salud pública de manera más amplia. Requerir la vacuna a 84 millones de personas en Estados Unidos, solo porque trabajan para empleadores con más de 100 empleados, es lo más ilógico que existe”.

A pesar de que se anuló el mandato de vacunas de las empresas privadas, la Casa Blanca instó a los estados y las empresas a promulgarlos de forma voluntaria,7 sin importar el hecho de que muchas personas ya tienen inmunidad natural.

El mejor tenista del mundo, Novak Djokovic, es un excelente ejemplo: a pesar de que tuvo COVID-19, por lo tanto, adquirió inmunidad natural, se le prohibió jugar en el Abierto de Australia porque se nego a ponerse la vacuna de antiCOVID-19.8

La inmunidad natural del COVID-19 es mejor que la inmunidad derivada de las vacunas

Los datos de los funcionarios de salud de Nueva York y California, publicados en el Informe semanal de morbilidad y mortalidad de los CDC, demuestran que, en comparación con las personas vacunadas, las personas que tuvieron COVID-19 estaban mejor protegidas contra la infección por la variante Delta. El reporte dice:9

“Para la semana que comenzó el 3 de octubre, en comparación con las tasas de casos de COVID-19 entre personas sin vacunar y sin diagnóstico previo de COVID-19, las tasas de casos entre personas vacunadas sin diagnóstico previo de COVID-19 fueron 6.2 veces (California) y 4.5 veces ( Nueva York) inferiores; las tasas fueron más bajas entre ambos grupos con diagnósticos previos de COVID-19, incluyendo 29.0 veces (California) y 14.7 veces más bajas (Nueva York) en personas sin vacunar con un diagnóstico previo, y 32.5 veces (California) y 19.8 veces más bajas (Nueva York) en personas vacunadas con diagnóstico previo de COVID-19.

Durante el mismo período, en comparación con las tasas de hospitalización entre personas sin vacunar y sin diagnóstico previo de COVID-19, las tasas de hospitalización en California siguieron un patrón similar. Estos resultados demuestran que la vacuna protege contra el COVID-19 y la hospitalización, además de que sobrevivir a una infección previa lo protege de una reinfección y hospitalización.

Es importante destacar que la protección que se deriva de la infección fue mayor después de que predominó la variante Delta, un momento en que la inmunidad inducida por la vacuna disminuyó en muchas personas debido a la evasión inmune y la mala función inmunológica”.

En otro estudio,10 los investigadores analizaron estudios publicados en PubMed y descubrieron que el riesgo de reinfección con SARS-CoV-2 disminuyó entre un 80.5 % y un 100 % en las personas que tuvieron COVID-19. Investigaciones adicionales citadas en su revisión descubrieron lo siguiente:11

  • Entre 9 119 personas que tuvieron COVID-19, solo el 0.7 % se reinfectaron
  • En la Clínica Cleveland en Cleveland, Ohio, la tasa de incidencia de COVID-19 en las personas que no se habían infectado antes fue de 4.3 por cada 100 personas; mientras que la tasa de incidencia de COVID-19 en los que si se habían infectado era cero por cada 100 personas
  • La frecuencia de hospitalización debido a una infección repetida por COVID-19 fue de 5 por cada 14 840 personas, o 0.03 %, según un estudio de Austria; la frecuencia de muerte por infección repetida fue de uno por cada 14 840 personas, o 0.01 %

Debido a estos hallazgos, los investigadores concluyeron que se debe documentar el estado de infección anterior y aconsejar a los pacientes recuperados sobre su riesgo de reinfección. Mencionaron:12

“Sin embargo, debido a la evidencia de inmunidad de una infección anterior por SARS-CoV-2, los legisladores deben considerar la recuperación por SARS-CoV-2, igual a la inmunidad que causa la vacuna para fines relacionados con la entrada a eventos públicos, negocios, lugares de trabajo o como requisitos de viaje.”

Es raro reinfectase con SARS-CoV-2

En una carta al editor de The New England Journal of Medicine, el Dr. Roberto Bertollini del Ministerio de Salud Pública en Doha, Qatar, y sus colegas estimaron la efectividad de la inmunidad natural contra la reinfección al comparar los datos de la cohorte nacional.

Descubrieron que la inmunidad que se adquiere a partir de una infección anterior tenía una efectividad del 92.3 % contra la reinfección con la variante beta y del 97.6 % contra la reinfección con la variante alfa.13 La protección persistió incluso un año después de la primera infección.

Investigadores de Irlanda14 también realizaron una revisión sistemática que incluyó a 615 777 personas que se habían recuperado de COVID-19, con una duración máxima de seguimiento de más de 10 meses. “La reinfección fue un evento poco común”, señalaron, “y ningún estudio reportó un aumento en el riesgo de reinfección con el tiempo”. La tasa absoluta de reinfección osciló entre 0 % y 1.1 %, mientras que la tasa promedio de reinfección fue de solo 0.27 %.15,16,17

Otro estudio reveló resultados igual de alentadores. Monitoreó a 43 044 personas con anticuerpos positivos contra el SARS-CoV-2 durante hasta 35 semanas, y solo el 0.7 % se reinfectó. Cuando se aplicó la secuenciación del genoma para estimar el riesgo de reinfección a nivel de población, el riesgo fue del 0.1 %.18

Una vez más, no hubo indicios de que la inmunidad disminuyera durante los siete meses de seguimiento, y los investigadores concluyeron que “la reinfección es poco común. La infección natural parece provocar una fuerte protección contra la reinfección con una eficacia >90% durante al menos siete meses”.19

Otro estudio de Israel también hizo que los investigadores cuestionaran “la necesidad de vacunar a las personas infectadas”, después de que su análisis demostrara riesgos similares de reinfección entre las personas con inmunidad natural o inducida por la vacuna. La vacuna tuvo una efectividad global estimada para prevenir la reinfección del 92.8 %, en comparación con el 94.8 % de la inmunidad natural que se adquiere a través de una infección previa.20

La evidencia de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington demuestra que existe la inmunidad duradera al COVID-19 en las personas que se recuperaron de la infección natural.21 A los 7 y 11 meses después de la infección, la mayoría de los participantes tenían células plasmáticas de médula ósea (BMPC por sus siglas en inglés) que secretaban anticuerpos específicos para la proteína spike codificada por el SARS-CoV-2.

Las BMPC se encontraron en cantidades similares a las que tenían las personas que se vacunaron contra el tétanos o la difteria, que se considera que brindan inmunidad duradera. “En general, nuestros datos proporcionan una fuerte evidencia de que la infección por SARS-CoV-2 en humanos establece de manera sólida las dos ramas de la memoria inmunitaria humoral: BMPC de larga duración y células B de memoria”, señalaron los investigadores.22

Esta es una de las mejores pruebas de inmunidad duradera, porque esta memoria inmunológica es una parte distinta del sistema inmunológico que es esencial para la protección a largo plazo, más allá de la respuesta inmunológica inicial al virus.23

Vacunarse podría ser peor después de una infección

Si ya tuvo COVID-19, recibir una vacuna podría representar un riesgo aún mayor, ya que el Dr. Hooman Noorchashm, Ph.D., cirujano y defensor del paciente, ha advertido en ocasiones a la FDA que existe un “peligro claro y presente” en las personas que ya tuvieron COVID-19 y después se vacunan.24

El problema son los antígenos virales que permanecen en su cuerpo después de una infección natural. La respuesta inmunológica reactivada por la vacuna para el COVID-19 puede causar inflamación en tejidos donde están los antígenos virales. El revestimiento interno de los vasos sanguíneos, pulmones y cerebro podría estar en riesgo de sufrir inflamación y daño.25 Los investigadores explicaron en Lancet Infectious Diseases:26

“Algunas personas que se han recuperado de la COVID-19 posiblemente no obtengan ningún beneficio de la vacuna antiCOVID-19. De hecho, un estudio descubrió que el COVID-19 se relacionó con una mayor cantidad de eventos adversos después de recibir la vacuna de ARNm Comirnaty BNT162b2 (Pfizer-BioNTech). Aunque, hay muy pocos reportes de eventos adversos graves después de la vacuna antiCOVID-19”.

Tal como están las cosas, los CDC de Estados Unidos continúan impulsando las vacunas universales, sin considerar el estado de infección, y la inmunidad natural no se considera adecuada para ingresar a todos los lugares que requieren pasaportes de vacunas. Este no es el caso en Suiza, donde se considera que los residentes que han tenido COVID-19 en los últimos 12 meses están igual de protegidos como los que se vacunaron.27

Sin embargo, el objetivo final de los pasaportes de vacunas no solo es rastrear la vacuna. Su identidad, incluyendo su historial médico, finanzas, orientación sexual y mucho más, pronto podría almacenarse en una aplicación móvil que eventualmente será el requisito para ser parte de la sociedad. Mientras que algunas personas podrían llamar a esto conveniencia, otras la llamarían opresión.

Puede luchar contra los mandatos de vacunas y sus pasaportes de vacunas relacionados al no apoyar a los establecimientos que requieren la prueba de la vacuna o una prueba negativa, y evitar todas las identidades digitales y pasaportes de identificación de vacunas que se ofrecen como medio para aumentar el “acceso” o la “conveniencia”.28

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Riqueza vegetal, pobreza y proyectos depredadores

Por Iván RestrepoLa Jornada, 14 de febrero de 2022.

El Códice de la Cruz-Badiano es el texto más antiguo sobre el uso medicinal que nuestros antepasados daban a la herbolaria. Lo elaboró hace casi cinco siglos Martín de la Cruz, notable médico tlatelolca. Lo tradujo al latín el xochimilca Juan Badiano. Los dibujos que ilustran tan preciada joya, fueron obra de los indígenas del Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco. Regalado al emperador Carlos V, terminó en la Biblioteca Vaticana. Cuando en 1990 nos visitó Juan Pablo II (el encubridor de pederastas) lo devolvió a México. El códice prueba el amplio conocimiento que tenían de la riqueza vegetal y su uso medicinal. Fue el primer recuento de la valiosa biodiversidad del país y que peligra por la pobreza y los proyectos que depredan recursos naturales.

Al otro lado del mundo, en el Sahara, donde creemos que sólo hay arena y calor extremo, existen pueblos que también utilizan el reino vegetal para usos medicinales, como la República Árabe Saharaui Democrática, que en estos días cumple 46 años de establecida. En La Jornada Ecológica de enero pasado se ofrece un resumen de esa riqueza, catalogada por la investigadora Gabriele Volpato. Igualmente los importantes recursos minerales que posee, ambicionados por los intereses trasnacionales. También se incluye una visión de la vida cultural de “la gente del desierto”.

Gabriele Volpato refiere que con el nombre de saharaui se conoce a las tribus camelleras nómadas que habitaban el área costera y semidesértica del noroeste de África llamada Sahara Español y/o Occidental. El origen de ese pueblo se da al fusionarse grupos árabes que migraron desde Yemen (entre los siglos XI y XIII de nuestra era) y el nómada berebere Sahjaha, que vivía en el Sahara Occidental. Luego de un lento proceso de integración, surgieron en el siglo XVI diferentes tribus.PUBLICIDAD

La reunión de ellas hoy se conoce como el pueblo saharaui. En su mayoría practicaban el nomadismo basado en la cría de camellos, cabras y ovejas. Se alimentaban con carne y leche de camella y cabra, dátiles, plantas, productos silvestres y pequeñas cantidades de cereales y legumbres. Volpato refiere la forma de desplazarse con sus campamentos y ganado según la presencia de pastos y pozos y hacia “cada hilo de lluvia”. Y cómo hace más de 60 años, bajo la colonización española, parte de la población saharaui se asentó en la costa y dejó su vida nómada.

En 1975 al Sahara Occidental lo invadieron los ejércitos marroquí y mauritano. Miles de saharauis pudieron escapar y refugiarse en Hamada, altiplano desértico en el sur-oeste de Argelia. Hoy viven allí más de 160 mil, con severos problemas por falta de agua y alimentos. Sus necesidades básicas las cubren en buena parte vía la ayuda internacional.Otro grupo se halla en el Sahara Occidental bajo ocupación marroquí, en Mauritania, Islas Canarias y España. Allí esperan que se cumplan las numerosas resoluciones de Naciones Unidas en las cuales les reconocen el derecho a la autodeterminación y el regreso a su país. La organización política que los representa (el Frente Polisario) controla 20 por ciento del Sahara Occidental tras una guerra de guerrillas que duró hasta el Acuerdo de Paz firmado en 1991. De la parte ocupada por Marruecos lo separa un muro de 2 mil 200 kilómetros de largo vigilado por militares de dicho país con moderno arsenal bélico.

Según la Organización Mundial de la Salud, casi 80 por ciento de la población del planeta enfrenta sus problemas de salud con plantas medicinales y otros productos de origen animal o mineral. En su investigación sobre la medicina tradicional saharaui, Valeria Volpano destaca algo que comparten los grupos indígenas de México: su medicinal tradicional depende de los recursos naturales que los rodean, como en Chiapas, Oaxaca y la península de Yucatán.

También los desiertos de Sonora, Chihuahua, Baja California, Durango, Coahuila y Zacatecas están llenos de vida animal y vegetal, con paisajes únicos y variados ecosistemas. Los habitan pueblos poco estudiados que han sabido utilizar esa incalculable biodiversidad. Entre otras cosas, con fines medicinales. Aunque desde fines del siglo XIX existen estudios sobre el tema, no valoramos suficientemente la importancia de nuestros desiertos y cada día se destruye su importante biodiversidad. Urgen acciones para conservarla y utilizarla adecuadamente. Otra deuda de la Cuarta Transformación.

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