La Larga Marcha: Pasos Hacia Una Rebellión Mundial

Por Ronnie Cummins, Vía Orgánica, diciembre 9, 2010

En una hermosa mañana de sol, marchando por la avenida Tulúm, nuestra brigada de cinco mil activistas contra el cambio climático, armada con banderas, gorras, carteles y pancartas de colores, super-energizado con música en vivo y tambores, levantamos nuestra voz: “Cambie el sistema, no el clima” y ““El pueblo unido jamás será vencido,” y “Obama, Obama respete Cochabamba.” Como una de las dos manifestaciones simultáneas en las calles esta mañana, la nuestra se dirige hacia el Palacio de la Luna, a 10 millas de distancia, donde cientos de policías antimotines fuertemente armados están alineados detrás de enormes barricadas de acero para impedirnos llegar al alcance del oído del Palacio, la sede oficial de la Cumbre de las Naciones Unidas para la COP 16 (Congreso de las Partes 16).

Con negros helicópteros militares (cortesía de los EE.UU.) volando en círculos arriba, nuestro mensaje a la élite de “negocios como siempre” en el Palacio es simple: levanten sus culos burocráticos y hagan algo. Dejar de permitir que las grandes corporaciones utilicen nuestra atmósfera común como una alcantarilla abierta. Dejar de talar nuestros bosques, esparcir pesticidas venenosos, matar nuestros océanos, los suelos y destruir nuestra vida. Ponerse a un lado y dejar que el mundo de 1,5 billones de pequeños agricultores, ganaderos y comunidades indígenas enfríen el planeta con un manejo orgánico del suelo y prácticas de pastoreo y forestales sustentables. Imponer impuestos a los ricos, nacionalizar los bancos, y hacer todo lo necesario para pagar millones de empleos verdes y programas de obras públicas para reconstruir nuestros suelos y nuestra infraestructura económica. Detener las tácticas dilatorias. Únanse a los grupos de bases globales para re-equipar a nuestros edificios, servicios y sectores de transporte, y alejarse de los combustibles fósiles, o quítense del medio.

En nuestro cuerpo de baile y canto, un verdadero arco iris de nacionalidades y comunidades, reconozco algunos de los guerreros sobre el tema del clima que he visto en los últimos días en los foros alternativos y talleres: bolivianos, mexicanos, ecuatorianos, guatemaltecos, y nativos indígenas americanos, los campesinos y campesinas (pequeños agricultores), miembros de la Vía Campesina de Asia, América del Norte, América Latina y África; los defensores de la paz de Corea; activistas de Greenpeace, Amigos de la Tierra, Code Pink, y Global Exchange; la National Family Farm Coalition; los militantes de anti-globalización; los delegados del Klimaforum; dirigentes sindicales de Canadá, los EE.UU. y Argentina; el Consejo de Activistas Canadienses; líderes estudiantiles; y compañeros de la Asociación de Consumidores Orgánicos y Vía Orgánica.

El consenso amargo de los talleres y sesiones plenarias durante la semana pasada ha sido que no podemos esperar a que Obama o las naciones industrializadas tomen una acción decisiva. Junto con la creciente lista de gobiernos dispuestos a seguir adelante para revertir el calentamiento global (Bolivia, Ecuador, Venezuela, Colombia, Cuba, Nicaragua, Bangladesh, Sudáfrica, varios países de la UE, y las naciones insulares del Pacífico), tenemos que tomar el asunto en nuestras propias manos, en nuestras comunidades locales y regiones, y construir un movimiento de masas más grande que cualquiera que el mundo haya visto. Como Bill McKibben de 350.org, dijo hoy en Democracy Now (http://www.democracynow.org/2010/12/7/bill_mckibben_climate_talks_so_weakened):

“[La Cumbre de COP 16 aquí en Cancún es] como una reunión familiar a bordo del Titanic…No podemos seguir haciendo esto. Hasta que se pueda construir un poder fuera de estas áreas para realmente impulsar a estos chicos … no es acerca de cómo las personas se comunican o lo genial de los documentos de trabajo. Es de quien tiene el poder. Y en este momento, el poder está en manos de la industria de los combustibles fósiles y sus aliados en los gobiernos de todo el mundo. Y hasta que construyamos algo de movimiento independiente afuera para empujarlos, pues …vamos a tener que tomar las sobras de la mesa en el mejor caso.”

Entonces, ¿cómo acabar con los criminales del clima, las grandes petroleras, las grandes compañías de carbón, la gran agroindustria, y el Complejo Militar-Industrial? ¿Cómo podemos construir un grupo fiero y formidable de la conservación del clima que pueda alterar radicalmente la dinámica del mercado y nuestra economía suicida? ¿Cómo podemos movilizar a las fuerzas populares, la tecnología alternativa, y funcionarios públicos progresistas para cambiar fundamentalmente las leyes y políticas públicas que nos están conduciendo al borde del desastre? ¿Cómo podemos ampliar nuestros proyectos y comunidades que son equitativos, orgánicos, sostenibles, y que no hacen daño al clima, para que no sean la alternativa, sino la norma?