La Larga Marcha: Pasos Hacia Una Rebellión Mundial

Tal vez lo más mortal de todos, los abonos nitrogenados matan a nuestros suelos y microorganismos, disminuyendo su capacidad de secuestrar (a través de la fotosíntesis de las plantas) el exceso de CO2 en el suelo. Incluso después de seis décadas de agricultura industrial y la aplicación de cientos de miles de millones de libras de fertilizantes químicos en las tierras agrícolas, los suelos todavía contienen dos o tres veces más carbono que la atmósfera, con la capacidad práctica de limpiar y retener de forma segura por lo menos 50 ppm de los gases de efecto invernadero en los próximos 40 años. En otras palabras, nuestros suelos nos pueden salvar, pero sólo si somos capaces de detener el uso generalizado de fertilizantes nitrogenados, los cultivos transgénicos y los pesticidas, y sustituir estas sustancias químicas letales y organismos mutantes, por abonos orgánicos, el té de composta y cultivos de cobertura – combinado con el poder de la fertilidad biológica generada por una rotación pastoral cuidadosamente planificada.

La producción de los fertilizantes de nitrato tiene un alto costo energético y requiere el uso de grandes cantidades de gas natural, un recurso escaso. Cada vez será más necesario que hagamos una transición de los combustibles fósiles a la energía alternativa. No podemos seguir permitiéndonos este desperdicio del gas natural con el fin de mantener las ganancias de Cargill, Monsanto y Food Inc.

Entonces, ¿cómo nos deshacemos de la contaminación de óxido nitroso? Al igual que nuestra eliminación progresiva de las emisiones de metano, necesitamos un boicot mundial a las granjas industriales, los alimentos y fibras obtenidas a través de los plaguicidas químicos, los transgénicos, y los abonos nitrogenados. Necesitamos un millón de nuevas granjas orgánicas para el secuestro de carbono y que alimenten de tierra con abono orgánico, el té orgánico, el estiércol de los animales, y los cultivos de cobertura, en vez de abonos nitrogenados. Necesitamos diez millones más de huertos y jardines comunitarios orgánicos para alimentarnos a nivel local. Necesitamos leyes obligatorias de compostaje para que nuestros 100 billones de toneladas anuales de residuos de comida y el jardín se transformen en abono orgánico y té de composta. Tenemos que correr la voz que la agroindustria corporativa, las granjas industriales, y la industria de los fertilizantes químicos son criminales climáticos.

Pasar de la muerte y la oscuridad a las soluciones y empleos verdes

La gente está desesperada, y con hambre de esperanzas. La gente está desesperada y hambrienta para puestos de trabajo y un sentido de significado y misión. Nosotros en el movimiento debemos cambiar el tono de nuestros mensajes de condena y tristeza, para enfatizar las soluciones prácticas y los beneficios socio-económicos que tenemos para ofrecer: los empleos verdes, la salud, la estabilidad del clima, la paz, sostenibilidad, y una democracia revitalizada. En su mayor parte no hay que inventar nuevas tecnologías. Las herramientas y técnicas, y la fuerza de trabajo que necesitamos ya están aquí, aunque en muchos casos sólo existen en forma embrionaria en nuestras regiones locales. La tecnología solar y eólica; hogares y edificios comerciales super-eficientes. Granjas y ranchos orgánicos. Zonas ribereñas y humedales restaurados, y jardines urbanos. Sistemas de transporte urbano masivo, cooperación en los traslados, andadores y carriles para bicicletas, mercados de agricultores, invernaderos urbanos. Jardines en las azoteas. Clases sobre huertos y cocina orgánicos. Mecanismos financieros nuevos como PACE, los sindicatos de la comunidad de crédito, el “Slow Money” y las cooperativas. Podemos y debemos enfriar el planeta, pero por suerte tenemos proyectos pilotos, “mejores prácticas,” ejemplos de leyes y políticas inocuas para el clima que podemos mostrar a la gente en este momento, desde Main Street y nuestras granjas o ranchos orgánicos locales, hasta los edificios verdes, los inodoros secos, y los mercados de agricultores en Manhattan.

Necesitamos, en definitiva, un Nuevo Acuerdo Verde, comparable en su alcance al New Deal de la década de 1930 que ayudó a sacar a los EE.UU. de la depresión económica. Dado que no tenemos el poder político en este momento para obligar a Obama y al Congreso que implementen un programa masivo de empleos verdes y un Cuerpo de Conservación a nivel federal, vamos a actuar al nivel local. Vamos a construir el poder político local y una serie de programas al nivel de las ciudades, condados y estados.