Los temblores causados por el fracking ya causaron daño en una primaria de NL

Por SanJuana Martínez, La Jornada, 30 de marzo de 2014

La SEP ordenó que nos quedemos porque no hubo muertos, dice la encargada del plantel

Ecologistas exigen frenar la fractura hidráulica para hallar gas shale; derrumbes en más edificios

Los niños de seis y siete años, de primero y segundo grados, caminaban en fila. De pronto un estruendo seguido de gritos de histeria asustó a todos. Los sismos habían cuarteado la escuela, pero nunca imaginaron que terminaría por dañar parte del techo.

Nos quedamos helados cuando vimos el derrumbe. De milagro los pedazos que cayeron no mataron a las criaturas. Y, como no hubo muertos, aquí seguimos. Nos harían más caso, si nos hubiera pasado algo, pero como no quedamos enterrados, la SEP (Secretaría de Educación Pública) nos exige continuar en el mismo edificio, dice Verónica Garza Tamez, encargada de la escuela primaria Revolución, en el ejido El Llano, ubicado a unos 100 kilómetros al sureste de Monterrey, en la región citrícola, donde los temblores son más intensos.

Desde que Petróleos Mexicanos (Pemex) empezó a perforar cientos de pozos para extraer gas shale mediante el método de fractura hidráulica (fracking), los sismos se han multiplicado y han cuarteado las casas de alrededor de 200 habitantes, y decenas de viviendas y edificios se están derrumbando a lo largo de la Cuenca de Burgos, la reserva de gas natural más importante del país, que abarca 10 municipios de Nuevo León y comprende 402 pozos de los 652 perforados por Pemex.

Este municipio está rodeado por los trabajos de exploración de hidrocarburos que la paraestatal está desarrollando contratada por empresas trasnacionales extranjeras. Al norte colinda con Los Ramones, al oriente con China y al sur con Linares, Montemorelos y Tamaulipas, lugares que en conjunto, forman el epicentro donde se han registrado los sismos más fuertes.

En la zona se han perforado recientemente cuatro pozos de acuerdo con informes de la Comisión Nacional de Hidrocarburos de la Secretaría de Energía. Se trata de los pozos identificados como Arbolero 1, Durian 1, Tangram 1 y Kernel 1, destinados a la extracción de gas shale.

Los trabajos de Pemex coinciden con la actividad sísmica. Los pozos Tangram 1 y Kernel 1 se perforaron entre el 10 de abril y el 31 de diciembre del año pasado, lapso en que se registraron 71 sismos; mientras en Anáhuac se perforó el pozo Durian 1, entre el 14 de noviembre de 2012 y el 5 de julio pasado, periodo en que se registraron 15 sismos. Durante 2012 se efectuó el primer pozo, Arbolero 1, entre el 8 de enero y el 7 de julio. Ese 2012 hubo 89 temblores.

Sin responsables

Están perforando cantidad de pozos. No estamos tan brutos para no saber que estos temblores son por los pozos que Pemex anda haciendo. Son las consecuencias. Y nos dicen que van empezando. Al final, todos vamos a terminar enterrados, dice la maestra Verónica Garza Tamez, con nueve años en la escuela donde se produjo el derrumbe.

En este pueblo donde el porcentaje de analfabetismo entre los adultos es de 2.16 y el grado de escolaridad es de 7.45, la escuela Revolución, construida en 1940, alberga 40 niños en condiciones de inseguridad: Yo aquí estoy y mis niños también, pero Protección Civil me dijo que debería suspender las clases y desalojar. La SEP me dice que siga. Voy a seguir, pero no me hago responsable. A mí me tienen aquí. Si llega a pasar algo, yo ya avisé.

Los primeros derrumbes se están registrando en las casas y edificios más antiguos, como la escuela Miguel Valdés, donde han colocado muros de contención, pero los niños finalmente fueron reubicados en otro plantel: Que vengan los meros, meros y vean las condiciones. Nos exigen a todos calidad educativa; yo también quiero calidad en las instalaciones. ¿Cómo puedo tener calidad si estoy aquí? No tenemos agua, ni drenaje, mucho menos computadoras. Apenas tenemos luz. ¿Qué quieren?, expresa la maestra al terminar sus clases en un aula móvil, mientras los niños de tercero a sexto grados siguen tomando clases en el edificio dañado.

La inspectora de la SEP visitó el lugar y, pese al derrumbe, decidió continuar con las clases y guardar silencio, aunque los arquitectos que han evaluado lo sucedido dijeron que la escuela estaba en muy malas condiciones y que no iba soportar más temblores.