La propuesta de Biden que podría convertir a los Estados Unidos en una “dictadura digital”

Por Whitney Webb, Unlimited Hangout, 05 de mayo de 2021.

Una nueva propuesta hecha por el gobierno de Biden para la creación de una agencia federal siguiendo el modelo de DARPA y enfocada en la salud no es lo que parece ser. Promovido como una forma de “terminar con el cáncer”, la “DARPA resucitada de la salud” oculta una peligrosa agenda.

El miércoles pasado, el presidente Biden fue muy elogiado por medios de comunicación masivos y medios enfocados en la atención médica por su proclamación de crear una “nueva agencia de investigación biomédica” siguiendo el mismo modelo de la Agencia de Proyectos de Investigación “de alto riesgo y alta recompensa” (o DARPA) del ejército de los EE. UU.  Según lo proclamó el presidente, la agencia buscaría desarrollar tratamientos “innovadores” y “avanzados” contra el cáncer, la enfermedad de Alzheimer y diabetes, con un llamado a “acabar con el cáncer como lo conocemos”.  

Lejos de “terminar con el cáncer” de la manera en que la mayoría de los estadounidenses pueden imaginar, la agencia propuesta podría combinar la “seguridad nacional” con la “seguridad sanitaria” de tal forma que se utilicen “señales de advertencia” tanto de salud física como de salud mental para prevenir brotes de enfermedades o de violencia antes de que ocurran.   Tal sistema es una fórmula para una organización tecnocrática de “prevención del crimen” con el potencial de criminalizar tanto las enfermedades físicas y mentales, como también el “pensamiento erróneo”.

La administración de Biden le ha pedido al congreso un presupuesto de $6.5 mil millones de dólares para financiar a la agencia, la cual será dirigida en gran medida por el principal asesor científico Eric Lander, quien fue recientemente confirmado por Biden. Lander, que fue director del Instituto Broad, dominado mayormente por el Silicon Valley, ha sido polémico por sus vínculos con Jefrey Epstein, eugenista y traficante sexual infantil, y sus elogios recientes a James Watson, un eugenista abiertamente racista.  Pese a eso, Lander está listo para ser confirmado por el Senado y el Congreso y ha mostrado un gran entusiasmo por la nueva “DARPA de la salud”. 

La nueva agencia, que tendrá de nombre ARPA-H o HARPA, se albergará dentro de los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) y podría aumentar el presupuesto de los NIH a más de $51 mil millones de dólares. A diferencia de otras agencias de los NIH, ARPA-H diferirá en los proyectos que financia, porque no serían revisados por pares antes de su aprobación; en su lugar, los administradores de programas seleccionados cuidadosamente tomarían todas las decisiones de financiamiento.  El financiamiento podría tomar la forma de pago por hitos en vez de subvenciones anuales más tradicionales.

ARPA-H posiblemente financiará y promocionará en gran medida las vacunas de ARNm como uno de los “avances” que curarán el cáncer. Algunas de las empresas fabricantes de vacunas ARNm  que han producido algunas de las vacunas contra el Covid-19 más utilizadas, como la de Pfizer/BioNTech, hace un mes indicaron que post-covid “el próximo problema a abordar con tecnología ARNm es el cáncer”.  BioNTech por muchos años ha desarrollado terapias génicas contra el cáncer y ha estado colaborando con la Fundación Bill y Melinda Gates para crear tratamientos de ARNm para la tuberculosis y el VIH.

Otras tecnologías “innovadoras” que serán el foco de esta agencia son menos conocidas por el público y posiblemente aún más preocupantes.

El largo camino hacia ARPA-H

La idea de ARPA-H no es nueva y exclusiva del gobierno de Biden; hubo un intento previo de crear una “DARPA de la salud” en el gobierno de Donald Trump a finales de 2019.  Biden comenzó a promover tempranamente esta idea durante su campaña presidencial en junio de 2019, aunque usó una justificación muy diferente para la agencia de la que habían presentado sus defensores a Trump. En el 2019, la misma fundación e individuos que actualmente apoyan la ARPA-H de Biden instaron al entonces presidente Trump para crear “HARPA”, no con el principal propósito de investigar tratamientos contra el cáncer y el Alzheimer, sino que para detener los tiroteos masivos antes de que ocurrieran a través del monitoreo a estadounidenses por las señales de advertencia “neuropsiquiátricas”.

Fotograma del video de HARPA “The Patients Are Waiting: How HARPA Will Change Lives Now”, Fuente: http://harpa.org

Durante los últimos años, un hombre ha sido  la fuerza impulsora detrás de HARPA, Robert Wright, ex vicepresidente de General Electric y ex presidente de NBCUniversal. A través de la Fundación Suzane Wright (llamada así por su difunta esposa), Wright ha pasado años haciendo lobby para crear una agencia que “desarrollaría capacidades biomédicas, herramientas de detección, tratamientos, dispositivos médicos, curas, etc., para los millones de estadounidenses que no están beneficiándose del sistema actual”.   Mientras que al igual que Biden, él ha encubierto el propósito real de la agencia al afirmar que se enfocará principalmente en tratar el cáncer, la propuesta de Wright de 2019 que le hizo a su amigo personal Donald Trump revela sus ambiciones ocultas. 

Como lo propuso por primera vez Wright en 2019, el programa insignia de HARPA sería HOGAR SEGURO (SAFE HOME en inglés, sigla de Stopping Aberrantes Fatal Events by Helping Overcome Mental Extremes). HOGAR SEGURO absorbería cantidades masivas de información privada de “Relojes de Apple, Fitbits, Amazon Echo y Google Home” y otros dispositivos electrónicos de consumo, como también información de proveedores de atención médica para determinar si es probable que una persona cometa un delito. La información sería analizada por algoritmos de inteligencia artificial (IA) “para un diagnóstico temprano de violencia neuropsiquiátrica”. 

La iniciativa del Departamento de Justicia para la prevención del delito conocida como DEEP se activó solo unos meses antes de que Trump entregara el mando. También se justificó como una forma de “detener los tiroteos masivos antes de que ocurran”. Luego de la investidura presidencial de Biden, la nueva administración comenzó a utilizar información de redes sociales para realizar arrestos previos al delito  como parte de su iniciativa para combatir el “terrorismo interno”. Dada la historia de las empresas de Silicon Valley que han colaborado con el gobierno  en asuntos de vigilancia sin orden judicial , pareciera ser que algunos aspectos de HOGAR SEGURO ya estén activos de forma encubierta bajo el mando de Biden y esperando que la formalización de ARPA-H/HARPA sea legitimada como política pública. 

Las aplicaciones de seguridad nacional de Robert Wright de HARPA también son ilustradas por el hombre que fue su principal asesor científico, ex director de la Oficina de Tecnologías Biológicas de DARPA, Geoffrey Ling. Él no es solo el asesor científico principal de HARPA, sino que según la propuesta original hecha por Wright, Ling tendría que diseñar personalmente HARPA y dirigirla una vez que se establezca.  El trabajo de Ling en DARPA se podría resumir en la misión declarada de BTO, que es trabajar mediante la fusión de “biología, ingeniería e informática para aprovechar el poder de los sistemas naturales para la seguridad nacional”.  Las tecnologías favorecidas por BTO también están preparadas para ser los pilares fundamentales de HARPA, la cual planea usar específicamente “avances en biotecnología, supercomputación, big data e inteligencia artificial” para lograr sus objetivos.
  

La conexión directa de DARPA con HARPA recalca que la agenda detrás de esta agencia venidera se remonta al fallido proyecto de biovigilancia del programa Total Information Awareness de DARPA, que fue lanzado luego de los eventos del 11 de septiembre de 2001. El  proyecto de biovigilancia de la TIA buscó desarrollar “las tecnologías de información necesarias y prototipos resultantes capaces de detectar automáticamente la liberación encubierta de un patógeno, y significativamente antes que los enfoques tradicionales”, mediante “el monitoreo de fuentes no tradicionales de información”, al incluir “información médica previa al diagnóstico” e “indicadores de comportamiento”. 

Aunque el proyecto de biovigilancia de la TIA en principio se enfocó en “ataques de bioterrorismo”, también buscó adquirir capacidades de detección temprana para brotes de enfermedades “normales”. Los proyectos relacionados de biovigilancia y de Darpa en ese momento, tales como LifeLog, buscaban reunir información a través del uso masivo de algún dispositivo o de tecnología portátil.  Finalmente, estos proyectos de DARPA fueron cerrados debido a la controversia sobre las afirmaciones de su uso para trazar perfiles de disidentes del país y eliminar la privacidad de todos los estadounidenses.  

El hecho de que la antigua red de vigilancia total de DARPA está volviendo a la vida con una agencia supuestamente separada y centrada en la salud y que emula nada menos que su modelo de organización, confirma que muchos programas relacionados con TIA se fueron distanciando del Departamento de Defensa cuando se cerraron oficialmente.  El separar al ejército de la imagen pública de tales tecnologías y programas, los hizo mucho más aceptables para las masas, a pesar de que los militares aún están involucrados entre bambalinas. Como recientemente lo ha informado Unlimited Hangout, una gran cantidad de aspectos de la TIA han sido privatizados, lo que le otorga un crecimiento a empresas como Facebook y Palantir, que resultó en que los proyectos de DARPA fueron ampliamente usados y aceptados. Ahora, bajo el disfraz de la propuesta de ARPA-H, la TIA original de DARPA podría básicamente regresar a todos los efectos y propósitos, tal como su propio spin-off.

Silicon Valley, el Ejército y la “Revolución” Portátil  

Este esfuerzo reciente de crear ARPA-H/HARPA se combina muy bien con el impulso coordinado de las empresas de Silicon Valley hacia el rubro de la atención médica, específicamente con las empresas que actúan como contratistas de la inteligencia y el ejército de EE. UU. (por ejemplo, Microsoft, Google y Amazon). Durante la crisis del COVID-19, esta tendencia del dominio de Silicon Valley en el sector de la atención médica se ha acelerado considerablemente debido a un empuje de arriba hacia abajo hacia la digitalización de la telemedicina, monitoreo remoto y similares. 

Amazon es un ejemplo interesante, ya que lanzó un dispositivo portátil el año pasado que pretende no solo el uso de biometría para monitorear la salud y el estado físico de las personas, sino también monitorear su estado emocional.  Anteriormente, Amazon adquirió a la farmacéutica en línea PillPack, y no es tan difícil imaginarse un escenario en donde la información de la pulsera Halo de Amazon se use para ofrecer recomendaciones de tratamiento que son entregadas por PillPack, propiedad de Amazon.

Empresas como Amazon, Palantir y Google están dispuestas a participar estrechamente en las actividades de ARPA-H. En particular, Google, quien lanzó un gran número de iniciativas tecnologías de atención médica en el 2020, va a tener un papel importante en esta nueva agencia debido a sus vínculos duraderos con el gobierno de Obama, cuando Biden era vicepresidente y con Eric Lander, asesor científico del Presidente Biden.

Como se mencionó, Lander está listo para tener un papel importante cuando ARPA-H/HARPA se materialice. Antes de convertirse en el científico más importante del país, Lander fue presidente y director fundador del Instituto Broad.  Aunque se anunció una asociación entre el MIT y Harvard, el Instituto Broad está fuertemente influenciado por el Silicon Valley, con dos ex ejecutivos de Google como parte de su mesa directiva, un socio de la firma de capital de riesgo de Silicon Valley, Greylock Partner, el ex CEO de IBM, y así como algunas de sus principales donaciones  provenientes de destacados ejecutivos tecnológicos. 

EL ex CEO de Google, Eric Schmidt, quien estuvo estrechamente involucrado con la campaña de reelección de Obama del 2012 y quien es cercano al Partido Demócrata en general, preside el Instituto Broad desde el mes de abril.  En marzo, Schimidt le dio al instituto $150 millones de dólares para “conectar la biología con el aprendizaje automático para comprender los programas de la vida”. Durante su periodo en la mesa directiva del Instituto Broad, Schimidt también presidió la Comisión Nacional de Seguridad para la Inteligencia Artificial. un grupo de operarios provenientes, en gran parte, de Silicon Valley, de la inteligencia y el ejército quienes han trazado la dirección de las políticas del gobierno de Estados Unidos en relación a las tecnologías emergentes y las IA.  Schmidt se ha inclinado como un posible jefe de un grupo operativo de la industria tecnología por parte de la administración de Biden.

Anteriormente, en el mes de enero, el Instituto Broad anunció que su plataforma de investigación de la salud, Terra, que fue desarrollada por la filial de Google, Verily, se asociará con Microsoft. Como resultado, Terra le permite a Google y a Microsoft acceder a un vasto tesoro de información genómica que son añadidos en la plataforma por académicos e instituciones de investigación de todo el mundo.

Además, en septiembre, Google se unió con el Departamento de Defensa como parte de un nuevo programa de “salud predictiva” impulsado por IA que también tiene vínculos con la comunidad de inteligencia de EE. UU. Aunque inicialmente su enfoque era predecir casos de cáncer, la iniciativa planea de manera clara expandirse para predecir la aparición de otras enfermedades antes de que aparezcan los síntomas, incluido el COVID-19. Como lo indicó Unlimited Hangout en ese momento, uno de los motivos implícitos del programa, desde la perspectiva de Google, fue que la empresa obtuviera acceso al “repositorio más grande del mundo de información médica relacionada a enfermedades y al cáncer” que está en manos de la Agencia de Defensa de la Salud.  Tener acceso exclusivo a esta información es una gran ayuda para Google y sus esfuerzos para desarrollar y expandir su creciente conjunto de productos de IA para el cuidado de la salud.

Actualmente, el ejército está poniendo a prueba dispositivos biométricos que tienen relación con el COVID-19 para “regresar al trabajo de forma segura”. En diciembre pasado, se anunció que  la Base de la Fuerza Aérea Hill en Utah haría que los dispositivos biométricos fueran una parte obligatoria del uniforme de algunos escuadrones. Por ejemplo, ahora, los aviadores del Escuadrón 649 de Municiones de la Fuerza Aérea deben usar un reloj inteligente fabricado por Garmin y un anillo inteligente fabricado por Oura como parte de su uniforme. 

Según la Fuerza Aérea, estos dispositivos detectan indicadores biométricos que luego son analizados por 165 biomarcadores diferentes por el algoritmo de IA de la Agencia de Reducción de Amenazas de Defensa/Philips Healthcare que “intenta reconocer una infección o virus cerca de 48 horas antes de la manifestación de los síntomas”. El desarrollo de ese algoritmo comenzó mucho antes de la crisis de COVID-19 y es una iteración reciente de una serie de proyectos de investigación militar que parecen haber empezado bajo el Proyecto de Predicción de Salud y Enfermedades de DARPA de 2007 (PHD, por sus siglas en inglés).

Si bien son de interés para el ejército, estos dispositivos están destinados principalmente para un uso masivo, lo que significa un gran paso hacia la infraestructura necesaria para la resurrección de un programa de biovigilancia controlado por el estado de seguridad nacional. El comenzar la implementación de estos dispositivos con el ejército tiene sentido desde la perspectiva del aparato de seguridad nacional, ya que la capacidad de monitorear datos biométricos, incluidas las emociones, tiene un claro atractivo para quienes administran los programas recientemente ampliados  de “amenazas internas” en las fuerzas armadas y para el Departamento de Seguridad Nacional.

Un indicador del impulso para el uso masivo es que el mismo anillo inteligente Oura que utiliza la Fuerza Aérea también fue recientemente utilizado por la NBA para prevenir brotes de COVID-19 entre los jugadores de baloncesto. Antes de la pandemia, los miembros de la familia real británica y el director ejecutivo de Twitter, Jack Dorsey, lo promocionaron para el uso del consumidor con el objetivo de mejorar el sueño. El lunes pasado, el CEO de Oura, Harpeet Rai, dijo que todo el futuro de la tecnología de dispositivos portátiles de salud prontamente será “proactivo en lugar de reactivo” porque se centrará en predecir enfermedades basándose en datos biométricos obtenidos de los dispositivos en tiempo real.

Otro dispositivo vinculado a las fuerzas armadas que se está utilizando de forma masiva es el BioButton y su predecesor BioSticker. El nuevo y elegante BioButton, producido por la empresa BioIntelliSense, se anuncia como un sistema de dispositivo portátil que es “una solución extensible y rentable para el monitoreo de síntomas de COVID-19 en la escuela, el hogar y el trabajo”. BioIntelliSense recibió US $2.8 millones del Pentágono en diciembre pasado para desarrollar los dispositivos BioButton y BioSticker con el objetivo de combatir el coronavirus. 

BioIntelliSense, cofundado y dirigido por el ex desarrollador de Microsoft HealthVault, James Mault, ahora cuenta con sus dispositivos de sensores implementados para un uso generalizado en algunos campus universitarios y hospitales de EE. UU. En algunos de esos casos, los dispositivos de la empresa se están utilizando para monitorear de forma específica los efectos secundarios de la vacuna contra el COVID-19 en contraposición con los síntomas de la enfermedad en sí. Actualmente, BioIntelliSense está realizando un estudio, en asociación con Philips Healthcare y la Universidad de Colorado, sobre el uso de sus dispositivos para la detección temprana de COVID-19, el cual está financiado en su totalidad por el ejército de los Estados Unidos.

Si bien, en estos momentos, el uso de estos dispositivos “se fomenta, pero es opcional” en estas ubicaciones piloto, ¿podría llegar el momento en el que un gobierno o lugar de trabajo los haga obligatorios? No sería inaudito, ya que varios países ya han exigido que las llegadas de extranjeros sean monitoreadas mediante el uso de un dispositivo durante un periodo de cuarentena obligatoria. Santa Lucía utiliza actualmente BioButton para este propósito. Singapur que busca estar entre las primeras “naciones inteligentes” del mundo, le ha dado a cada uno de sus residentes  un dispositivo llamado “TraceTogether token” para su programa de rastreo de contactos. El dispositivo token o la aplicación de smartphone TraceTogether son obligatorios para todos los lugares de trabajo, centros comerciales, hoteles, escuelas, centros de atención médica, supermercados y peluquerías. Se espera que aquellos sin acceso a un smartphone usen el dispositivo token “gratuito” entregado por el gobierno.

 La era de las dictaduras digitales está cerca

Hacer que los dispositivos portátiles obligatorios sean la nueva normalidad no solo para la prevención de COVID-19 sino también para el monitoreo de la salud en general institucionalizaría la cuarentena de personas que no presentan síntomas de alguna enfermedad, sino solo la determinación de un algoritmo poco claro de que los signos vitales indican una actividad “anormal”. 

Dado que ninguna IA es 100% precisa y que esto depende de los datos con los que están entrenadas, está garantizado que un sistema de este tipo cometería errores de forma regular: la pregunta es cuántos. Diagnostic Robotics comercializa un algoritmo de IA que se utiliza para “predecir brotes de COVID-19” en Israel; la tasa de precisión (que probablemente esté inflada) que la empresa proporciona para su producto es sólo del 73 por ciento. Eso significa que, según admite la propia empresa, su IA comete errores el 27 por ciento de las veces. Probablemente, sea incluso menos precisa, ya que la cifra del 73 por ciento nunca se verificado de forma independiente.

La adopción de estas tecnologías se ha beneficiado por la crisis de COVID-19, ya que sus partidarios están aprovechando la oportunidad para acelerar su incorporación. Como resultado, pronto, su uso se volverá omnipresente si el avance de esta agenda continua sin obstáculos. 

Aunque ahora esta promoción por los dispositivos portátiles es clara, las señales de esta agenda eran visibles desde hace varios años. Por ejemplo, en 2018, la aseguradora John Hancock anunció que reemplazaría sus ofertas de seguros de vida con “pólizas interactivas” que involucran a las personas a las que se les monitorea mediante dispositivos comerciales de salud. Antes de ese anuncio, John Hancock y otras aseguradoras como Aetna, Cigna y UnitedHealthcare ofrecieron varias recompensas a los titulares de pólizas que usaban un dispositivo de fitness y compartían esos datos con su compañía de seguros.

En otro ejemplo anterior a la crisis del COVID, la Journal of the American Medical Association publicó un artículo en agosto de 2019 en el que se afirmaba que los dispositivos portátiles “fomentan comportamientos saludables y empoderan a las personas para que se involucren en su salud”. Además, los autores del artículo, que están afiliados a Harvard, afirmaron que “incentivar el uso de estos dispositivos al integrarlos en las pólizas de seguro” puede ser en enfoque político “atractivo”. Desde entonces, el uso de dispositivos portátiles para los titulares de pólizas se ha promovido en gran medida por la industria de seguros, tanto antes como después de la pandemia del COVID-19, y algunos especulan que las aseguradoras de salud pronto podrían exigir su uso en cierto casos como una póliza más amplia.

Sin embargo, estos dispositivos biométricos de “fitness”, como Halo de Amazon, pueden monitorear más que los signos vitales físicos, ya que también pueden monitorear el estado emocional. El programa insignia HOGAR SEGURO de ARPA-H/HARPA revela que la capacidad de monitorear pensamientos y sentimientos es un objetivo ya existente entre quienes buscan establecer esta nueva agencia. 

Según el eminente historiador del Foro Económico Mundial, Yuval Noah Harari, la transición a las “dictaduras digitales” tendrá un momento “bastante decisivo” una vez que los gobiernos “comiencen a monitorear lo que ocurra dentro de los cuerpos y cerebros de las personas”. Dice que la adopción masiva de dicha tecnología convertiría a los seres humanos en “animales hackeables”, mientras que aquellos que se abstengan de tener esta tecnología en sus cuerpos se convertirían en parte de una nueva clase “inútil”. Harari también afirmó que los gobiernos utilizarán algún día los dispositivos biométricos para tener como objetivo a las personas que tienen reacciones emocionales “erróneas” hacia los líderes gubernamentales. 

Como era de esperar, uno de los mayores seguidores de Harari, Mark Zuckerberg de Facebook, ha hecho que recientemente su empresa desarrolle un dispositivo biométrico y “neuronal” integral basado en la tecnología de una empresa emergente de “interfaz neuronal” que Facebook adquirió en 2019. Según Facebook, el dispositivo “se integrará con RA (realidad aumentada), RV (realidad virtual) y señales neuronales humanas” y está previsto que pronto esté disponible para su comercialización. Facebook también es propietario de la empresa de realidad virtual Oculus Rift, cuyo fundador, Palmer Luckey, ahora dirige a la empresa contratista de IA militar estadounidense Anduril. 

Como se informó recientemente, Facebook se formó en sus primeros días para ser un reemplazo del sector privado para el controvertido programa LifeLog de DARPA, el cual buscaba tanto “humanizar” la IA como crea perfiles sobre disidentes nacionales y sospechosos de terrorismo. DARPA también promovió LifeLog como “apoyo a la investigación médica y la temprana detección de una pandemia emergente”.

Parece que las tendencias y eventos actuales muestran que el esfuerzo de décadas de DARPA para fusionar la “seguridad sanitaria” y la “seguridad nacional” ha crecido más que nunca. Esto puede deberse en parte a que Bill Gates, que ha ejercido una influencia significativa sobre las políticas de salud a nivel mundial en el último año, es un defensor desde hace mucho tiempo de fusionar la seguridad sanitaria y la seguridad nacional para frustrar tanto las pandemias como los “bioterroristas” antes de que puedan atacar, como se pudo oír en su discurso de 2017 que tuvo lugar en la Conferencia de Seguridad de Múnich de ese mismo año. El mismo año, Gates también instó de forma pública  al ejército de los EE. UU. a “concentrar más formación en prepararse para luchar contra una pandemia global o un ataque bioterrorista”.

En una fusión de “seguridad nacional” y “seguridad sanitaria”, cualquier decisión o mandato promulgado como medida de salud pública podría justificarse como necesario para la “seguridad nacional”, de la misma forma que los abusos masivos y crímenes de guerra que ocurrieron durante la “guerra contra el terrorismo” posterior al 11 de septiembre se justificaron de manera similar por la “seguridad nacional” con poca o prácticamente ninguna supervisión. Sin embargo, en este caso, en lugar de solo perder nuestras libertades civiles y el control sobre nuestras vidas externas, estamos en peligro de perder la soberanía sobre nuestros cuerpos individuales.

Los NIH, que albergarían a este nuevo ARPA-H/HARPA, han gastado cientos de millones de dólares en experimentar con el uso de dispositivos portátiles desde 2015, no solo para detectar síntomas de enfermedades sino también para monitorear las dietas de las personas y el consumo de drogas ilegales. Biden jugó un papel clave en ese proyecto, conocido como la iniciativa de Medicina de Precisión, y destacó por separado el uso de dispositivos portátiles en pacientes con cáncer como parte del programa Cancer Moonshot vinculado a la administración de Obama. El tercer proyecto de investigación sobre salud de la era Obama fue la iniciativa BRAIN de los NIH, que se lanzó, entre otras cosas, para “desarrollar herramientas para registrar, marcar y manipular neuronas definidas de forma precisa en el cerebro vivo” que se determina que están vinculadas a una función “anormal” o una enfermedad neurológica. Estas iniciativas se llevaron a cabo en un momento en el que Eric Lander era el copresidente del Comité de Asesores del Presidente en Ciencia y Tecnología de Obama mientras aún dirigía el Instituto Broad. No es una coincidencia que Lander ahora sea el principal asesor científico de Biden, promovido a un nuevo puesto a nivel de gabinete y preparado para guiar el rumbo de ARPA-H/HARPA.

Por lo tanto, la agencia que Biden anunció de forma reciente, si el Congreso la aprueba, que integraría esas iniciativas pasadas de la era Obama con aplicaciones orwellianas en un mismo paquete, pero con incluso menos supervisión que antes. También buscaría expandir e incorporar el uso de estas tecnologías y potencialmente avanzar hacia el desarrollo de políticas que obliguen su uso.

Si ARPA-H/HARPA se aprueba por el Congreso y finalmente se establece, se utilizará para resucitar agendas peligrosas y de larga data del estado de seguridad nacional y sus contratistas de Silicon Valley, mediante la creación de una “dictadura digital” que amenaza la libertad humana, la sociedad humana y potencialmente la definición misma de lo que significa ser humano. 

El azúcar altera la química del cerebro

Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 08 de julio de 2021.

HISTORIA EN BREVE

  • El consumo excesivo de azúcar es la base de la epidemia de obesidad, al provocar antojos que se asemejan a los causados por otras drogas de abuso
  • Una investigación analizó el cerebro de los cerdos que consumieron agua con azúcar durante una hora al día, durante 12 días, demostrando que el azúcar redujo la disponibilidad de receptores de opioides y de dopamina, lo que indica la liberación de opioides y dopamina
  • Una menor disponibilidad del receptor es una señal de sobreestimulación, ya que cuando el cerebro se sobreestimula, desregula los receptores para proteger el cerebro del daño. El inconveniente de esta protección es que necesita una dosis más elevada de esta sustancia para obtener la misma respuesta de placer, y este es un mecanismo importante que desarrolla la adicción
  • El consumo diario de azúcar también deteriora la memoria espacial e inhibe la neurogénesis en el hipocampo, un área del cerebro involucrada en los procesos de aprendizaje y memoria
  • El consumo elevado de azúcar altera las neuronas inhibitorias en la corteza prefrontal, la cual se enfoca en la toma de decisiones y en el control de los impulsos. Además de alterar el control de los impulsos y la incapacidad de retrasar la gratificación, esta alteración puede aumentar el riesgo de problemas de salud mental en niños y adolescentes

Si es como la mayoría de las personas, es probable que consuma cantidades poco saludables de azúcar de manera regular. Incluso si no le agradan los dulces, la mayoría de los alimentos procesados ofrecen una cantidad excesiva de azúcares añadidos.

En el informe televisivo “The Truth About Sugar” de la cadena BBC One, se muestra que una porción de fideos Pad Thai contiene 9.5 cucharaditas de azúcar, mientras que un paquete de pollo agridulce con arroz contiene 12.5 cucharaditas, lo cual es superior a lo que contiene una lata de soda.

Una lata de frijoles horneados contiene 6 cucharaditas de azúcar, lo que idealmente sería el total del día, por lo que es importante comprender que los pasteles, galletas, dulces y helados no son los únicos que causan problemas.

Incluso numerosos alimentos para bebés contienen cantidades sorprendentes de azúcar, lo que puede poner a un bebe en el camino hacia la adicción al azúcar y los problemas de salud que conllevan. No es ninguna novedad que el azúcar causa adicción. Numerosos estudios han demostrado que actúa de manera muy similar a otras sustancias adictivas.

En noviembre del 2019, Scientific Reports publicó un estudio que analiza el potencial adictivo del azúcar, este señala que “el consumo excesivo de sacarosa suscita antojos que pueden ser la base de la epidemia de obesidad”.

El azúcar altera la química del cerebro

Los investigadores lograron demostrar los efectos de la sacarosa en la química del cerebro de cerdos miniatura, mediante el uso de imágenes PET junto con agonistas de los receptores de opioides beta y dopamina.

Se eligieron estos cerdos miniatura porque tienen regiones corticales subcorticales y prefrontales bien definidas, las cuales “tienen una semejanza más directa a la función del cerebro humano”. Como explicaron los autores:

“Después de 12 días de consumo de sacarosa, los potenciales de unión (BPND) de ambos indicadores habían disminuido significativamente en el estrato, el núcleo accumbens, el tálamo, la amígdala, la corteza cingulada y en la corteza prefrontal, lo que es compatible con la menor densidad de los receptores.

La menor disponibilidad de los receptores de opioides y de dopamina puede explicar el potencial adictivo relacionado con el consumo de sacarosa”.

Incluso una sola exposición a la sacarosa produjo una disminución de hasta el 14 % en la unión de carfentanilo (un agonista del receptor beta-opioide) en el núcleo accumbens y en la corteza cingulada, que es consistente con la liberación de opioides.

En términos más simples, el consumo de azúcar desencadena la liberación de opioides y dopamina en el cerebro, lo que reduce la disponibilidad de dichos receptores. Una menor disponibilidad del receptor es una señal de sobreestimulación, ya que cuando el cerebro se sobreestimula, desregula los receptores para proteger el cerebro del daño.

El inconveniente de esta protección es que necesita una dosis más elevada de esta sustancia para obtener la misma respuesta de placer, y este es un mecanismo importante que desarrolla la adicción.

El azúcar afecta el cerebro como otras drogas adictivas

La imagen 4 del estudio de Scientific Reports demuestra los cambios del potencial de unión del carfentanilo desde los niveles de referencia en el transcurso de 12 días. La imagen 6 demuestra el cambio en la racloprida, un antagonista selectivo de los receptores de dopamina.

Análisis del potencial de unión del carfentanilo
Imagen 4: Análisis del potencial de unión del carfentanilo entre el punto de referencia y después de 12 días de exposición al agua con sacarosa.
Análisis del potencial de unión de rea acloprida
Imagen 6: Análisis del potencial de unión de racloprida entre el punto de referencia y después de 12 días de exposición al agua con sacarosa.

Según los autores, “los resultados demuestran que la sacarosa afecta los mecanismos de recompensa de manera similar que las drogas”. En la sección de discusión, explican lo siguiente:

“Se sabe que el consumo de sacarosa libera dopamina e induce la dependencia en roedores. Además, la sacarosa es aún más placentera que la cocaína en ciertos aspectos. Por lo tanto, los roedores trabajan de manera más intensa para obtener sacarosa que cocaína, incluso con la ausencia de alimentos.

Sin embargo, los efectos de la sacarosa están regulados por el sistema homeostático y por los circuitos de recompensa hedónica que pueden mediar la distinción entre los aspectos nutricionales y hedónicos de la sacarosa.

Optamos por una hora al día para promover los “atracones de comida”. Asimismo, los estudios de comportamiento del consumo de alimentos a menudo se dirigen a animales con restricción de alimentos, pero es posible que esto no refleje los mismos mecanismos activos en la obesidad. Los cerdos en el estudio no tenían esta restricción y consumían las cantidades habituales de alimento además de sacarosa.

Los receptores opioides (OR, por sus siglas en inglés) se manifiestan en el cerebro, específicamente en estructuras que modulan los procesos de alimentación y recompensa. Se ha demostrado que los OR son importantes en los efectos gratificantes y recurrentes de la cocaína.

Estudios previos han demostrado que el sabor de los alimentos puede provocar sensaciones de placer al estimular la liberación de opioides.

Observamos una menor unión de carfentanilo después de 12 días de consumir sacarosa, la cual tiene varias explicaciones posibles, incluyendo la liberación endógena de opioides, la unión a μOR [receptores beta-opioides], la internalización de los μOR como resultado de una mayor unión de opioides y una mayor activación del receptor DA D2/3 que conduce a la desensibilización heteróloga de los μOR.

Durante un estudio sobre el comportamiento de alimentación en hombres sanos, la alimentación condujo a una liberación endógena sólida y generalizada de opioides cerebrales, tanto en presencia como en ausencia de hedonia, lo que sugiere que la liberación de opioides refleja respuestas metabólicas y homeostáticas, así como hedónicas”.

Cambios adicionales en el cerebro a causa del azúcar

Otra investigación ha demostrado que el consumo diario de azúcar altera la memoria espacial e inhibe la neurogénesis en el hipocampo, un área del cerebro involucrada en los procesos de aprendizaje y memoria.

La investigación en ratas también ha demostrado que una alimentación alta en azúcar tiende a alterar las neuronas que inhiben la corteza prefrontal, la cual regula la toma de decisiones y el control de impulsos. Además de la falta de control de los impulsos y la incapacidad de retrasar la gratificación, esta alteración también puede aumentar el riesgo de problemas de salud mental enniños y adolescentes.

Como se señaló en un estudio del 2015:

“Descubrimos que las ratas expuestas a la sacarosa no lograron mostrar una respuesta apropiada al contexto y que indicara alteraciones en la función de la corteza prefrontal. Las ratas expuestas a la sacarosa también mostraron carencias en la memoria de reconocimiento de objetos, lo que indica el deterioro de la función prefrontal y la del hipocampo.

El análisis del cerebro demostró una menor expresión de interneuronas GABAérgicas inmunorreactivas a parvalbúmina en el hipocampo y la corteza prefrontal, lo que indica que el consumo de sacarosa durante la adolescencia indujo una patología a largo plazo, lo que podría respaldar los déficits cognitivos observados.

Estos resultados sugieren que, cuando los adolescentes consumen muchas bebidas endulzadas, podrían afectar las funciones neurocognitivas que afectan la toma de decisiones y la memoria, lo que potencialmente los pone en riesgo de desarrollar trastornos de salud mental”.

Eliminar el azúcar puede mejorar la salud

No es necesario decir que una alimentación alta en azúcar también afecta la salud al aumentar el peso corporal, mientras que el ritmo puede ser acelerado.

Como se señaló en el informe televisivo de la BBC: “The Truth About Sugar”, el consumo de tres tazas de té o café al día, con 2 cucharaditas de azúcar, puede resultar en un aumento de peso de 9.9 libras (4.5 kilos) en un solo año, siempre y cuando no aumente la actividad física para quemar estas calorías adicionales.

Es fácil comprender cómo es que la obesidad se ha convertido en una norma cuando la mayoría de las personas consume de cinco a seis veces más azúcar durante un día.

La Organización Mundial de la Salud recomienda limitar el consumo diario de azúcar al 10 % del consumo total, o mejor aún, al 5 %, lo que equivale a cerca de 6 cucharaditas o 25 gramos, si realmente desea mejorar su salud.

La investigación demuestra que reducir el azúcar añadido de un 27 % de las calorías diarias a un 10 % puede mejorar los biomarcadores relacionados con la salud en tan solo 10 días, incluso cuando el recuento calórico y el porcentaje de carbohidratos totales continúan siendo similares.

Aunque esto suena bastante simple, puede ser un asunto complicado si la alimentación consiste principalmente en alimentos procesados. Según el sitio web SugarScience.org, los azúcares añadidos se esconden en el 74 % de los alimentos procesados con más de 60 nombres diferentes. Para obtener una lista completa, consulte la página “Hidden in Plain Sight” de SugarScience.org.

Cuando se trata de evitar el azúcar, es necesario evitar todos, ya que todos tienen efectos similares, aunque la fructosa procesada, como el jarabe de maíz alto fructosa, tiende a tener los efectos más adversos y es el principal promotor de obesidad y diabetes.

Cómo detener la adicción al azúcar

Si se encuentra en una lucha constante con los antojos de azúcar, el ayuno intermitente puede ser la solución.

Para obtener mejores resultados, se recomienda reemplazar las calorías del azúcar y los carbohidratos por vegetales y grasas saludables, ya que esto ayudará a restablecer el metabolismo del cuerpo, al permitirle quemar grasa como combustible de manera más efectiva. Cuando no necesita azúcar como combustible principal y se agotan las reservas de azúcar, el cuerpo lo anhelará menos.

Las Técnicas de Libertad Emocional (EFT, por sus siglas en inglés) son otra técnica útil, que aborda el componente emocional de los antojos a los alimentos. No es posible tener éxito si mantiene pensamientos y sentimientos negativos sobre usted mismo mientras busca tomar medidas físicas para mejorar la salud y el cuerpo.

Aunque los enfoques psicológicos tradicionales pueden funcionar, las EFT han demostrado ser una mejor solución, por no mencionar que es más económica. Si siente que sus emociones, o su propia imagen, pueden ser su peor enemigo cuando se trata de alterar su relación con los alimentos, se recomienda consultar el manual gratuito de EFT para implementar sus medidas.

El Turbo Tapping es una versión de EFT específicamente diseñada para combatir los antojos de azúcar. Para mayor información, consulte el artículo: “EFT: tapping para la pérdida de peso” para mayor información.

Si ya tuvo COVID, es probable que esté protegido de por vida

Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 07 de julio de 2021.

HISTORIA EN BREVE

  • La evidencia de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington demuestra que existe la inmunidad duradera al COVID-19 en las personas que se recuperaron de la infección natural
  • Tanto a los 7 como a los 11 meses después de la infección, la mayoría de los participantes tenían células plasmáticas en médula ósea (BMPC, por sus siglas en inglés) que secretaban anticuerpos específicos para la proteína Spike codificada por el SARS-CoV-2
  • Las BMPC se encontraron en cantidades similares a las que tenían las personas que se vacunaron contra el tétanos o la difteria, que se considera que brindan inmunidad duradera
  • Es probable que la protección de anticuerpos que se obtuvo en las personas que se recuperaron del COVID-19 continúe “de forma indefinida”
  • La vacuna podría ser más peligrosa para quienes ya tuvieron COVID-19, ya que la respuesta inmunológica reactivada por la vacuna contra el COVID-19 podría causar inflamación en los tejidos donde existen los antígenos virales
  • Es posible que los beneficios de la vacuna experimental no superen los riesgos, en especial si ya tuvo COVID-19

Si ya tuvo COVID-19, incluso en un caso leve, es muy probable que tenga inmunidad a largo plazo, según un equipo de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington. De hecho, es probable que sea inmune de por vida; una vez que haya tenido la enfermedad y que se haya recuperado, será inmune y lo más probable es que lo sea de por vida.

La evidencia es sólida y prometedora, por lo que debería ser una noticia bienvenida y reconfortante para un público que ha pasado el último año en pánico por el SARS-CoV-2. La sorpresa es que nuestras autoridades de salud pública ¡no comparten este mensaje! Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, la principal agencia encargada de proteger la salud y la seguridad de las personas en Estados Unidos, se niega a correr la voz.

En cambio, todavía alientan a quienes probablemente tienen inmunidad natural al COVID-19 a que se vacunen, incluso mientras admiten que es raro volver a enfermarse si ya tuvo COVID-19. La razón más obvia es que entraría en conflicto con su objetivo principal, que es inmunizar a la mayor cantidad posible de personas con la vacuna contra el COVID.

Con frecuencia las personas preguntan: “Si ya tuve COVID-19 y me recuperé, ¿todavía necesito aplicarme la vacuna contra el COVID-19?” Su respuesta es que sí, debe hacerlo, porque “los expertos aún no saben cuánto tiempo está protegido después de recuperarse del COVID-19”. Sin embargo, cada vez hay más pruebas que demuestran que existe una inmunidad duradera.

Los informes iniciales de que la inmunidad contra el COVID era momentánea fueron incorrectos

Los coronavirus estacionales, algunos de los cuales causan resfriados comunes, producen solo una inmunidad protectora de corta duración, y las reinfecciones ocurren de 6 a 12 meses después de la infección anterior. Los primeros datos sobre el SARS-CoV-2 también afirmaron que los títulos de anticuerpos disminuyeron muy rápido en los primeros meses después de recuperarse del COVID-19, lo que llevó a algunas personas a especular que la inmunidad protectora contra el SARS-CoV-2 también podría ser de corta duración.

El autor principal del estudio, el Dr. Ali Ellebedy, profesor de patología e inmunología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis, señaló que esta suposición es errónea y dijo lo siguiente para un comunicado de prensa:

“El otoño pasado hubo reportes de que los anticuerpos disminuyeron muy rápido después de la infección con el virus que causa el COVID-19, y los principales medios de comunicación interpretaron que eso significaba que la inmunidad no era duradera. Pero esa es una mala interpretación. Es normal que los niveles de anticuerpos bajen después de una infección aguda, pero no bajan a cero; sino que solo se estancan”.

Los investigadores encontraron un patrón bifásico de concentraciones de anticuerpos contra el SARS-CoV-2, en el que se descubrieron altas concentraciones de anticuerpos en la respuesta inmunológica aguda que se produjo en el momento de la infección inicial.

Los anticuerpos disminuyeron en los primeros meses después de la infección, como era de esperarse, luego se estabilizaron entre un 10 % y 20 % de la concentración máxima detectada. En un comentario sobre el estudio, Andreas Radbruch y Hyun-Dong Chang del Centro Alemán de Investigación del Reumatismo de Berlín explicaron:

“Esto es consistente con la expectativa de que entre el 10 y el 20 % de las células plasmáticas en una reacción inmunológica aguda se conviertan en células plasmáticas de memoria, y es una clara señal de un cambio en la producción de anticuerpos por las células plasmáticas de corta duración a la producción de anticuerpos por las células plasmáticas de memoria. Esto era lo que esperábamos, dado que la memoria inmunológica de muchos virus y vacunas es estable durante décadas o durante toda la vida”.

Cuando ocurre una nueva infección, las células llamadas plasmablastos proporcionan anticuerpos, pero cuando el virus se elimina, las células B de memoria más duradera se mueven para monitorear la sangre en busca de signos de reinfección.

Los huesos también tienen células plasmáticas de la médula ósea (BMPC) y actúan como “fuentes persistentes y esenciales de anticuerpos protectores”. De acuerdo con Ellebedy: “Una célula plasmática es nuestra historia de vida, en términos de los patógenos a los que hemos estado expuestos”. Y en estas BMPC de larga duración es donde reside la inmunidad al SARS-CoV-2.

Es probable que haya inmunidad a largo plazo después de la infección por COVID-19

Para el estudio se recolectaron muestras de sangre de 77 personas que se habían recuperado de COVID-19 casi un mes después del inicio de los síntomas; la mayoría experimento casos leves. Se recolectaron muestras de sangre adicionales tres veces más a intervalos de tres meses para rastrear la producción de anticuerpos; también se recolectaron células B de memoria y médula ósea de algunos de los participantes.

Los niveles de anticuerpos de proteína Spike (S) anti-SARS-CoV-2 disminuyeron muy rápido en los primeros cuatro meses después de la infección, pero esta disminución se ralentizó durante los siguientes siete meses. La parte más emocionante de la investigación es que, tanto a los 7 como a los 11 meses después de la infección, la mayoría de los participantes tenían BMPC que secretaban anticuerpos específicos para la proteína Spike codificada por el SARS-CoV-2.

Las BMPC se encontraron en cantidades similares a las que tenían las personas que se vacunaron contra el tétanos o la difteria, las cuales se considera que brindan inmunidad duradera.

“En general, nuestros datos proporcionan una fuerte evidencia de que la infección por SARS-CoV-2 en humanos establece de manera sólida los dos brazos de la memoria inmunitaria humoral: las BMPC de larga duración y las células B de memoria”, anotaron los investigadores. Esta es quizás la mejor evidencia disponible sobre la inmunidad duradera, explicaron Radbruch y Chang, ya que esta memoria inmunológica es una parte distinta del sistema inmunológico que es esencial para la protección a largo plazo, más allá de la respuesta inmunológica inicial al virus:

“En la fase de memoria de una respuesta inmunológica, las células B y T que son específicas de un virus se mantienen en un estado de inactividad, pero están listas para entrar en acción si se encuentran de nuevo con el virus o con una vacuna que lo represente. Estas células B y T de memoria surgen de células activadas en la reacción inmunológica inicial.

Las células experimentan cambios en su ADN cromosómico, denominadas modificaciones epigenéticas, que les permiten reaccionar muy rápido a los signos posteriores de infección e impulsar respuestas encaminadas a eliminar el agente causante de la enfermedad.

Las células B tienen un papel doble en la inmunidad: producen anticuerpos que pueden reconocer proteínas virales y pueden presentar partes de estas proteínas a células T específicas o convertirse en células plasmáticas que secretan anticuerpos en grandes cantidades.

Hace unos 25 años, se hizo evidente que las células plasmáticas pueden convertirse en células de memoria por sí mismas y pueden secretar anticuerpos para una protección duradera. Las células plasmáticas de memoria se pueden mantener durante décadas o toda la vida en la médula ósea”.

Además, en el 2020 se reportó que las personas que se recuperaron del SARS-CoV, un virus que está genéticamente relacionado con el SARS-CoV-2 y que pertenece a la misma especie viral, mantuvieron niveles significativos de anticuerpos neutralizantes al menos 17 años después de la infección inicial. Esto también sugiere que debe esperarse una inmunidad a largo plazo contra el SARS-CoV-2. Ellebedy incluso dijo que es probable que la protección continúe de forma “indefinida”:

“Estas células [BMPC] no se dividen. Están inactivas, por lo que solo se acomodan en la médula ósea y secretan anticuerpos. Lo hicieron desde que combatieron la infección y continuarán haciéndolo de forma indefinida”.

Por qué no debería vacunarse si ya tuvo COVID-19

El hallazgo de la probabilidad de inmunidad a largo plazo, después de la infección por COVID-19, es importante no solo para quienes aún viven con el miedo creado por los medios de comunicación, sino también para los que ya se recuperaron y que están considerando la vacunación.

Como advertí antes, si ya tuvo COVID-19, ¡no se vacune! El Dr. Hooman Noorchashm, cirujano y defensor de los pacientes, ha advertido en ocasiones a la FDA que existe un “peligro claro y presente” para las personas que ya tuvieron COVID-19 y que posteriormente se vacunan.

El problema son los antígenos virales que permanecen en su cuerpo después de una infección natural. La respuesta inmunológica reactivada por la vacuna para el COVID-19 puede causar inflamación en tejidos donde están los antígenos virales. El revestimiento interno de los vasos sanguíneos, los pulmones y el cerebro podría estar en riesgo de sufrir inflamación y daño. De acuerdo con Noorchashm:

“Lo que es más pertinente, cuando los antígenos virales están presentes en el endotelio vascular, en especial en adultos mayores y frágiles con enfermedad cardiovascular, es casi seguro que la respuesta inmunológica específica del antígeno por la vacuna dañará el endotelio vascular.

La inflamación endotelial por la vacuna sin duda alguna causará la formación de coágulos de sangre con el potencial de causar complicaciones tromboembólicas importantes, al menos en algunos pacientes. Si la mayoría de los pacientes más jóvenes y fuertes pudieran soportar tal lesión vascular por una respuesta inmunológica a la vacuna, es posible que no sea el caso con muchos pacientes mayores y frágiles con enfermedades cardiovasculares”.

En el caso de una respuesta inmunológica específica de antígeno inducida por la vacuna, que podría causar complicaciones tromboembólicas de 10 a 20 días después de la vacuna, incluso en los adultos mayores y frágiles, es poco probable que la reacción se registre como un efecto adverso relacionado con la vacuna.

Debido a que muchos casos son asintomáticos, les recomienda a los médicos “examinar a todos los pacientes con alto riesgo cardiovascular, para detectar la presencia del SARS-CoV-2 antes de vacunarlos”. Noorchashm señala que al ignorar lo que él cree que es un riesgo inminente para una minoría considerable de personas, la credibilidad de la FDA y de la campaña de vacunación corre un grave riesgo.

¿El plan original fue vacunar a todas las personas?

Si proteger la salud pública fue el objetivo final en la respuesta a la pandemia, a las personas que se han recuperado del COVID-19 se les debería ofrecer el mismo tipo de “pasaportes” de inmunidad y los mismos beneficios que se ofrecen a las personas vacunadas. De hecho, se les debería dar aún más “acceso” ya que su inmunidad tal vez sea superior a la de las personas con inmunidad inducida por las vacunas.

Sin embargo, este no es el caso, ya que se insta a todos a vacunarse con una inyección experimental, independientemente de su historial de infección por COVID-19 e incluso si tienen tan solo 12 años, en algunos casos sin el consentimiento de los padres.

Mientras tanto, los tratamientos efectivos como la ivermectina (un antiparasitario de amplio espectro que también tiene actividad antiinflamatoria) ha demostrado ser un éxito notable para prevenir y tratar el COVID-19, pero todavía se ignora en favor de los tratamientos más costosos, menos efectivos y la vacunación experimental masiva.

Como dijo el Dr. Peter McCullough, subdirector de medicina interna del Centro Médico de la Universidad de Baylor, “Todos los caminos conducen a la vacuna”, es posible que el propósito de la pandemia haya sido impulsar la campaña mundial de vacunación actual. Esto permitiría que la población que ya se vacunó se registre en una base de datos de vacunas, que podría usarse como una herramienta para el control de la población a través de los pasaportes de vacunas.

Es importante estar informado de que si elige recibir una vacuna contra el COVID-19, estará participando en un experimento sin precedentes con una terapia de genes, de los cuales es posible que los beneficios no superen los riesgos, en especial si ya tuvo COVID-19.

Bayer-Monsanto enfrenta al Estado Mexicano

Fecha de publicación: Julio 06, 2021

Reportaje de: Ricardo Balderas

Edición de: Claudia Ocaranza y Eduard Martín-Borregón. Este reportaje fue realizado en alianza con El Surti.

Reportaje retomado por: El Surti

Bayer-Monsanto demanda al Estado mexicano por posibles pérdidas financieras. Según se revela en una copia de la demanda de Bayer-Monsanto contra el Estado Mexicano, certificada por el Consejo de la Judicatura Federal (CJF) y en manos de PODER, la firma farmacéutica con más de 50 subsidiarias que cotizan en bolsas en todo el mundo1cambió su estrategia jurídica con el objetivo de extender el tiempo de uso de los agroquímicos en el país.

La batalla jurídica comenzó con la promulgación de un decreto presidencial publicado en diciembre de 2020 donde el gobierno federal prohíbe el uso de glifosato en el territorio nacional, uno de los principales productos de Bayer-Monsanto, tras calificarlo como inseguro para la salud2. Hasta el momento, sólo se conocen dos juicios promovidos directamente por Bayer-Monsanto contra México.

La más reciente de las demandas ocurre meses después de que el jurado popular de Oakland, en Estados Unidos, sentenciara a Bayer-Monsanto con una multa de 2,000 millones de dólares por considerar que uno de sus herbicidas causó cáncer a una familia de campesinos en dicha zona3.

Pero sus abogados aprendieron la lección. A diferencia del juicio en Estados Unidos, Bayer-Monsanto en México ya no declara que el glifosato no sea un agente cancerígeno, ahora exige su derecho a comerciar con la sustancia que envenenó a los campesinos norteamericanos y sucesivamente a campesinos de otras regiones.

Aunque la empresa y sus representantes legales continúan desestimando las pruebas científicas relacionadas a su producto y la peligrosidad del mismo, en realidad buscan responsabilizar al país por las pérdidas monetarias millonarias que pudieran surgir tras la aplicación del decreto prohibicionista del glifosato.

El paquete legal y tecnológico de los Agentes Genéticamente Modificados (AGM) fomenta el uso de agrotóxicos. Foto: Gobierno de México.

Específicamente, Bayer-Monsanto responsabiliza a México por pérdidas financieras que deriven de la aplicación del decreto presidencial. Ese tema tiene una posible relación a la presión de la Representación Comercial de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) a México debido a que la importación de glifosato en el país es una de las discusiones que surgieron en la reunión de la Comisión de Comercio Internacional del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC)4.

Para Evangelina Robles, activista y abogada agraria de la Red en Defensa del Maíz, la nueva característica en la litis, solamente se trata de “un intento de conseguir suspensiones en tribunales de manera fácil”. Es decir, ganar más tiempo comerciando con la sustancia.

Aunque ambas demandas forman parte de la misma estrategia judicial, así es como nace un cambio de paradigma del segundo proceso. Se trata de una nueva estrategia derivada del primer intento fallido de la firma por enfrentar el decreto.

El viejo proceso, cuyos documentos también están en manos de PODER, refleja que en dicho juicio de amparo numeral 313 del Tribunal sexto de distrito Administrativo, el juez Francisco Javier Rebolledo Peña ya había negado a Bayer-Monsanto una primer Suspensión Definitiva bajo el argumento de que México era firmante de la Declaración de Río, en la que se reitera la adhesión al Principio de Precaución.

El Principio de Precaución fue concebido por primera vez en los años ochenta del siglo pasado y popularizado en la conferencia de Río de 1992. Es actualmente parte fundamental del derecho internacional ambiental pues se considera que cuando exista una amenaza de reducción o pérdida sustancial de la diversidad biológica no debe alegarse la falta de pruebas científicas inequívocas como razón para aplazar las medidas encaminadas a evitar o reducir al mínimo esa amenaza.

Esa poderosa herramienta jurídica ha logrado ser evadida en otros países de América Latina (como Colombia), argumentando “Seguridad Nacional”. Es decir, casos como el de Bayer-Monsanto contra Colombia revelan que el Principio de Precaución no siempre ha sido ponderado en tribunales administrativos.

Los antecedentes legales mexicanos

El problema con Bayer-Monsanto se originó desde su llegada comercial a México pero detona con el decreto en cuestión. Desde la promulgación del dictamen de la Ley de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados, hubo conflicto debido a que fue determinada como “Ley Monsanto”5, haciendo referencia a que fortalecía el uso de agrotóxicos en el campo.

Esa legislación fue aprobada bajo la presidencia de Vicente Fox en 2005, el mismo año en que Alfonso Romo Garza, ahora exjefe de oficina de la Presidencia de la República para Andrés Manuel López Obrador y principal financiador en su momento de la campaña presidencial de Fox Quezada, perdió las acciones de su empresa Savia S.A. de C.V. en un conflicto familiar y a partir del cual fue nombrado director de una subsidiaria de Bayer-Monsanto.

En 2005, Romo Garza, quien ahora mismo posee 17 razones sociales registradas ante el Sistema Integral de Gestión Registral (SIGER) de la Secretaría de Economía, fue destituido por su propio suegro, Alejandro Garza Lagüera, de las acciones en Savia S.A. de C.V. tras revelarse que había adquirido importantes sumas de dinero con una transacción realizada en 20036.

Dicha transacción y la aprobación de la Ley Monsanto (promovida por Vicente Fox) tienen relación entre sí, dado que Alfonso Romo vendió a la firma californiana Fox Paine la firma Seminis, de la cual era dueña Savia, que a su vez era controlada en 75% por Romo7. Más adelante Fox Paine subastaría un plan de fusión millonario con Monsanto8. Es decir, la Ley a favor de los agrotóxicos entró en vigor el mismo año en que llegó a la Presidencia de la República Vicente Fox, bajo el mecenazgo de uno de los accionistas de la empresa con mayor interés en dicho mercado.

Alejandro Garza Lagüera, suegro de Alfonso Romo, pretendía desconocer el contrato de compra venta (Seminis/Fox Paine) debido a que: “no confiaba en su visión empresarial”. Pese a la destitución de Romo en Savia, la transacción sí se realizó en 2003 y tuvo un valor de 650 millones de dólares.

Dos años después, en enero de 2005, “Romo y sus socios de Fox Paine firmaron un acuerdo y plan de fusión con Monsanto a cambio de 1,500 millones de dólares en efectivo, asumir deuda y comprometerse a dar un bono de rendimiento de hasta 125 mdd pagaderos a una compañía llamada Marinet, propiedad de los socios de Romo”, según Forbes citando a The Wall Street Journal.

Además de las autorizaciones de comercialización, la empresa Bayer de Mexico, S.A. de C.V. fue beneficiada con 458 contratos públicos por un monto de 3,413,033,756.06 pesos entre los años 2000 y 2021, de acuerdo con información de Compranet recopilada en QuiénEsQuién.Wiki.

Más recientemente, Alfonso Romo fue uno de los hombres señalados por el extitular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Víctor Manuel Toledo, por formar parte del grupo de luchas de poder empresarial dentro del gabinete obradorista. Dicha acusación daría cabida a la renuncia de Toledo como Secretario de Estado9. Pero el conflicto, señalado por Toledo, supera el de las disputas corporativas o políticas para convertirse en un problema de salud y seguridad nacional.

Bioseguridad a la mexicana y conflictos civiles

Actualmente es imposible saber en qué regiones de México existen casos de complicaciones a la salud derivadas del uso de agrotóxicos y tampoco se puede identificar o localizar a las empresas que pulverizan estos químicos. Lo que sí se puede identificar en la mayoría de los casos son las fórmulas o compuestos químicos en estudios sanguíneos o renales de las personas, los cuales son asociados a las empresas que los patentan.

Lo anterior se debe a que no existe un mapa donde los mexicanos puedan analizar las zonas donde la industria pulveriza agrotóxicos, explicó a PODER Evangelina Robles abogada y líder de la Red en Defensa del Maíz.

A decir de Robles, las pocas herramientas con las que cuenta el estado mexicano para su defensa son apenas un par de recomendaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, el decreto presidencial promulgado a finales de 2020 y un respaldo intelectual de algunos grupos de académicos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), que independientemente han publicado numerosos estudios académicos abogando por alternativas de bioseguridad al glifosato.

En general, las únicas razones sociales con autorización para comercializar el glifosato son 170 firmas, 22 de los cuales corresponden a la razón social de Bayer-Monsanto, según la Consulta de Registros Sanitarios de Plaguicidas de la Comisión Federal para la Previsión de Riesgos Sanitarios (COFEPRIS)10.

El glifosato es el principal activo de Bayer y el motivo por el cual compró a la firma Monsanto. Entre 1974 y el año 2000, Monsanto sostuvo la patente en todo el mundo, y posteriormente a ello ya en ciertas regiones se ha podido comercializar con otras marcas, aunque en el mercado mundial la fórmula Round Up, de Monsanto, es la primera en ventas11.

Algunos de los casos reconocidos en México son el de Autlán de Navarro en Jalisco y el de la industria tabacalera en la Sierra Wixárika del estado de Nayarit.

Tras la llegada de los agrotóxicos en el país se desbordó una batalla por la remediación ambiental sin precedentes. La principal causa fue el uso desmesurado de agrotóxicos diversos comercializados principalmente por Bayer, no sólo glifosato.

En ese contexto, el 10 de marzo de 2005 fallecieron dos jornaleros por intoxicación del insecticida Tamaron, también creado por Bayer-Monsanto: Miguel Hernández Hernández (16 años) y Jesús Azuara Hernández (15 años). La Comisión de Defensa de los Derechos Humanos para el Estado de Nayarit emitió la recomendación 21/05 en la que principalmente se exigió la elaboración de un diagnostico sobre la situación del campo en Nayarit con el objetivo de identificar el origen del problema. El documento denominado Jornaleros Agrícolas Migrantes de Nayarit 200712, buscaba terminar con la discriminación y maltrato hacia los trabajadores agrícolas y estaba dirigido a diversas instancias de gobierno.

El 19 de julio de 2009, cuatro años después de emitida la recomendación, esa Comisión informó que la secretarías estatales de Desarrollo Rural, Desarrollo Económico y Salud, así como el Departamento de Previsión Social y el Consejo Consultivo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas habían incumplido la recomendación 21/0513.

El otro caso ocurrió en agosto de 2019, cuando un grupo de académicos de una comunidad en Autlán de Navarro del estado de Jalisco, México, reportaron que 93 niños (de 3 a 15 años de edad) resultaron positivos a pesticidas en su organismo y el 100% de los adolescentes de la Telesecundaria donde se realizó el estudio resultaron con pesticidas en la orina14. Dicha solicitud de investigación se realizó debido a una exigencia de las madres de familia a investigadores del Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) y de la Universidad de Guadalajara (UdeG), debido a complicaciones en la salud de los estudiantes.

Paraguay y Colombia, paralelismos bélicos

El problema del agronegocio no es endémico de México, casos similares han ocurrido en gran parte del continente. La muerte de Rubén Portillo en enero de 2011, un campesino paraguayo que perdió la vida en un Hospital de Curuguaty, la ciudad más poblada del departamento de Canindeyú cerca de la frontera con Brasil, alarmó a las autoridades internacionales de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), tras revelarse que las autoridades locales no habían investigado dicho caso.

El caso Rubén Portillo, documentado por el medio de comunicación El Surti, logró develar las complicaciones en salud que constan de producir alimentos bajo los esquemas de los gigantes agroalimentarios15.

Al respecto, la doctora Stela Benítez Leite asegura para el mismo medio de comunicación que “hay evidencia científica del daño que pueden producir los plaguicidas”. Benítez Leite constató en un estudio científico que el daño en el ADN de niños y niñas entre 5 y 10 años expuestos a plaguicidas en una comunidad cercana a plantaciones de soja que utilizan agroquímicos era mucho mayor a los de una comunidad sin contacto con cultivos extensivos.

Según explica El Surti, al sector del agronegocio no le gustaron nada los hallazgos de la investigación de Benítez Leite en 2019, dado que inició una campaña de desprestigio en contra del estudio y utilizó esa misma campaña para lograr la suspensión de financiamiento público a investigaciones similares.

Otro caso igual de relevante ocurrido en Paraguay es el de la falta de protocolos para docentes y estudiantes cuando son fumigados por agroquímicos16. El Surti reveló en marzo de 2021 que más de 7500 estudiantes en 90 zonas rurales de Paraguay van a escuelas cercanas a plantaciones que violan leyes locales de protección contra uso de agroquímicos. En dicha investigación se da cuenta del caso en el Asentamiento el Limoy II, del departamento de Alto Paraná donde estudiantes y profesores comienzan sus jornadas con un sabor en la punta de la lengua que no logran reconocer, a pesar de que lo que se respira, no debería tener sabor. Esto ocurre sin ningún tipo de protección.

El cuadro de patologías de Rubén Portillo y los padecimientos pronosticados para los niños estudiantes en escuelas fumigadas está asociado a la exposición constante de agroquímicos. Los campesinos que trabajan con agrotóxicos, reportan padecer de dolores de cabeza, fiebre, sarpullido, vómito y/o diarrea, y en los casos más alarmantes, mueren.

Sin importar fronteras, lenguas o climas, todos los países coinciden en dichos cuadros de enfermedad y esto ya ha ocurrido en México, Estados Unidos y Colombia, pero sólo Estados Unidos logró indemnización.

En el caso de Colombia, las autoridades calificaron como: “Impacto grave e irreversible sobre el medio ambiente y la salud humana derivados de aplicación de glifosato”, pero tras la intervención militar, Bayer-Monsanto logró seguir comerciando con este químicobajo el argumento de que era utilizado como herbicida para combatir sembradíos ilegales.

Ricardo Vargas, académico e investigador colombiano, explica una tercer vertiente de análisis por la cual los gobiernos de América Latina continúan comercializando con esta sustancia. Él explica que “en Colombia, se ha esgrimido la defensa del Principio de Precaución como el fundamento para suspender las fumigaciones mientras se hace claridad sobre esos impactos. Mientras tanto dichas fumigaciones continúan con fuertes impulsos propiciados por los recursos suministrados para el Plan Colombia (2000 – 2005)”17.

El Plan Colombia se trata de un acuerdo entre Bill Clinton y el expresidente colombiano Andrés Pastrana que tenía como objetivo mitigar las finanzas de la guerrilla, en gran medida, haciendo uso de herbicidas para destruir plantíos ilegales, mientras que el gobierno de Estados Unidos agilizaría la exportación de armamento a Colombia. No obstante, para el investigador se trata de una estrategia que contempla ya 22 años de fracaso puesto que esta nación continúa siendo la principal exportadora de coca en el mundo18.

Finalmente, el caso en México es muy similar a lo descrito por Ricardo Vargas. Se sabe de la existencia de ciertas zonas donde las Fuerzas Armadas han utilizado agrotóxicos para la eliminación de plantíos ilegales; sin embargo, los protocolos con los que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y otras instituciones de esta naturaleza aplican los químicos, no son públicos. Lo más alarmante del caso, es que en 2006 las autoridades de la Fiscalía General de la República (entonces PGR) junto a la Sedena calificaron como confidencial el nombre de la sustancia con la que las autoridades castrenses “fumigaban” las plantaciones ilegales19.

PODER solicitó entrevista con autoridades de la COFEPRIS, representantes legales y de comunicación de Bayer-Monsanto (en México y Estados Unidos) y las Fuerzas Armadas Mexicanas. Hasta el cierre de esta edición, ninguna de las instituciones ni la empresa respondieron.

Cumbre de los dueños de la alimentación

Por Silvia Ribeiro*, La Jornada, 03 de julio de 2021.

No podemos vivir sin comer. Los alimentos y todo lo que les rodea están en la base de la vida de todas las personas. Por ello controlar ese mercado es un objetivo fundamental de las empresas trasnacionales. Al día de hoy, cuatro o cinco grandes empresas de agronegocios controlan más de la mitad del mercado global en cada eslabón de esa cadena industrial. Con la pandemia aumentó explosivamente la entrada de las gigantes tecnológicas y de comercio en línea, lo cual ha cambiado las estructuras de producción y quiénes controlan a productores y consumidores. Para legitimar este asalto digital y biotecnológico a nuestra comida y sentar nuevas normativas internacionales (leáse evitar regulaciones y control públicos), se concibió la llamada Cumbre de Sistemas Alimentarios, a realizarse en septiembre de 2021.

Aunque se presenta como una cumbre de Naciones Unidas, fue una iniciativa del Foro Económico Mundial (Foro de Davos en lenguaje popular, donde convergen las mayores empresas trasnacionales). António Guterres, secretario general de la ONU, anunció en 2019 su realización antes de que los propios órganos de Naciones Unidas relacionados a agricultura y alimentación –como FAO y el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial– supieran de ésta. Pese a ser oficial, esta cumbre será un evento público-privado, donde el sector privado tiene más participación e influencia que los coorganizadores de Naciones Unidas (https://tinyurl.com/cd7rhptb).

La comida no es sólo nutrición, es además un pilar esencial de la organización de las sociedades y las culturas. Durante más de 99.9 por ciento de la historia de la humanidad los alimentos, la forma de obtenerlos, producirlos y procesarlos ha sido diversa y descentralizada según geografías y culturas, basada en sistemas locales y, en su vasta mayoría, sustentable social y ecológicamente. El capitalismo y su Revolución Verde (paquete tecnológico de semillas híbridas y transgénicas, maquinaria pesada, agrotóxicos y fertilizantes sintéticos) junto a la globalización impuesta, logró dañar en algunas décadas parte de esa realidad milenaria, con una industria alimentaria basada en el lucro, en la uniformidad genética de plantas y animales, groseramente quimicalizada –agrotóxicos, conservantes, saborizantes, espesantes, colorantes, etcétera–, con cada vez más elementos sintéticos y artificiales. Industria que es también uno de los mayores factores de contaminación de suelos, agua y tierra y causante del cambio climático. Adicionalmente, también es el mayor factor de producción de epidemias y pandemias (https://tinyurl.com/1lydnlmh).

Es uno de los 10 mayores mercados industriales globales, lista en la que ha ocupado entre el primero y séptimo lugar en la década pasada. Esto pese a que esa contabilidad sólo toma en cuenta la industria y apenas parcialmente los alimentos que provienen de redescampesinas, pesca artesanal, huertas urbanas y recolección tradicional, que son quienes proveen alimento a 70 por ciento de la población mundial. (https://tinyurl.com/fjx7hm)

Desde hace pocos años, las gigantes de tecnología digital y de plataformas de venta en línea (como Google, Facebook, Amazon, Microsoft, etcétera) han entrado en la agroalimentación. Han introducido programas de control digital del agro (ofertados por las empresas de agronegocios y maquinarias en sociedad con las tecnológicas) y diversos instrumentos para ello, como drones y sensores, a la vez que expanden y controlan las ventas en línea, tanto entre empresas como a consumidores (https://tinyurl.com/zw2xksxz).

Por todo ello, más allá de la retórica, los principales objetivos de esta Cumbre de Sistemas Alimentarios son: a) La promoción y avance a gran escala de la industria agroalimentaria digital o Agricultura 4.0, con nuevas biotecnologías, sistemas informáticos, extracción y acumulación masiva de datos del campo, de ecosistemas y de nuestras conductas alimentarias; b) establecer sistemas de gobierno alternativos sobre agroalimentación, donde las empresas tengan el papel principal junto a algunos gobiernos: sistemas público-privados, marginando incluso a Naciones Unidas y buscando eliminar a las organizaciones campesinas, indígenas, de mujeres, trabajadores, que no puedan cooptar; c) establecer nuevos conceptos como producción positiva a la naturaleza, para conseguir subsidios y cooptar producción orgánica si les sirve para el lucro, y otros como soluciones basadas en la naturaleza que es una cobertura para abrir nuevos mercados de carbono en agricultura y mercados de compensaciones por destrucción de biodiversidad.

La Vía Campesina y la vasta mayoría de movimientos campesinos, ambientalistas, de agroecología, de mujeres y pueblos indígenas de todo el mundo rechazan esta cumbre y se han propuesto desmantelar las mentiras y maniobras que entraña (https://tinyurl.com/4atvcnf4).

Más graves aun cuando el mundo sigue en pandemia y el sistema agroalimentario industrial que pretende avanzar la cumbre es uno de los factores clave en la generación de epidemias. Por ello, realizarán una contracumbre a finales de julio, donde una gran diversidad de organizaciones y comunidades presentarán las realidades y propuestas que necesitamos para alimentar a todo el mundo, con justicia y cuidado del medio ambiente.

Investigadora del Grupo ETC