Descubren glucosinolatos excepcionales en la moringa

Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 08 de octubre del 2020.

HISTORIA EN BREVE

  • Los glucosinolatos se metabolizan en isotiocianatos bioactivos. El isotiocianato principal de moringa es la moringina. Al igual que el sulforafano en el brócoli, la moringina tiene potentes efectos antibacterianos, antiinflamatorios y anticancerígenos
  • Investigadores descubrieron un nuevo tipo de glucosinolato en la Moringa oleifera de origen silvestre denominado 4GBGS. La Moringa oleifera de origen doméstico, o la cultivada específicamente para el consumo humano, también tenía algunos niveles de 4GBGS, pero en concentraciones más bajas
  • La moringa también contiene los nueve aminoácidos esenciales y ha demostrado regular la presión arterial, modular la función inmunológica y proteger la salud de sus órganos
  • Las hojas de moringa están disponibles en forma de polvo seco que se puede usar para hacer té o agregar a sus batidos

Los glucosinolatos son fitoquímicos que contienen azufre y se encuentran en los vegetales crucíferos como el brócoli, col y las coles de Bruselas. Pero la investigación demuestra que la moringa conocida como el árbol de baqueta o el rábano picante, también tiene un alto contenido de estos compuestos que benefician la salud.

De acuerdo con un informe de mayo 2018 publicado en Scientific Reports, la moringa contiene altos niveles de glucosinolatos, además tiene glucosinolatos únicos que son responsables de muchas de sus propiedades medicinales.

Los glucosinolatos, que son inertes, se metabolizan en isotiocianatos bioactivos por una enzima llamada mirosinasa. El isotiocianato principal de moringa responsable de la mayoría de sus beneficios es la moringina, que se crea por hidrólisis de glucomoringina.

La moringina también se conoce como 4RBITC (después de su nombre químico, isotiocianato de 4- (α- L-ramnopiranosiloxi) isotiocinato de bencilo Al igual que el sulforafano en el brócoli, la moringina tiene poderosos efectos antiinflamatorios y citoprotectores.

De acuerdo con Jed Fahey, bioquímico nutricional y profesor de la Facultad de Medicina de Johns Hopkins, la moringina es tan potente como el sulforafano y, en algunos ensayos se ha demostrado que es más fuerte.

¿Qué es la moringa?

Antes de profundizar en los beneficios específicos de la moringa y por qué los glucosinolatos son importantes, le explicare qué es la moringa. La moringa es un árbol originario de India, Pakistán, Bangladesh y Afganistán.

Existen 14 especies diferentes de moringa, pero la más común y más consumida es la Moringa oleifera, a veces conocida como la “verdura milagrosa”. Si vive en un área subtropical y decide plantar este árbol, tenga cuidado, ya que es uno de los árboles de rápido crecimiento.

Yo planté algunos para tenerlos como arbustos y utilizar las hojas para hacer mi propia ensalada. Dejé de consumirla cuando comencé a comer carne y seis meses después el árbol creció hasta 7.6 metros (25 pies), tapaba mis paneles solares y los troncos tenían una circunferencia de 30.5 centímetros (12 pulgadas).

Durante siglos, la Moringa oleifera se ha utilizado en la medicina ayurvédica y natural como remedio para tratar la inflamación, enfermedades infecciosas y afecciones crónicas como enfermedades cardíacas, de la sangre y trastornos digestivos.

Aunque la Moringa oleifera es una excelente fuente de vitaminas, minerales y varios compuestos fenólicos, muchos de los beneficios de la planta se reducen a sus glucosinolatos y al isotiocianato moringina. Cabe señalar que una investigación reciente ha demostrado un glucosinolato previamente desconocido en la moringa de origen silvestre.

Se descubrió un nuevo glucosinolato en la moringa

Los glucosinolatos son una clase de compuestos que contienen azufre y que se encuentran en los vegetales crucíferos, también llamados la familia de vegetales Brassica y Moringa, pero la Moringa oleifera contiene varios miembros de la familia de los glucosinolatos que no se encuentran en ningún otro lugar. El glucosinolato más concentrado en la Moringa oleifera es la glucomoringina (GMG), que tiene beneficios antioxidantes y anticancerígenos.

Los investigadores descubrieron un nuevo tipo de glucosinolato en la Moringa oleifera de origen silvestre denominado 4-(-L-glucopiranosiloxi) bencil GS (4GBGS). La Moringa oleifera de origen doméstico o la cultivada específicamente para el consumo humano, también tenía algunos niveles de 4GBGS, pero en concentraciones mucho más bajas.

Los investigadores consideran que esto podría deberse al deseo de los fabricantes de mejorar el sabor amargo de la moringa. Dado que los glucosinolatos contienen azufre, tienen un sabor distinto que a veces es desagradable.

Además de GMG y 4GBGS, la Moringa oleifera también contiene al menos otros 10 glucosinolatos que trabajan juntos para proporcionar muchos beneficios.

La moringa tiene poderosos propiedades antibióticas

También se ha demostrado que la moringa tiene una potente actividad antibiótica contra una amplia variedad de patógenos, incluyendo la Escherichia coli, Salmonella typhimurium, Candida y Helicobacter pylori (H. pylori). De acuerdo con Scientific Reports:

“… (4RBITC), el isotiocianato creado por hidrólisis de ‘glucomoringina’ … de la M. oleifera es un antibiótico potente y selectivo contra el H. pylori.

Otros estudios han demostrado que la acción antibiótica del 4RBITC de la M. oleifera es selectiva y potente contra otros patógenos humanos importantes, como el Staphylococcus aureus y la Candida albicans. Además, parece ser eficaz para controlar ciertas manifestaciones de ALS y esclerosis múltiple en ratones modelo.

Una gran cantidad de estudios epidemiológicos, estudios en animales y ensayos clínicos relacionan a los glucosinolatos alimenticios y sus isotiocianatos afines como fuentes preventivas contra enfermedades crónicas que incluyen varios tipos de cáncer, diabetes y trastornos del espectro autista”.

En un estudio realizado en 2005 en la revista Planta Medica se comparó la efectividad de varios isotiocianatos diferentes para ver cuál ofrecía mejor protección contra H. pylori. La opción más eficaz de los isotiocianatos analizados, fue el sulforafano y la moringina (4RBITC).

En otro estudio, los investigadores recolectaron muestras de bacterias de materia fecal suministradas por un hospital en Portugal. Se aislaron un total de 18 cepas de bacterias aeróbicas, incluyendo Enterococcus faecalis, Staphylococcus aureus, Staphylococcus saprophyticus, E. coli (dos cepas) y Salmonella typhi.

Luego, las muestras se expusieron a tres glucosinolatos diferentes y tres isotiocianatos. Aunque los glucosinolatos intactos no tuvieron ningún efecto sobre las bacterias, los isotiocianatos, en especial el SFN, BITC y PEITC, tuvieron fuerte actividad antimicrobiana. En algunos casos, los isotiocianatos fueron más eficaces que los antibióticos.

La moringa contiene todos los aminoácidos esenciales

La moringa también es una fuente de proteínas de alta calidad. Solo 2 cucharaditas de polvo de moringa contienen 1 gramo de proteína y la proteína total de la Moringa oleifera de origen doméstico es del 30.24 %. Quizás lo más importante es que la moringa contiene los nueve aminoácidos esenciales, algo que muchas otras fuentes de proteína vegetal no tienen.

Los aminoácidos son importantes porque son los componentes básicos de las proteínas. Por el contrario, cuando su cuerpo descompone o digiere las proteínas que consume, los aminoácidos son los que prevalecen. Su cuerpo usa aminoácidos para producir nuevas proteínas que llevan a cabo una diversas funciones, desde el crecimiento y la reparación, hasta la curación de heridas y el metabolismo de los alimentos.

Existen 20 tipos diferentes de aminoácidos que se clasifican como esenciales o no esenciales. Su cuerpo, por sí mismo puede producir los aminoácidos no esenciales, pero no puede producir los esenciales. Por esa razón necesita obtenerlos de los alimentos.

Los nueve aminoácidos esenciales son: histidina, isoleucina, leucina, lisina, metionina, fenilalanina, triptófano, treonina y valina. Tres de estos aminoácidos esenciales, leucina, isoleucina y valina, también se clasifican como aminoácidos de cadena ramificada (BCAA por sus siglas en inglés) porque tienen una estructura molecular ramificada.

Aunque su hígado descompone a la mayoría de los aminoácidos, no puede descomponer los BCAA. Debido a esto, los BCAA se descomponen a nivel muscular. De tal manera que, pueden ayudar a mejorar el rendimiento atlético y a disminuir el deterioro muscular.

La moringa es la única que contiene todos los aminoácidos esenciales ya que no existen muchos alimentos vegetales que los contengan. De acuerdo con el African Journal of Biotechnology, la moringa tiene un total de 19 aminoácidos, incluyendo los 9 aminoácidos esenciales.

Como se detalla en varios artículos de investigación, incluyendo la revista Amino Acids, los 9 aminoácidos esenciales tienen funciones biológicas importantes, que incluyen las siguientes:

Isoleucina. Puede ayudar a estabilizar el azúcar en la sangre y, junto con la leucina y valina, son necesarias para realizar la síntesis muscular, reparación, producción de energía y resistencia.
Leucina. Ayuda a disminuir los niveles elevados de azúcar en la sangre y estimula la producción de la hormona del crecimiento. Cuando se combina con la isoleucina y valina, este aminoácido puede ayudar a promover el desarrollo muscular, óseo y cutáneo.
Valina. Ayuda a mantener el equilibrio de nitrógeno y metabolismo muscular. También, puede ayudar a reparar los tejidos y producir energía.
Lisina. Se requiere para producir hormonas, colágeno, anticuerpos y enzimas. Además, puede ayudar a combatir los virus, y se involucra en la asimilación de calcio y creación de proteínas en los huesos y músculos.
Metionina. Se convierte en homocisteína y viceversa, según las necesidades de su cuerpo. De igual manera, es una fuente principal de azufre que ayuda a mantener la salud de las uñas, piel y cabello.
Triptófano. Es auxiliar en la creación de niacina (vitamina B3), que es necesaria producir melatonina y serotonina.
Fenilalanina. Desempeña un papel muy importante en la formación de la memoria, la función del sistema nervioso y ayuda a reducir la inflamación.
Treonina. Sirve de apoyo fundamental para mantener el buen funcionamiento del hígado, sistema cardiovascular, sistema nervioso central y sistema inmunológico. De igual manera, está involucrada en la digestión de las grasas y puede estimular la producción saludable de colágeno, tejido muscular, piel y masa ósea.
Histidina. Se requiere para promover la producción de glóbulos blancos y rojos, y puede ayudar a reparar los tejidos. Cabe destacar que la histidina puede ayudar a proteger los nervios al mantener el recubrimiento de mielina.

Además de los aminoácidos esenciales, la moringa contiene ácidos grasos beneficiosos (el 44.57 % es ácido a-linolénico), betacaroteno, fenólicos, zeatina, quercetina, beta-sitosterol, kaempferol, flavonoides e isotiocianatos. Dos cucharaditas de polvo de moringa también proporcionan 0.999 gramos de fibra, 80 mg de calcio y 200 UIs de vitamina C.

Beneficios adicionales de la moringa

Además de los beneficios que se mencionaron antes, otros estudios reportan que la moringa también:

Ayuda a proteger a los pacientes con retinopatía diabética. La retinopatía es causada por la inflamación de los vasos sanguíneos de los ojos, lo que podría provocar pérdidas de líquido. Si no se trata la retinopatía podría causar ceguera.La moringa podría ayudar a detener la retinopatía al regular el nivel de azúcar en la sangre de pacientes con diabetes y proteger la retina de la inflamación. Esto se atribuye a que la moringa contiene una gran cantidad de antioxidantes.
Podría aliviar el asma. Un estudio descubrió que la Moringa oleifera puede disminuir la gravedad de los síntomas en personas con asma y mejorar los parámetros de la función pulmonar, incluyendo la capacidad vital forzada, el volumen espiratorio forzado y el flujo espiratorio máximo sin efectos negativos. También se demostró que la Moringa oleifera disminuye la gravedad de los ataques de asma.
Ayuda a proteger la salud hepática, renal, cardiaca, testicular y pulmonar
Tiene propiedades analgésicas
Tiene actividad antiulcerosa
Ayudar a disminuir la presión arterial
Protege contra la radiación
Ayuda a modular la función inmunológica
Tiene una acción antiinflamatoria y antiviral, gracias a su contenido de quercetina

Cómo incluir la moringa en su alimentación

Al igual que el té matcha, la moringa está disponible en polvo. Las hojas de moringa se secan y luego se muelen para formar un polvo concentrado que es rico en todos los compuestos beneficiosos, vitaminas y minerales.

Consumir moringa de esta manera podría ser muy beneficioso, ya que las hojas nunca se cocinan y solo se secan. Cocinarlas puede desnaturalizar la enzima mirosinasa, y así disminuir la cantidad de glucosinolatos que se convierten en isotiocianatos activos y que su cuerpo absorbe.

También puede comprar moringa en forma de aceite o cápsulas. Al momento de elegir, es importante que considere un producto hecho de moringa de origen silvestre. La moringa recolectada en medios silvestres podría ser más amarga que las versiones de origen doméstico, pero garantiza que obtiene todos los beneficios de los glucosinolatos.

Los suplementos de moringa pueden contener una amplia gama de polvo de diferentes hojas de moringa, entre 500 y 2000 mg, según el tamaño de la cápsula. La dosis recomendada para adultos es de dos cápsulas al día, una por la mañana y otra por la noche.

Pero, sería mejor que consulte a un médico o profesional de la salud antes de tomarla en suplemento. Esto asegurará que la dosis sea la recomendable para usted o que el suplemento no interactúe con ningún medicamento que esté tomando.

Aunque la moringa ofrece muchos beneficios, también es importante conocer los posibles efectos secundarios que podría causar. No se recomienda el uso de suplementos de Moringa oleifera en mujeres embarazadas, ya que no hay estudios suficientes que demuestren que la moringa es segura para ellas.

También existen algunos estudios que sugieren que cuando se toma durante las primeras etapas del embarazo, podría causar aborto espontáneo debido a su capacidad para provocar contracciones uterinas.

Además, puede sembrar las semillas y cosecharlas como microvegetales, es decir, mientras son pequeñas, así como germinados. Para obtener una guía sobre cómo cultivar árboles de moringa en general, consulte mi artículo anterior: “Cómo cultivar la moringa“.

Otras fuentes def glucosinolatos

Es cierto que la moringa contiene glucosinolatos únicos, como la glucomorina, que no se puede encontrar en ningún otro lugar, pero no son la única fuente de glucosinolatos en la alimentación. Si desea aumentar el consumo de estos compuestos vegetales beneficiosos de otras maneras, puede hacerlo al incluir estos alimentos:

Coles de BruselasBrócoliBerro
Berro de jardínHojas de mostazaNabo
Col de SaboyaCor rizada o kaleHojas de nabo
Col moradaRábano picanteColiflor
Bok choyCol berzaColinabo

La bergamota y la alcachofa para la salud del hígado

Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 06 de octubre del 2020.

HISTORIA EN BREVE

  • La enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD por sus siglas en inglés) afecta de 80 a 100 millones de personas en Estados Unidos. El 20 % de los afectados, padece la forma más grave llamada esteatohepatitis no alcohólica o NASH
  • En la actualidad no existe un tratamiento para la NAFLD, pero cambios en el estilo de vida y modificaciones en la alimentación pueden tener grandes efectos
  • En un estudio reciente, los investigadores descubrieron que un suplemento con extractos de bergamota y alcachofa silvestre podría disminuir la grasa del hígado entre un 7 % y un 15 %
  • Evitar el azúcar, consumir más colina, hacer ejercicio de manera regular y perder peso también puede ayudar a la salud de su hígado y a reducir su riesgo de sufrir NAFLD

Es probable que crea que la enfermedad hepática solo es para las personas que beben alcohol en exceso, pero en la actualidad se estima que entre 80 y 100 millones de personas en Estados Unidos padecen la enfermedad del hígado graso no alcohólico, o NAFLD, una forma de enfermedad hepática que ocurre sin el abuso de alcohol.

Debido a que la NAFLD puede progresar a otros problemas más graves como el cáncer y la cirrosis, se considera un factor de riesgo para la enfermedad cardíaca, enfermedad renal y diabetes tipo 2, por lo que encontrar estrategias para tratarla se ha convertido en una prioridad de salud pública.

Hoy en día no existen medicamentos aprobados por la FDA para la afección, pero las investigaciones demuestran que los cambios en el estilo de vida y la alimentación, como consumir suplementos con extractos de bergamota y alcachofa, podrían ser de gran ayuda.

La bergamota y la alcachofa pueden disminuir la grasa en el hígado

En un estudio publicado en Frontiers in Endocrinology en agosto de 2020, investigadores inscribieron a 102 participantes de entre 35 y 70 años con hígado graso y niveles de colesterol un poco altos en un ensayo clínico doble ciego.

Los participantes fueron asignados al azar en dos grupos: un grupo recibió un placebo y el otro grupo recibió una dosis diaria de 300 miligramos de Bergacyn FF, un suplemento que contiene compuestos bioactivos de bergamota y alcachofa silvestre, también llamado cardo silvestre o Cynara cardunculus L., por 12 semanas.

Además de tomar el suplemento, también se les indicó que siguieran una dieta mediterránea, y a los participantes con obesidad se les indicó que disminuyeran su consumo de calorías de 400 a 500 por día. Después de 12 semanas, los investigadores concluyeron que el suplemento disminuyó la grasa hepática general en un 7 %. En los participantes mayores de 50 años, la grasa hepática se redujo en un 15 %.

Aunque la bergamota y la alcachofa silvestre contienen muchas sustancias bioactivas, los investigadores atribuyeron los efectos a los polifenoles. Los polifenoles actúan como antioxidantes, ya que ayudan a combatir el estrés oxidativo y protegen el organismo de los radicales libres.

También estimulan la lipofagia, que es la descomposición de las gotas de grasa en el cuerpo. Las frutas cítricas son ricas en una clase de polifenoles llamados flavonoides, pero la bergamota, un tipo de fruta cítrica amarga y no comestible, contiene la concentración más alta.

El compuesto más beneficioso de la alcachofa silvestre es la cinaropicrina, un terpeno que disminuye el estrés oxidativo y combate la inflamación. La alcachofa silvestre también contiene otros compuestos beneficiosos, como ácidos cafeoilquínicos, luteolina y apigenina.

En un estudio previo, investigadores descubrieron que la combinación de bergamota con extracto de alcachofa silvestre también podría disminuir el estrés oxidativo y combatir la inflamación vascular o la inflamación de los vasos sanguíneos en personas con diabetes tipo 2 y con NAFLD.

¿Qué es la enfermedad del hígado graso no alcohólico?

Para entender por qué este estudio es tan importante, debe comprender el impacto que tiene la NAFLD y la forma en la que afecta a la población. La NAFLD es un término general que engloba dos formas de enfermedad hepática, hígado graso no alcohólico (NAFL) y esteatohepatitis no alcohólica (NASH).

La NAFL es la forma más leve. Se caracteriza por la acumulación de grasa en el hígado, pero sin inflamación ni daño a las células del hígado. Aunque algunas personas con NAFL desarrollan afecciones hepáticas más graves, el riesgo es bajo.

La NASH es la forma más grave de la NAFLD. Además del exceso de grasa en el hígado, la NASH se caracteriza por hepatitis o inflamación del hígado que puede causar cicatrices. Con el tiempo, la NASH puede progresar a cirrosis o cicatrización excesiva del hígado que puede provocar daño hepático.

De los 80 a 100 millones de personas en Estados Unidos con NAFLD, el 20 % tiene NASH, y del 30 % al 40 % de los que tienen NASH desarrollarán cicatrices en el hígado (fibrosis).

Aumentan los casos de NAFLD en los niños

La NAFLD se consideraba como una afección que afectaba a los adultos, pero debido a que cada vez más niños tienen sobrepeso u obesidad, se ha convertido en una de las principales causas de enfermedad hepática crónica en los niños. Aunque las estimaciones difieren, se cree que la NAFLD afecta casi del 3 % al 12% de la población pediátrica en general y del 70 % al 80 % de los niños con obesidad.

Esto se debe a una determinada variante genética llamada PNPLA3 y al consumo excesivo de azúcar. En un estudio realizado en 2008, investigadores descubrieron que tener el gen PNPLA3 podría incrementar el riesgo de acumular grasa en el hígado e inflamación. La población hispana, es la más susceptible a la enfermedad del hígado graso y es más propensa a portar este gen.

Los investigadores de un estudio diferente analizaron cómo el consumo elevado de carbohidratos y azúcar podría afectar el hígado de los niños hispanos con sobrepeso y con el gen PNPLA3. Descubrieron que los niños con dos copias del gen tenían una mayor acumulación de grasa en el hígado cuando consumían una alimentación con grandes cantidades de azúcar.

La fructosa fue preocupante porque activaba la SREBP-1, una proteína que desempeña un papel en la estimulación de la lipogénesis de novo, el proceso que convierte los carbohidratos en ácidos grasos en el hígado e impide la descomposición de grasas en el hígado.

Otras formas de apoyar la salud del hígado

Aunque no existen tratamientos aprobados para la NAFLD, varios estudios demuestran que las cicatrices, inflamación y la acumulación de grasa se pueden revertir si la afección se detecta a tiempo. Por supuesto, también es mejor prevenir una afección como la NAFLD en lugar de intentar revertirla una vez que la padece. Por suerte, existen muchas cosas que puede hacer para apoyar la salud de su hígado incluyendo cambios de estilo de vida.

Además de los suplementos con bergamota y extractos de alcachofa silvestre, existen otros factores que pueden tener un impacto significativo en el desarrollo de la NAFLD, los cuales incluyen:

Eliminar el azúcar de la alimentación: se sabe que el consumo excesivo de azúcar causa la enfermedad del hígado graso al estimular la lipogénesis de Novo. La fructosa tiene el efecto más significativo, pero la sacarosa (azúcar común) y la glucosa también pueden contribuir. Aunque tal vez, no le cause ningún problema comer ocasionalmente fuentes naturales de azúcar en forma de fruta, tiene que evitar los azucares agregados, sobretodo el jarabe de maíz de alta fructosa.
Consumir más colina: la deficiencia de colina se ha relacionado con un mayor riesgo de hígado graso. Puede proteger su hígado y su salud al incrementar el consumo de alimentos ricos en colina, como huevos, hígado de res de animales alimentados con pastura, pechuga orgánica de pollo de corral y carne molida de res de animales alimentados con pastura.
Perder peso (o mantener un peso saludable): si tiene sobrepeso, perder peso puede ayudarlo a mejorar la salud de su hígado, incluso sin cambiar ningún otro factor.En un estudio de 2015 que se publicó en Digestive Diseases and Sciences, los investigadores descubrieron que una pérdida de peso significativa, definida como más del 10 % del peso corporal total, podría revertir la fibrosis incluso en formas avanzadas de NASH. Algunos de los participantes en el estudio retrocedieron desde la etapa 4 de NASH hasta la etapa 1.
Hacer ejercicio de manera regular: el ejercicio aeróbico lo ayuda a quemar el exceso de calorías, disminuye las células de grasa del hígado y las enzimas hepáticas, incluso sin cambios de peso. El ejercicio también puede mejorar la sensibilidad a la insulina, lo que también puede reducir el riesgo de desarrollar NAFLD.
Limitar el consumo de medicamentos: limite su consumo de medicamentos a los necesarios y siga las recomendaciones de dosificación. Algunos medicamentos, como los corticosteroides, antidepresivos, antipsicóticos y el tamoxifeno (utilizados para tratar el cáncer de mama) incrementan el riesgo de la NAFLD y otras afecciones de salud. Disminuya esos riesgos al hacer los cambios necesarios en el estilo de vida, con el fin de minimizar su dependencia de los medicamentos.
Controlar la hipertensión: la presión arterial alta incrementa el riesgo de síndrome metabólico y resistencia a la insulina, que están relacionados con el desarrollo de la NAFLD. Existen varios métodos naturales para reducir la presión arterial alta, pero debe consultar a su médico para eliminar el uso de esos medicamentos.
Disminuir la resistencia a la insulina: la resistencia a la insulina podría provocar síndrome metabólico, prediabetes y diabetes tipo 2, todos ellos precursores de la NAFLD. Puede disminuir la resistencia a la insulina al seguir una alimentación baja en carbohidratos, hacer ejercicio de manera regular y perder peso.

Cómo detener una segunda ola de COVID-19 durante los meses fríos

Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 06 de octubre del 2020.

HISTORIA EN BREVE

  • Dos estudios recientes destacan los efectos de la vitamina D en el sistema renina-angiotensina (RAS, por sus siglas en inglés) y cómo incrementar los niveles de vitamina D puede reducir el riesgo de desarrollar una letal tormenta de citoquinas y una tormenta de bradicinina
  • Un estudio clínico y aleatorio encontró que administrar calcifediol (un análogo de la vitamina D3 a las personas hospitalizadas con COVID-19), además de un tratamiento estándar, redujo el ingreso a la unidad de cuidados intensivos del 50 % al 2 %. Ninguna de las personas que recibieron suplementos de vitamina D falleció, mientras que todas fueron dadas de alta sin complicaciones
  • La vitamina D reduce la replicación viral, fortalece la función inmunológica al modular las respuestas inmunológicas tanto innatas como adaptativas, reduce la dificultad respiratoria, mejora la función pulmonar general y ayuda a producir tensioactivos en los pulmones que ayudan a eliminar los líquidos
  • La vitamina D también reduce el riesgo de comorbilidades relacionadas con un mal pronóstico de COVID-19, incluyendo la obesidad, la diabetes tipo 2, la presión arterial alta y las enfermedades cardíacas
  • Es momento de revisar sus niveles de vitamina D y comenzar a tomar medidas en caso de que estos se encuentren por debajo de los 40 ng/ml

Durante los últimos meses, varias investigaciones han destacado la relación de la vitamina D con la incidencia, gravedad y mortalidad del COVID-19. Resulta curioso que, un análisis genético reciente ha desarrollado una hipótesis que ayuda a explicar la progresión inusual de la enfermedad del COVID-19.

La hipótesis, publicada en la revista eLife en julio de 2020, identifica a la bradicinina, una sustancia química que regula la presión arterial controlada por el sistema renina-angiotensina (RAS, por sus siglas en inglés), como el principal culpable.

Como revisé con mayor profundidad en mi artículo “La hipótesis de la bradicinina explica las complicaciones del COVID-19“, la letalidad del COVID-19 podría deberse a la capacidad del virus para generar una tormenta de bradicinina. Los efectos del virus en el RAS también apoyan las recomendaciones de optimizar los niveles de vitamina D.

De hecho, los investigadores que propusieron esta nueva hipótesis enfatizan la importancia de la vitamina D, ya que es importante para el sistema RAS y suprime la biosíntesis de un compuesto conocido como renina (REN), lo que previene una tormenta mortal de bradicinina.

Por el contrario, en caso de presentar una deficiencia de vitamina D, se estimula la expresión de renina y, según los datos más recientes, eso podría aumentar la propensión a sufrir una tormenta de bradicinina. También han surgido otros estudios en las últimas semanas, que demuestran que incrementar los niveles de vitamina D tiene un efecto dramático y beneficioso sobre los resultados del COVID-19.

La vitamina D minimiza los ingresos a unidades de cuidados intensivos

Entre ellos se encuentra un estudio clínico y aleatorio publicado el 29 de agosto de 2020, que descubrió que las personas hospitalizadas con COVID-19 en España que recibieron vitamina D suplementaria (calcifediol) además del tratamiento estándar, que incluía hidroxicloroquina y azitromicina, tenían una menor tasa de admisión a la unidad de cuidados intensivos.

Las personas que pertenecían al grupo de vitamina D recibieron 532 microgramos de calcifediol el día de su ingreso (el equivalente a 106 400 UI de vitamina D) seguidos de 266 mcg los días 3 y 7 (el equivalente a 53 200 UI). Después de eso, recibieron 266 mcg una vez a la semana hasta ser dados de alta, o ingresar a la UCI o morir.

De los que recibieron calcifediol, solo el 2 % requirió ingreso a la UCI, en comparación con el 50 % de los que no recibieron calcifediol. Ninguna de las personas que recibieron suplementos de vitamina D falleció, mientras que todas fueron dadas de alta sin complicaciones.

La vitamina D versus las vacunas

Aunque Michael Osterholm, virólogo y director del Centro de Investigación y Política de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Minnesota en Minneapolis, y otros funcionarios de salud aún tratan de lograr que las personas se vacunen, tanto contra la influenza como contra el COVID-19, nadie se ha ocupado del problema real, que es la deficiencia de vitamina D y su impacto en estas infecciones.

Es importante destacar que el Departamento de Defensa ha demostrado que la vacuna contra la influenza aumenta el riesgo de infecciones posteriores por coronavirus hasta un 36 %. Si vamos a creer en la ciencia, como dice Osterholm, entonces no deberíamos ignorar dichos hallazgos.

Luego, por supuesto, está la cuestión de si es posible crear una vacuna contra el COVID-19 que sea segura y eficaz. En varios artículos anteriores, he explicado por qué creo que las vacunas contra el COVID-19 no son la mejor opción. Por el contrario, se sabe que optimizar los niveles de vitamina D es una manera segura y eficaz de combatir la influenza, el COVID-19 y otras infecciones respiratorias.

Existe mucha evidencia de que varias enfermedades no transmisibles (hipertensión, diabetes, enfermedades cardiovasculares, síndrome metabólico) están relacionadas con menores niveles de vitamina D en plasma. Estas comorbilidades, junto con la deficiencia de vitamina D, aumentan el riesgo de casos graves de COVID-19. ~ NFS Journal, August 2020

De acuerdo con una revisión sistemática de 2017 publicada en The BMJ, los suplementos de vitamina D combaten las infecciones agudas del tracto respiratorio. El número necesario a tratar (NNT, por sus siglas en inglés) fue de 33, lo que significa que 33 personas tuvieron que tomar el suplemento para prevenir un solo caso de infección. Entre las personas con una deficiencia grave de vitamina D al inicio del estudio, el NNT fue de 4.

Mientras tanto, una revisión sistemática de la base de datos de Cochrane de revisiones sistemáticas encontró que para prevenir un caso de enfermedad similar a la influenza (definida por la Organización Mundial de la Salud como una infección respiratoria aguda), el NNT para las vacunas inactivas fue de 40. Para prevenir un solo caso de influenza confirmada, el número necesario para vacunar (NNV, por sus siglas en inglés) fue de 71.

La vitamina D es un modificador importante del riesgo de COVID-19

En un comentario del 1 de noviembre de 2020 en la revista Metabolism Clinical and Experimental, JoAnn Manson y Shari Bassuk piden eliminar la deficiencia de vitamina D para combatir la pandemia de COVID-19 y señalan que el 23.3 % de la población total de Estados Unidos muestra una deficiencia de vitamina D, mientras que las personas de color tienen niveles más bajos que otras minorias.

Enumeran varios tipos de estudios que demuestran que la deficiencia de vitamina D es “un importante factor de riesgo modificable para el COVID-19”, que incluyen:

•Estudios de laboratorio que demuestran cómo la vitamina D ayuda a regular la función inmunológica y el RAS, y modular las respuestas inflamatorias a las infecciones.

•Los estudios ecológicos que demuestran que las poblaciones con niveles más bajos de vitamina D o menor exposición a la radiación UVB tienen una mayor mortalidad por COVID-19, y el hecho de que las personas identificadas como las que tienen un mayor riesgo de hospitalización y muerte por COVID-19 (personas de color, adultos mayores, residentes de asilos) y aquellos con comorbilidades como obesidad, enfermedades vasculares y enfermedad renal crónica) también tienen un mayor riesgo de deficiencia de vitamina D.

•Los estudios observacionales que demuestran menores niveles de vitamina D se relacionan con un mayor riesgo de obtener un resultado positivo en la prueba del SARS-CoV-2 y contraer infecciones respiratorias agudas.

En un estudio de JAMA del 3 de septiembre de 2020 se reportó que las personas que obtuvieron un resultado positivo en la prueba de SARS-CoV-2 tenían una probabilidad 1.77 veces mayor de tener una deficiencia de vitamina D que las personas que obtuvieron un resultado negativo.

CTV News, que informó los resultados de JAMA, también señaló que: “Es bien conocida la relación que existe entre la vitamina D y otras enfermedades respiratorias.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la deficiencia de vitamina D se ha relacionado con neumonía, tuberculosis y bronquiolitis”, mientras que” una investigación en Nueva Orleans encontró que todas las personas más enfermas de COVID-19 tenían deficiencia de vitamina D”.

•Los ensayos clínicos y aleatorios demuestran que la vitamina D inhibe las infecciones del tracto respiratorio, sobre todo en las personas con menores niveles de vitamina D al inicio.

La vitamina D protege la salud de los pulmones

Un estudio de 2020 de GrassrootsHealth publicado en la revista Nutrients describe cómo la vitamina D puede reducir el riesgo de infección tanto por influenza como por SARS-CoV-2 al reducir la tasa de replicación viral y las citoquinas proinflamatorias que dañan los pulmones, lo que desarrolla neumonía.

La vitamina D también ayuda a aumentar las concentraciones de citoquinas antiinflamatorias que podrían ayudar a proteger los pulmones. Los investigadores recomendaron que las personas en riesgo incluyan las siguientes dosis:

“10 000 UI/d de vitamina D3 durante algunas semanas para aumentar las concentraciones de 25 (OH) D, seguido de 5000 UI/d. El objetivo debe ser aumentar las concentraciones de 25(OH)D por encima de 40-60 ng/ml (100-150 nmol/L)”.

La vitamina D y las comorbilidades del COVID-19

La vitamina D también podría ayudar a combatir el COVID-19 al tener un impacto beneficioso en muchas de las comorbilidades relacionadas con un mal pronóstico de COVID-19. En un artículo de agosto de 2020 publicado en el NSF Journal, los autores revisan la “relación fatal” entre la deficiencia de vitamina D junto con las comorbilidades en personas con COVID-19, al señalar lo siguiente:

“En Europa, es muy común que las personas tengan menores niveles de vitamina D, a excepción de los países escandinavos. La tasa de mortalidad por COVID-19 en 12 países europeos demuestra una relación inversa con la concentración plasmática media de 25 (OH) D.

Esto plantea la pregunta de si la falta de suministro de vitamina D influye en el curso del COVID-19. Un análisis de la distribución de infecciones por COVID-19 demostró una relación entre la ubicación geográfica (30–50 ° N +), la temperatura media entre 5 a 11 ° C y una menor humedad.

En un estudio retrospectivo que incluía a 1382 personas hospitalizadas, 326 de ellas fallecieron. La mortalidad del COVID-19 (casos/millón de habitantes) muestra una clara dependencia de la latitud. Por debajo de una latitud de 35, la mortalidad disminuye de manera significativa. De hecho, hay excepciones, sin embargo, el manejo de la pandemia podría aumentar el riesgo de infección.

La vejez y las comorbilidades están relacionadas con menores niveles de vitamina D. A partir de los 60 años, se reduce la síntesis de vitamina D en la piel, lo que aumenta aún más el envejecimiento.

De acuerdo con un metanálisis que incluye 30 estudios con 53 000 personas con COVID-19, las comorbilidades son factores de riesgo para la gravedad de la enfermedad. Las comorbilidades y la vejez demuestran una relación con el sistema renina-angiotensina-aldosterón (RAS), el estado de vitamina D y la infección por COVID-19″.

Cómo la vitamina D podría ayudar a modular la infección por SARS-CoV-2

Esto nos lleva a donde comenzamos. Aunque el estudio del NSF Journal no hace referencia a que la tormenta de bradicinina forma parte de la progresión de la enfermedad y la letalidad del COVID-19, sí analizamos cómo la vitamina D afecta el RAS (que regula la bradicinina) y cómo este es un factor importante en la progresión de la infección por SARS-CoV-2:

“La infección del SARS-CoV-2 hace que la proteína del virus entre en contacto con la ACE2 en la superficie celular y que, por lo tanto, sea transportada al interior de la célula. Esta endocitosis regula ascendentemente una metalopeptidasa (ADAM17), que libera ACE2 de la membrana, lo que da como resultado una pérdida de la actividad contrarreguladora del RAS.

Como resultado, las citoquinas proinflamatorias comienzan a circular Esto genera una serie de cambios vasculares, en especial en el caso de lesiones preexistentes, que pueden promover una mayor progresión de patologías cardiovasculares.

Así se establece un ciclo vicioso que se convierte en un proceso progresivo y autogenerado. Este proceso podría contribuir al daño pulmonar (síndrome de dificultad respiratoria aguda-SDRA), cardíaco y de los vasos, el cual se observa en personas con COVID-19.

Varios estudios han demostrado una mayor actividad de la renina plasmática, así como mayores concentraciones de Ang II y una mayor actividad del RAS como consecuencia de la falta de vitamina D. Lo mismo aplica a la menor actividad de la renina al aumentar los niveles de vitamina D. Existe una relación inversa entre la 25 (OH) D circulante y la renina, que se explica por el hecho de que la vitamina D regula de manera negativa la expresión de renina”.

El artículo del NSF Journal revisa las conexiones encontradas entre el RAS, los niveles de vitamina D y una lista de comorbilidades que empeoran los resultados del COVID-19, incluyendo la presión arterial alta, las enfermedades cardiovasculares, la obesidad, la diabetes tipo 2 y el SDRA. También revisa cómo los niveles de vitamina D, la función del RAS y las tormentas de citoquinas estan ligados entre sí.

Los autores afirman lo siguiente:

“Existe mucha evidencia de que varias enfermedades no transmisibles (hipertensión, diabetes, enfermedades cardiovasculares, síndrome metabólico) están relacionadas con los bajos niveles de vitamina D en plasma. Estas comorbilidades, junto con la deficiencia de vitamina D, aumentan el riesgo de casos graves de COVID-19.

Se debe prestar mucha más atención a la importancia de la vitamina D para el desarrollo y el curso de la enfermedad. En especial, en los métodos que se utilizan para controlar la pandemia, ya que la síntesis natural de vitamina D disminuye cuando las personas no pueden exponerse al sol.

Por lo tanto, la corta vida promedio de la vitamina aumenta la probabilidad de tener una deficiencia de vitamina D. Las asesorías alimenticias, así como la suplementación o los alimentos enriquecidos con esta vitamina pueden ayudar a prevenir esta deficiencia. En caso de hospitalización, es importante revisar el estado con urgencia y, si es posible, mejorarlo”.

En resumen

Para resumir lo que nos explican las revistas de NSF y eLife, cuando los niveles de vitamina D disminuyen, el riesgo de sufrir complicaciones por el COVID-19 y muerte aumenta porque se estimula la expresión de renina.

Los altos niveles de renina aumentan las citoquinas y la bradicinina, lo que aumenta el riesgo de inflamación y estrés oxidativo, y resulta en una tormenta de citoquinas (como se describe en el artículo de NSF) y bradicinina (como se analiza en el artículo de eLife).

Al considerar que las tormentas de citoquinas o bradicininas son factores importantes en la mortalidad por COVID-19, parece razonable concluir que sería muy valioso implementar cualquier medida que pueda modular y prevenir esto. A partir de ahora, lo único que sabemos que podemos tratar es la vitamina D.

Además, la vitamina D reduce la replicación viral, aumenta la función inmunológica al modular las respuestas inmunológicas tanto innatas como adaptativas, reduce la dificultad respiratoria, mejora la función pulmonar general y ayuda a producir tensioactivos en los pulmones que ayudan a eliminar los líquidos.

La vitamina D también reduce el riesgo de comorbilidades relacionadas con un mal pronóstico de COVID-19 incluyendo la obesidad, la diabetes tipo 2 la presión arterial alta y las enfermedades cardíacas. En mi opinión, hay muchas razones para creer que optimizar la vitamina D ayudará a reducir el riesgo de complicaciones y muerte por COVID-19, y no hay razón para descartar esta estrategia. 

Cómo optimizar los niveles de vitamina D

Es importante considerar la importancia de optimizar los niveles de vitamina D para prevenir un segundo brote de las hospitalizaciones y muertes por COVID-19.

A medida que bajan las temperaturas y los niveles de humedad, existen dos factores que influyen en la viabilidad del virus en el aire y en las superficies, por lo que es posible que se observe un segundo brote de la infección. Pero no debería ser motivo de pánico si incrementen los casos positivos.

La gran mayoría de los supuestos “casos”, es decir, resultados positivos, son de personas asintomáticas. Creo que aumentar los niveles de vitamina D puede aumentar la cifra de personas que no presentan síntomas o que solo presentan síntomas leves.

Es momento de revisar sus niveles de vitamina D y comenzar a tomar medidas en caso de que estos se encuentren por debajo de los 40 ng/ml. La manera más sencilla de medir sus niveles de vitamina D es al ordenar un Kit de prueba de vitamina D de GrassrootsHealth y obtener mayor información sobre la vitamina D y su impacto en la salud.

La vitamina D reduce a la mitad la tasa de infección por SARS-CoV-2

Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 01 de octubre del 2020.

HISTORIA EN BREVE

  • Según los datos de 191 779 pacientes en los Estados Unidos, aquellos con un nivel de vitamina D de al menos 55 ng/mL (138 nmol /L) tenían una tasa de positividad 47 % menor en la prueba del SARS-CoV-2 en comparación con las personas con un nivel por debajo de 20 ng/mL (50 nmol/L)
  • Según los datos de 7807 pacientes israelíes, aquellos con un nivel de vitamina D superior a 30 ng/ml (75 nmol/L) tenían un riesgo de 58 % a 59 % menor de dar positivo en la prueba de SARS-CoV-2 en comparación con aquellos con un nivel de vitamina D por debajo de 29 ng/mL (74 nmol/L)
  • De acuerdo con los investigadores israelíes, tener un nivel de vitamina D por debajo de los 30 ng/ml también podría duplicar el riesgo de ser hospitalizado por COVID-19
  • Investigadores españoles encontraron que administrar calcifediol (un análogo de la vitamina D3) junto con el estándar de atención a los pacientes hospitalizados por COVID-19, redujo las tasas de ingreso en la UCI de un 50 % a un 2 % y eliminó los casos de muerte
  • Un estudio de agosto de 2020 encontró que los pacientes que tenían un nivel de vitamina D por debajo de 12 ng/mL (30 nmol/L) tenían un riesgo 6.12 veces mayor de enfermedad grave que requería ventilación mecánica invasiva, así como un riesgo 14.7 veces mayor de muerte en comparación con aquellos con nivel de vitamina D por encima de 12 ng/mL

Cada vez hay más evidencia demuestra que la vitamina D reduce el riesgo de infección por SARS-CoV-2, hospitalización, complicaciones graves y muerte. Hace poco, un artículo publicado el 17 de septiembre de 2020 en PLOS ONE encontró que las personas con menores niveles de vitamina D en la sangre tenían un riesgo significativamente mayor de dar positivo en la prueba de SARS-CoV-2.

Tener niveles elevados de vitamina D reduce el riesgo de dar positivo en la prueba de SARS-CoV-2

El Dr. Michael Hollick fue el investigador principal de este estudio y además es uno los expertos en vitamina D más reconocidos a nivel mundial. Ya lo he entrevistado dos veces. Él y su equipo utilizaron un análisis observacional retrospectivo de las pruebas de SARS-CoV-2 para determinar si los niveles de vitamina D en sangre afectaban las tasas de positividad.

Según los resultados de vitamina D de los 12 meses previos y los datos de las pruebas de SARS-CoV-2 que se obtuvieron de 191 779 pacientes de 50 estados de los Estados Unidos (a partir de mediados de marzo hasta mediados de junio de 2020), aquellos pacientes con un nivel de vitamina D de al menos 55 ng/mL (138 nmol /L) tenían una tasa 47 % menor de dar positivo a la prueba del SARS-CoV-2 en comparación con las personas con un nivel por debajo de 20 ng/mL (50 nmol/L).

Como señalaron los autores:

“La tasa de positividad por SARS-CoV-2 fue del 9.3 % y la media ajustada por factores estacionales de 25 (OH) D fue de 31.7 [ng/ml]. La tasa de positividad por SARS-CoV-2 fue mayor en los 39 190 pacientes con valores de 25 (OH) D “deficientes” (<20 ng/ml) (12.5 %) que en los 27 870 pacientes con valores “adecuados” (30-34 ng/mL) (8.1 %) y los 12 321 pacientes con valores ≥55 ng/mL (5.9 %).

El riesgo de positividad por SARS-CoV-2 continuó disminuyendo hasta que los niveles séricos alcanzaron los 55 ng/mL. Este hallazgo no sorprende, dada la relación inversa establecida entre el riesgo de patógenos virales respiratorios, incluyendo la influenza, y los niveles de 25 (OH) D.

La positividad por SARS-CoV-2 tiene una relación estrecha e inversa con los niveles circulantes de 25 (OH) D, una relación que persiste sin importar la latitud, raza, etnia, sexo y rango de edad. Nuestros hallazgos abren la puerta para explorar el papel de los suplementos de vitamina D para reducir el riesgo de infección por SARS-CoV-2 y la enfermedad de COVID-19″.

El siguiente gráfico de GrassrootsHealth, muestra cómo la tasa de resultados positivos por SARS-CoV-2 disminuye a medida que aumentan los niveles de vitamina D. Le repito, a medida que aumenta su nivel de vitamina D de 20 ng/mL a 55 ng/mL, su riesgo de tener un resultado positivo en la prueba de SARS-CoV-2 disminuye en un 47 %.

Incluso después del ajustar las variables como el género, la edad, la etnia y la latitud de las personas, en comparación con un nivel de 20 ng/mL, tener un nivel de vitamina D de 55 ng/mL reduce en un 43 % el riesgo de obtener un resultado positivo en la prueba. Entiendo que la prueba para el COVID-19 puede ser inútil y contraproducente dado sus resultados falsos positivos, pero es la única métrica que tenemos actualmente para evaluar las intervenciones.

La vitamina D reduce las tasas de infección y hospitalización

En julio de 2020, un estudio poblacional israelí también confirmó que los niveles elevados de vitamina D reducen el riesgo de infección por SARS-CoV-2 (es decir, obtener un resultado positivo en la prueba). Este documento examinó los datos de 7807 personas que tenían datos disponibles sobre sus niveles de vitamina D y que se realizaron la prueba de infección por SARS-CoV-2 entre el 1 de febrero y el 30 de abril de 2020.

En este estudio, aquellos con un nivel de vitamina D por encima de 30 ng/mL (75 nmol/L) tenían un riesgo 59 % menor de dar positivo al SARS-CoV-2 en comparación con aquellos con un nivel de vitamina D entre 20 ng/mL y 29 ng/mL (50 a 74 nmol/L), y un riesgo 58 % menor en comparación con aquellos con un nivel de vitamina D por debajo de los 20 ng/mL (50 nmol/L).

La siguiente gráfica se obtuvo de un reporte de GrassrootsHealth e ilustra los hallazgos.

riesgo de infeccion por covid 19 segun el nivel de vitamina d

La vitamina D reduce las tasas de hospitalizaciones e ingresos a unidades de cuidados intensivos

Al ver cómo los niveles elevados de vitamina D reducen el riesgo de dar positivo en la prueba del SARS-CoV-2, no es sorprendente que otros datos demuestren que los niveles elevados de vitamina D también reduzcan las tasas hospitalización e ingresos en la unidad de cuidados intensivos.

Por ejemplo, el análisis israelí que mencioné anteriormente encontró que entre las personas que dieron positivo en la prueba de infección por SARS-CoV-2, aquellos que tenían un nivel de vitamina D por debajo de 30 ng/mL también tenían una probabilidad entre 1.95 (razón de momios en bruto) y 2.09 (razón de momios después de ajustar os datos demográficos y trastornos psiquiátricos y somáticos) más elevada de ser hospitalizado por COVID-19.

En otras palabras, tener un nivel de vitamina D por debajo de 30 ng/mL podría duplicar el riesgo de ser hospitalizado por COVID-19. La vitamina D, cuando se administra a pacientes hospitalizados, también podría reducir el riesgo de necesitar cuidados intensivos.

Esto quedó demostrado en un pequeño estudio clínico aleatorizado realizado por investigadores españoles y publicado en línea el 29 de agosto de 2020.

Encontraron que los pacientes hospitalizados por COVID-19 que recibieron calcifediol suplementario (un análogo de la vitamina D3 también conocido como 25-hidroxicolecalciferol o 25-hidroxivitamina D) junto con el estándar de atención, que incluyó el uso de hidroxicloroquina y azitromicina, tuvieron tasas significativamente menores de ingresos en la unidad de cuidados intensivos.

Los pacientes del grupo de vitamina D recibieron 532 microgramos de calcifediol el día que ingresaron (equivalente a 106 400 UI de vitamina D) seguidos de 266 mcg los días 3 y 7 (equivalente a 53 200 UI). Después de eso, recibieron 266 mcg una vez a la semana hasta el alta, la admisión en la UCI o la muerte.

De los que recibieron calcifediol, solo el 2 % requirió ingreso en la UCI, en comparación con el 50 % de los que no recibieron calcifediol. Ninguno de los pacientes que recibieron suplementos de vitamina D murió, mientras que el porcentaje de los casos de mortalidad entre el grupo de pacientes que recibieron tratamiento convencional fue del 7.6.

La vitamina D reduce la mortalidad por COVID-19

Otros estudios también han confirmado que los niveles elevados de vitamina D reducen el riesgo de complicaciones y muerte por COVID-19.

Entre ellos se encuentra un estudio de agosto de 2020 publicado en la revista Nutrients, que encontró que los pacientes que tenían un nivel de vitamina D por debajo de 12 ng/mL (30 nmol/L) tenían un riesgo 6.12 veces mayor de enfermedad grave que requería ventilación mecánica invasiva, y un riesgo 14.7 veces mayor de muerte en comparación con aquellos con un nivel de vitamina D superior a 12 ng/mL.

Un estudio iraní publicado en línea a mediados de julio de 2020 también encontró que los pacientes con niveles de vitamina D superiores a 30 ng/mL (75 nmol/L) tenían mejores resultados clínicos y un riesgo de muerte mucho menor.

Entre los pacientes con COVID-19 mayores de 40 años que tenían niveles de vitamina D por debajo de 30 ng/mL, el 20 % murió, en comparación con el 9.7 % que tenían niveles iguales o superiores a 30 ng/mL. Entre aquellos con un nivel de vitamina D de al menos 40 ng/mL, solo el 6.3 % murió.

Los niveles bajos de vitamina D son un factor de riesgo de insuficiencia respiratoria

Otro estudio, publicado en el Journal of Endocrinological Investigation en agosto de 2020, encontró que, en Italia, la deficiencia de vitamina D era un factor común entre los pacientes hospitalizados que habían sido diagnosticados con insuficiencia respiratoria relacionada con COVID-19.

 Estas consideraciones respaldan la recomendación de que las personas en riesgo de influenza o COVID-19 deben considerar la suplementación con vitamina D con el fin de aumentar sus concentraciones de 25(OH)D por encima de 40-60 ng/mL, y que el tratamiento de pacientes infectados con influenza o COVID-19 incluye dosis elevadas de vitamina D. ~ Journal of Endocrinological Investigation, Agosto 2020

Según lo que informó GrassrootsHealth:

“Se midió el nivel de vitamina D de cada paciente y se definió como insuficiente (20-29 ng/mL o 50-74 nmol/L), deficiencia moderada (10-19 ng/mL (25-49 nmol/L) y deficiencia grave (<10 ng/ml o <25 nmol/L). Un nivel normal de vitamina D se definió como 30 ng/mL (75 nmol/L) en adelante.

El 81 % de los pacientes con insuficiencia respiratoria aguda por COVID-19 tenían niveles de vitamina D por debajo de los 30 ng/mL (75 nmol/L); mientras que el 24 % tenía deficiencia grave de vitamina D (≤10 ng/mL o ≤25 nmol/L).

Al observar las tasas de mortalidad después de 10 días de hospitalización, se encontró que aquellos con deficiencia grave de vitamina D tenían una probabilidad de muerte del 50 %, en comparación con el 5 % entre los que tenían un nivel de vitamina D superior a 10 ng/mL (25 nmol/L).

Este es un riesgo 10 veces mayor de muerte entre los pacientes con deficiencia grave de vitamina D en comparación con los pacientes con niveles de vitamina D > 10 ng/mL (> 25 nmol/L) a los 10 días de hospitalización”.

Según los autores del estudio:

“En conjunto, estas consideraciones respaldan la recomendación de que las personas en riesgo de influenza o COVID-19 deben considerar la suplementación con vitamina D con el fin de aumentar sus concentraciones de 25 (OH) D por encima de los 40-60 ng/mL, y que el tratamiento de pacientes infectados con influenza o COVID-19 deberia incluir dosis elevadas de vitamina D”.

Cómo y por qué la vitamina D reduce el riesgo de COVID-19

En mi artículo “La hipótesis de la bradicinina explica las complicaciones del COVID-19“, analicé cómo la vitamina D reduce el riesgo de complicaciones y muerte por COVID-19 al inhibir la tormenta de citoquinas y bradicininas. La vitamina D también:

Reduce la replicación viral
Fortalece la función inmunológica en general al modular las respuestas inmunes, tanto innatas como adaptativas
Reduce la dificultad respiratoria
Mejora la función pulmonar en general
Ayuda a producir tensioactivos en los pulmones que ayudan a eliminar los líquidos
Reduce el riesgo de comorbilidades relacionadas con un mal pronóstico de COVID-19, incluyendo la obesidad, la diabetes tipo 2, la presión arterial alta y las enfermedades cardíacas

Todos estos factores hacen que la vitamina D sea un componente importante para prevenir y tratar el COVID-19. A medida que bajan las temperaturas y los niveles de humedad, que son dos factores que influyen en la viabilidad del SARS-CoV-2 en el aire y en las superficies, es muy probable que veamos un rebrote durante el otoño y el invierno.

Mi cuestrionario de riesgo de COVID-19 busca crear conciencia sobre lo importante que es optimizar los niveles de vitamina D para prevenir un rebrote de COVID-19 que provoque más hospitalizaciones y muertes. Una vez reciba sus resultados también tendrá acceso gratuito a mi reporte “Estrategias poderosas para parar en seco al COVID” donde le brindo información detallada sobre la mecánica biológica detrás de los efectos protectores de la vitamina D.

Ahora, a medida que el hemisferio norte se acerca al otoño, si sus niveles de vitamina D están por debajo de 40 ng/mL (100 nmol/L), entonces es el momento ideal para aumentarlos y tomar las medidas necesarias para lograrlo.

Los expertos recomiendan un nivel de vitamina D entre 40 y 60 ng/mL (100 a 150 nmol/L). Una forma fácil y económica de medir su nivel de vitamina D es ordenar el kit de prueba de vitamina D de GrassrootsHealth. Una vez que conozca su nivel actual de vitamina D, utilice la calculadora de vitamina D de GrassrootsHealth para determinar cuánta vitamina D podría necesitar para alcanzar su nivel óptimo.

Para absorber y utilizar mejor la vitamina D, asegúrese de tomarla junto con vitamina K2 y magnesio. Como explico en mi artículo “El magnesio y la vitamina K2 mejoran la absorción de la vitamina D“, tomar magnesio y vitamina K2 puede reducir hasta en un 244 % su requerimiento de vitamina D oral.

Por último, recuerde realizarse la prueba cada tres o cuatro meses para asegurarse de haber alcanzado su nivel óptimo. De ser así, sabrá que está tomando la dosis correcta. Si todavía tiene niveles bajos (o ha alcanzado un nivel superior a 80 ng/mL), deberá ajustar su dosis según lo requiera y volver a realizar la prueba en otros tres o cuatro meses.

Los Planes Mundiales de Bill Gates y Cómo Podemos Resistir su Guerra contra la Vida

Por Vandana Shiva, Independent Science News, 21 de septiembre del 2020.

En marzo de 2015, Bill Gates mostró una imagen del coronavirus durante una charla TED y le dijo a la audiencia que así es como se vería la catástrofe más grande de nuestros tiempos. La verdadera amenaza a la vida, dijo, ‘no son los misiles, sino los microbios.’ Cuando la pandemia del coronavirus arrasó la tierra como un tsunami cinco años después, él revivió el lenguaje de guerra, describiendo a la pandemia como ‘una guerra mundial’.

‘La pandemia del coronavirus enfrenta a toda la humanidad contra el virus,’ dijo.

De hecho, la pandemia no es una guerra. La pandemia es una consecuencia de la guerra. Una guerra contra la vida. La mente mecánica conectada a la máquina de extracción de dinero ha creado la ilusión de que los humanos estamos separados de la naturaleza, y de la naturaleza como un material muerto, inerte y bruto para ser explotado. Pero, de hecho, somos parte del bioma. Y somos parte del viroma. El bioma y el viroma somos nosotros. Cuando vamos a guerra contra la biodiversidad de nuestros bosques, de nuestras granjas y de nuestras entrañas, peleamos una guerra contra nosotras y nosotros mismos.

La emergencia sanitaria del coronavirus es inseparable de la emergencia sanitaria de la extinción, la emergencia sanitaria de la pérdida de biodiversidad y la emergencia sanitaria de la crisis climática. Todas estas emergencias están basadas en una visión del mundo mecanicista, militarizada y antropocéntrica que considera a los humanos separados de – y superiores a – otros seres. Seres que podemos poseer, manipular y controlar. Todas estas emergencias están basadas en un modelo económico basado en la ilusión de crecimiento sin límites y avaricia sin límites, lo cual viola límites planetarios y destruye la integridad de los ecosistemas y especies individuales.

Nuevas enfermedades surgen porque la agricultura globalizada, industrializada e ineficiente invade hábitats, destruye ecosistemas y manipula animales, plantas y a otros organismos sin respetar su integridad o su salud. Estamos conectados a nivel mundial a través de la propagación de enfermedades como el coronavirus porque hemos invadido los hogares de otras especies, manipulado plantas y animales por ganancias comerciales y codicia, y cultivado monocultivos. En la medida en que cortamos bosques, convertimos a las granjas en monocultivos industriales que producen mercancías tóxicas, sin nutrientes, nuestras dietas se degradan a través del procesamiento industrial con químicos sintéticos e ingeniería genética. En la medida en que perpetuamos la ilusión de que la tierra y la vida son materia prima para ser explotada por ganancias, sí nos estamos conectando. Pero en lugar de conectarnos a un continuo de salud al proteger la biodiversidad, integridad y autogestión de todos los seres vivos, incluyendo humanos, estamos conectados a través de la enfermedad.

De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo, ‘1.6 mil millones de empleados de la economía informal (representando al mercado laboral más vulnerable), de un total mundial de 2 mil millones y una mano de obra global de 3.3 mil millones, ha sufrido un daño gigantesco a su capacidad de ganarse la vida. Esto es debido a las medidas de confinamiento y/o porque trabajan en los sectores más golpeados.’ De acuerdo al Programa Mundial de Alimentos, un cuarto de mil millones de personas adicionales serán empujadas al hambre y 300,000 podrían morir cada día. Estas, también, son pandemias que están matando a la gente. Matar no puede ser una prescripción para salvar vidas.

La salud se trata de vida y sistemas vivos. No hay ‘vida’ en el paradigma de salud que Bill Gates y su calaña están promoviendo e imponiendo en el mundo entero. Gates ha creado alianzas globales para imponer un análisis descendente y prescripciones para problemas de salud. Da dinero para definir los problemas, y después usa su influencia y dinero para imponer las soluciones. Y, en el proceso, se vuelve más rico. Su ‘financiamiento’ resulta en una supresión de la democracia y la biodiversidad, de naturaleza y cultura. Su ‘filantropía’ no sólo es filantrocapitalismo. Es filantroimperialismo.

La pandemia del coronavirus y confinamiento han revelado aún más claramente cómo estamos siendo reducidos a objetos para ser controlados, con nuestros cuerpos y mentes como las nuevas colonias para ser invadidas. Los imperios crean colonias, las colonias anexan los bienes comunes de las comunidades indígenas y los convierten en fuentes de materia prima para ser extraídas por ganancias. Esta lógica lineal y extractiva es incapaz de ver las relaciones íntimas que mantienen la vida en el mundo natural. Es ciega a la diversidad, ciclos de renovación,  dar y recibir, y el poder y potencial de la autogestión y reciprocidad. Es ciega al desperdicio que crea y a la violencia que libera. El confinamiento extendido del coronavirus ha sido un experimento de laboratorio para un futuro sin humanidad.

El 26 de marzo de 2020, en un pico de la pandemia del coronavirus y en medio de un confinamiento. A Microsoft se le otorgó una patente por la Organización Mundial de Protección Intelectual (WIPO, por sus siglas en inglés). La patente WO 060606 declara que ‘Actividad de Cuerpo Humano asociada con una tarea proporcionada a un usuario podría ser usada en un proceso de extracción de un sistema de criptomoneda…’

La ‘actividad corporal’ que Microsoft quiere extraer incluye radiación emitida del cuerpo humano, actividades cerebrales, flujo de fluidos corporales, flujo sanguíneo, actividad de órganos, movimiento corporal como movimiento ocular, movimiento facial y movimiento muscular, así como otras actividades que pueden ser detectadas y representadas por imágenes, ondas, señales, textos, números, grados, o cualquier otra información.

La patente es una demanda de propiedad intelectual sobre nuestros cuerpos y mentes. En el colonialismo, los colonizadores se autoasignan el derecho de tomar la tierra y recursos de los pueblos originarios, extinguir sus culturas y soberanía, y en casos extremos, exterminarlos. La patente WO 060606 es una declaración de Microsoft de que nuestros cuerpos y mentes son sus nuevas colonias. Somos minas de ‘materia prima’ – la información extraída de nuestros cuerpos. En lugar de seres soberanos, espirituales, conscientes e inteligentes tomando decisiones y elecciones con sabiduría y valores éticos sobre los impactos de nuestras acciones en el mundo natural y social del cual somos parte, y con el cual estamos relacionadas inextricablemente, somos ‘usuarios’. Un ‘usuario’ es un consumidor sin elección en el imperio digital.

Pero esa no es la totalidad de la visión de Gates. De hecho, es aún más siniestra -colonizar las mentes, cuerpos y espíritus de nuestras hijas e hijos antes de que tengan la oportunidad de entender cómo se ven y sienten la libertad y soberanía, comenzando con los más vulnerables.

En mayo del 2020, el Gobernador Andrew Cuomo de Nueva York anunció una alianza con la Fundación Gates para ‘reinventar la educación.’ Cuomo llamó a Gates un visionario y argumentó que la pandemia ha creado ‘un momento en la historia donde realmente podemos incorporar y avanzar ideas [de Gates]… todas estas construcciones, todos estos salones físicos -¿para qué con toda la tecnología que tienes?”

De hecho, Gates ha estado intentando desmantelar el sistema de educación pública de los Estados Unidos por dos décadas. Para él, los estudiantes son minas de información. Es por esto que los indicadores que él promueve son asistencia, inscripción a universidad, resultados de pruebas de matemáticas y lectura, porque éstas pueden ser fácilmente cuantificadas y minadas. Al re-imaginar la educación, los niños y niñas serán monitoreados a través de sistemas de vigilancia para checar si están atentas mientras son forzados a tomar clases de manera remota, solas en casa. La distopía es una donde las niñas y niños nunca regresan a las escuelas, no tienen oportunidad de jugar, no tienen amigos. Es un mundo sin una sociedad, sin relaciones, sin amor y amistad.

El futuro en un mundo de Gates y barones de la tecnología se me presenta como una humanidad que está más polarizada en grandes números de personas ‘desechables’ que no tienen lugar en el nuevo Imperio. Aquellos que están incluidos en el nuevo Imperio serán un poco más que esclavos digitales.

Pero tenemos la opción de resistir. Podemos sembrar otro futuro, profundizar nuestras democracias, reclamar nuestros bienes, regenerar la tierra como miembros vivos de una Familia Terrícola, rica en nuestra diversidad y libertad, una en nuestra unidad e interconexión. Es un futuro más sano. Es uno por el que debemos de luchar. Es uno que debemos reclamar.

Nos encontramos en el precipicio de la extinción. ¿Le permitiremos a nuestra humanidad como seres vivientes, conscientes, inteligentes y autónomo ser extinguidos por una máquina de codicia que no sabe de límites y es incapaz de poner un freno a su colonización y destrucción? ¿O pararemos a la máquina y defenderemos a nuestra humanidad, libertad y autonomía para proteger la vida en la tierra?

El presente extracto pertenece al llibro de Vandana Shiva Unidad vs. el 1%: destrozando ilusiones, Sembrando Libertad (Chelsea Green Publishing, Agosto 2020) y fue reimpreso con permiso de la editorial.

Vandana Shiva es una pensadora y activista ambiental reconocida a nivel mundial, líder en el Forum Internacional de Globalización, y del Movimiento Slow Food. Directora de Navdanya y de la Fundación de Investigación para la Ciencia, Tecnología y Ecología, y  luchadora incansable por los derechos de agricultores, campesinos y mujeres. Es  autora y editora de un gran número de libros influyentes, entre ellos Hacer la Paz con la Tierra; Suelo no Petróleo; Las Nuevas Guerras de la Globalización; Soberanía de Semillas, Seguridad Alimentaria: Mujeres en la Vanguardia; y ¿Quién alimenta Realmente al Mundo? Su último libro es Unidad vs el 1% (Chelsea Green. Editorial, agosto 2020).