¿$300 Dólares por Noche? Sí, pero Libre de Forraje

Las tiendas de campaña fueron enviadas a Stony Creek Farm desde los Países Bajos, junto con dos técnicos para ayudar a instalarlos. Los agricultores no tienen que pagar nada. Todo está incluido, hasta las fotografías enmarcadas de los animales de granja y el moledor manual de café que decora la carpa.

La empresa requirió que los Marsiglios proporcionaran agua y desagüe para las tiendas de campaña y construyeran una ducha de agua caliente. La pareja también tuvo que construir un recinto para que los huéspedes puedan mimar a los pequeños animales de la granja y dispongan de huevos. Se amplió la tienda de la granja, de manera que no tengamos necesidad de comprar nada.

Un horno para pizza fue la última de las comodidades requeridas. Todos los sábados, cada agricultor de Feather Down ofrece a los huéspedes hacer su propia pizza por $ 15 dólares por persona. Utilizamos finas rodajas de tomate verde de las 60 plantas que cosechamos a tiempo para evitar una plaga.

A cambio de las tiendas de campaña y reservaciones, Feather Down se queda con alrededor de 65 a 75 por ciento de lo que los huéspedes pagan. Los cargos extra, como el paquete de jardinería que compré, va al bolsillo de los agricultores. “Usted se está hospedando en su granja y podría quedarse en la tienda de campaña, pero si quieres hacer algo más con ellos, Ud. tiene que pagarles por su tiempo”, dijo la Sra. Disbrowe.

La Sra. Marsiglio fue la que indujo a firmar, a pesar de la preocupación de algunos de sus amigos y vecinos. “Yo crecí aquí y creo que es una locura”, dijo Annie Avery, una amiga cercana que compra pollos y productos de la granja. “Pero si la gente quiere venir a hospedarse en esta granja y pueden darse el lujo de hacerlo, mejor para ellos.

No fue nada fácil para el Sr. Marsiglio. “Mi impresión inicial fue que se trataba de evadir responsabilidades,” dijo. Pero llegó a darse cuenta que ayudaría a su familia y a su causa agrícola. “Estamos pidiendo a la gente poner dinero en nuestras arcas para que podamos mantenernos firmes sobre esta nueva forma de agricultura”.

Eventualmente, esperan ofrecer sesiones de matar a pollos, donde los huéspedes puedan pelarlos y sacarle las menudencias para cena. “Me encanta la evisceración,” dijo la Sra. Marsiglio. “Se ha vuelto una habilidad perdida y estoy muy contenta de poder hacerlo bien”. Pero aun está aprendiendo habilidades de tolerancia. No es fácil tratar con los clientes que suben sudosos la cuesta empinada hasta la tienda quejándose todo el camino que el iFono no funciona.

¡Uf, ese sería yo!

Solo para asegurarnos de una placentera estadía luego de manejar desde Brooklyn, ordené pagar por un servicio “especial” de $ 35 dólares. Este comprendía que entre las tareas la Sra. Marsiglio tenía que encender nuestro horno de leña, hacer las camas, dejar huevos, queso de cabra y verduras para poder hacernos una tortilla para la cena. Como medida adicional, ella añadió un pan concentrado de trigo y algunos bolillos rellenos de calabazas italianas. El único problema que tuvimos fue que nuestra tienda se llenó de humo por una estufa en mal funcionamiento. Tuvimos que coger los huevos y las maletas y trasladarnos a otra tienda. Esa noche dormimos en grande. Hasta las 4 a.m. en que el gallo empezó a cantar.

Al día siguiente, después de mi sesión privada de cosecha de hortalizas en un calor de 80 grados nos fuimos a “turistear” por la granja. Después visitamos la ducha. Ya limpios, regresamos a nuestra tienda de campaña a descansar. ¡Esta vida de campo es agotadora!

Tan luego como el bebé empezaba a dormirse y yo tomaba un libro para leer, escucho a la Sra. Marsiglio gritar: “¡Kim, empezamos con el forraje en una hora!”

La cosecha de forraje, es opcional, gratis, y realmente divertida. Se siente bien hacer un tipo de trabajo que hace que el agua fresca en un jarro sepa a la mejor cosa que alguna vez haya pasado por tu garganta.

Y nadie puede argumentar que los alimentos no tienen mejor sabor cuando apenas se acaban de cosechar, o que no es fabuloso el hecho de ver a tu hijo siguiéndole los pasos a un pollo.