¿$300 Dólares por Noche? Sí, pero Libre de Forraje

Por Kim Severson, The New York Times, 25 Agosto, 2009.  Traducido por Ana María Quispe de Vía Orgánica

Permítanme comenzar diciendo que si Usted desea lanzar fardos de forraje en la parte trasera de una van, ésta no es la mejor opción. Ese es el tipo de cosas que uno aprende cuando la familia está de vacaciones en una granja. Por supuesto, hay quienes podrían pensar que lanzar fardos de forraje es una manera estúpida de pasar unas vacaciones, especialmente vacaciones donde las habitaciones cuestan $ 332 dólares la noche incluyendo impuestos y huevos frescos.

También puede pensar que fui un tonto de pagarle al agricultor $ 35 dólares adicionales por “cosechar” las remolachas y las zanahorias que más tarde se venden en un mercado de agricultores. Pero esto tiene algo de la calidad descriptiva de las historias de Tom Sawyer. Y creo que adquirí un poco de educación en el proceso. Además de una espectacular col rizada toscana, algunos tallos tiernos de hinojo y unas cuantas calabazas de cuellos torcidos.

En un mundo donde los pequeños agricultores deben diversificar sus campos para mantenerse a flote y donde los habitantes de la ciudad están más desesperados que nunca por aprender de dónde vienen sus alimentos, una “forrajación” por el precio de una habitación de hotel lujosa en Manhattan, no parece ser una idea tan descabellada. A mi familia le atrajo una tienda de campaña con pisos de lujo, un inodoro cisterna y agua, que en el sitio web parece más grande que un apartamento para un adolescente en el noreste de Manhattan.

No soy ajeno a este tipo de cosas. Mi madre creció en una granja lechera de Wisconsin. Y alguna vez era tan fortachón que incursionaba por días a través de las llanuras de Alaska. Pero me he vuelto flojo por el vivir en la ciudad, y mi pareja me hace hincapié regularmente que en su pueblo no se acampa. Pero por otro lado, tenemos un niño que nunca ha visto un pollo vivo y yo estaba ansioso por salirme de la ciudad y comer hortalizas aun calientes por el sol. ¿Y qué si tengo que trabajar? ¿Qué tan difícil puede ser la estancia en una granja de $ 300 dólares la noche? Esto es lo que esencialmente nos preguntábamos al decidir pasar un fin de semana largo en la granja Stony Creek localizada en el condado de Delaware, Nueva York. Está ubicada en los Catskills y es tan rocosa que la mayoría de los lugareños describen el territorio como con “dos piedras en cada grano de tierra”.

Dormir y comer en una granja es una manera común de vacacionar en Europa, donde los vínculos con la agricultura son fuertes y los hoteles son pocos. En Estados Unidos es raro pero no desconocido y la granja de Stony Creek es una nueva manera de obtener forraje en el cabello. Llamémoslo granja estancia 2.0.

Los propietarios son a menudo jóvenes, recién convertidos a la agricultura, con unas pocas hectáreas y convicciones muy arraigadas: los animales deben ser criados con pastos, las hortalizas deben ser cultivadas sin productos químicos, y en Estados Unidos se necesita una re-educación en alimentos. Se especializan en personas que buscan una conexión con los alimentos que va más allá de una simple visita a los mercados de agricultores locales. Sus clientes, como yo, quieren llevar estiércol en sus vans.

“Cuando empezamos, nos preguntábamos, ¿Por qué alguien querría visitar una granja?”, dijo Kevin McNaught, un chef de Boston que compró con su pareja la granja Trevin en Vermont hace seis años. “Hemos quedado gratamente sorprendidos de que hay un montón de gente que quiere saber cómo luce un repollito de Bruselas cuando está creciendo y que personalmente desea ordeñar la leche de una cabra.

Ellos cobran hasta $ 500 dólares por un paquete de dos días de producción de queso que se inicia con el ordeñado de cabras y el colgado del queso. Los huéspedes seleccionan las verduras para que los propietarios las cocinen para la cena. Desayunos con huevos de las gallinas están incluidos.

Este nuevo negocio de estancia en granjas rinde dinero. Durante tres años, Scottie Jones ha estado subsidiando su cría de carneros y pavos con el alquiler de su cabaña en su granja Leaping Lamb localizada a más o menos dos horas de Portland, Oregon, EEUU. Por $ 125 dólares la noche los visitantes pueden alimentar a los animales, llevar pasto y, aprenden la regla básica de la agricultura: las puertas cerradas permanecen cerradas y las puertas abiertas permanecen abiertas. Ahora hace siete veces más de lo que gana en su negocio de carne, más obtiene un poco de mano de obra sin costo. “Aun aquellas personas que se sientan en el pórtico a beber un vaso de vino vendrán eventualmente a ayudarme” dijo.