Sociedad transgénica

Por Elva María Maya Marquez, El Valle, 14 de febrero de 2024.

Desde hace varios años, la palabra “transgénico” ha estado presente en la producción de alimentos, sin embargo, aunque para muchos es un término desconocido, para otros, hace referencia a un aspecto negativo sin tener claridad sobre lo que significa un alimento de estas características y las repercusiones que puede tener en la salud de las personas.

Vayamos por partes, los alimentos transgénicos son aquellos que, mediante técnicas de ingeniería genética, son modificados al añadir genes de otra especie para conseguir un producto con las características deseadas. Este tipo de alimentos no son cultivados de manera natural (orgánica), son producidos a partir de una alteración en su ADN (que es donde se encuentra la información genética de la mayor parte de los seres vivos), para crear mutaciones que tienen características determinadas y que han sido pensadas desde un laboratorio.

Los alimentos transgénicos son conocidos como organismos genéticamente modificados (OGM). En el caso del maíz, son semillas con mayor resistencia a las plagas, a los herbicidas, a las temporadas de sequía y la humedad. La mazorca suele ser de mayor tamaño, pero a su vez, se diseña para que la planta no sea tan grande con la finalidad de que no se rompa en caso de viento. Lo que sucede con el maíz transgénico es, que en su ADN se incorporan las características y atributos del tipo de maíz que se desea obtener, a diferencia del maíz nativo que no tiene intervención de científicos.

En México se cuenta con 64 tipos de maíz y en promedio, se producen 27 millones de toneladas anuales, no obstante, el consumo anual oscila en 45 millones de toneladas. Principalmente se producen dos variedades de maíz: blanco y amarillo. El maíz blanco se produce exclusivamente para el consumo humano, en virtud de su alto contenido nutricional, por otra parte, el maíz amarillo se destina al procesamiento industrial y alimentación animal.

De acuerdo con Álvaro López Ríos, secretario general de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA), el 56% del maíz que se consume en México es importado. El 2023 cerró con un déficit agroalimentario muy importante, pues tan solo en este año, las cifras revelan que se importaron 19.7 millones de toneladas de maíz, un incremento de 13.9% más respecto al 2022 ¿De dónde proviene este maíz? En su mayoría —más del 90%— de nuestro vecino del norte. El problema no está propiamente en las toneladas de maíz que estamos importando, para Monserrat Téllez, integrante de la organización “Semillas de Vida” y defensora de la campaña nacional “Sin Maíz No Hay País”, el inconveniente radica en que el 90% de las superficies sembradas en Estados Unidos, estuvieron expuestas al glifosato.

El glifosato es el herbicida más utilizado a nivel mundial en agricultura. Este químico se comercializó por primera vez en la década de 1970 por la compañía Monsanto con el nombre de “Round’Up”. Durante mucho tiempo fue considerado un producto inofensivo para las personas, pues estaba diseñado para eliminar la “hierba mala” y favorecer el crecimiento de los cultivos controlados.

Pero, aquí viene el pero, décadas después del surgimiento del glifosato, algunas plantas y hierbas malas generaron resistencia a este herbicida, lo cual llevó a un uso excesivo del producto para eliminarlas. El resultado, el glifosato ha ampliado su impacto, contamina el agua, la tierra y lo más grave, hoy se sabe que es dañino para la salud del ser humano, los animales y las plantas, ya que la exposición a este herbicida o el consumo a través de los alimentos, se relaciona con diferentes tipos de cáncer como: cáncer de hígado, de páncreas, de riñón y principalmente linfático (OMS, 2015). También se relaciona con alergias, retrasos en el desarrollo y malformaciones del feto en el caso de las mujeres embarazadas y enfermedades intestinales.

En nuestro país, el glifosato es el herbicida más usado en la agricultura, se utiliza en el proceso de preparación del campo antes de la siembra y para la limpieza del terreno, algunos de sus nombres comerciales son: Faena, Cacique, Trinchera, Herbifox, Látigo, Mochilero, Bombazo, Secafín, Torbellino, Potro y Aquamáster.

De acuerdo con Alejandro Calvillo, director del poder del consumidor, gran parte del maíz transgénico es resistente al glifosato, es decir, esto provoca que se utilice en grandes cantidades durante todo el ciclo agrícola para acabar con las hierbas no deseadas. Este uso intensivo del glifosato ha provocado que este herbicida se encuentre incluso, en la leche materna.

El daño del glifosato parece silencioso y a continuación les explico por qué. El municipio de Hopelchén es el principal productor de miel y de soya en el Estado de Campeche. El 90% de este grano lo obtiene utilizando semillas genéticamente modificadas (GM) resistentes al glifosato, de modo que se realizó un estudio para detectar este herbicida en agua subterránea, agua embotellada y en orina de trabajadores del campo (estudio publicado en septiembre de 2017).

Con base en este artículo de Beatriz Torres, la detección de glifosato se hizo a través de la técnica ELISA (Ensayo por Inmunoabsorción Ligado a Enzimas), hallando el herbicida en el agua subterránea de las siete comunidades agrícolas donde se realizó el estudio, e incluso en la ciudad de Campeche, que se usaba como referencia.

Siguiendo con la misma investigación, la detección de glifosato en orina humana proporciona una medida de la exposición de la población a dicho herbicida. Para el estudio referido se tomaron 81 muestras de orina a campesinos de cinco comunidades, y como grupo control se usaron pescadores de la ciudad de Campeche. Resultado: se identificaron residuos de glifosato en todas las muestras de orina, pero los campesinos llegaron a tener el doble de concentración que los pescadores.

Como dato adicional, quiero comentar que en Alemania, donde reside la empresa Bayer que compró a Monsanto —la principal distribuidora de glifosato—, se ratificó la prohibición del uso del glifosato a finales del 2023 ¿Por qué será?

EL 31 de diciembre de 2020, el presidente de la república estableció un decreto a través del cual se buscaba sustituir gradualmente el uso, adquisición, distribución, promoción e importación de la sustancia química denominada glifosato y de los agroquímicos utilizados en nuestro país que lo contienen como ingrediente activo. Sin embargo, el 13 de febrero del año pasado, el presidente estableció un nuevo decreto por el que se establecen diversas acciones en materia de glifosato y maíz genéticamente modificado. Con esto, queda invalidado el decreto de diciembre de 2020. De manera particular, el nuevo decreto prohíbe el uso de maíz genéticamente modificado para la masa y la tortilla.

El maíz, es la base de la alimentación de los mexicanos y si la mayor parte de este grano es transgénico, esto lo liga indisolublemente con el glifosato, que por los daños que causa no es una substancia que se quisiera tener en el cuerpo de seres humanos y animales, pues recordemos que el maíz de importación, en gran parte es destinado para alimentar a los animales que de manera posterior comemos. De igual manera, todos consumimos productos derivados del maíz comenzando por los medicamentos, pasta dental, jabón, cosméticos, desodorantes, desinfectantes para manos, edulcorantes, entre otros.

El tema del campo históricamente ha representado una situación de abandono e indiferencia por parte de la sociedad, y poco se reflexiona acerca de la importancia de este como nuestra principal fuente de alimentación.

La falta de información, pero también de interés para sumarse a iniciativas en favor del campo a través de distintas organizaciones que por décadas han dado la lucha para eliminar de nuestras mesas alimentos genéticamente modificados y con altas dosis de glifosato, es lo que nos ha traído hasta aquí. Si queremos alimentarnos de manera más sana, es necesario reconocer la importancia del campo mexicano y de la gente que lo trabaja, pues solo así dejaremos de ser una sociedad transgénica.

Imagen de Ilo en Pixabay

Prohibir transgénico para proteger al maíz como elemento de identidad nacional: Albores

Por Arturo Sánchez y Alonso Urrutia, La Jornada, 14 de febrero de 2024.

La iniciativa de reforma enviada por el presidente Andrés Manuel López Obrador para prohibir el maíz transgénico busca proteger protege al maíz como elemento de identidad nacional, se expuso este miércoles en Palacio Nacional.

En la conferencia de prensa diaria del mandatario, la secretaria del Medio Ambiente, María Luisa Albores, y René Sánchez Galindo, director general de Instrumentos Presidenciales y Asuntos Internacionales de la Consejería Jurídica del Ejecutivo, explicaron el objetivo de las iniciativas enviadas al congreso relacionadas con el medio ambiente, por las que se busca modificar los artículos 3, 4, 27 y 73 de la Constitución.

Al hablar de la prohibición del maíz transgénico, Albores señaló que el grano es “base de nuestra identidad, alimentación y soberanía” y que la siembra de organismos genéticamente modificados está “directamente relacionada con el uso de sustancias dañinas para la salud, como el glifosato”.

Sánchez Galindo agregó que el maíz transgénico es un cereal “de laboratorio cuyas células están alteradas” y dijo que su cultivo “contamina y pone en riesgo a los maíces nativos”.

Por ello, agregó, la iniciativa de reforma “protege al maíz como elemento de identidad nacional y se le declara libre de transgénicos”.

Albores también expuso los detalles de la reforma que la reforma en materia de agua busca dar preferencia del consumo personal y doméstico del agua sobre cualquier otro uso.

Añadió que “el uso del agua como una mercancía ha hecho que diferentes sectores económicos se apropien de ella de una manera irracional, generando sobreexplotación de los ríos y acuíferos y contribuido a la contaminación de ésta por su uso”.
En el caso de la reforma que busca la prohibición de las concesiones para la minería a cielo abierto, dijo que esta es la más contaminante “ya que implica eliminar toda la cobertura vegetal y con esto se ahuyenta la fauna, después se destruye el suelo y el subsuelo al remover roca y minerales”.

Sobre la reforma que pretende prohibir el fracking, dijo que en esta práctica se emplean “hasta 750 productos químicos altamente tóxicos y hasta cancerígenos (metanol, benceno, tolueno, etcétera)”.

Añadió que el fracking implica un uso excesivo de agua y produce “grandes cantidades de aguas residuales sin que existan tratamientos efectivos para poder reutilizarla”.

Respecto a la reforma que busca prohibir el maltrato a los animales, señaló que se busca facultar al Congreso para emitir una ley que regule la concurrencia de los tres niveles de gobierno en materia de protección de los animales, prevención del maltrato en la crianza y en el aprovechamiento de los animales para consumo humano, además de en lo relacionado con medidas para atender el control de plagas y la incorporación del tema en los programas educativos.

Imagen de Andreas Göllner en Pixabay

Los tlacoyos, un manjar de maíz de origen prehispánico

Por México Desconocido.

Los tlacoyos o tlacoyitos son uno de los los platillos más antiguos de nuestros país y cuya receta está casi intacta. Te contamos sobre ellos.

¿Quién no ama los tlacoyos? Se trata de uno de los platillos más populares, antiguos y deliciosos de nuestro país. Se preparan con masa de maíz nixtamalizado y tiene una forma ovalada. Por dentro, esta gordita puede estar rellena básicamente con cualquier cosa, aunque los tlacoyos tradicionales son de haba, frijol o requesón. Por fuera, el sabor se complementa con ensalada de nopales, salsa picante y cebolla.

La palabra tlacoyo es una deformación de la palabra náhuatl tlaoyo que significa “empanada de maíz desgranado”. Mientras la voz tlaolli significa “granos de maíz secos”, tlacualli significa “comida”. En algunos lugares también se le conoce como clacoyosclacoyitotlatloyostlayoyos, etcétera.

Evidentemente, se trata de un platillo de origen prehispánico. Salvo por los ingredientes de origen vacuno, el tlacoyo conserva su preparación original. Por si fuera poco, se sigue cocinando de la misma forma que en tiempos antiguos, es decir, al comal.

De acuerdo con las investigaciones, los indígenas de Mesoamérica utilizaban este platillo como provisión durante los largos viajes. Llenaban sus itacates con tlacoyos y emprendían largos recorridos a pie. Los mesoamericanos no comían más de dos veces al día, sin embargo, la riqueza nutricional del maíz nixtamalizado les proporcionaba las energías suficientes para su arduo trabajo.

Los tlacoyos, símbolo de resistencia

Posteriormente, los españoles probaron por primera vez los tlacoyitos en el tianguis del Tlatelolco, tras lo cual empezó la fusión de ingredientes hispanos y originarios.

A los vendedores de comida en los tianguis se les conocía como tlacualnamac, mientras al que vendía específicamente granos de maíz se le conocía como tlaolnamac. Gracias a los productos que estas personas vendían, el tlacoyo evolucionó dando lugar a otros productos de maíz como las gorditas, sopes, picadas, etcétera.

Sobre los tlacoyos durante la época prehispánica, Fray Bernardino de Sahagún en Historia general de las cosas de Nueva España refiere:

“Usaban también muchas maneras de tortillas para la gente común. Una manera della se llaman tianquiztlacualli; quiere decir “tortilla o tamal que se vende en el tiánguez”. Otra manera del tiánguez, que se llama íztac tlaxcalli etica tlaoyo, quiere decir “tortilla muy blanca que tiene de dentro harina de frijoles no cocidos”. […]”

Imagen de beethoak en Pixabay

Investigación devela las estrategias de ConMéxico, el Consejo Coordinador Empresarial y multinacionales en contra del etiquetado frontal

Por El Poder del Consumidor, 06 de febrero de 2024.

  • Nestlé, Coca-Cola, ConMéxico, el Consejo Nacional Agropecuario y el Consejo Coordinador Empresarial cabildearon en contra de las reformas a la Ley General de Salud en materia de etiquetados claros.
  • Intentaron alterar el proceso y los resultados de la NOM-051 a través de actores como Alfonso Romo y presentaron decenas de amparos y otros intentos de suspensión de la NOM.
  • Las acciones del sector de alimentos y bebidas ultrapocesadas demuestran un claro patrón de atropello del derecho a la salud en favor de la protección de intereses privados.

6 febrero, 2024. La tercera entrega de la investigación “Bajo la mira: El control corporativo sobre los sistemas alimentarios en México“ identifica y documenta las prácticas corporativas que han dañado y continúan imponiéndose frente a los derechos fundamentales de la alimentación y la salud. La investigación, apoyada por Bertha Foundation, expone las acciones de grandes multinacionales alimentarias y sus cámaras empresariales en México con las que se intentó frenar y moldear las Reformas a la Ley General de Salud en Materia de Etiquetado y la NOM-051 con la que, además del etiquetado, se regula el uso de personajes dirigidos a infancias sobre los empaques de alimentos y bebidas.

La investigación resalta la opacidad de los procesos de normalización anteriores al ordenamiento, caracterizados por la cercanía entre ex funcionarios de Coferpis, como Patricio Caso y Mikel Arriola, y ejecutivos de cámaras e industrias, como Coca-Cola y ConMéxico. Ana Larrañaga, la investigadora del caso, asevera que dichos vínculos dieron paso a procesos de puertas giratorias entre la agencia regulatoria y la refresquera en la que actualmente trabaja Caso, además de que contribuyeron a la permanencia del etiquetado opaco conocido como “GDA”.

El documento detalla cómo a lo largo del proceso de aprobación del nuevo etiquetado de advertencia, que demostraba que era comprendido con facilidad por más consumidores, las multinacionales alimentarias desplegaron una enorme fuerza de cabildeo en la Cámara de Diputados, a donde acudieron con estrategias como “reventar sesiones” de la Comisión de Salud, evitando que las y los diputados asistieran y se cancelaran por “falta de quorum”.

También, se detalla como los cabilderos de la agrupación empresarial ConMéxico y los representantes de compañías de ultraprocesados intentaron introducir transitorios para debilitar el dictamen con la ayuda de algunos aliados como, la entonces diputada, Tatiana Clouthier.

Respecto al proceso de la NOM-051, la investigación expone como había una clara mayoría de participantes del sector empresarial en las mesas de trabajo, en contraste con representantes de otros sectores. Durante las discusiones, el sector de alimentos y bebidas contaba con 32 instituciones acreditadas, además de 4 asociaciones civiles con nexos al sector empresarial y posturas alineadas a sus intereses. El sector académico lo representaban 4 instituciones. Por su parte, la sociedad civil sin nexos empresariales contaba con sólo 2 espacios.

Aunado a esto la investigación revela los intentos de intervención de actores externos al proceso como Alfonso Romo, quien abogó por llegar a “acuerdos” con el sector de alimentos y bebidas. Al no tener éxito dichas intervenciones, que debilitaban el contenido de la norma, se generó descontento del sector empresarial en el proceso. Dichos actores también interpusieron decenas de amparos tras la aprobación de la norma.

Para finalizar, el documento evidencia cómo, durante el proceso de consulta pública, empresas como Nestlé y Jumex pidieron a sus proveedores enviar comentarios en contra de la norma. De acuerdo con los especialistas que participaron en el lanzamiento del estudio, el sector alimentario también se manifestó en contra de los nuevos etiquetados a través de una ola de información falsa en los medios masivos de comunicación.

La autora y los especialistas de la organización El Poder del Consumidor, y el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), coincidieron en que el comportamiento del sector industrial de alimentos y bebidas muestra un patrón claro de acciones de incidencia política que socavan el derecho a la salud y la alimentación, anteponiendo su modelo de negocio a los derechos fundamentales. Por ello, llamaron a blindar las políticas alimentarias de la interferencia de intereses privados, y poner en el centro, los derechos de la ciudadanía.

_____________________

La serie de estudios de caso “Bajo la mira”, documenta las prácticas empresariales que influyen en nuestros sistemas alimentarios, disponibles en el sitio: www.bajolamira.org

Sobre la serie “Bajo la mira: El control corporativo sobre los sistemas alimentarios en Mexico”:

Video: Estudio de caso 3 – Promoción, publicidad e información a consumidores https://youtu.be/sdzeMuEm9j8

Imagen de Tom Glod en Pixabay

 

Mercola responde: ¿cuáles son los efectos del glifosato sobre la salud y cómo puede evitarlos?

Por Dr. Mercola, Tome Control de su Salud, 8 de febrero de 2024.

HISTORIA EN BREVE

  • El glifosato es el herbicida que más se utiliza en todo el mundo, y cada vez existen más estudios que sugieren que su exposición puede poner en peligro la salud, además de afectar al medioambiente y a las poblaciones locales de insectos
  • Dicho herbicida se ha relacionado con daños en el ADN, un mayor riesgo de cáncer, disfunción del microbioma intestinal y complicaciones en el embarazo
  • La mejor manera de evitar el glifosato es concentrarse en llevar una alimentación cuyas fuentes sean orgánicas, incluyendo la carne

Los herbicidas son productos químicos que se utilizan para controlar la vegetación, lo que les permite a los agricultores cultivar un solo producto en sus tierras. Esto puede ayudar a aumentar el rendimiento y, a su vez, las ganancias. El herbicida más popular que existe es el que se conoce como ‘Roundup, cuyo ingrediente activo es el glifosato. La patente del glifosato, que comenzó su producción en 1974, se hizo pública en la década de 1990, lo que permitió crear formulaciones genéricas a menor costo en todo el mundo.

Se estima que se han utilizado unos 8600 millones de kilogramos de glifosato en todo el mundo desde 1974. En Estados Unidos, se han aplicado 1600 millones de kilogramos a los cultivos, y dos tercios de esta cantidad solo en los últimos 10 años. En aplicaciones agrícolas, el 84 % del glifosato adquirido se le aplica a la soya, el maíz y el algodón. Resulta sorprendente que estos cultivos hayan sido modificados mediante ingeniería genética para resistir al glifosato y que, de hecho, constituyan la mayor parte de la superficie de estos cultivos en la actualidad.

El glifosato no solo se emplea en la producción de alimentos. También se aplica en entornos domésticos, como el paisajismo del hogar. De igual forma, se utiliza para fumigar zonas públicas, como bosques, zonas acuáticas, prados y pastizales.

¿Cómo afecta el glifosato a la salud humana?

La razón por la que la exposición al glifosato es una preocupación creciente, es por sus efectos sobre la salud humana. Dado que se rocía sobre cultivos comerciales en todo el mundo, las personas que consumen sus derivados sufrirán sus efectos y, es posible que, se produzca una crisis de salud.

Stephanie Seneff, Ph. D., quien es la investigadora principal del Instituto Tecnológico de Massachusetts, y Anthony Samsel, su coautor, explicaron que el glifosato puede perjudicar al ser humano ya que afecta la homeostasis de la glicina. La glicina es un aminoácido que el cuerpo utiliza para fabricar proteínas y también forma parte de la fórmula del glifosato. A partir de esta hipótesis, Stephanie y Antony consideran que el cuerpo sustituye el glifosato y su metabolito ácido aminometilfosfónico (AMPA), lo que produce proteínas y péptidos dañados.

Además, los tensioactivos que se añaden junto con el glifosato causan más daños, según la Dra. Kelly Johnson-Arbor, directora del Centro de Toxicología de la Capital Nacional:

“El glifosato bloquea una enzima clave en las plantas. Los animales y los humanos no tienen esta enzima, por lo que el glifosato solo es mortal para las plantas, pero no suele ser tóxico para los humanos. El problema es que los herbicidas que contienen glifosato también contienen otros ingredientes, como los tensioactivos, que pueden ser tóxicos para los humanos.

Los tensioactivos en el glifosato ayudan a que este compuesto penetre las hojas de las plantas y elimine las malas hierbas de manera efectiva. Aunque los compuestos a base de glifosato son muy efectivos para eliminar las malas hierbas, el glifosato también se relaciona con posibles efectos dañinos en seres humanos y otros animales. De acuerdo con varios estudios, existe una relación entre el glifosato y el daño en el sistema endocrino, las enfermedades hepáticas, renales y el cáncer”.

El glifosato también inhibe la vía del shikimato que utiliza nuestro microbioma intestinal. Esta vía interviene en la síntesis de los aminoácidos aromáticos esenciales que se conocen como fenilalanina, tirosina y triptófano, que ejercen diversas funciones en el cuerpo. Por ejemplo, la fenilalanina es necesaria para producir importantes mensajeros neurológicos, como la dopamina y la epinefrina. Por su parte, el triptófano es necesario para producir serotonina, la cual regula el estado de ánimo, el apetito y el sueño.

Los efectos del glifosato son alarmantes

Debido al uso generalizado del glifosato, muchos investigadores empezaron a recopilar información sobre sus posibles efectos sobre la salud humana, y los resultados son muy impactantes. La tabla a continuación presenta un resumen de los efectos asociados con la exposición al glifosato.

  • Mayor riesgo de cáncer – En 2015, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer​ (IARC, por sus siglas en inglés) clasificó al glifosato como un posible carcinógeno humano. Los investigadores del IARC señalaron que existían pocas pruebas de laboratorio que relacionan el glifosato con el linfoma no Hodgkin, así como con el cáncer en animales.
  • Daño en el ADN – En un estudio que se publicó en 2007, los investigadores descubrieron que la aplicación de glifosato por vía aérea, en combinación con una solución de surfactante, causó daños en el ADN de las personas expuestas. Para tener una idea más clara de sus efectos adversos, un estudio de 2017 indicó que la exposición al glifosato en sujetos de experimentación animal registró daños en el ADN del hígado.
  • Disbiosis intestinal – Una investigación que se publicó en 2015 reveló que el glifosato, en combinación con el aluminio, inducía la patología de la glándula pineal. Esta, a su vez, podría ocasionar disbiosis intestinal y aumentar el riesgo de padecer enfermedades neurológicas, como autismo, depresión, demencia, trastorno de ansiedad y enfermedad de Parkinson.

La glándula pineal interviene en el control del ritmo circadiano, ya que secreta melatonina. No obstante, según los autores del estudio, la glándula pineal es sensible a los tóxicos ambientales, en particular al efecto sinérgico del aluminio y el glifosato:

El glifosato puede alterar las bacterias intestinales, lo que puede generar el desarrollo excesivo de Clostridium difficile. Su producto tóxico, el p-cresol, se relacionó con el autismo en modelos humanos y ratones. El p-cresol puede mejorar la captación de aluminio a través de la transferrina.

La anemia, que es el resultado de la ruptura del aluminio en el hemo y alteración de la síntesis del hemo por el glifosato, puede ocasionar la hipoxia, lo cual puede inducir un aumento de la síntesis de transferrina en la glándula pineal. El nacimiento prematuro se relaciona con el estrés hipóxico e incremento sustancial del riesgo en el desarrollo posterior del autismo, que vincula la hipoxia con el autismo.

El glifosato capta y elimina al aluminio, lo que ocasiona que el aluminio consumido evite la barrera intestinal. Esto puede causar la hipoxia inducida por la anemia, promover la neurotoxicidad y dañar la glándula pineal “.

  • Deterioro de la salud mental – En relación con el ejemplo anterior, el microbioma intestinal ejerce un rol importante en la salud mental a través del eje intestino-cerebro. En un estudio publicado en Clinics and Practice, los investigadores indicaron que una función intestinal sana está relacionada con un funcionamiento óptimo del sistema nervioso. Por el contrario, se ha demostrado que la disbiosis y la inflamación del intestino tienen como consecuencia un aumento de las enfermedades mentales, como la ansiedad y la depresión.
  • Problemas de la tiroides – De acuerdo con un informe de Stephanie, la exposición al glifosato podría inhibir la liberación de la hormona estimulante de la tiroides en la hipófisis, lo que puede provocar hipotiroidismo.

La glándula tiroides es responsable de controlar el metabolismo, la respiración, la temperatura corporal, la frecuencia cardíaca, la fertilidad y el desarrollo del cerebro. Si no tiene suficientes hormonas tiroideas, su metabolismo se hará más lento. Esto puede manifestarse en síntomas como debilidad muscular, estreñimiento, piel seca, sensibilidad al frío, cansancio, adelgazamiento del cabello, aumento de peso y depresión.

  • Resistencia a los antibióticos – En 2015, los investigadores descubrieron que los herbicidas de uso común (Roundup, dicamba y 2,4-D) preparan a los patógenos para volverse más resistentes a los antibióticos. Se cree que la exposición activa un conjunto de genes en las bacterias para activar las proteínas que liberan compuestos tóxicos que se supone que “inmunizan” a las bacterias, lo cual contribuye a que aumente la resistencia.

En un estudio de 2017 que se publicó en Microbiology, los investigadores querían determinar qué ingredientes de los herbicidas eran la causa de la resistencia a los antibióticos en las formulaciones comerciales. Los resultados demostraron que los ingredientes activos, incluyendo el glifosato, son los responsables de esto.

  • Complicaciones en el embarazo – En un estudio realizado con mujeres embarazadas que vivían en el centro de Indiana, se detectó glifosato en la orina del 93 % de las participantes. Se encontraron niveles más altos de glifosato en quienes vivían en zonas rurales y en quienes consumían una cantidad igual o superior a 24 onzas de bebidas con cafeína cada día. Lo interesante de las participantes es que ninguna de ellas trabajaba en la agricultura, lo que sugiere que su exposición procedía del aire o el polvo contaminados.

Entonces, ¿de qué manera el glifosato puede perjudicar el embarazo? En un informe que se publicó en 2017, los investigadores observaron que los niveles más altos de glifosato en la orina de las mujeres se relacionaron de manera significativa con una menor duración del embarazo y un bajo peso al nacer. Los niños que nacen con estos problemas presentan una menor capacidad cognitiva, así como un mayor riesgo de síndrome metabólico.

  • Activación deficiente de la vitamina D – Un estudio de 2013 señaló que el glifosato interfiere en la función de las enzimas del citocromo P450, lo que puede afectar a la activación de la vitamina D en el hígado. El proceso también afecta a la producción de óxido nítrico y sulfato de colesterol, este último es esencial para mantener la integridad de los glóbulos rojos.

La vitamina D es importante para la salud del hígado, ya que sus receptores están presentes de forma natural en las células hepáticas. Unas expresiones más elevadas pueden ayudar a reducir la inflamación en las enfermedades hepáticas crónicas e incluso a controlar la enfermedad del hígado graso no alcohólico.

  • Enfermedad celíaca – De acuerdo con un estudio que se publicó en Interdisciplinary Toxicology, rociar los cultivos con glifosato podría elevar las tasas de enfermedad celíaca. Esto se debe a que actúa como quelante de minerales importantes para el organismo, como el hierro, el cobalto, el molibdeno y el cobre, que son las mismas deficiencias que tienen las personas con enfermedad celíaca.

Efectos del glifosato en el entorno

El uso generalizado del glifosato ha tenido efectos nunca antes vistos en el medioambiente. De acuerdo con un estudio publicado en Frontiers in Ecology and the Environment, ya se han detectado residuos de glifosato en ecosistemas acuáticos, lo que puede representar una amenaza para la vida marina y para quienes consumen alimentos del mar.

Además, el fósforo del glifosato (18.3 % de su masa) puede alterar el ciclo del fósforo de la Tierra, y la saturación en el suelo puede acabar extendiéndose hasta los cuerpos de agua cercanos. Esto puede causar eutrofización, que es el crecimiento excesivo de algas en el agua, lo que puede afectar a la calidad de la misma e incluso causar la muerte de las plantas acuáticas debido a la poca penetración de la luz. Los organismos afectados también tendrán menores tasas de supervivencia porque el exceso de algas interrumpe su percepción en el agua.

El glifosato también está relacionado con descenso de la población de abejas, que puede tener efectos desastrosos para los ecosistemas locales. De acuerdo con una investigación publicada en 2018, las abejas tienen una microbiota intestinal única que les ayuda a protegerse de los patógenos. No obstante, la exposición al glifosato cambia su composición de forma radical, lo que aumenta su riesgo de infección.

Cómo evitar el glifosato por medio de los alimentos orgánicos

Eliminar el glifosato de su vida requiere cierto esfuerzo, pero al final su salud se lo agradecerá. El enfoque más sencillo es concentrarse en llevar una alimentación a base de productos orgánicos certificados. La carne que compre también debe ser orgánica y de animales alimentados con pastura, ya que los animales criados de forma convencional suelen recibir una alimentación a base de granos transgénicos con un alto contenido de glifosato y otras sustancias químicas. No hay manera de evitar que se transfieran a su cuerpo y es muy probable que afecten su salud una vez que los consuma.

Puede comenzar a explorar la sección de productos orgánicos del supermercado más cercano. Sin embargo, debe tener presente que muchos de los alimentos orgánicos que se venden en los supermercados son importados, lo que significa que tendrá que revisar de dónde provienen con el fin de comprobar si las certificaciones son legítimas.

Para su tranquilidad, le recomiendo que comience a entablar relaciones con productores y ganaderos locales. Una opción es empezar a hacer una visita al mercado agrícola más cercano cada semana. Acudir a la fuente directamente le permite ver cómo se cultivaron y produjeron los alimentos que está comprando.

Fuentes y referencias