El poder de… La fresa

Por El Poder del Consumidor, 22 de noviembre de 2022.

  • México es uno de los principales exportadores de fresas. Los estados de Michoacán, Baja California y Guanajuato destacan como los principales productores.
  • El valor nutricional de la fresa es muy alto: resalta su contenido de antioxidantes, minerales como el magnesio y el calcio, así como su alto contenido de fibra.
  • El uso de las fresas en la cocina es muy versátil. Se usan en postres, aguas frescas y comidas saladas.

¿Qué es?

Las fresas son un fruto de color rojo brillante, de forma cónica o esférica, sobre la que se observan numerosas semillas amarillas. Se caracterizan por su aroma fresco único. Además, son jugosas, carnosas y tienen un sabor agridulce.

México es el tercer productor mundial de fresa, con una producción anual que supera las 392 mil toneladas. Para su cultivo se destinan más de 10 mil hectáreas. 52.2% de la producción nacional se dedica al mercado externo, por lo que es de gran valor comercial.

Hacia la década de los años 40, el estado de Guanajuato se posicionó como el mayor productor de fresa del país, sin embargo a inicios de la década de los 70, Zamora, Michoacán, obtuvo el primer lugar, ya que contaba con más recursos hídricos y empresas congeladoras, además de cuotas de plantación impuestas por la Comisión Nacional de Productores de Hortalizas.

En la década de los 80, Baja California se volvió productor de fresa y gracias a su cercanía con Estados Unidos, logró alcanzar una producción que le permitió superar, en 1999, al estado de Guanajuato, que ocupa el tercer lugar.

La alta calidad en la producción de fresas en México permitió al país convertirse en el mayor exportador de este cultivo del mundo en 2020, desplazando a España.

De acuerdo con la Secretaría de Economía, las exportaciones de fresas mexicanas alcanzaron ganancias de 851 millones de dólares durante el año anterior, lo que equivale a un crecimiento del 12.4%.

En la actualidad, los estados que producen mayores cantidades de fresas son Michoacán, que aporta el 68.7% del volumen total del fruto, le siguen Baja California con 17.9%, Guanajuato con 9.4%, Baja California Sur con 1.9% y el Estado de México con 1.2%.

¿Qué nutrimentos y beneficios aporta?

Las fresas destacan por su alta concentración de antioxidantes que, junto a las vitaminas y minerales que contienen, brindan grandes beneficios al cuerpo.

Además, las fresas tienen un sabor excelente y son ligeras, debido a que el 85% de su composición es agua.

En cada 100 gramos (g) de fresas encontramos 37 calorías, 0.7 g de proteínas, 7 g de carbohidratos, 0.3 g de grasa y 2.2 g de fibra.

Su principal valor es el alto contenido de vitaminas C, A, E y otras bajas cantidades de vitaminas, como las B1, B2, B3 y B6.

Las fresas aportan minerales como el potasio, magnesio, hierro, fósforo, yodo y calcio.

Contienen grandes cantidades de antioxidantes que contribuyen a la disminución de la inflamación de los tejidos y, además, reducen los niveles de colesterol y triglicéridos.

Asimismo, gracias a su alto contenido de minerales, contribuyen a reducir el riesgo de hipertensión arterial. Se ha observado que el consumo frecuente de fresas podría disminuir el riesgo de padecer infartos y accidentes cerebrovasculares.

Su ingesta cotidiana, también promueve la eliminación de las toxinas que aceleran el proceso de envejecimiento, además de tener beneficios para la salud de la piel. Sus cantidades de agua y fibra mejoran el tracto intestinal, lo que previene el estreñimiento.

¿Cuánto cuesta?

La temporada de fresa empieza en primavera, especialmente entre los meses de febrero y abril, sin embargo las siembras se han adaptado a los suelos del país y durante noviembre también podemos encontrar fresas frescas con precios más bajos y de temporada.

Su precio puede variar dependiendo del lugar donde se compren, si se adquieren directamente con las personas que las cosechan, en el mercado o en el supermercado, además del estado en que se encuentre.

Sin embargo, podemos encontrar el medio kilo de fresas entre los $38 y $50 pesos, cantidad suficiente para un poco más de dos preparaciones.

¿Cómo se recomienda consumirlas?

Las fresas son muy populares, por su rico contenido nutricional y su delicioso sabor, por lo que son muy comunes en la dieta mexicana.

Esta fruta puede consumirse de diferentes formas: en platos fuertes, bebidas, de forma natural o como ingrediente principal o decoración en un postre.

Muchas personas acostumbran licuar la fresa natural con agua para preparar agua fresca. Incluso algunos disfrutan de hacer sus propias mermeladas caseras. Guanajuato es popular por su rico atole de fresa.

Normalmente, cuando compramos las fresas, seleccionamos aquellas frescas, brillosas y carnosas, sin embargo cuando llegan a su punto máximo de maduración estas pierden su frescura y tienen a pudrirse rápidamente.

Por ello, es recomendable consumirlas lo más rápido posible o, en su defecto, tener cuidado de no maltratarlas al guardarlas.

Refrigerarlas sin lavar, incluso sin retirar el tallo y las hojas, ayudará a conservarlas más frescas durante más tiempo, ya que, al pasarlas por agua, la humedad aumenta la aparición de moho. Sólo lava aquellas que vayas a consumir en el momento. Si observas alguna fresa que ya se encuentra deteriorada, es importante separarla del resto, pues puede llegar a dañar a las más frescas.

Por último, es importante que las coloques en un recipiente amplio, ventilado y con un papel de cocina o una servilleta de cocina en su base.

Esto último servirá para absorber su humedad. Si han pasado varios días sin consumirlas, ¡no las tires!, quítales el tallo, las hojas, desinféctalas y congélalas. Estas te pueden servir para un licuado o un agua fresca.

Definitivamente, las fresas son suficientemente ricas y nutritivas. Aprovecha las frutas de temporada y consume siempre alimentos naturales y menos productos procesados.

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Referencias:

Encuentra aquí recetas para hacer con fresas

Mermelada de fresas en un recipiente junto a otyro con fresas enteras sobre una mesa con más fresas y unas rodajas de canela

Mermelada de fresas

Ingredientes (4 porciones):

• 2 tazas de fresas

• 2 cucharadas de azúcar morena

• El jugo de medio limón

Preparación:

1. Lava las fresas, quita el tallo y pártelas en cuatro partes.

2. En una cacerola a fuego medio alto, coloca las fresas, el jugo de limón y el azúcar. Mueve constantemente para que no se pegue.

3. Sigue moviendo hasta que la mezcla hierva y el azúcar se haya derretido, manteniendo el hervor por lo menos 20 minutos.

4. Sabrás que la mermelada está lista cuando la mezcla se observe un poco pegajosa y traslúcida.

5. Apaga el fuego y revuelve cada 10 minutos hasta que la mermelada se enfríe, para darle consistencia.

Receta adaptada de https://www.kiwilimon.com/receta/desayunos/deliciosa-mermelada-de-fresa

Pechuga de pollo en salsa de fresa emplatada

Pechugas de pollo en salsa de fresa

Ingredientes (3-4 porciones):

• 3 pechugas de pollo

• 1 cebolla

• 1 zanahoria

• 250 g de fresas

• Aceite

• 1 cucharada de vinagre

• Pimienta

• Sal

Preparación:

1. Coloca en el fuego una cacerola con un poco de aceite. Salpimienta las pechugas y dóralas por ambos lados a fuego medio. Retira.

2. Pica la cebolla y la zanahoria, y fríelas en el mismo aceite donde se doraron las pechugas. Una vez listas, incorpora a la cazuela las pechugas y agrega un poco de agua y vinagre. Deja cocinar el pollo unos minutos con la cacerola tapada hasta que se suavice la proteína.

3. Pica las fresas y las añádelas a las pechugas. Continua la cocción unos minutos más, con la cacerola destapada. Cuando la salsa se haya reducido, sirve al gusto.

Receta adaptada de https://gastronomicainternacional.com/articulos-culinarios/recetas/recetas-de-atoles-para-vender/

Nuestro maíz, nuestra cultura

Por RASA – Red de Alternativas Sustentables Agropecuarias de Jalisco, Desinformémonos, 18 de noviembre de 2022.

«Les invitamos a leer y a compartir los contenidos de este boletín, que da cuenta de los riesgos de la agricultura industrial, pero también, demuestra la importancia que tiene la construcción de agriculturas más sustentables, más justas y sanas en los procesos de defensa y cuidado de los territorios campesinos, un camino en el que diferentes organizaciones y movimientos continuamos andando y avanzando».

EDITORIAL

El continuo crecimiento de la agricultura industrial de monocultivos constituye una amenaza continua para los territorios campesinos, para sus agriculturas y para las familias y comunidades que en ellos habitan. En Jalisco ya sea el agave, el aguacate o las berries avanzan sin ningún tipo de control y ello tiene graves implicaciones sociales, productivas, culturales y ambientales, en el presente y especialmente para el futuro.

El boletín que tienen en sus manos va dedicado a analizar este tema, y lo ejemplifica con el caso de la comunidad de San Isidro en el municipio de San Gabriel, en Jalisco, que después de un largo proceso de lucha ha logrado la recuperación de una parte importante de su territorio de manos de una empresa dedicada a la  agricultura industrial. Es también en esta comunidad donde realizaremos el XIX encuentro “Nuestro maíz, nuestra cultura”, de la Red de Alternativas Sustentables Agropecuarias, para celebrar y acompañar a las familias campesinas de San Isidro en este importante paso en su caminar hacia su autonomía y dignidad.

Les invitamos a leer y a compartir los contenidos de este boletín, que da cuenta de los riesgos de la agricultura industrial, pero también, demuestra la importancia que tiene la construcción de agriculturas más sustentables, más justas y sanas en los procesos de defensa y cuidado de los territorios campesinos, un camino en el que diferentes organizaciones y movimientos continuamos andando y avanzando.

– Para descargar el boletín completo, haga clic en el siguiente enlace: Boletín Nuestro Maíz, Nuest…(781,87 kB)

NUESTRO MAÍZ, NUESTRA CULTURA es un boletín de la RASA – Red de Alternativas Sustentables Agropecuarias de Jalisco, México

Tomado de Biodiversidad América Latina

Imagen de LoggaWiggler en Pixabay

Las abejas, el glifosato y el planeta

Por Alejandro Calvillo, POPLAB, 16 de noviembre de 2022.

El promedio de consumo por individuo en el planeta ha crecido tan aceleradamente como lo ha hecho la población mundial. La ecuación es insostenible: crecimiento descomunal de la población y aumento descomunal de consumo promedio por cada individuo.

Como humanidad nos encontramos sumergidos en un umbral que representa el mayor reto para la especie humana. Y en este umbral hay que escuchar el anuncio de Naciones Unidas de que llegamos a ser ya ocho mil millones de personas sobre el planeta en medio de un aumento acelerado de los efectos del cambio climático y con una creciente desigualdad social, donde la riqueza se concentra en cada vez menos manos.

Sin entrar en detalles de los impactos crecientes del cambio climático, consideremos el aceleramiento del aumento de la población mundial. En el año 1900, la población era de aproximadamente 1.5 mil millones, para el 2000 llegamos a seis mil millones y en solamente 22 años alcanzamos los ocho mil millones de habitantes. La clave aquí es el creciente consumo de recursos naturales que el modelo de consumo imperante -de hiperconsumo- ha impuesto. El promedio de consumo por individuo en el planeta ha crecido tan aceleradamente como lo ha hecho la población mundial. La ecuación es insostenible: crecimiento descomunal de la población y aumento descomunal de consumo promedio por cada individuo.

Sin embargo, hay una gran desigualdad en el consumo, hay quienes consumen mucho, de más, adquiriendo productos y servicios totalmente suntuarios, y quienes no alcanzan, la mayoría, a consumir aquello necesario para sobrevivir en condiciones mínimas de bienestar. Esta población pequeña es responsable de la mayor emisión de gases de efecto invernadero. Estos gases permanecen por décadas en la atmósfera. Es decir, las emisiones históricas, la mayor cantidad de concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera provienen de las naciones ricas y por ello, ahora se habla de una deuda de estas naciones con las más pobres que sufren con mayor vulnerabilidad las consecuencias del cambio climático.

Y para descender de lo macro a lo micro hay que poner la atención en la tierra, en el sustrato del cual obtenemos nuestros alimentos. Sin duda alguna, la oscuridad que domina este umbral de crisis civilizatoria, tiene su esencia en la incapacidad de esta civilización de establecer un desarrollo basado en el mantenimiento de la riqueza de la tierra, en el cuidado de sus equilibrios naturales. El Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas ha citado recientemente a Mahatma Gandhi que decía: “El mundo es suficientemente grande para satisfacer las necesidades de todos, pero siempre será demasiado pequeño para la avaricia de algunos”. Y la economía neoliberal tiene como motor central esta avaricia, donde no se toman en cuenta los efectos, los daños, las externalidades de la producción.

La tierra ha sido un objeto primordial de esta avaricia: producir el máximo al menor tiempo y al menor costo. Los resultados son extensiones inmensas de tierras que fueron antes productivas convertidas en paisajes estériles que producen con base en grandes cantidades de fertilizantes, herbicidas y plaguicidas. Obviamente, esta agroindustria acaba con la fertilidad de la tierra, con la riqueza de microorganismos que le dan vida, acaba también con los insectos, con toda la vida animal y la diversidad vegetal. Los daños al tejido natural de este modelo son también daños al tejido social, todo bajo la imposición de quienes controlan esos agroquímicos y las semillas mismas: un puñado de grandes corporaciones globales. Y los efectos son devastadores, en especial, donde las comunidades mantienen parte de este vínculo con la tierra, manteniendo su fertilidad y biodiversidad.

Antes de entrar al caso maya hay que recordar que, la desaparición de una especie, o cuando ésta se ve disminuida su población dramáticamente, el conjunto del ecosistema puede alterarse profundamente. Y esto pasa entre las abejas y las comunidades mayas que mantienen un fuerte vínculo con la tierra.

Uno de los casos más estudiados de estas relaciones entre las especies es el registrado en el primer parque nacional creado en el mundo, el de Yellowstone, donde la cacería acabó totalmente con la población de lobos y a partir de ahí se dispararon las poblaciones de alces que diezmaron la vegetación, lo que afectó a otras poblaciones de herbívoros y provocó la erosión de los márgenes de los ríos y así se desencadenó un proceso de alteración que afectó la diversidad de especies e incluso los cauces de los ríos y el paisaje. Con la reintroducción de los lobos, 70 años después, vino una recuperación, que varios consideraron “milagrosa” del ecosistema.

De igual manera, las sociedades humanas pueden verse alteradas cuando una especie desaparece o disminuye su población. Este es el caso de los productores agrícolas mayas, gran parte de ellos apicultores que mantienen a las abejas para la producción de miel, pero, principalmente, por su labor de polinizadoras. Las abejas son fundamentales para la polinización de cultivos de la región como el achiote, el aguacate, el mango, el café, la calabaza, el chayote, el chile habanero, entre muchos otros.

En México, son comunidades mayas organizadas las que han levantado y mantenido la lucha frente a los agroquímicos. Leydi Pech de la Alianza Koolel Kab, una cooperativa de mujeres mayas dedicadas a la agricultura orgánica y la agroforestería, de la Península de Yucatán, galardonada con el Premio Goldman, llamado el “Nobel Ambiental”, explica que hay una relación profunda en la cultura maya con las abejas, la conservación de las semillas y el cuidado de la fertilidad de la tierra. Pero advierte, nos invaden con proyectos agroindustriales, con siembra de transgénicos, con el uso masivo de agroquímicos, acabando con nuestras abejas, volviendo la tierra infértil, contaminándonos, queriendo acabar con nuestra cultura.

La FAO explica de esta manera la función de los polinizadores: “Para la reproducción vegetal se necesita el traslado del polen desde las anteras, o partes masculinas de una flor, hasta los estigmas, o sea, sus partes femeninas, ya sea de la misma planta o de otras plantas que se encuentren a cierta distancia las unas de las otras. Después de miles de años de evolución y de adaptación a los ambientes locales, cada especie vegetal tiene exigencias específicas para el transporte de su polen; muchas de las cuales dependen de los insectos forrajeadores que lo trasladan de flor en flor. Muchas especies de insectos visitan las flores para buscar su néctar o polen; y mientras lo hacen, transportan los gránulos que contribuirán a la polinización. Las abejas melíferas son fundamentales en este proceso”.

Son estas comunidades mayas las que a través de su resistencia han enfrentado y frenado a las mayores empresas transnacionales de agroquímicos y semillas transgénicas como Monsanto, ahora Bayer-Monsanto. En Yucatán, las comunidades han registrado el uso de 75 plaguicidas, 50 de ellos clasificados como peligrosos, 42 prohibidos en otros países y 26 comprobados como letales para las abejas. Demostrando los daños a las abejas provocadas por el uso intensivo del glifosato en los campos de cultivo de soya transgénica de Monsanto, iniciaron un proceso que llegó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación que determinó prohibir esas siembras por falta de consulta a las comunidades.

Naciones Unidas ha llamado, como parte fundamental para el objetivo de un desarrollo sustentable y el combate al cambio climático, al desarrollo de la agroecología, a la recuperación de la fertilidad de la tierra y al uso de bioinsumos en sustitución de los agroquímicos. En este sentido se ha presentado la propuesta de una reforma a la Ley General de Salud en materia de plaguicidas altamente peligrosos que tiene por objeto avanzar en un programa nacional de abandono gradual de estos agroquímicos. La agroecología puede convertir la producción de alimentos en un sumidero de carbono, es decir, en vez de ser una fuente de emisiones de gases de efecto invernadero, puede contribuir a la captura de estos gases recuperando la fertilidad de la tierra.

El reto, como suele ocurrir, viene de los obstáculos interpuestos por los inmensos poderes económicos, por las grandes corporaciones de agroquímicos bien representados en nuestro país por el Consejo Nacional Agropecuario que, se presenta como voz de los productores del campo, cuando en realidad es cabildero de las corporaciones metidas en el sector de los alimentos, desde los agroquímicos hasta la producción de los ultraprocesados, incluso, cabildeando para las propias corporaciones de bebidas azucaradas.

La única alternativa para enfrentar el oscuro umbral en que nos encontramos como civilización, es no seguir haciendo lo mismo y de entender a profundidad el mundo natural que habitamos y sacar provecho de él, sin comprometerlo. El reto es enormemente difícil.

Termino invitándole a escuchar a uno de los jefes de Estado que de la manera más honesta y clara plantea este reto, es el Presidente de Colombia, Gustavo Petro, en esta intervención reciente en París: https://youtu.be/L9fX8qhp7Ys

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Frenan discusión de iniciativa sobre glifosato

Por Andrea Becerril y Victor Ballinas, La Jornada, 16 de noviembre de 2022.

Por cuarta ocasión se pospuso la discusión del dictamen de la Comisión de Salud para la regulación y prohibición gradual de los plaguicidas como el glifosato, que se había acordado votar este miércoles, debido a que ayer, de forma sorpresiva, quienes desde Morena han objetado ese proyecto presentaron una nueva iniciativa que, de entrada, eleva el plazo para erradicar los llamados agrotóxicos a tres años.

Ello, en contra del decreto del presidente Andrés Manuel López, del 31 de diciembre del 2020, en que se estableció que el glifosato y demás plaguicidas altamente peligrosos (PAP) deberían ser sustituidos de forma progresiva, hasta su prohibición en enero de 2024.

La morenista Nancy Sánchez Arredondo, presidenta de la Comisión de Agricultura, presentó ante el pleno del Senado la reforma a la Ley de Salud y a cinco ordenamientos más en materia ambiental, que avalan también el coordinador Ricardo Monreal, el presidente de la Comisión de Estudios Legislativos Segunda, Rafael Espino, así como Adolfo Gómez, Rosa Elena Jiménez y Arturo Bours.

La propuesta “recoge las inquietudes expresadas en el Parlamento Abierto en Materia de Plaguicidas, Fertilizantes y Bioinsumos, que se llevó a cabo el 26 de octubre pasado”, expuso en tribuna la senadora Sánchez Arredondo, pero en realidad hace cambios en el sentido en que han venido presionando en las últimas semanas los integrantes del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), las trasnacionales y el titular de la Secretaría de Agricultura, Víctor Manuel Villalobos, sobre todo en el plazo para prohibir en definitiva la importación y uso de esos herbicidas altamen-te peligrosos.

Aunque la presidenta de la Comisión de Salud, Margarita Valdez, y la senadora Ana Lilia Rivera, autora de la iniciativa discutida los pasados dos meses, habían aceptado modificar el dictamen, entre ellos no cerrar en definitiva el plazo para prohibir los PAP en enero de 2024, sino posibilitar que en esa fecha se valorara el proceso de sustitución, el nuevo proyecto de Morena establece 36 meses.

Además, elimina de la definición que son de “alta toxicidad” y sólo permite que sean sustituidos por bioinsumos producidos por la industria dominada por cuatro trasnacionales.

Tal como lo planteó el secretario de Agricultura, en la iniciativa se da un plazo a la Secretaría de Salud “que no será menor de 36 meses”, luego de la entrada en vigor de la ley “para evaluar el riesgo de los plaguicidas”.

Con ello, la discusión se prolongará, en medio de cabildeos de trasnacionales y grandes productores, que ven en riesgo sus fuertes intereses económicos.

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Abejas y polinizadores en riesgo de extinción no podrán sustituirse con drones

Por Nancy Flores y Zósimo Camacho, Contralínea, 14 de noviembre de 2022.

En riesgo de extinción por el uso intensivo de plaguicidas altamente tóxicos, los organismos genéticamente modificados y el cambio climático, los polinizadores –incluidas las abejas– no podrán ser sustituidos por drones o tecnologías similares, advierten especialistas. Señalan la urgencia de que el Senado legisle la prohibición de los agrotóxicos, como el glifosato, lo que favorecería no sólo al medio ambiente sino también a la salud humana

Muchos cultivos dependen de la polinización. Es importantísima para la siembra de sandía, cuya producción depende en un 96.98 por ciento de la presencia de polinizadores. Si no hay polinizadores, no hay sandía; pero también  la calabaza, el tomate, muchos frutales. Entonces, al desaparecer los polinizadores los cultivos se vienen abajo, señala Irma Gómez, ingeniera agrónoma con maestría en forestería social.

La también colaboradora de la Alianza Maya por las abejas de la Península de Yucatán, advierte que además de la producción alimentaria, también la biodiversidad y la reproducción de las selvas dependen de los polinizadores, y cada uno tiene una función distinta.

“Hay quien dice: ‘bueno, pues se hacen unas abejitas tipo dron para polinizar’. Eso es imposible, cada flor es diferente y cada insecto está adaptado para polinizar esas flores distintas, para  poder extraer el néctar y polinizar. Es muy ridícula esta idea. Eso [la extinción de las abejas y el resto de los polinizadores] sería un problema catastrófico a nivel mundial”, señala en entrevista la experta que ha acompañado a organizaciones y comunidades mayas en procesos de defensa del territorio.

Respecto de la crisis que sufren las poblaciones de estos insectos, aves y mamíferos eficientes en la polinización, el 16.5 por ciento de los polinizadores vertebrados se encuentran en peligro de extinción a nivel mundial, y más del 40 por ciento de las especies de polinizadores invertebrados está amenazada, señala la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Advierte que cada año estos números aumentan por la falta de atención a los factores que impactan a estas especies.

De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, las abejas, las mariposas, los colibríes y los murciélagos son los polinizadores más eficaces para la reproducción de las plantas y garantizar la multiplicación de la vida, al propiciar la diversidad genética. La dependencia federal señala que las 350 especies de colibríes –incluidas las mexicanas– figuran en el Apéndice I de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres.

Respecto de los murciélagos, expone que “por la persecución que han sufrido a consecuencia de los prejuicios y temores contra ellos, 38 se clasifican en alguna categoría de riesgo, según la norma mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010”.

La Semarnat también refiere que el 88 por ciento de las 145 especies cuyo fruto o semilla se cultiva y come en México (como el chile, mango, calabaza, frijol o jitomate) dependen de los polinizadores para su producción. Y a nivel mundial, el 80 por ciento de los cultivos de los que se obtienen alimentos, bebidas, medicinas, tintas y fibras dependen también de los polinizadores.

En ese contexto, Leydy Pech –integrante del colectivo de comunidades mayas de los Chenes y de la Alianza Maya por las Abejas de la Península de Yucatán Kabnalo’on– observa que “si las abejas no están se pierde parte de nuestra historia; y también va a haber esta crisis, estos conflictos que ahorita se están dando entre estas industrias [de agrotóxicos]. Mi abeja llega, está polinizando estos grandes cultivos como lo está haciendo con el sorgo, la papaya, la sandía, pero llega la industria que está fumigando y que está matando porque solamente le interesa su producción, la parte económica, pero no está mirando el riesgo y lo que está afectando, por ejemplo, al campesino que lo ha cuidado por muchos años. Yo me dedico a la meliponicultura, tengo mis abejitas, sé por qué estoy cuidando a mis abejitas y por qué menciono que es un patrimonio. Creo que eso es algo muy importante, que no se está mirando, esos conflictos que está generando esta forma en la que se ven a las abejas. Creo que sí es importante entender y valorar la aportación de los servicios ambientales que nos están dando las abejas”.

La defensora de los derechos humanos y medioambientales considera que las comunidades mayas, como comunidades indígenas, están vivas porque entendieron el trabajo o la interacción que tienen en el territorio con las abejas. “Para nosotros es importante: entendemos que gracias a las abejas tenemos los territorios, la selva, la conservación de las especies y hablamos de abejas en general, porque hay otras abejas que se conocen en el ápice y las millitonas poco, pero hay otras abejas que están cuidando y aportando, hacen una aportación muy importante para el planeta. Con las abejas tenemos salud, tenemos alimentación, tenemos economía e identidad cultural; nosotros así lo miramos y así lo entendemos, por eso, para nosotros es importante mirar a las abejas no sólo en una forma de explotación agroindustrial a gran escala, no; las abejas tienen un trabajo y aportan algo muy importante para la vida, el planeta, para todos. Estos montes, selvas están gracias a las abejas, que tienen una aportación a los animales, las flores y lo que hacen las abejitas para la reproducción de las especies”.

La defensora de estos polinizadores, del ambiente, el territorio y la identidad maya, Leydy Pech, explica a Contralínea que los pueblos mayas “miramos y entendemos la forma en que la abeja está integrada en nuestros sistemas de vida y cómo forma parte de nuestra vida. Entonces, por eso, las familias campesinas decimos que es patrimonio, y para nosotros es importante el patrimonio. El patrimonio es que yo pueda comer, producir alimentos, que pueda tener un espacio en donde trabajar”.

De acuerdo con la Dirección General de Recursos Naturales y Bioseguridad, de la Semarnat, algunos de los factores que podrían estar afectando a las poblaciones de polinizadores silvestres son: el cambio de uso de suelo, la contaminación (en especial por el uso de plaguicidas), el uso de organismos genéticamente modificados (transgénicos), e introducción de especies exóticas invasoras.

Ejemplo de estos factores es lo que ocurre con los grandes monocultivos en Sinaloa, totalmente dependientes de fumigaciones, señala el doctor Fernando Bejarano, integrante de la Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas en México, coordinador de la oficina de la Red Internacional de Eliminación de Contaminantes para América Latina y miembro de la  Campaña Sin Maíz No Hay País.

Añade que esto ya ha ocasiona un gran problema de colapso de colmenas en esa entidad federativa. El impacto está también a una escala comercial, y Sinaloa es el centro de la llamada revolución verde, de estas confederaciones de agricultores que fueron generando esta estructura del Consejo Nacional Agropecuario.

El doctor Fernando Bejarano considera que el reto es impactar estas producciones, “no sólo por la resistencia de las comunidades mayas y otras comunidades indígenas en el país, sino también para que pueda transitar a los productores a escala comercial; ellos deben de desprenderse de esa tutela, subordinación ideológica y mala asesoría técnica que está monopolizada por estas empresas de agroquímicos y semillas, y que está cristalizada en los centros de decisión del Consejo Nacional Agropecuario”.

El integrante del colectivo Sin Maíz No Hay País, considera que hay productores que usan los plaguicidas tóxicos por falta de información. “Actúan de buena fe y están atrapados en este mecanismo de ratón loco de tener un tipo de agricultura, donde ellos tampoco son libres, ellos están sujetos a precios que no controlan por la especulación financiera y a una mala asesoría. Entonces, ellos realmente deben demandar una mejor asesoría técnica”.

El doctor Fernando Bejarano llama a los legisladores a proteger la salud humana y del medio ambiente con la prohibición gradual del glifosato y demás plaguicidas altamente tóxicos. Señala que “es un momento de gran cambio. En ese sentido, hacemos también el llamado a los titulares de agricultura para que cierren filas. […] Este decreto [para prohibir gradualmente el glifosato] va a abrir espacios de negociación para discutir la transición; para aplicar el decreto, todas las partes tiene que estar consultadas; se tiene que estar acompañado de la reforma al reglamento de permisos de licencias sanitarias, y tiene que estar acompañada de todo el compromiso, de todas las instituciones de asistencia técnica para que se amplíe la escala y esto pueda acompañar el conjunto del sistema alimentario del país para reforzar soberanía alimentaria, dejar de importar glifosato y asegurar el derecho a comer alimentos sanos para toda la población”.

Acerca de la organización comunitaria, la activista Leydy Pech dice a Contralínea que las comunidades mayas históricamente han defendido su territorio. “Hoy en día estamos construyendo nuestras redes, nuestras alianzas a nivel peninsular, para fortalecer el tejido social hacia dentro, que se ha quebrado, que ha sido roto por todo un sistema que vino de muchos años y que empezó a cambiar muchas formas de organización, que empezó a meter semillas que no son las nuestras, empezaron a meter paquetes tecnológicos que son los que nos afectan”.

Agrega que las comunidades indígenas son conscientes de que hay otra alternativa: “lo sabemos hacer, esto no es nuevo para nosotros; entonces, estamos en este proceso de la reconstrucción, de volver a reconstruir nuestros procesos internos, nuestras asambleas comunitarias, volver a sembrar nuestras semillas. La participación de hombres y mujeres en esta lucha, en esa defensa, ahora no solamente le toca al campesino, al señor, no, ahora es una responsabilidad de todos nosotros, porque estamos mirando todo lo que está pasando aquí en Campeche, en Hopelchén con todo ese tema de  agroindustria”.

Imagen de Sabine en Pixabay