Profeco desnuda a productos: sopas, refrescos, cafés, tés…

Por Valeria González Cervantes, Sin Embargo, 31 de diciembre de 2021.

A lo largo de 2021, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) publicó una serie de estudios de la calidad con los que mostró que varios productos de consumo cotidiano en la dieta mexicana son engañosos.

Los productos que la Revista del Consumidor analizó tienen en común irregularidades en su información nutrimental. Algunos son publicitados con ingredientes que en realidad contienen en mínimas proporciones, mientras que otros son omitidos. Unos más mienten sobre estar libres de químicos y otros no respetan la NOM-051 -sobre el etiquetado frontal simplificado y el retiro de personajes animados en los empaques.

PRODUCTOS CON CAFEÍNA NO DECLARADA

Uno de los primeros análisis que hizo este año la dependencia a cargo de Ricardo Sheffield Padilla fue sobre los productos que contienen cafeína. Aunque la fuente más conocida de cafeína es el café, existen otros que la contienen, como bebidas, chocolate o helados.

En la edición de marzo, se analizó un total de 74 productos: 31 tipos de café, 15 tés, dos chocolates, 12 refrescos de cola, un helado, ocho bebidas con cafeína, una bebida de té, una bebida sin cafeína, dos polvos para preparar bebidas de té y semillas de girasol. En el caso de estas últimas, la Profeco desmintió que contengan cafeína y aseguró que simplemente se trata de un mito de Internet.

Las normas relacionadas para el estudio sobre los contenidos de cafeína son la NOM-002 de productos preenvasados, contenido neto, tolerancias y métodos de verificación; la NOM-051 sobre etiquetado de alimentos y bebidas no alcohólicas; la NOM-218 de productos y servicios; además del Acuerdo por el que se determinan los aditivos y coadyuvantes en alimentos, bebidas y suplementos.

La dependencia exhortó a la población a leer el etiquetado de los productos para saber qué contienen. Además, recordó que todos los productos que contienen cafeína deben tener una etiqueta en grande que en la que declare que no se recomienda en niños y personas embarazadas. Gráfico: Profeco.

La Profeco concluyó que de las 15 marcas de té —en las que se evaluó etiquetado, contenido de cafeína y contenido neto—, cinco se promocionan como productos sin cafeína, pero dos no cumplen con esto. Pese al incumplimiento con lo declarado, el estudio enfatizó que su contenido es mínimo.

El producto “Chocolate Peppermint Tea sin cafeína” de origen mexicano, de la marca alessa (20 bolsas de té por empaque) contiene contiene 0.4 mg de cafeína en una taza de 200 ml preparada con una bolsa. Aunque la Profeco determinó que explica al consumidor el contenido, el producto se comercia como “sin cafeína”.

La “Infusión Herbal con Rooi-bos y Cardamomo Jengibre Mango Sin Cafeína”, de origen estadounidense, de la marca YOGI (16 bolsas de té de 2g por empaque) contiene 0.2 mg de cafeína en una taza de 200 ml preparada con una bolsa. La Profeco determinó que esta marca también explica al consumidor el contenido aunque el producto se comercia también como libre de cafeína.

Profeco mostró que la mayoría de los productos analizados cumplen con lo declarado en sus empaques. Gráfico: Profeco.

NUGGETS DE POLLO… SIN POLLO

Los nuggets de pollo son un alimento muy popular en la alimentación diaria debido a su rápida y fácil preparación. Estos son principalmente brindados para los alimentos de niños y niñas, sin embargo, en la Revista del Consumidor de abril, la Procuraduría informó que no son la mejor opción, ya que la mayoría de comercializadoras engañan al consumidor.

De acuerdo con la dependencia, los nuggets de pollo elaborados por 11 marcas sólo están constituidos en un 20 por ciento por este tipo de carne.

Según la publicación, este alimento —inventado en un laboratorio de la Universidad de Cornell en Nueva York en la década de 1960— se vende como una alternativa de comida de fácil preparación que, al ser empanizada y frita, puede resultar atractiva para los menores de edad. Sin embargo, señaló que varias de las marcas que ofrecen este producto miente en sus etiquetas, ya que varias tiene porcentajes de grasa que alcanzan 18.23 por ciento, van de 9.56 hasta 20 por ciento de proteína y del 12 al 22 por ciento de carbohidratos.

Sólo 3 de las marcas analizadas contienen más del 60 por ciento de gramos de carne de pollo. Gráfico: Profeco.
La Profeco reveló que la mayoría de marcas de nuggets preparados contienen mínimas cantidades de carne de pollo. Gráfico: Profeco.

La marca Tyson Kids, por ejemplo, que comercializa como “Nuggets de Pollo” o “Nuggets de pechuga de pollo empanizados” no comprobó contenidos cárnicos en su composición. En el caso de Del Día “Nuggets de Pollo”, sólo se comprobó el 20 por ciento de pollo. Mientras que en otra presentación de la misma marca, ubicada como “Nuggets de Pollo, con life’sDHA”, únicamente se constató el 21 por ciento de pollo. El resto de sus composición está conformado de piel, pellejos, fécula de maíz, soya y empanizadores.

“Bachoco Nuggets de Pechuga de Pollo” sólo contiene 39 por ciento de pollo, y como en el caso anterior, también contiene soya, fécula y empanizadores. Además, tiene más grasa de la declarada, pues aunque la etiqueta reporta 6.8 por ciento, contiene 11 por ciento.

Después de obtener las conclusiones del estudio, la revista enfatizó que comer este producto no es equivalente a una pieza de pechuga de pollo y que a pesar del contenido, los precios de los nuggets son muy altos, y pueden encontrarse hasta en 842 pesos por kilo.


Cada 100 gramos de nuggets preparados llegan a superar las 317 kilocalorías, cifra importante para un solo alimento. Gráfico: Profeco.

“El kilo de pechuga deshuesada no vale eso, y si aquí es mucho más alto, y te lo están dando precocinado, pero no están dando pollo, no es algo saludable”, recalcó.

Los nuggets también destacan, sin importar la marca, por tener al menos un sello octagonal del nuevo etiquetado frontal, pues contienen exceso de grasas trans, de calorías, de grasas saturadas y de sodio.

La dependencia sugirió a las familias mexicanas consumir nuggets caseros, ya que tiene mayor proteína y la mitad de grasas que contienen los ya preparados.

Mientras que 100 gramos de nuggets caseros contienen alrededor de 20 por ciento de proteína, el mismo gramaje de nuggets industrializados sólo cuenta con entre el 9 y el 14 por ciento. Gráfico: Profeco.

BEBIDAS MÁS AZUCARADAS QUE UNA COCA-COLA

En el estudio de calidad de mayo, la Profeco analizó 26 aguas o bebidas saborizadas, en las que halló algunas que contienen una cantidad mayor de azúcar que una Coca-Cola y superan la dosis recomendada al día por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Los resultados exponen que la bebida Orangina de 330 mililitros, contiene 33.33 gramos de azúcar por envase, una cantidad superior a la de una Coca-Cola de la misma medida, la cual contiene 25 gramos. Además de que es 33 por ciento mayor al sugerido por la OMS al día, que es de 25 gramos de azúcar.

A su vez, el Jumex Naranjada Frutzzo, de 600 mililitros, tiene 48 gramos de azúcar, también un contenido mayor al de una Coca-Cola de 600 mililitros con sus 48 gramos. Los azúcares de esta bebida son 92 por ciento superior al recomendado por la OMS en un sólo día, resaltó la Profeco.

La Profeco comparó las bebidas saborizadas con una porción igual del refresco Coca-Cola, ya que es el más consumido en México. Gráfico: Profeco.

El organismo explicó que se hizo la comparación con la Coca-Cola debido a que es el refresco que más se consume en México.

Otras bebidas que superan el umbral de contenido de consumo de azúcar diario son:

–La bebida del Valle Frut de 600 mililitros con 27.6 gramos de azúcar por envase

–El agua mineral del Valle NARANJA&NADA de 600 mililitros con 30 gramos

–El agua mineral del Valle LIMÓN&NADA de 600 mililitros con 30.6 gramos

–El agua Bonafont Levité de limón de 1.5 litros con 36 gramos

–El agua Bonafont Juizzy de naranja de 1.5 litros con 39 gramos

–La limonada Peñafiel de limón de 600 mililitros con 54.6 gramos

–El agua mineral de naranja Peñafiel de 600 mililitros con 57 gramos

–El Jumex Frutzzo de limón de 1.5 litros con 102 gramos

–El Jumex Frutzzo de limón de 1.5 litros con 120 gramos

El detector de azúcar de Profeco reveló que sólo cuatro de las bebidas analizadas contienen bajos contenidos de este ingrediente. Gráfico: Profeco.

Otras bebidas que están al límite del consumo recomendado de azúcar al día son:

–El agua Bonafont Levité de pepino limón de un litro con 25 gramos

–El agua Bonafont Levité de limón de un litro con 24 gramos

–El JUMEX Fresh cítricos de 600 mililitros con 24 gramos.

“Si te tomas este envase superas la ingesta de azúcares libres recomendada de azúcares libres, por lo que ya no podrás consumir azúcares en otra bebida o alimento durante ese día”, alerta la Profeco.

Otro producto que resalta es el agua Bonafont Kids que presume tener jugo natural de naranja, pero en realidad solamente es el 1 por ciento, pero además de que se ostenta sin azúcar añadida, pero adiciona fructosa. “Sin azúcar no significa, sin azúcares”.

El estudio surgió debido a que en México la primera causa de muerte en edad productiva (18 a 59 años) es la diabétes, de los cuales el 90 por ciento de los casos de atribuyen a la obesidad y desequilibrios en las dietas.

LECHITAS DE SABOR CON AZÚCAR Y MUCHA GRASA

Según el análisis de la Procuraduría, las leches y productos lácteos saborizados, los cuales se ofrecen en el mercado a niños, son en realidad productos engañosos con alto contenido de azúcar y grasas. Además, no contienen fruta a pesar de llevar imágenes de ella en sus empaques.

En el estudio publicado por la Revista del Consumidor en el mes de junio, se lee que de los 42 productos analizados, 28 de ellos son leches saborizadas y cuatro son productos lácteos combinados saborizados, en los que se demostró que no cumplen con lo declarado o presentan menos de lo que dicen ofrecer.

“No todos los productos del estudio cumplieron con el contenido neto declarado; no todos los productos del estudio comprobaron el contenido mínimo de 85 por ciento de leche que exige la norma para ostentarse leche saborizada y se encontraron productos que se ostenta como leche, cuando es una mezcla de leche con grasa vegetal”, señaló la dependencia.

El énfasis del estudio está en que las leches saborizadas son especialmente atractivas para los menores de edad, sin embargo, contienen altos contenidos de azúcares y calorías.

Ante ello, la Profeco recomendó leer la etiqueta, ya que algunos productos aunque presentan la imagen de una fresa no significa que contengan esta fruta, sino que igualan su sabor a través de saborizantes.

Varias de las leches saborizadas contienen aditamentos químicos que potencializan su sabor. Gráfico: Profeco.

Derivado del análisis se expuso que la marca Rancho Don Silvestre, con sabor a chocolate y sabor fresa en presentación de 236 mililitros, no demostró contener 85 por ciento de leche y en su caso contiene una mezcla con grasa vegetal. A pesar de que se solicitó al fabricante la información para corroborar el contenido de leche, no la presentó.

De las leches analizadas, Hershey’s sabor a chocolate de 200 mililitros fue la que más azúcares totales contiene en 100 mililitros; es decir, si se toma el líquido de este envase, se estará consumiendo 16.7 gramos de azúcares libres añadidos, lo que representa el 66.8 por ciento más de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que es de 25 gramos al día.

Por su parte, Kellog’s All-Bran deslactosada sabor chocolate, en su presentación de 236 mililitros, fue la leche que más kilocalorías y más grasas presentó en 100 mililitros. Además, registró denominación incompleta, pues no señala el tipo de leche (entera, descremada, semidescremada o parcialmente descremada) de acuerdo con su contenido de grasa conforme a la NOM-155-SCFI-2012.

La mayoría de las leches saborizadas contienen altos contenidos de azúcares, por lo que no se recomienda su consumo diario. Gráfico: Profeco.

De los productos lácteos combinados saborizados, Alpura Frutal con pulpa de fresa de 250 mililitros es el que más azúcares tiene con 14.24 g en 100 mililitros y contiene más kilocalorías con 77 en 100 mililitros, por lo que en caso de tomarse el contenido de este envase se estará consumiendo 27.1 g de azúcares libres añadidos, es decir, el 108.4 por ciento de lo recomendado por la OMS. Y la leche Lala Chocolala sabor a chocolate de 330 mililitros tuvo hasta 13.7 mililitros menos del contenido declarado.

TODO CON ALTAS CANTIDADES DE SODIO

La Procuraduría Federal del Consumidor compartió una lista de aderezos, botanas, galletas y más productos enlatados que exceden el nivel de sodio permitido.

La edición de julio de la revista dio a conocer los productos que no siguen los lineamientos establecidos y consumir grandes porciones de estos alimentos podría provocar daños en personas hipertensas y sanas.

La Profeco alertó sobre 80 productos de 17 categorías que tienen la etiqueta “exceso de sodio”, pues según la Norma Oficial Mexicana -051-SCFI/SSA-2010, el sello lo deben tener todos aquellos alimentos que superen los 350 miligramos de sodio por cada 100 mililitros o 100 gramos.

Atún enlatado, botanas, cacahuates, cereales para el desayuno, chiles envasados, frijoles envasados, galletas, mayonesa, mostaza, palomitas para microondas, rajas envasadas, salsa picante, salsas de soya, salsa de tomate cátsup, salsas barbecue, sardinas en salsa de tomate, tortillas de harina y tostadas de maíz.

Productos analizados por exceso de sodio. Foto: Captura de pantalla, Profeco.

Los daños que provocarán en el cuerpo dependen del consumo que realice una persona, ya que el consumo de algunos productos se restringe a unas cuantas porciones.

“Los productos analizados presentaron el sello de ‘exceso sodio’. Los contenidos de sodio varían entre ellos. Sin embargo, se debe considerar que algunos son aderezos o salsas que se consumen solo por porciones, otros se consumen completo y otros requieren preparación por lo que las cantidades que se ingieren dependen de las instrucciones de uso”, destaca la Profeco.

Advirtió que sobre todo se debe tener precaución en el consumo de salsas picantes, pues normalmente se acompañan con otras botanas que también tienen altos contenidos de sodio.

También expuso que aunque se piense que sólo las galletas saladas contienen sodio, éste también se encuentra en productos dulces. Si bien las porciones de consumo se ubican entre los 30 gramos, una persona normalmente consume 100 gramos de galletas, por lo que, dependiendo del producto, se pueden llegar a consumir hasta 1554 miligramos de sodio en las saladas y hasta 562 miligramos de sodio en las galletas dulces.

Infografía “Productos con los que debes tener cuidado”, por su exceso de sodio. Foto: Captura de pantalla, Profeco.

Para las palomitas de microondas, si se consume todo el contenido del empaque, dependiendo del producto, se pueden llegar a consumir hasta 451 mg de sodio. Para el caso de los cacahuates hasta 1517 mg de sodio, lo que equivaldría al 73.3 por ciento de la ingesta recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) al día, y las botanas 2542 mg de sodio, exceden los dos mil mg recomendados por la OMS.

El estudio de Profeco reveló que las mostazas, mayonesas y chiles enlatados son de los productos que más exceso de sodio contienen por porción, por lo que exhortó a un consumo moderado y no frecuente de los mismos.

CUBITOS DE POLLO: UN DOLOR DE CABEZA

En la misma séptima edición de este año, la Profeco advirtió que el caldo de pollo industrializado, más conocido en su presentación de cubos de pollo, tiene alto contenido en sodio, por lo que se pueden implicar graves riesgos a la salud pública, debido a su frecuente consumo en la dieta mexicana.

En la investigación se evaluaron 24 caldos de pollo en polvo y cubos con el fin de verificar que la información que se lee en sus etiquetas se apegara a la realidad, siguiendo como normas la NOM-002-SCFI-2011, NOM-051-SCFI/ SSA1-2010 y la NMX-F603-NORMEX-2003.

Acorde con el estudio, los cubitos, el polvo y los granulados de caldo de pollo se componen de una mezcla de nueve ingredientes, entre los que se encuentran saborizantes naturales y artificiales, colorantes, especias, carne y grasa de pollo, sal yodada, grasas vegetales, glutamato monosódico, fécula de maíz y azúcar.

Artículo de Profeco sobre el caldo de pollo industrializado. Foto: Captura de pantalla.

En ese sentido, recalcó que es importante checar las etiquetas de los alimentos que se compran, ya que el primer ingrediente declarado, es el que se contiene en mayor cantidad. En este caso, en el octágono que se ha puesto por parte de la Secretaría de Salud (SSa), se especifica que dichos sazonadores contienen exceso de sodio.

Sobre el uso del glutamato monosódico en los cubitos de caldo de pollo, la Profeco señaló que “es controvertido”, ya que se relaciona con cuadros de dolores de cabeza, sudoración, opresión en el pecho, ardor en la boca y mareos.

Este químico es un potenciador de sabor que comúnmente se añade a los alimentos procesados, pues activa ciertas terminales de la lengua que hacen que el sabor de cada alimento sea más fuerte.

ALCOHOLES BARATOS QUE NO CUMPLEN

La Revista del Consumidor del mes patrio detectó las marcas de alcohol destiladas y licores de menos de 130 pesos que no cumplen con el contenido que declaran, entre ellas se encuentran Tonayán y Oso Negro.

La Profeco analizó 41 marcas de alcohol destiladas y licores para conocer su procedencia y contenido.

Se realizaron 343 pruebas para verificar que cumplan con las normas NOM-002-SCFI-2011, relacionada con productos envasados, contenido neto, tolerancias y métodos de verificación, y la NOM-142-SSA01/SCFI-2014, que tiene que ver con bebidas alcohólicas, especificaciones sanitarias, y etiquetado sanitario y comercial.

La Profeco analizó 41 productos, seis de ellos son licores de caña, uno de ginebra, dos destilados de caña, dos charandas, cinco de ron, tres de brandy, 12 licores de agave, seis vodkas, un licor de agave con sabor y tres whisky. Los aspectos a evaluar fueron: Información comercial, contenido de componentes volátiles (como metanol, alcoholes superiores y aldehídos), contenido de azúcares, contenido energético, contenido neto y contenido de alcohol.

Gráfico: Profeco.

De acuerdo con el estudio los licores de caña analizados son:

-Jacalito de Tonaya, 960 ml (30 pesos). El producto cumple con lo que ofrece.

-El León Dorado, 960 ml (98 pesos). El producto no cumple con el contenido alcohólico que declara y no contiene en mínimo de azúcares para denominarse licor.

-El Mezcalito de Tonaya, 1.75 ml (39 pesos). El producto presenta el símbolo de ANIDA, además de una imagen de agave, sin embargo es un licor de caña. Además tuvo 3.4 por ciento menos del contenido neto declarado.

-No te Rajes (blanco), 1 L (53 pesos). La información que da al consumidor es completa.

-No te Rajes (oro) 1 L (53 pesos). No cumple con el contenido alcohólico que declara.

-Tonayán, 960 ml (35 pesos). Presenta el símbolo de ANIDA, pero es un licor de caña.

Gráfico: Profeco.

Los licores de Agave estudiados fueron:

-Cielo Azteca, 750 ml (63 pesos). El producto cumple con lo que promete en su etiqueta.

-El Compadre (blanco), 1 L (80 pesos). La forma en que se coloca la leyenda 100 por ciento agave puede inducir al error. Tampoco cumple con el contenido alcohólico que declara, ni tiene el mínimo de azúcares para denominarse licor.

-El Compadre (oro), 750 ml (68 pesos). Igual que su hermano, la forma en que se coloca la leyenda 100 por ciento agave puede inducir al error. No tiene el mínimo de azúcares para denominarse licor.

-Enigma, 750 ml (46 pesos). Su información es correcta.

-Llano Escondido, 750 ml (69 pesos). Tiene 2.4 por ciento menos del contenido neto declarado.

-Paloma Blanca, 1 L (60 pesos). No contiene el mínimo de azúcares para denominarse licor.

-Paloma Negra, 1 L (72 pesos). Cumple con su etiquetado.

-Rancho Escondido 750 ml (oro 65 pesos y plata 78 pesos): Cumple con todo lo que ofrece.

-San Luis, 750 ml (blanco y oro 120 pesos). Cumple con el etiquetado.

-Vértigo, 750 ml (60 pesos). No contiene el mínimo de azúcares para denominarse licor.

Las marcas analizadas mostraron inconsistencias. Gráfico: Profeco.

De acuerdo con el estudio, de las marcas analizadas al menos 16 no cumplen con alguna de sus características, ya sea en el contenido declarado de alcohol de los ingredientes con los que está elaborado.

La dependencia recordó que este tipo de productos deben incluir una advertencia sobre el no consumo para  embarazadas ni los menores de 18 años pueden ingerir alcohol ni tampoco se recomienda hacerlo si se va a conducir.

“¡CON MIS SOPAS INSTANTÁNEAS NO!”

La más polémica de las publicaciones de este año de la Revista del Consumidor fue la de octubre, cuando se analizaron sopas instantáneas.

En ese entonces, la Profeco anunció que retiraría tres marcas y explicó por qué en la Revista del Consumidor. En resumen: engañan. Dicen que traen pollo o verduras y en la foto se ve todo tan sabroso y saludable, pero no es así. Son lo que son: calorías, sodio, azúcar, sal, harinas, saborizantes y colorantes artificiales.

En total se analizaron 33 marcas de sopas instantáneas —contenidas en vaso, tazón o sobre, así como sopas de pasta de preparación rápida— con las que se realizaron 363 pruebas en total.

Los ingredientes que se contienen en estos productos pueden ser harina de trigo, sazonadores, salsas, verduras, extractos cárnicos, queso y tomate. También suelen contener potenciadores de sabor (que sirven para que la lengua sea más receptiva a los sabores salados y fuertes) como glutamáto monosódico, inosinato, guanilato de sodio, extracto de levadura y proteína hidrolizada de soya.

Todos los productos evaluados tienen alto contenido en sodio, según el estudio de Profeco. Foto: Profeco.

Incluso, algunos de los productos contienen sacarosa (azúcar de mesa), glucosa, fructosa y/o lactosa.

En el proceso de elaboración se someten a cocción, por lo que ya preparadas aportan agua, carbohidratos proteína, grasa y sodio. En el caso de la grasa, Profeco destacó que la mayoría de los fabricantes agregan aceites vegetales, pero hay productos que también contienen gasa de leche, quesos y grasa de pollo.

Algunas de las marcas analizadas que están en presentación de vasito o tazón son las siguientes: J-Baskest, con un precio al publico de 84 pesos (siendo la de mayor costo en todo el estudio de la Procuraduría); Maruchan (Bowl, Instant Lunch, Yakisoba, Ottima) con precios entre los 10 y 25 pesos; Knorr instantáneas y preparado fácil, con costos entre los 15 y 30 pesos; Nissin (Cup noodles, Maki Nissin, Pasta U.F.O) con precios entre los 10 y 20 pesos; Nongshim con un costo de 38 pesos; Ottogi Jin Ramen Mild, de 22 pesos por envase; Udon, en 42 pesos cada empaque; Kraft Macaron and Cheese, en 21 pesos; y La Moderna Ya!, en 20 pesos.

Pese a que la Profeco indicó que todas las marcas cumplen con la porción por envase que prometen, los productos mencionados cuentan con altos contenidos de sodio (mayores a 230 miligramos por cada 100 gramos de producto).

Algunos de los ingredientes de este tipo de productos son los potenciadores de sabor y el sodio en exceso. Foto: Profeco.

En el caso de las sopas tipo ramen o fideos orientales, la dependencia a cargo de Sheffield Padilla abarcó nueve marcas: Buldak Cheese, Chikara Udon, Maruchan Ramen, Nissin, Myojo, Ottogi Ramyon y Sapporo. Buldak Cheese contiene publicidad engañosa.

“Una sopa que retiramos se llama Buldak Cheese, que está todo en chino y en inglés, que dice tener queso y pollo, y no tiene pero nada de queso ni de pollo, es publicidad engañosa. La persona puede comprarlo pensando que siquiera viene algo de recaudo de pollo, pero no tiene ni trazas de pollo. Ahora sí que besando un pollo tenemos más pollo que con esa sopa”, expuso en la mañanera del 4 de octubre el titular de la Profeco, Ricardo Sheffield.

En ese sentido, la Revista del Consumidor ahondó que es el producto que más grasa, carbohidratos y kilocalorías contiene por 100 gramos de producto preparado. Además presenta un personaje en caricatura (ya no permitido en México para productos con bajo contenido nutrimental) “que no debería, ya que presenta los sellos EXCESO DE GRASA SATURADA Y EXCESO DE SODIO”.

Para este tipo de sopas, la Profeco señaló que Chikara Udon, Myojo y Sapporo tampoco cumplen con la norma de etiquetado al no poner las instrucciones en español y al no mostrar la información nutrimental.

La Profeco señaló que las marcas que no cumplen con alguna norma serán multadas. Foto: Profeco.

La Procuraduría también incluyó en su estudio sopas de fideos de fácil preparación. En esta sección analizó dos productos de la marca Great Value (sopa de fideos y fideos con sabor a pollo), dos de Knorr (fideos con pollo y fideos con chile y limón),  fideos de La Moderna, fideos con pollo de Maggi y sopa de fideos de Selecto Brand.

Esta última fue la que más grasa tiene de los productos analizados, además de que no cumple con la norma de etiquetado al no indicar el contenido energético en total del envase, sólo por cada 100 gramos de producto.

En las conclusiones del estudio se expuso que Knorr no reporta el contenido calórico y contiene azúcares añadidos que no declara en la información nutrimental; que Maruchan Ramen dice tener vegetales pero sólo contiene 0.0085 gramos de verduras.

Profeco también expuso que la mayoría de las sopas contienen muy poca o nada de cantidad de vegetales o producto cárnico, pese a que lo promocionan en su envase.

Maruchan Instant Lunch (presentación más conocida de esta marca) y Nissin Cup Noodles están empaquetadas en vasos de unicel, por lo que no deben prepararse en horno de microondas, ya que este material vierte sustancias tóxicas al producto que luego se injerirá. Sin embargo, ninguna de las marcas reporta esta advertencia de manera visible y entendible para el consumidor.

Pese a que declaran tener cárnicos y vegetales, éstos se incluyen en muy poca cantidad dentro de las sopas instantáneas. Foto: Profeco.

En desglose de conclusiones también se resaltó que los consumidores deben tener en consideración que antes de comprar este tipo de productos, es necesario revisar la información nutrimental, preferentemente no hacer caso omiso de las advertencias por excesos, leer detalladamente la etiqueta de preparación, no consumirlas si el envase presenta algún tipo de daño y no consumirlos en exceso.

Finalmente la Profeco expuso en el estudio que todas las marcas contenidas en éste que tengan al menos una “falla” son acreedores a una falta administrativa.

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No mires arriba…ni a ningún lado

Por Alejandro Calvillo, Sin Embargo, 30 de diciembre de 2021.

La alegoría en la película entre el meteoro y el calentamiento global del planeta/cambio climático, no sólo corresponde a la reacción del poder político, también está en el tratamiento que le dan los medios de comunicación a los temas de profundidad que cuestionan el modelo prevaleciente.

El meteoro que se acerca a la tierra y que en unos meses la impactará y que tendrá como consecuencia la extinción de la población humana, es una alegoría del calentamiento global del planeta y sus consecuencias. La película No mires arriba ha logrado su éxito por ser una comedia negra que, justamente, presenta una serie de elementos que se asemejan a la incapacidad actual de la humanidad para enfrentar el calentamiento global. Como un meteoro que se acerca a la tierra de forma, al parecer, inevitable, la humanidad ve avanzar el calentamiento global que la llevará a un umbral de destrucción irreversible, sin tomar las acciones para evitarlo.

Los excesos de la comedia no están lejos de la realidad, al presentar a la Presidenta de los Estados Unidos -Meryl Streep como Janie Orlea- evaluando cómo responder a la información que ha recibido sobre el meteoro que impactará la tierra, preocupada más en que no le afecte en el siguiente periodo electoral, es decir, en su carrera política y la de su partido. La reacción no está lejos de la del Presidente G. Bush que advirtió que no asistiría a la Cumbre de la Tierra de 1992 en Río de Janeiro si se proponía un acuerdo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. La comunidad internacional dobló las manos ante la amenaza de los Estados Unidos, el mayor consumidor de combustibles fósiles en el mundo en ese momento, y no se firmó ningún compromiso de reducción de emisiones. En ese contexto, el vocero de la Casa Blanca declaró que no se atentaría contra el derecho de los ciudadanos estadounidenses a utilizar su auto tanto como quisieran.

No solamente no se redujeron emisiones de 1992 a la fecha, se calcula que han aumentado en más de 60 por ciento. La realidad no está lejos de la comedia negra si consideramos que en 1992 se hablaba de la necesidad de reducir en un 80 por ciento las emisiones de gases de efecto invernadero, y no sólo no se redujeron las emisiones, se han aumentado de esa fecha ahora en alrededor de 60 por ciento. Más de 30 años perdidos, en los que mucho se podría haber hecho, como los meses que se pierden en esta comedia para lanzar una nave que haga explotar el meteorito antes de que llegue a la tierra.

La alegoría en la película entre el meteoro y el calentamiento global del planeta/cambio climático, no sólo corresponde a la reacción del poder político, también está en el tratamiento que le dan los medios de comunicación a los temas de profundidad que cuestionan el modelo prevaleciente. Los astrónomos, el Dr. Randall Mindy interpretado por Leonardo DiCaprio y su asistente Kate Diblasky interpretada por Jennifer Lawrence, que hacen el descubrimiento, asisten a uno de los programas matutinos de televisión con mayor audiencia para ser entrevistados. Los conductores, interpretados por Kate Blanchet y Tyler Perry, habituados a los contenidos vacíos, buscan evitar, una y otra vez, que los astrónomos lancen sus advertencias sobre la inminente colisión de un inmenso meteorito contra la Tierra. La situación llega al extremo en que Diblasky, desesperada, los interrumpe para lanzar a gritos su advertencia a la audiencia. Y como nota, la película no deja pasar el papel de las redes sociales donde la verdad, como es común, pierde todo sentido ante los memes de todo tipo contra la Dr. Diblasky.

No deja de haber una similitud entre su desesperación y la de los miembros de la Organización Meteorológica Mundial, del Panel Intergubernamental de Cambio Climático, de científicos decanos como David Attenborough hasta activistas jóvenes como Greta Thunberg y de millones de personas más que han salido a las calles pidiendo acción a los gobiernos.

Podemos decir, que hemos llegado al momento en que ya no hay duda entre la mayor parte de la población sobre la eminente llegada del cambio climático, como en su momento en la comedia se llega a aceptar la llegada del meteorito.

Una de las alegorías más atinadas es la que se realiza al papel y poder de las grandes corporaciones frente a la catástrofe. Es claro que las corporaciones toman el control de la situación. No es el gobierno y sus expertos, es el poder e influencia del CEO de la corporación Bash – Peter Isherwell protagonizado por Mark Rylance – quien decide cómo se enfrentaár la amenaza. La omnipotente soberbia de Isherwell es una excelente caricatura de los magnates de las nuevas corporaciones. Isherwell predice el futuro de los demás y la muerte de la misma presidenta de los Estados Unidos a partir de los algoritmos y la inmensa información que tiene de cada uno de ellos. ¿Alguna similitud con Zuckerberg y su uso de algoritmos y perfiles para determinar los gustos, inclinaciones y publicidad dirigidade forma totalmente personalizada a miles de millones de personas en el planeta?

El omnipotente CEO de Bash se niega a la exigencia de que su plan para deshacer el meteorito antes de llegar a la tierra, sea revisado por otros científicos sin conflicto de interés, que no laboren en su corporación. El plan del CEO de Bash fracasa y el meteorito se colisiona con la tierra. Pero como Bezos y Musk, ya tiene un plan para dejar la tierra, antes de su destrucción, junto con la presidenta de los EUA y un grupo de selectos. ¿Alguna similitud con Jeff Bezos y Elon Musk con su proyecto de viajes interplanetarios?

El final ocurre cuando quienes huyeron en la nave de Isherwell despiertan 22,740 años después en otro planeta, no todos los que habían partido, pero si la mayoría. Al descender al planeta el grupo de sobrevivientes es rodeado por varios animales y de inmediato uno devora a quien era la presidenta de los Estados Unidos en el momento que el meteorito cayó a la Tierra, tal como Isherwell le había predicho a partir de sus algoritmos.

No se trata de una película excelentemente realizada, tiene un excelente elenco, pero su poder radica en que se trata de un guion con un enorme y profundo simbolismo en un momento que, como humanidad, vemos ya una parte de la catástrofe climática que hemos creado, pero aún con muy poca consciencia de sus dimensiones.

La realidad es más cruel de lo que pensamos. Sería posible, incluso, que fuera más viable destruir un meteorito camino a la Tierra que enfrentar el cambio climático evitando que llegue a extremos de retroalimentación y de no retorno.

El reto del cambio climático es mucho mayor al que plantean las grandes corporaciones de las energías renovables que, como Isherwell, ven una gran oportunidad de negocio en la catástrofe. Isherwell calculaba los recursos minerales que podría obtener del propio meteorito si lograba partirlo en pedazos y sacar provecho de sus valiosos minerales. De manera similar, las corporaciones de las renovables ven en el cambio climático la posibilidad de dominar el futuro, presentándose como la solución. Sin embargo, no lo son, mientras se mantenga el actual modelo de consumo y derroche. La energía requerida para la construcción de las enormes centrales eólicas y solares, la energía requerida para obtener el hidrógeno como combustibles, el litio para las baterías y las enormes cantidades de minerales para transitar a esas energías, no son una salida al cambio climático.

La crítica de No mires arriba al papel que juega la corporación, sometiendo al poder político y a la propia ciencia, llevando a la humanidad a la catástrofe, es uno de sus mayores aciertos.

Impulsan parcelas agroecológicas en el Sur de Jalisco

Por Laura Sepúlveda, Universidad de Guadalajara, 29 de diciembre de 2021.

Investigadores del CUSur, diseñaron programa piloto con productores de varias comunidades del sur de Jalisco para que diversifiquen sus cultivos, rescaten del sistema de producción milpa, entre otros

Las comunidades de El Fresnito, en Zapotlán el Grande y El Rodeo, en Gómez Farías, son las poblaciones en las que el Centro Universitario del Sur (CUSur) puso en marcha, con apoyo del Conacyt, un programa piloto para la instalación de parcelas agroecológicas.
 
Este proyecto tiene como antecedente una parcela instalada en el plantel universitario en 2013 que trabaja en vinculación con los productores, expresó el doctor Alejandro Macías Macías, investigador del CUSur y Coordinador del proyecto.
 
Lo que buscamos es que los productores sean los responsables del manejo de esas parcelas. En El Fresnito estamos instalando una, y en El Rodeo son tres. Además, estamos trabajando colectivamente con otras universidades y se están instalando otras parcelas, tres en Nayarit y seis en Chiapas. Es un proyecto que abarca diferentes partes del país. La idea es que se instalen estas parcelas de acuerdo con las necesidades locales, características del entorno y que integren diferentes aspectos relacionados con la ecología”, apuntó.
 
Con esta acción se busca modificar la dinámica productiva imperante que está generando problemas ambientales en todo el país; por ello, las parcelas incluyen la diversificación de cultivos, el rescate del sistema de producción milpa, la instalación de zonas de apicultura para la protección de las abejas y la generación de sistemas para captar agua de lluvia.
 
“Se han instalado farmacias vivientes, cortinas de árboles forestales y promovido el rescate de plantas que eran muy importantes en la región y que han venido siendo desplazadas, como el maguey pulquero. El proyecto va acompañado de otras actividades como la instalación de huertos de traspatio en las casas, manejados por mujeres; huertos escolares que permitan vincular actividades educativas con la agroecología”, precisó Macías Macías.
 
El académico explicó que las diferencias entre las parcelas tradicionales y las agroecológicas son que en estas últimas no se utilizan fertilizantes, agroquímicos, semillas procesadas, que es algo que caracteriza a la agricultura industrializada y que son perjudiciales para la salud, las parcelas y el medio ambiente.
 
“Se produce de manera orgánica; además está la diversificación de la propia unidad productiva, pues en lugar de ser un monocultivo hay una de diversificación, y en la misma parcela tenemos producción de granos, hortalizas, frutales, producción animal y se genera un ecosistema al interior de la parcela”, describió el investigador.
 
Aunado a lo anterior, el productor se protege porque tiene varios cultivos; además de que mucha de la producción va al autoconsumo y la parcela permite la integración de las comunidades porque el trabajo es colectivo, algo que se ha venido perdiendo en las comunidades.
 
“Lo que busca la agroecología es el respeto de los saberes ancestrales, la forma en que se producía anteriormente con los pueblos indígenas, incorporando avances tecnológicos que sean adecuados y que vayan en favor del cuidado del medio ambiente. Así generarían productos más saludables, se enriquecen las posibilidades de ingresos para las familias, especialmente los que son desplazados por el modelo agroindustrial”, dijo.
 
Este proyecto, que surge del modelo Practi-torio comunitario y buen vivir, en el cual han integrado actividades que tienen que ver con la producción agrícola sustentable, las economías solidarias y el rescate de saberes y escuelas rurales, está programado para desarrollarse durante tres años.
 
“Mientras estemos desarrollando estas parcelas está el compromiso de seguir buscando nuevos productores. Tiene proyectada la salida a comunidades vecinas y a regiones para divulgar los resultados, con el objetivo a largo plazo de irlo socializando y diversificando en otras partes de Jalisco”, indicó.
 
Macías Macías puntualizó que otro de los planes es constituir una red de agroecología, ya que este modelo en México es rico sobre todo en la parte Sur y Sureste de la república, donde subsisten las comunidades indígenas.
 
 
 
 
 
Atentamente
“Piensa y Trabaja”
“Año del legado de Fray Antonio Alcalde en Guadalajara”
Guadalajara, Jalisco, 29 de diciembre de 2021

La actividad humana amenaza con nuevos peligros a los cactus gigantes de México

Por Carmen Moran Breña, El País, 24 de diciembre de 2021.

Las enormes biznagas de las zonas semidesérticas han conjurado su explotación ilegal para el acitrón navideño, pero otras industrias y el cambio climático se ciernen contra estos dinosaurios vegetales

Sergio trisca como una cabrilla por los cerros de Ojo de Agua, en Guanajuato. Con la soga enrollada como un pequeño vaquero, el muchacho, de 11 años, se para, observa las huellas en la tierra y dice: “Por aquí han pasado vacas”. ¿No serán caballos? “No, son vacas”, afirma sin atisbo de duda en su carita curtida. Ha heredado los conocimientos de su familia, pero sus ojos no verán jamás en esos montes lo que vieron sus padres o sus abuelos. Nunca. Miles de biznagas gigantes han sido arrancadas para dedicarlas al acitrón, un dulce típico de la Navidad, como fruta escarchada, que adorna las roscas de Reyes. Algunos vecinos reunidos consiguieron parar esas talas ilegales que a plena luz del día o en noche cerrada, esquilmaban los montes a lomos de burros. Los ejemplares más ancianos pueden alcanzar una altura de dos metros y medio y eso indica una edad probable milenaria, a razón de 8 milímetros de crecimiento anual. La amenaza del acitrón ya parece combatida, pero nuevos peligros acechan a estos dinosaurios vegetales: la siembra intensiva de hortalizas, la ornamentación de ranchos de lujo o, eventualmente, la voracidad inmobiliaria. Los Guardianes del Cerro siguen alerta.

Decir cactus es decir México, y asomarse 40 millones de años atrás. Situarse al lado de una echinocactus platyacanthus, o biznaga gigante, es viajar al pasado. Nacen como una bolita espinada, al cabo de 90 años pueden tener el tamaño de un balón de playa, después agarran carrerilla y comienzan a elevarse en forma de columna hinchada que tres o cuatro adultos no pueden abarcar uniendo sus brazos abiertos. Su perímetro es un acordeón desplegado, un farolillo de papel plisado de los que iluminan las ferias, pero enorme, monstruoso. En cada columna vertebral del plisado, las espinas negruzcas amenazan recias como puñales. Pese a estas defensas, los burros las patean con los cascos hasta despojarlas de la piel y meten el hocico: un suculento tonel donde saciar la sed en estas tierras semidesérticas.

Así fue durante siglos. El pueblo otomí nunca explotó estas cactáceas. Apenas hacen mermelada de otra especie similar que da frutos. Pero la carne de la platyacanthus puede convertirse en miles de gajos endulzados para los postres de navidad o los chiles en nogada, otro plato típico de México. Y ahí comenzó la primera depredación, oculta detrás de leyes inútiles para la protección de unas plantas que tardan en crecer cientos de años y enredado el asunto con la disolución de los ejidos en los noventa, lo que propició la venta de tierras que antes fueron de uso colectivo. Desde la primera década del siglo, México empezó a perder uno de sus grandes tesoros, sin que los gobiernos hicieran nada por detenerlo. Lo que bien podrían ser parques nacionales de estricta protección se convirtieron pronto en negocios rentables.

Por 2008, algunos vecinos de Ojo de Agua, se organizaron para detener el saqueo de sus gigantes. Sin ayuda de las Administraciones, sin un licenciado que les asesorara. Subían al monte a cuidar su ganado y cuando veían movimientos sospechosos daban la voz de alarma. “Se llevaron en unos pocos años más de 20.000 biznagas. De noche venían con motosierras, las pelaban y las talaban”, dice José Reyes Estrada, uno de los guardianes. En la tierra quedaban las señales del ecocidio, una palabra que han tenido que aprender los lugareños: peladuras espinadas por todas partes, como en un aserradero, y un hueso blanco que era la espina dorsal del cactus. Esos cadáveres secos aún están regados por toda la sierra. Cuando la biznaga muere de forma natural se convierte en un montón de ceniza blanca, tal que hubiera sido incinerada. Cuando es el machete el que pone fin a su vida queda ese hueso de testigo.

“Creo que ya hemos conseguido parar lo del acitrón, pero seguimos vigilantes, porque sabemos que sus intenciones son acabar con todo”, asegura María Isabel Orduña Estrada, una de las guardianas de Ojo de Agua, en el municipio de Victoria, en ese triángulo semidesértico entre Guanajuato, Querétaro y San Luis Potosí, buen hábitat para las cactáceas gigantes. También las hay en Sonora, Chihuahua, Baja California y otros emplazamientos de similares condiciones climáticas. Su familia está en la misma lucha, y otros vecinos también. Pero no son muchos los que levantan su voz para proteger las biznagas. No es de extrañar, los ambientalistas pelean solos en muchas zonas de México y reciben amenazas de muerte que no se quedan en eso. La defensa de la tierra deja cada año en este país decenas de activistas muertos, ya sea por causa de la madera, de la mariposa monarca, de la lucha contra el envenenamiento industrial de las aguas, o cualquier otra causa. Lo Guardianes del Cerro también las han recibido. “No es una broma, es verdad, pero si a mí me pasara algo, querría que los demás siguieran en la lucha”, dice María Angélica Orduña, hermana de María Isabel, y delegada de Ojo de Agua. “Es un orgullo enseñar estos montes a quienes no los conocen, no queremos explotarlos turísticamente por dinero, queremos que sean para todos, nuestros abuelos nos los dejaron intactos para todos”, afirma.

A las seis de la mañana, la luna llena obliga a las montañas a perfilarse sobre un cielo que se resiste a clarear. Los pueblos están adornados con cientos de bombillitas y cachivaches iluminados, con esa facilidad que tiene la Navidad para deslizarse hacia el mal gusto. Los excursionistas toman una jarra de atole chocolateado, dulces y quesadillas calentitas. Van a hacer falta para las cinco horas monte arriba monte abajo. Caminan en fila, entre magueys, chimales, ramas de chivo y moros. A cada momento hay que apartar las ramasantas para abrirse paso cuidando de que, al soltarlas, no aticen al que viene detrás. La ropa y la piel quedarán arañadas por los gatillos, una suerte de espinos con uñas de gato, efectivamente. La mirada recorre las lomas. Hace apenas unos años, familias enteras de biznagas habitaban esas laderas. Hoy, varias se ven peladas, pura breña. Pero otras conservan la grandeza de los enormes toneles verdes, que van apareciendo al cabo de un par de horas de trayecto, cada vez más grandes, como si el cerro entero hubiera sido bombardeado con obuses espinados. Son como Obélix en su Galia. No hay muchos sitios en el mundo con capacidad para tanto asombro.

Las biznagas son inteligentes, ahí donde las ven como pasmarotes del mioceno o del plioceno, inmóviles, a prueba del viento más correoso. Sus raíces son someras, preparadas para adueñarse de las primeras gotas de lluvia que mojen la tierra, con las que irán llenando el tonel. Pueden aguantar seis años de sequía inusual. Lo que debieron ser hojas son ahora espinas, para que la humedad no se pierda y les protejan. Y sus estomas microscópicos operan al revés que en otros vegetales: en las biznagas se cierran por el día y se abren por la noche. Monopolizan la humedad y la atesoran, como los camellos. Otra cosa son los burros, que a coz limpia son capaces de chuparles la vida. Pero con lo que no contaban, definitivamente, es con la voracidad humana, o su derivado más temible: el cambio climático.

Todo esto lo cuenta Mario Hernández, director del Jardín Botánico de San Miguel de Allende, uno de los pueblos más bonitos de México, cerca de estas tierras de cactáceas en Guanajuato. Habla de una “segunda depredación”, la que se avecina con las plantaciones intensivas de hortalizas, o la inmobiliaria o cualquier industria que esquilme los acuíferos. Dice que ya se está viendo en tierras colindantes. También el ornato de jardines privados puede inclinarse hacia la venta ilegal de estas gigantes. “En los viveros necesitan permisos y garantías para vender esas plantas, pero no los tienen. Venden algunas que tienen 90 años y el vivero apenas lleva 10 abierto”. Y por supuesto, el cambio climático. “Los ejidatarios no pueden por sí solos vigilar tantos miles de hectáreas. Estas plantas están catalogadas en peligro de extinción”, prosigue Hernández, sociólogo experto en aguas subterráneas y cuencas hidrográficas. Pero en México las leyes son fuertes y su aplicación débil. En ocasiones, los ilegales cuentan con la connivencia, cuando no el impulso, de ciertas administraciones locales. “Y no son muchas las personas que tengan, como por ejemplo el maestro Léon, conciencia medioambiental para proteger esta vegetación”, dice el biólogo. Don León Rodríguez García es un maestro de la comunidad vecina de Ojo de Agua, Cienaguilla, donde el camino muestra rutas turísticas para visitar los cactus gigantes. Es un gran defensor del medioambiente, y también de que sean los habitantes de la zona quienes lleven la voz cantante en la protección de su patrimonio vegetal.

El acitrón navideño se sigue vendiendo, pero quizá mucho de lo que se encuentra en las roscas de Reyes es ya, felizmente, pura imitación. Cientos de empresas presumen de productos sostenibles medioambientalmente, pero al acitrón no le ha alcanzado esa salvaguarda. Si es imitación, nadie lo dice. Quizá habría quien lo encontrara de buen gusto. Otros pagarían más en el mercado negro si les garantizan un acitrón verdadero. Miserias del ser humano.

Las platyacanthus siguen, por ahora, contando la historia, las sequías de hace un siglo y las heladas de hace dos dejan huella en sus anillos de tiempo, pero sus esqueletos desperdigados por el monte también evidencian la insania actual: los que depredan y los que no quieren o no pueden parar este destrozo medioambiental sin retorno. María Angélica Orduña muestra en su mano una de esas bolitas espinadas que supuestamente replantaron los que arrancaron las gigantes. “No valen nada, mira, aquí está el gusano que tiene dentro, encima traen plagas”. Nada podrá reparar el crimen cometido contra estos hermosos toneles que tardan siglos en crecer. Durante las próximas décadas, podrá hablarse de cactus, pero no de gigantes. Aunque los que se arrancaron dejaran sus semillas en la tierra, los ojos del niño Sergio nunca volverán a verlos en su tamaño espectacular.

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Foto por: www.flickr.com/photos/rod_waddington/

Mujeres sembrando soberanía

Por Guadalupe Méndez Zavala sociococinando@gmail.com, La Jornada del Campo, 18 de diciembre de 2021.

En gratitud

A mi madre, Reyna Zavala Ramírez A mi bisabuela Joaquina de Sanctórum, Tlaxcala

En la calle Vicente Guerrero se localiza el espacio familiar de Higinia Guzmán Gutiérrez y su hija Beatriz Barrera Guzmán, ellas habitan un terreno en pequeña propiedad con casa y tierra para cultivar, en el pueblo de San Mateo Tlaltenango.

Higinia es conocida en San Mateo como “Vicky”, sobrenombre que usa desde que asistía a la primaria cuando su profesor le nombraba Virginia en lugar de Higinia. Ella nació el 11 de enero de 1943 y hoy tiene 78 años, es hija de Trinidad Gutiérrez Gutiérrez y Ángel Guzmán Flores, de oficio campesinos y panaderos. Herederas de los saberes del campo, Vicky y Bety consumen en el sustento diario la dieta de su milpa.

Mientras alistamos juntas una noche antes la preparación para la reunión mensual con las mujeres del Circuito Económico Solidario (CES), Vicky me enseña el proceso de nixtamalización en su estufa de gas, narrándome lo siguiente:

“Mi papá y Trini siempre se dedicaron a la tierra, hemos vivido de ella. Nosotros nunca fuimos pobres, porque teníamos granos básicos: maíz, haba, frijol, calabaza, flor de calabaza, quelites, chile, chayote, chilacayote, nopal, maguey y aprendimos a trabajarla”. Marzo 2021

Higinia es conocida como una mujer que mantiene la esencia del pueblo, ella es descrita por otras mujeres como: “la continuidad en el trabajo del campo, de la tierra, del mantenimiento de parcelas, huertas, producción de maguey e incluso la crianza de animales de traspatio”. Ella busca mantener la lógica campesina de autoconsumo, activando también a otras mujeres a trabajar huertas con hortalizas; a plantar, abonar y cultivar cilantro, col kale, acelga, alcachofa, lechuga, cebolla, ajo, chiles manzanos; y árboles frutales: pera, tejocote, manzana, membrillo, higo, níspero, capulín, duraznos y ciruelos; además de organizar para la agricultura de temporal la siembra colectiva de maíz.

Las mujeres asisten con regularidad a las jornadas participativas convocadas por Vicky y Bety y otras productoras para sembrar o cosechar juntas, aprender los saberes agroecológicos que ellas practican, cultivar semillas, elaborar su abono orgánico fermentado y caldo de ceniza, prender el fogón de leña para cocinar y transformar su cosecha en alimentos. Con el CES, al frente de Juanita y Maru, realizan jornadas una vez por mes para intercambiar sus producciones, y a su vez, organizadas con sus comandas, comprar a otros productores foráneos alimentos de otras regiones como almendras, canela, quesos y miel. Ellas juntas desarrollaron una moneda interna de intercambio: el Cuajisol.

La hortaliza familiar inicia en el año 2011 como una capacitación de agricultura familiar recibida por la SAGARPA. Este noviembre 2021 cumplió 10 años de continuidad y después de su experiencia ante el delicado contexto mundial de salud pública por la pandemia de Covid-19, Vicky me comparte su autodefinición de ‘mujer soberana’:

“…y hasta estas fechas estamos muy contentas y decimos que tenemos soberanía alimentaria porque manejamos la hortaliza, la milpa y árboles frutales y hacemos la temporada de fruta, y sí las aprovechamos, elaboramos mermeladas de manzana, membrillo, durazno, ciruela roja, chiles manzanos en escabeche, vinagre, duraznos en almíbar, licores. Aprovechamos lo que produce la tierra, sobre todo en la pandemia que estamos encerrados y afortunadamente tenemos el espacio, y como el campesino todo el tiempo se dedica a labrar y a trabajar la tierra, a cuidar sus gallinas y hasta conejos, tenemos nuestros alimentos con sus carnes, el huevo y nuestras verduras, eso es lo que puedo decir, ¡gracias!…” Julio de 2021.

La hortaliza familiar tipo mandala, al mando de Higinia y de la familia Barrera Guzmán, es un refugio de saberes e intercambios por mujeres que siembran soberanía alimentaria, que es sostenido por la noción, crianza y cuidados, que rompen con la idea de los emprendimientos, pues en su huerta no solo se comparten semillas locales, también emociones, apegos y proyectos de autogestión juntas, haciendo frente a las amenazas externas que ha impuesto el modelo corporativista del centro urbano Santa Fe a la dinámica medio ambiental de su territorio. Vicky nos enseña que el alimento es un nutriente cultural de vida y autonomía.

Las sembradoras de soberanía alimentaria me enseñaron a: nixtamalizar, “echar tortillas”, cosechar, elaborar “bocashi” con receta especial de la casa, producir conservas y emotivamente, al compartir los alimentos juntas, a evocar la memoria de mis ancestras de la milpa de Sanctórum y revivir los sabores y olores de mi infancia; todo esto a la par del trabajo de documentación de la historia de vida de Higinia y la cultura alimentaria en Cuajimalpa, durante esta investigación -acción participativa gestada con la Dra. Laura Elena Corona y el grupo de Vida y Cocinas de la DEAS- INAH, ENAH. •

Higinia es conocida en San Mateo como “Vicky”, sobrenombre que usa desde que asistía a la primaria cuando su profesor le nombraba Virginia en lugar de Higinia. Ella nació el 11 de enero de 1943 y hoy tiene 78 años, es hija de Trinidad Gutiérrez Gutiérrez y Ángel Guzmán Flores, de oficio campesinos y panaderos