El magnesio y las vitaminas D y B12 mejoran significativamente los resultados del COVID

Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 11 de agosto del 2020.

HISTORIA EN BREVE

  • Investigadores del Hospital General de Singapur y la Facultad de Medicina Duke-NUS se propusieron determinar si la combinación de magnesio y vitaminas D y B12 mejoraría los resultados de los pacientes de 50 años o más con COVID-19
  • De los 43 pacientes que ingresaron, a 17 de ellos se les suministró por cinco días vitamina D3 por vía oral (1000 UI), magnesio (150 miligramos (mg)) y vitamina B12 (500 mcg) —en conjunto se les conoce como DMB (por sus siglas en inglés)—, mientras que a los 26 pacientes restantes (grupo de control) no recibieron DMB
  • El grupo que recibió DMB mejoró, ya que solo el 17.6 % requirió oxigenoterapia durante su estancia en el hospital comparado con el 61.5 % del grupo de control
  • Las vitaminas D y B12 y el magnesio podrían presentar un enfoque único de tres componentes para tratar el COVID-19 y modular la hiperinflamación que a menudo se presenta en la enfermedad

Igual que muchas infecciones virales, el COVID-19 parece tener un componente nutricional, el cual podría disminuir su riesgo de sufrir resultados graves con el uso terapéutico de vitaminas y minerales.

Si se tiene en cuenta que los tratamientos actuales de COVID-19 son pocos y distantes entre sí, e incluso las terapias “estándar” como la ventilación mecánica parecen ser contraproducentes, el uso de soluciones naturales ha llamado la atención de muchos investigadores.

Entre ellos se encuentran investigadores del Hospital General de Singapur y la Facultad de Medicina Duke-NUS, que se propusieron determinar si una combinación de vitamina D, B12 y magnesio mejoraría los resultados de los pacientes con COVID-19 de entre 50 años o más. Su propósito era atacar el componente inflamatorio de la infección, y señalaron:

“El tema de la hiperinflamación inmunológica ha sido una clave determinante en el resultado del paciente con una respuesta inmunológica no controlada postulada como un factor fisiopatológico en la gravedad de la enfermedad. De manera intuitiva, la inmunomodulación se convierte en una posible estrategia de tratamiento”.

La combinación del magnesio y las vitaminas D y B12 mejora los resultados del COVID

El estudio de cohorte incluyó 43 patentes de COVID-19 que ingresaron en el Hospital General de Singapur entre el 15 de enero de 2020 y el 15 de abril de 2020.

Al ingresar, 17 de los pacientes recibieron por vía oral vitamina D3 (1 000 UI), magnesio (150 miligramos (mg)) y vitamina B12 (500 mcg), (conocida como DMB) por un promedio de cinco días, mientras que 26 pacientes que fueron el grupo de control no recibieron DMB.

El grupo que recibió DMB mejoró, ya que solo el 17.6 % requirió oxigenoterapia durante su estancia en el hospital, comparado con el 61.5 % del grupo de control. El requerimiento de oxígeno involucra mayor riesgo de necesitar cuidados intensivos y el grupo con DMB también mejoro en ese sentido.

De los pacientes del grupo que recibió DMB y que requirieron de oxígeno (tres de 17), dos necesitaron la admisión a la UCI, mientras que uno no. Dentro del grupo de control, todos los que necesitaron oxígeno suplementario requerían de más apoyo en la UCI.

Nueve de los pacientes con DMB recibieron la combinación en la primera semana cuando se presentaron los síntomas y solo uno de ellos requirió oxigenoterapia.

En general, solo tres de los pacientes con DMB empeoraron, dos de ellos en 24 horas y es posible que no hayan tenido suficiente tiempo para que la combinación funcionara. El tercer caso recibió DMB siete días después de que iniciaron los síntomas, así que los investigadores creen que comenzar antes que la infección podría ser importante.

Además, el DMB genero un efecto protector, incluso después de tener en cuenta otros factores de riesgo, como la edad y la presión arterial alta:

“En el análisis univariable, la edad avanzada y la hipertensión demostraron una mayor probabilidad de requerir la terapia de oxígeno, mientras que la exposición a la terapia con DMB se relacionó con una mejora notable.

El análisis multivariado demostró que el DMB era un factor importante de protección contra el deterioro clínico, después de ajustar por separado la edad o la hipertensión”.

Combinación de los tres nutrientes para tratar la respuesta inflamatoria

Los investigadores señalaron que muchas terapias actuales se enfocan en eliminar el virus en lugar de modular la hiperinflamación que se presenta en la enfermedad. De hecho, se ha sugerido que un factor en la enfermedad severa es la respuesta inmunológica descontrolada, lo que hace que la inmunomodulación sea “una posible estrategia de tratamiento”.

Por ejemplo, las citoquinas son un grupo de proteínas que su cuerpo utiliza para controlar la inflamación. Si tiene una infección, su cuerpo liberará citoquinas para combatir la inflamación, pero a veces libera más de lo necesario.

Si la liberación de citoquinas se sale de control, la “tormenta de citoquinas” resultante se vuelve peligrosa y se relaciona con la sepsis, que podría contribuir a la muerte por COVID-19.

“Por lo tanto, el COVID-19 es un fenómeno de múltiples órganos y es obvio que se necesita un control inflamatorio sistémico apropiado para propiciar la supervivencia”, explicaron los investigadores. Y escribieron cómo la vitamina D, el magnesio y la vitamina B12 presentan un enfoque único de tres componentes para tratar el COVID-19:

“La vitamina D, a través de su efecto sobre el NFkB y otras vías, puede mitigar varias citoquinas proinflamatorias lo que modula la tormenta de citoquinas descontrolada que se observa con la enfermedad de COVID-19 grave.

El magnesio es esencial para sintetizar y activar la vitamina D, ya que actúa como cofactor en muchas de las enzimas involucradas en el metabolismo de la vitamina D. La vitamina B12 es esencial para tener un microbioma intestinal saludable ya que desempeña un papel importante en el desarrollo y la función de los sistemas inmunológicos innato y adaptativo.

Esto podría ser muy importante para prevenir una reacción inmunológica excesiva, en especial en pacientes con COVID-19 y disbiosis de la microbiota, que se relacionaron con la complicación de dicha enfermedad”.

No se produjeron efectos secundarios ni eventos adversos después de la administración de DMB, lo que también es una solución económica y disponible que fácil se podría administrar en los consultorios médicos al primer inicio de los síntomas o incluso ingerirse de manera preventiva para las personas con riesgo alto durante los brotes. Podría combatir otras infecciones viales también:

“Dado a que todos los agentes de esta combinación están disponibles, son seguros y económicos, el DMB puede beneficiar a muchas personas en el mundo, en especial en países con problemas económicos, con acceso limitado o tardío a vacunas y otras terapias.

El DMB también podría demostrar ser eficiente en contra de otras infecciones virales con un mecanismo patológico similar”.

Los casos más graves de COVID-19 se relacionan con la deficiencia de vitamina D

La vitamina D, se ha convertido en un nutriente esencial en la lucha contra el COVID-19. En una carta al editor publicada en Clinical Endocrinology, el Dr. Grigorios Panagiotou, investigador clínico en endocrinología y diabetes en los hospitales Newcastle upon Tyne del Reino Unido, descubrió que los pacientes con COVID-19 que ingresaron a las unidades de cuidado intensivo (UCI) eran más propensos a tener deficiencia de vitamina D que los que fueron tratados en salas médicas.

En especial, “solo el 19 % de los pacientes de COVID-19 en las UCI tenían niveles de 25 (OH) D (vitamina D) mayores a 50 nmol/L (20 ng/mL) comparados con el 39.1 % de los pacientes que no estaban en una UCI”.

En un comunicado de prensa, dijo Panagiotou: “Los receptores de vitamina D se expresan en gran medida en los linfocitos B y T, lo que sugiere que están involucrados en modular la respuesta inmunológica innata y adaptativa. Los niveles de vitamina D alcanzan su punto más bajo al final del invierno y, los niveles bajos se relacionan con un mayor riesgo de infecciones agudas del tracto respiratorio durante el invierno y se tratan con suplementos de vitamina D”.

Aunque este estudio no encontró una relación entre la vitamina D y la mortalidad por COVID-19, podría deberse al tamaño de la muestra y al rápido diagnóstico y tratamiento de la deficiencia de vitamina D. De hecho, otra investigación ha relacionado la vitamina D con las altas tasa de mortalidad.

Investigadores en Indonesia, que analizaron datos de 780 pacientes con COVID-19, encontraron que las personas con un nivel de vitamina D entre 21 ng/ml (52.5 nmol/L) y 29 ng/ml (72.5 nmol/L) tenían un riesgo de muerte 12.55 veces mayor que los que tenían niveles superiores a los 30 ng/ml. Tener niveles inferiores a 20 ng/ml se relacionó con un riesgo de muerte 19.12 veces mayor.

Incluso la Academia de Medicina de Francia lanzó un comunicado de prensa en mayo de 2020 que detalla la importancia de la vitamina D para el COVID-19. Se recomienda realizar pruebas de vitamina D a los pacientes con COVID-19 mayores de 60 años, y en caso de tener deficiencia, administrar una dosis en bolo de 50 000 a 100 000 UI.

Recomiendan que, cualquier persona menor de 60 años que obtenga un resultado positivo a la prueba de COVID-19, tome de 800 UI a 1000 UI de vitamina D al día.

Un artículo de revisión de vitamina D publicado en la revista Nutrients en abril de 2020 recomienda cantidades más altas e indica:

“Para reducir el riesgo de infección, se recomienda que las personas en riesgo por influenza o COVID-19 consideren tomar 10 000 UI/día de vitamina D3 durante algunas semanas para aumentar las concentraciones de 25 (OH)D, seguidas de 5000 UI/día.

El objetivo debe ser elevar las concentraciones de 25 (OH) D por encima de los 40–60 ng/ml (100–150 nmol/L). Podría ser importante administrar dosis más elevadas de vitamina D3 para tratar a las personas infectadas con COVID-19″.

La mejor manera de saber cuánta vitamina D necesita es analizar sus niveles. Los datos de los estudios GrassrootsHealth’s D*Action sugieren que el nivel óptimo para la salud y la prevención de enfermedades es entre 60 ng/ml y 80 ng/ml, mientras que el límite suficiente parece ser de alrededor de 40 ng/ml. En Europa, el nivel que pretenden es de 150 a 200 nmol/L y 100 nmol/L respectivamente.

Hace poco, publiqué un reporte completo sobre la vitamina D en el que detallo sus mecanismos de acción y cómo tener niveles óptimos. Recomiendo descargar y compartir ese reporte con todas las personas que conozca, ya que es el momento de optimizar su nivel de vitamina D, antes de que llegue el otoño y el invierno.

El magnesio funciona en conjunto con la vitamina D

El magnesio, que se requiere para convertir la vitamina D en su forma activa, le ayuda a utilizar adecuadamente la vitamina D que consume.

La investigación realizada por GrassrootsHealth, con base en datos de casi 3000 personas, revela que necesita un 244 % más de vitamina D por vía oral si no toma magnesio y vitamina K2, que también funciona de manera sinérgica con la vitamina D y ayuda a prevenir complicaciones relacionadas con la calcificación excesiva en sus arterias.

Lo que esto significa es que, si toma los tres suplementos, necesita menores cantidades de vitamina D para lograr un nivel saludable. Esto también es parte del éxito de la combinación DMB del estudio presentado, que combina vitamina D con magnesio.

Es importante destacar que un estudio publicado en octubre de 2019 en la edición en línea de la revista Diabetes Research and Clinical Practice también se relacionó la deficiencia de magnesio con la diabetes y presión arterial alta, los cuales son factores de riesgo en la complicación del COVID-19.

Las verduras de hoja verde oscuro son las mejores fuentes de magnesio, mientras que el jugo verde es una excelente manera de mejorar su consumo, aunque los suplementos también podrían ser necesarios para algunas personas. Si considera que su consumo de magnesio es insuficiente, se recomienda añadir suplementos, ya sea por vía oral o tópica.

Para los suplementos orales, mi recomendación personal es el treonato de magnesio, ya que es el más eficiente para penetrar las membranas celulares, incluyendo las mitocondrias y la barrera hematoencefálica.

Como regla general, recomiendo comenzar con una dosis de 200 mg de citrato de magnesio oral por día, y subir poco a poco la dosis hasta generar heces ligeramente sueltas. Para utilizar este método, debe usar citrato de magnesio, ya que es conocido por tener un efecto laxante. Una vez que conozca su límite, puede utilizar otras formas. Por ejemplo:

  • Glicinato de magnesio. Es un polvo con bajos niveles de solubilidad. Glicina, un aminoácido importante y precursor del glutatión.
  • Magnesio iónico. Puede encontrar en forma de tabletas de hidrógeno molecular. Cada tableta hidrosoluble contiene alrededor de 80 mg de iones de magnesio suelto y muy biodisponible, que constituye aproximadamente el 20 % de la cantidad diaria recomendada.
  • El treonato de magnesio. Es otra excelente opción, ya que puede atravesar la barrera hematoencefálica.
  • Malato de magnesio. Se disuelve muy bien en el agua. El malato es una sustancia intermediaria en el ciclo de Krebs, por lo que es probable que contribuya a la producción de ATP.
  • Bisglicinato de magnesio. Tiene una alta biodisponibilidad.

En cuanto a la vitamina B12, el tercer componente del DMB, puede ayudarle consumir más alimentos ricos en vitamina B12, como el hígado de res de animales alimentados con pastura, la trucha arcoíris salvaje y el salmón rojo, pero para una deficiencia más grave podría aplicarse inyecciones semanales o dosis altas diarias de suplementos de vitamina B12.

Sin embargo, tenga en cuenta que los nutrientes simples y disponibles representen una promesa muy significativa contra el COVID-19, además de optimizar su consumo de nutrientes durante todo el año, con el fin de mantenerse saludable y prevenir enfermedades infecciosas.