Eduardo Galeano: estar al lado de los marginados

Marcha me hizo el gran honor, a través de Carlos Quijano, su director refugiado en México, de publicar uno de los capítulos de Tinísima y todavía guardo como un tesoro el abrazo que me dio en su oficina en nuestro país.

Tengo mucho que agradecer a Eduardo Galeano, a sus palabras, a sus conferencias en Bellas Artes y en la Universidad Nacional Autónoma de México, a la inmensa ola de entusiasmo, casi como un tsunami que suscitaba su presencia entre los jóvenes que lo aplaudían de pie y ahora expresan su pena por la pérdida de un intelectual que siempre se mantuvo al lado de “los más pequeños”, los marginados, las mujeres, los que nadie toma en cuenta y sin embargo, con sus venas abiertas, son los más numerosos y terminarán por ganarle la partida a todos los dictadores, los gobernantes ratas y las demás alimañas de nuestro continente.