Vigente la duda con los transgénicos

La más grande productora de semillas modificadas en el mundo es, precisamente, Monsanto.

Tan reciente como el miércoles, la propia Monsanto admitió que se encuentra bajo investigación por la Securities Exchange Comission (SEC) del Gobierno federal, debido a un programa de incentivos relacionado al glifosfato, principal elemento de su herbicida Roundup.

Supuestamente Monsanto, en 2009 y 2010, ofreció a los agricultores que usan sus productos incentivos en efectivo para ayudarles a batallar con otras hierbas que se han tornado inmunes a los productos con glifosfatos como el Roundup.

Diversos grupos opuestos a los organismos modificados genéticamente a través del mundo exigen que se obligue a etiquetar debidamente estos productos y llaman a evitarlos debido a los alegados daños a la salud, ambientales, económicos, sociales y hasta éticos y legales, ya que el uso no autorizado de esa semilla modificada podría violar leyes de patentes.

Pero no es solo en las plantas.

Salmón modificado

La Cámara de Representantes estadounidense debatió recientemente un proyecto que le impediría a la Food and Drug Administration (FDA) la aprobación de un salmón genéticamente modificado que se convertiría en el primer organismo de este tipo aprobado para consumo humano. Este salmón, llamado AquAdvantage y desarrollado por la compañía AquaBounty, fue modificado con un gen de otro pez para que pueda vivir en temperaturas de congelación, con el gen de crecimiento de otra especie de salmón, por lo que crece dos veces más rápido que el típico salmón del Atlántico, y requiere 10% menos alimentación.

Según Saúl Rosado, presidente de la PRABIA, en la Isla la industria de las semillas crea unos 2,800 empleos permanentes, rentan a la Autoridad de Tierras unos 6,000 acres que antes se utilizaban para caña de azúcar e invierten unos $75 millones cada año.

Y sostuvo que eso está en vías de aumentar, porque Puerto Rico tiene muchas ventajas sobre lugares donde ahora se experimenta con semillas como son Hawai y Chile.

Por ejemplo, dijo, estamos más cerca de Estados Unidos, aplican las mismas leyes que allá, y tenemos la mano de obra y los agrónomos necesarios. Rosado agregó que el clima boricua permite que en un año se produzcan hasta 3.5 generaciones de maíz, algo que en Estados Unidos, con sus estaciones, tardaba siete años.

Al hablar sobre los riesgos de seguridad, el también gerente general de Syngenta en Puerto Rico dijo que las regulaciones internas que se practican en las compañías que operan aquí son más estrictas que las que imponen las leyes y agencias federales y estatales que los monitorean constantemente. Agregó que favorece las demostraciones y protestas porque crean debates, sale la información y hace que el proceso, al final, sea lo mejor para todos. Para finalizar, hizo un paralelismo con el ser humano.

“Cuando nosotros nacemos nos vacunan, que no es otra cosa que introducirnos al cuerpo un agente externo para que el sistema desarrolle el anticuerpo y combata ese agente cuando vuelva a entrar. Lo mismo estamos haciendo con las plantas”.