Se reconoció el derecho legítimo sobre el medio ambiente: Concha

Esta es una fase más en la lucha de diversas organizaciones, campesinos y científicos en la defensa del centro de origen del grano que está en México, que consideran amenazado por el transgénico.

El proceso para la liberación comercial del maíz genéticamente modificado está en la última etapa, luego de que las empresas ya hicieron pruebas experimentales y piloto.

Hay al menos tres solicitudes pendientes de resolución ante las dependencias, una de ellas para la siembra en alrededor de 11 millones de hectáreas.

Entre 2009 y 2010, la Sagarpa y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) otorgaron 29 permisos de liberación al ambiente en etapa experimental de maíz transgénico en Sonora, Sinaloa, Tamaulipas y Chihuahua, según información de AgroBio México.

Miguel Concha Malo sostuvo que por primera vez un juez resolvió una medida precautoria después de años de esfuerzos y de la sordera de las autoridades. Apuntó que tras la entrada en vigor de la Ley de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados se encontraron en el campo maíces transgénicos cuyo cultivo no estaba autorizado, lo cual va en menoscabo del derecho colectivo de conservar, participar y utilizar la agrobiodiversidad. Los permisos atentan contra este derecho colectivo, se viola el derecho a la alimentación sana y el derecho a la salud. Entre los demandantes están los expertos Víctor Toledo y Antonio Turrent, y organizaciones como la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC) y Semillas de Vida.

A su vez, José Sarukhán, coordinador de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, dijo a legisladores procedentes de la Confederación Nacional Campesina (CNC) que no debe permitirse la introducción comercial de maíz transgénico, ya que su uso intensivo en otros países ha provocado el surgimiento de súper insectos y súper malezas, y no arroja ningún rendimiento mayor por hectárea.