La limpieza profunda podría ser contraproducente

Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 25 de agosto del 2020.

HISTORIA EN BREVE

  • La decisión del primer ministro del Reino Unido de reabrir las escuelas en junio fue acogida con manifestaciones de “preocupación”. Una sugerencia presentada por el sindicato de maestros fue rociar a los alumnos con desinfectante antes de ingresar a la escuela para evitar la propagación del COVID-19. Al parecer estos protocolos de desinfección no han sido aprobados
  • Muchos padres en el Reino Unido todavía se resisten a la reapertura de todas las escuelas en septiembre, ya que los informes de supervisión de COVID-19 de la agencia de gobierno Public Health England sugieren que es posible que la apertura limitada de escuelas en junio haya contribuido al incremento de casos positivos
  • Datos de docenas de otros países demuestran que las aperturas de escuelas no han dado como resultado un incremento considerable entre los estudiantes, los padres ni el personal
  • Algunos distritos escolares de Estados Unidos han implementado protocolos completos para desinfectar las escuelas, pero no a los estudiantes directamente. El distrito escolar de Santa Cruz Valley Unified, al sur de Arizona, usará un ventilador ‘Power Breezer’ para esparcir el desinfectante en las aulas y en los autobuses
  • La Organización Mundial de la Salud desaconseja tratar de matar el SARS-CoV-2 con desinfectantes, tanto en el aire libre como en espacios interiores grandes, ya que afirma que podría hacer más daño. También desaconseja rociar desinfectante sobre las personas

La decisión del primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson de reabrir las escuelas en junio fue muy “preocupante” a mediados de mayo. Según la British National Education Union (NEU), el 85 % de sus 49 000 miembros “no estaban de acuerdo con los planes de iniciar clases a partir del 1 de junio” y el 92 % dijo que “no se sentirían seguros con la propuesta de la apertura de las escuelas”.

Como informó la edición estadounidense del periódico The Sun, una sugerencia presentada por el sindicato de maestros en ese momento, era rociar a los alumnos con un desinfectante antes de ingresar a las escuelas para evitar la propagación del COVID-19. Mary Bousted, secretaria general adjunta de la NEU, dijo para The Sun:

“‘En China, los niños se paran afuera de la escuela y se les rocía con desinfectante por ambos lados y los zapatos, se lavan las manos, se retiran el cubrebocas y lo reemplazan con un nuevo y se les toma la temperatura a distancia’.

Cuando se le preguntó si se debería establecer aquí un régimen similar, ella dijo: “Sí. China y Corea del Sur hacen eso y tienen muy pocos casos nuevos”.

Al final, parece que estos protocolos para desinfectar a las personas no se han aprobado. De cualquier manera, la reapertura de escuelas en el Reino Unido. no salió como estaba planeada. La oposición fue tan grande, admitió el gobierno, al limitar la reapertura de escuelas primarias específicas solo a medio tiempo, a partir del 15 de junio.

Ahora, la reapertura de todas las escuelas está prevista para septiembre, y los padres que se nieguen a enviar a sus hijos de regreso a la escuela enfrentarán una multa de 60 libras. Si no paga la multa dentro de 21 días, ésta se duplicará.

Muchos padres en el Reino Unido todavía se resisten a la reapertura de todas las escuelas en septiembre, ya que los informes de supervisión del COVID-19 de la agencia de gobierno Public Health England sugieren que es posible que la apertura limitada de escuelas en junio haya contribuido a un incremento de casos positivos.

A finales de junio, se reportó que 10 escuelas en Lincolnshire tuvieron que volver a cerrar debido a brotes de casos positivos. De forma curiosa, los datos de docenas de otros países demuestran que las aperturas de escuelas no han dado como resultado ningún aumento entre los estudiantes, los padres ni el personal.

Un distrito escolar de Estados Unidos utiliza ventiladores para desinfectar a los estudiantes

En otras noticias, algunos distritos escolares de Estados Unidos han implementado protocolos completos para desinfectar las escuelas, pero no a los estudiantes directamente. Por ejemplo, en el distrito escolar Santa Cruz Valley, al sur de Arizona, usará un ventilador ‘Power Breezer’ para esparcir el desinfectante en las aulas y en los autobuses.

Bryan Hoadley, director de ingresos de Power Breezer, explicó el proceso para la cadena de noticias Fox 13:

“Mezclamos desinfectantes aprobados por la EPA siguiendo las pautas de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), los diluimos hasta un punto en una solución de agua, y luego los esparcimos durante 5 a 6 minutos.

Como resultado, obtiene un microfilm de ese desinfectante en todas las superficies, y según el producto que utilice, lo deja reposar entre 5 y 8 minutos.

Cuando desinfecte, no debe haber nadie en la habitación. Le recomendamos encender la máquina, cerrar la habitación, dejar que la máquina haga su trabajo y para apagarla, usar un cubrebocas o algo similar. Y una vez que se ventile la habitación, se convertirá en un lugar seguro”.

La OMS desaconseja los desinfectantes

Por otra parte, la Organización Mundial de la Salud desaconseja tratar de matar el SARS-CoV-2 con desinfectantes, tanto en el aire libre como en espacios interiores grandes, ya que afirma que podría hacer más daño. También desaconseja rociar desinfectante sobre las personas.

Al parecer esta recomendación de la OMS fue buena, algo que en realidad es sorprendente, ya que se ha equivocado en casi todos los demás temas. Al igual que no es recomendable usar jabón antibacterial, es peor inhalar desinfectantes tóxicos que tienen como objetivo atacar al virus. Como señaló la OMS:

“Rociar desinfectantes puede provocar riesgos para los ojos, problemas respiratorios o irritación cutánea y algunos efectos sobre la salud.

No se recomienda rociar o nebulizar ciertos productos químicos, como formaldehído, agentes a base de cloro o compuestos de amonio cuaternario, debido a los efectos adversos para la salud de los trabajadores en las instalaciones donde se han utilizado estos métodos.

Tampoco se recomienda rociar o fumigar espacios al aire libre, como calles o mercados, para matar el virus de COVID-19 u otros patógenos, ya que el desinfectante se desactiva con la suciedad y los escombros y no es factible limpiar y eliminar de manera manual toda la materia orgánica de dichos espacios”.

Los esfuerzos por desinfectar no detendrán la propagación de la infección

Del mismo modo, los científicos advierten que hacer de la limpieza profunda una prioridad no tendrá un impacto significativo en la propagación del virus, ya que la transmisión por superficies parece ser mínima. De acuerdo con lo informado por la revista Becker’s Hospital Review:

“Las empresas desempeñan una gran labor con la limpieza, de hecho, la ciudad de Nueva York cerró su sistema de metro para limpiar de manera profunda los asientos, paredes y los postes con antisépticos. Pero es probable que esto no ayude en absoluto a frenar la propagación del nuevo coronavirus.

Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) actualizaron sus directrices en mayo para decir que ‘no se cree que la transmisión por superficies sea la forma principal de propagación del virus’.

Otro científico, Emanuel Goldman, Ph. D., profesor de microbiología en la Escuela de Medicina de Rutgers New Jersey en Newark dijo para [la revista] The Atlantic: ‘La transmisión por superficies del COVID-19 no está justificada en absoluto por la ciencia’ …

En general, los científicos están de acuerdo en que el virus se propaga por el aire a través de microgotas que expulsa una persona cuando estornuda, tose o por partículas de aerosol durante las conversaciones”.

Como se señaló en el artículo “Hygiene Theater Is a Huge Waste of Time” de Derek Thompson en The Atlantic, el énfasis en el saneamiento solo da como resultado una falsa sensación de seguridad, y en realidad no reduce el riesgo de la enfermedad en general:

“Esto es un hecho histórico que se vuelve a repetir. Después del 11 de septiembre [de 2001], la seguridad física se convirtió en una obsesión nacional, en especial en los aeropuertos, donde la Administración de Seguridad en el Transporte registró las entrepiernas de innumerables abuelas en busca de posibles explosivos. Mi colega Jim Fallows se refirió a esta bonanza inútil como “teatro de seguridad”.

El COVID-19 ha vuelto a despertar el espíritu de ansiedad mal dirigida, al inspirar a las empresas y familias a obsesionarse con los rituales de reducción de riesgos que nos hacen sentir más seguros pero que en realidad no reducen el riesgo, incluso cuando se permiten actividades más peligrosas. Este es el teatro de la higiene”.

Se ha exagerado el riesgo de transmisión por superficies

Según el profesor de microbiología Goldman, citado anteriormente, las primeras investigaciones que sugirieron que el SARS-CoV-2 podría permanecer en varias superficies durante horas o incluso días se basaron en concentraciones poco realistas del virus.

En un estudio en el que los autores intentaron imitar las situaciones reales en las que un paciente podría contaminar una superficie, no se detectó ningún SARS-CoV en las superficies.

Para imitar las situaciones experimentales que se utilizaron, más de 100 personas infectadas necesitarían estornudar en la superficie, lo que es muy poco probable que suceda en el mundo real. Goldman revisa esta y otras discrepancias en un artículo del 3 de julio de 2020 en The Lancet:

En un estudio en el que los autores intentaron imitar las situaciones reales en las que un paciente podría contaminar una superficie, no se detectó ningún SARS-CoV en las superficies”, señala, y agrega: “No estoy en desacuerdo de ser precavido, pero esto puede llegar a extremos no justificados.

Aunque la desinfección periódica de las superficies y el uso de guantes son precauciones razonables, sobre todo en los hospitales, creo que los fómites que no han estado en contacto con un portador infectado durante muchas horas no representan un riesgo de transmisión fuera de los hospitales. Se necesita una perspectiva más equilibrada para frenar los excesos que se vuelven contraproducentes”.

Ejemplo del mundo real de cuán bajo es el riesgo de transmisión por fómites

En su artículo de The Atlantic, Thompson destaca un estudio que analizó la propagación de la infección en un rascacielos de 19 pisos en Seúl, Corea del Sur, que albergaba una combinación de apartamentos y oficinas, incluyendo un concurrido centro de llamadas en el piso 11.

Los inquilinos y el personal compartían un vestíbulo y varios ascensores. El 8 de marzo de 2020, se descubrió que un trabajador del centro de llamadas había contraído COVID-19.

Es de sorprender que solo 97 de las más de 1000 personas en el edificio dieron positivo a la enfermedad, y 94 de ellas trabajaron en el centro de llamadas. Además, la mayoría de los infectados en el centro de llamadas, se sentaron cerca de la oficina del paciente cero.

Esto sugiere que el COVID-19 se propaga a través de la transmisión por aire. A pesar de las muchas oportunidades de transmisión por fómites (es decir, a través del contacto con superficies contaminadas), estos contactos no crearon ninguna enfermedad generalizada.

“Los científicos con los que hablé enfatizaron que las personas aún deben lavarse las manos, evitar tocarse la cara cuando han estado en áreas públicas e incluso usar guantes en ciertos trabajos de alto contacto.

También dijeron que las limpiezas profundas estaban justificadas por completo en los hospitales. Pero señalaron que los excesos del teatro de la higiene tienen consecuencias negativas”, escribe Thompson.

Las consecuencias negativas incluyen renunciar a estrategias de prevención más efectivas, como lavarse las manos, y crear una falsa sensación de seguridad, las cuales pueden conducir a mayores tasas de infección.

Desinfectantes seguros y eficaces para su hogar

Como señaló la OMS, algunos desinfectantes también pueden generar problemas de salud, en especial si se inhalan, por lo que rociar a los estudiantes, como se propone en Inglaterra, es innecesario e imprudente. Desde que comenzó la pandemia de COVID-19, las intoxicaciones relacionadas con las soluciones de limpieza también han aumentado hasta en un 20 %, lo que habla de los peligros de estos productos.

El uso excesivo de desinfectantes podría empeorar también la resistencia bacteriana a los medicamentos. Durante años, científicos y profesionales de la salud han hablado de cómo la limpieza excesiva y el uso generalizado de productos antibacterianos dañan la salud pública, sobre todo la de los niños.

Está por ver cuánto tiempo llevará aliviar el miedo irracional a los gérmenes inculcados durante la pandemia de COVID-19 una vez que haya terminado de manera oficial.

Dicho esto, si alguien en su hogar está enfermo, podría ser recomendable limpiar las superficies de uso común. Como explico en mi artículo “El mejor desinfectante de superficies” sus mejores opciones incluyen:

  • Desinfectante a base de alcohol que contiene entre 60 % y 80 % de alcohol.
  • Peróxido de hidrógeno al 3 %. Tenga en cuenta que esta es la concentración para desinfectante por vía tópica, no para nebulización. La concentración recomendada para nebulización es 30 veces menor al 0.1 %.
  • Peróxido de hidrógeno acelerado (AHP), de la marca Rescue y algunos otros. En comparación con el peróxido de hidrógeno del 3% de grado farmacéutico, el AHP funciona mucho más rápido, por lo que no es necesario mojar la superficie durante tanto tiempo. El AHP puede eliminar los virus en tan solo 30 segundos.

Si el objetivo es desinfectar y esterilizar, es importante que primero limpie la superficie. Es probable que el agua y el jabón sean una de las mejores alternativas, ya que el jabón desactiva de manera eficaz los virus.

Una vez que la superficie está limpia, rocíe el desinfectante y deje reposar durante varios minutos antes de limpiar. El tiempo requerido dependerá del desinfectante que use. Para una mejor limpieza de manos, el agua tibia con jabón es la mejor opción. Solo utilice los desinfectantes a base de alcohol si no tiene agua y jabón a la mano.