Efectos del COVID en los niños

Por Dr. Joseph Mercola, Mercola, 26 de agosto del 2020.

HISTORIA EN BREVE

  • El COVID-19 es poco común en los niños, quienes por lo general desarrollan síntomas leves y tienen mejores resultados que los adultos. Sin embargo, el trauma psicológico que les genera la pandemia es mucho peor
  • Los datos demuestran que los niños pueden intentar suicidarse y lastimarse con más frecuencia, así como mostrar apego, irritabilidad, falta de atención, pesadillas y trastornos del sueño
  • El distanciamiento social, el encierro y el estrés de los padres aumentan el riesgo de una menor actividad física, maltrato e inseguridad alimentaria, lo que aumenta el riesgo de enfermedad cardíaca y obesidad en la edad adulta
  • La soledad puede empeorar los efectos del aislamiento social, que algunos buscan solucionar con medicamentos. Se recomienda utilizar las técnicas de liberación emocional para ayudar a reducir el estrés y mejorar su capacidad para apoyar a los demás

En algunas partes del mundo Agosto anuncia el final de las vacaciones de verano para los niños, que se están preparando para regresar a la escuela. Las tiendas compiten con las ventas de útiles escolares, mientras que los pediatras están abarrotados de atletas que necesitan exámenes físicos para hacer deporte y los vecindarios se vuelven ruidosos cuando los niños intentan hacer muchas actividades divertidas antes de abarrotarse de tareas.

Como todos saben, este otoño es muy diferente. La planificación social y los cambios que acompañan a la pandemia han significado que los adultos trabajen de forma remota. Las clases de la universidad se llevan a cabo en línea y los niños de primaria y secundaria aún no saben cómo se impartirán las clases.

La Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda que los niños regresen a la escuela, al señalar que “La importancia del aprendizaje presencial está bien documentada y que ya existe evidencia de los impactos negativos en los niños debido al cierre de las escuelas de la primavera de 2020”. Sin embargo, los lineamientos que los CDC quieren utilizar se basan en un aislamiento institucionalizado.

Los niños llevarán cubrebocas todo el día, mientras que todo se limpiará y desinfectará diario, entre cada uso; no se permite que los estudiantes compartan plumas ni lápices y los escritorios tendrán una separación de casi dos metros. Los niños escucharán anuncios a lo largo del día de que deben lavarse las manos y mantener el distanciamiento social.

Esta “nueva normalidad” tiene un impacto importante en la salud mental de adultos y niños, lo que los expertos consideran que creará muchos problemas y desafíos psicológicos en los próximos meses.

Yuval Neria, del Instituto Psiquiátrico del Estado de Nueva York, dirige el programa de trastorno de estrés postraumático del centro y le explicó a la Asociación Americana del Corazón que los profesionales de la salud mental aún desconocen los efectos de esta pandemia:

“No creo que las consecuencias para la salud mental se vean limitadas solo al TEPT. De hecho, creo que deberíamos anticipar otros problemas de salud mental, como depresión, ansiedad, abuso de drogas y un incremento en los casos de suicidio. Que ya existen y cada vez salen más a la luz.

Los desastres se limitan al espacio y al tiempo. Los cuales tienen un inicio, que puede llevar algún tiempo, pero hay un final. Pero creo que los virus tienen su propia forma de infligirnos adversidades. La amenaza es ambigua. (Está) en todas partes y en ninguna. Está en curso. Podría tardar mucho tiempo”.

Los niños están en peligro

El video está disponible solo en inglés

A pesar de que las investigaciones demuestran que los niños no se ven afectados físicamente por el COVID-19 como los adultos, los CDC y la AAP continúan recomendando medidas estrictas para los niños en la escuela. Como se demuestra en este breve video, estas recomendaciones tienen muchas consecuencias.

Los niños pueden recuperarse más rápidamente que los adultos, pero se espera que experimenten un trauma psicológico importante debido a los mandatos que han impuesto a las personas.

Con los mandatos de distanciamiento social en muchos países, los jóvenes y niños ya no cuentan con las interacciones que necesitan para desarrollar una base mental y emocional sólida. La falta de una rutina estructurada quizás significa que tienen una menor actividad física. En un estudio de Shanghai, China, se enviaron las mismas encuestas al mismo grupo de 2 427 niños y adolescentes.

Los datos revelaron que los niños tenían una actividad 7.25 horas menos a la semana. Sin embargo, lo que es más importante, pasaron cerca de 28.83 horas frente a la pantalla a la semana en comparación con su estilo de vida antes de la pandemia. Este aumento puede empeorar los desafíos psicológicos, incluyendo la estabilidad emocional y la capacidad de socializar.

Daños psicológicos en una generación

Los niños que sufren maltrato e inseguridad alimentaria durante su niñez tienen un mayor riesgo de obesidad, enfermedades cardíacas y demencia en el futuro. Por desgracia, es probable que una mayor cantidad de niños experimenten estos desafíos durante el distanciamiento social obligatorio. Además, los servicios de bienestar infantil son limitados, lo que significa que hay menos apoyo en la comunidad.

Con una mayor inestabilidad financiera, los expertos esperan que haya más violencia familiar, lo que contribuye a lesiones y trauma mental. Y, de hecho, se ha encontrado que esta predicción es precisa, según un médico de Texas.

Un informe de las Naciones Unidas describe cómo más de 1 500 millones de estudiantes no asistieron a la escuela en 191 países debido al distanciamiento social. Muchos estudiantes dependen de los programas de almuerzo de sus escuelas, por lo que el distanciamiento social significa que es menos probable que obtengan lo suficiente para comer.

Los cierres de las escuelas también crean estrés en los padres, ya que tienen que asumir las responsabilidades de la educación en casa mientras aún intentan mantener sus trabajos o lidiar con el estrés financiero debido a los mandaros de permanecer en casa. Un médico de un departamento de pediatría de Italia explicó que existen mayores tasas de violencia, autolesiones e intentos de suicidio entre los jóvenes.

Los niños son muy vulnerables a eventos traumáticos y adversos. Algunos de los síntomas más comunes son ansiedad, menor apetito, depresión y malas interacciones sociales Los efectos fisiológicos del estrés y el trauma también pueden perjudicar el sistema inmunológico de un niño.

Obligados a quedarse en casa sin interacción social, los niños corren el riesgo de sufrir daños psicológicos y emocionales. Durante la epidemia del COVID-19, un grupo de trabajo de la Asociación Europea de Pediatría y la Unión de Sociedades y Asociaciones Nacionales de Pediatría de Europa, junto con instituciones académicas chinas, dieron a conocer los resultados de un estudio realizado en la provincia de Shaanxi.

Estos resultados demostraron que, a diferencia de los niños mayores, los niños de 3 a 6 años eran más propensos a ser dependientes y tener miedo de que su familia se enfermara de COVID-19. Los niños de 6 a 18 años tenían más probabilidades de estar distraídos o de hacer preguntas constantes. En todos los grupos de edad, los niños mostraron falta de atención e irritabilidad. Otros síntomas incluyeron pesadillas, fatiga, falta de apetito y trastornos del sueño.

Daños psicológicos por el distanciamiento social

Continúa aumentando la evidencia de los efectos negativos en la salud mental a causa del distanciamiento social. En un metanálisis, los investigadores encontraron que el distanciamiento social prolongado se relacionó de manera positiva con el daño psicológico y en algunos casos este daño duró meses después de que terminó el distanciamiento.

En otro estudio, los investigadores compararon los marcadores inflamatorios de 103 personas con su estado mental mientras estaban hospitalizadas con síntomas leves de COVID-19. Los investigadores utilizaron una encuesta para medir síntomas psicológicos como la depresión y la ansiedad. Se recolectaron los marcadores inflamatorios periféricos al inicio y tres días después del término de la encuesta.

Los investigadores descubrieron que los niveles de proteína C reactiva se relacionaron de manera positiva con las personas que experimentaban síntomas de depresión. En un estudio separado publicado en The Lancet, los científicos revisaron 24 estudios que analizaban los efectos de la cuarentena y encontraron que los efectos negativos incluían “síntomas de estrés postraumático, confusión e ira”.

La mayor parte de la evidencia apunta a las consecuencias para el bienestar social y emocional de los adultos y los niños que sufren durante la pandemia. Aunque el mundo atraviesa lo que se ha descrito como el experimento psicológico más grande de la historia, podría ser el momento de incluir una de las estrategias que utilizaron en Francia después de los ataques terroristas de mediados de la década de 1990.

En respuesta a la crisis, el gobierno estableció una segunda clasificación en la que las personas que no sufrieron lesiones físicas recibieron ayuda psicológica inmediata y se verificaron indicios de que pudieran necesitar tratamiento adicional.

En un artículo escrito en el Foro Económico Mundial, Elke Van Hoof, psicóloga de salud y atención primaria de la Vrije Universiteit Brussel, se siente desolada por los desafíos y la crisis psicológica que enfrentamos debido a que:

“No fomentaremos una campaña para recibir ayuda psicológica y pagaremos el precio dentro de los tres a seis meses después del final de este distanciamiento social, en un momento en el que necesitaremos todos los organismos capaces para ayudar a que la economía mundial se recupere”.

La soledad puede empeorar los daños

Algunos expertos consideran que la soledad está empeorando los efectos del distanciamiento social durante la pandemia. Un reportero de The Guardian habló con Cheryl Webster, quien está involucrada en la comunidad que se mudó de California a Texas. Durante dos años y medio antes del distanciamiento social, Webster organizó una noche de juegos en su casa. En los meses después de que inicio el distanciamiento social, no supo nada sobre una persona del grupo.

Habló con un reportero de The Guardian y dijo: “Creo que esa es la parte más difícil de la soledad. ¿Es mi culpa? ¿No soy una persona agradable? ¿O que sucede? ” Hay tantas personas que se sienten de la misma manera que las agencias gubernamentales han comenzado a considerar cómo incorporar la soledad en la ecuación de todas las reglas que están creando.

Se esperan episodios ocasionales de depresión social, en especial después de un evento perturbador o triste, mientras que sentirse solo todo el tiempo también genera una serie de problemas físicos desagradables.

The Guardian también habló con el equipo de investigación de John y Stephanie Cacioppo, quienes, en 2014, informaron sobre los peligros del distanciamiento social durante largos períodos de tiempo. Señalaron que “el aislamiento puede elevar los niveles de cortisol (la hormona del estrés), interrumpir el sueño y también provocar consecuencias a largo plazo, como morbilidades más tempranas”.

Existen medicamentos para esto

Aunque se han redactado algunas políticas de salud pública para incluir intervenciones sociales y alentar a las personas a reunirse con otras, muchos consideran que la solución no está en las interacciones regulares con personas que no conocen, sino en desarrollar relaciones duraderas, saludables y significativas.

Otras personas, como Stephanie Cacioppo, están adoptando un enfoque diferente: desde mayo de 2017, han estado buscando una respuesta a la soledad por medio de productos químicos.

Es decir, los investigadores esperan curar la soledad con medicamentos. Mientras que estos son costosos y traen consigo una lista de efectos secundarios. La alopregnanolona es un neuroesteroide que se vende bajo la marca Zulresso. Dicho medicamento se lanzó al mercado en 2019, con una sola receta médica su costo es de $34 000 dólares.

Además de tener este precio elevado, el medicamento se ofrece a través de un programa restringido ya que los efectos secundarios son peligrosos. Otros investigadores están probando el uso de oxitocina, conocida como la hormona del “amor”. Rene Hurlemann de la Universidad de Oldenburg en Alemania sabe que la oxitocina es importante para las relaciones sociales y plantea la hipótesis de que podría tener un impacto en la soledad.

Para probar esto, están trabajando en un estudio en el que las personas se someten a psicoterapia enfocada en la participación en actividades sociales y pláticas sobre la soledad. La mitad está recibiendo oxitocina.

Hurlemann considera que el medicamento no debe recetarse sin psicoterapia, sino que podría usarse para acelerar la formación de una relación de confianza entre el terapeuta y la personas.

Los medicamentos pueden aumentar la soledad

No todas las personas están emocionadas por los medicamentos para la soledad. Muchos de los psicólogos y terapeutas con los que habló el reportero de The Guardian expresaron sus dudas sobre el uso de medicamentos para tratar un problema de salud emocional. En cambio, apoyan la terapia conversacional.

Rachael Benjamin es una psicoterapeuta de Nueva York que dirige la terapia grupal de personas que se enfrentan a la soledad y considera que podría aumentar la sensación de soledad en las personas. Aunque reconoce que muchos medicamentos pueden ser beneficiosos, considera que “no pueden generar una intimidad”.

Si está experimentando depresión, ansiedad o sentimientos de soledad, considere utilizar las Técnicas de Libertad Emocional (EFT, por sus siglas en inglés) para ayudar a disipar las emociones negativas y enfrentar el distanciamiento social de esta pandemia.