Por John Saxe-Fernández, La Jornada, 10 de enero de 2013
Estremece cuando en medio de un desplome del empleo, déficit alimentario de más de 20 años y un ominoso ingreso de capitales golondrinos (en 2012 entraron unos 140 mil millones de dólares –mmdd–), voceros oficiales y de la IP anuncien, como en riesgoso trance de euforia, que los fundamentales están sólidos. Quizá es por la perspectiva de fabulosos negocios al abrigo del Programa de Ajuste Estructural (PAE) impuesto por Estados Unidos cuya macroeconomía incluye la austeridad y mantener la desregulación de los flujos especulativos, como la que agilizó la debacle de diciembre 1994 y el gran saqueo que siguió bajo un rescate a favor de los especuladores, que puso la reserva petrolera de aval y bajo la jurisdicción de la Corte del distrito de Manhattan. Desde entonces las grandes firmas extranjeras y asociados locales, gracias a los PAE, cosechan enorme riqueza en sectores que van de la agricultura, el comercio, los ferrocarriles y la maquila, a la banca, la cerveza, las pinturas. Read more