Un especialista en corazón pide un reposicionamiento de las grasas saturadas, ya que no son la causa de la enfermedad cardiaca

Usted simplemente DEBE prestar atención a la fuente de las calorías. La grasa es mucho más sustancial que los carbohidratos, por lo que reemplazar los carbohidratos refinados por grasas saludables reducirá automáticamente el hambre. Además, debido a que su cuerpo pasa de un modo de quema de carbohidratos y azúcares a un modo de quema de grasa como combustible principal, sus antojos alimentarios disminuirán significativamente.

Una vez que esté totalmente adaptado al consumo de grasas, los antojos serán un recuerdo del pasado. Usted puede utilizar esta sabiduría para evaluar sus necesidades individuales de grasa. Si usted ha reducido su consumo de carbohidratos y los reemplazó con grasas saludables, pero todavía lucha con la sensación de hambre, es una señal de que usted necesita agregar más grasa a su alimentación.

Cómo las directrices alimentarias del gobierno promueven la obesidad y las enfermedades crónicas

Es importante darse cuenta de que las directrices nutricionales del gobierno son en gran parte el reflejo de los subsidios agrícolas. NO están basadas en la ciencia nutricional segura. En pocas palabras, la razón por la que le recomiendan los granos como parte esencial de su alimentación es porque a los agricultores se les paga para que cultiven dicho producto en los Estados Unidos. Hay mucho de ese producto, y es barato en comparación con los alimentos saludables como los vegetales, los cuales reciben muy pocos subsidios.

La absurda e inadecuada Pirámide Nutricional de 1992 consideraba a los granos como el alimento más importante de la pirámide, invitándolo a consumir de 6-11 porciones de pan, cereal, arroz y pasta todos los días. Este exceso de carbohidratos, la mayoría de ellos refinados, es precisamente el tipo de alimentación que favorece la acumulación de grasa y crea resistencia a la insulina y enfermedades relacionadas con su consumo, como la diabetes, enfermedades del corazón y cáncer. En la parte superior de la pirámide estaban las grasas y el azúcar, y mientras que el azúcar pertenece claramente allí, las grasas no.

Como se mencionó anteriormente, la mayoría de las personas se beneficiarían al consumir entre 50 y 70 por ciento de sus calorías totales de grasas saludables. Las grasas saturadas de origen animal y vegetal proporcionan una serie de beneficios importantes para la salud y el cuerpo las necesita para el correcto funcionamiento de:

Membranas celulares Corazón Huesos (para asimilar el calcio)
Hígado Pulmones Hormonas
Sistema inmunológico Saciedad (la reducción del hambre) Regulación genética

 

La pirámide de alimentos fue reemplazada por “MyPlate” en el 2011, que le restó importancia ligeramente a los granos como el ingrediente alimentario más importante, posicionando a los vegetales como la parte principal. Uno de los problemas más notorios de MyPlate es que prácticamente eliminó todas las grasas de la ecuación. De hecho, a excepción de una pequeña porción de productos lácteos, que se recomiendan ser libres de grasa o bajos en grasa. ¡Carecía completamente de  grasas!

No se hace mención de la importancia de las grasas alimentarias, incluso las más “políticamente correctas”, como las grasas monoinsaturadas presentes en el  aceite de oliva y los frutos secos, como nueces (aceite de canola también se encuentra en esta categoría, pero le aconsejo evitarlo y en lugar de ello utilizar aceite de coco). Incluso una de las grasas más críticas de todas está ausente de MyPlate, es decir, grasas de omega-3 origen animal. La deficiencia de esta grasa esencial puede causar o contribuir a problemas de salud muy graves, tanto mentales como físicas, y puede ser un importante factor subyacente de hasta 96,000 muertes prematuras cada año… Para obtener más información acerca de las grasas omega-3 y las mejores fuentes de esta grasa, por favor revise este artículo anterior. En un esfuerzo por remediar esta situación atroz, he creado mi propia Pirámide de alimentos para una salud óptima. La puede imprimir y compartir con sus amigos y familiares.

Los estudios muestran que las grasas saturadas no están relacionadas con un aumento de riesgo de la enfermedad cardiaca