Un especialista en corazón pide un reposicionamiento de las grasas saturadas, ya que no son la causa de la enfermedad cardiaca
Por Dr. Mercola, de noviembre de 2013
Durante los últimos 60 años, las autoridades médicas convencionales han advertido que las grasas saturadas de animales provocan la enfermedad del corazón y deben ser severamente restringidas con el fin de mantener un corazón saludable.
A partir del 2010, las recomendaciones del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos1 (USDA) consisten en reducir el consumo de grasas saturadas a sólo el 10 por ciento del total de calorías o menos. Esto es sorprendente, teniendo en cuenta el hecho de que muchos expertos en salud ahora creen que probablemente necesitará entre el 50 y 70 por ciento de grasas saludables para mantener una salud óptima.
Es casi imposible calcular cuántas personas han muerto prematuramente por la promulgación persistente de este mito, generado por un estudio defectuoso publicado hace más de medio siglo, desde entonces ha sido profundamente desacreditado por muchas décadas de investigación posteriormente publicadas.
Más recientemente, un editorial en el British MedicaJournal2 titulado: From the Heart, Saturated Fat is Not the Major Issue, ha recibido mucha atención de los medios, ya que envía un mensaje opuesto al decir que es hora de arruinar el mito de que el consumo de grasas saturadas desarrolla la enfermedad del corazón.
Las grasas saturadas no promueven la enfermedad del corazón
Evitar las grasas saturadas en realidad promueve la mala salud en un número de maneras, lo que agrava los riesgos para la salud al seguir este consejo completamente anticuado y peligroso. Como bien dice el autor, Aseem Malhotra, un médico especialista residente en cardiología intervencionista en el Hospital Universitario de Croydon en Londres:
“El mantra de que la grasa saturada debe ser eliminada para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares ha dominado el asesoramiento y directrices alimentarias durante casi cuatro décadas. Sin embargo, la evidencia científica demuestra que este consejo ha, paradójicamente, aumentado los riesgos cardiovasculares….
El aspecto de las grasas saturadas alimentarias que se cree que tiene mayor influencia sobre el riesgo cardiovascular, se encuentra e en concentraciones elevadas en las lipoproteínas de baja densidad colesterol (LDL).
Sin embargo, la reducción del colesterol LDL causado por la reducción del consumo de grasas saturadas parece ser una característica específica de las partículas LDL grandes y flotantes, (tipo A), cuando en realidad es una característica especifica de las partículas pequeñas y densas (tipo B) (en respuesta al consumo de carbohidratos) que están implicados en la enfermedad cardiovascular.
De hecho, los recientes estudios de cohorte prospectivos no han apoyado a ningún vínculo significativo entre el consumo de grasas saturadas y el riesgo cardiovascular, sin embargo, se ha descubierto que la grasa saturada tiene un efecto protector. “[El énfasis mío]
Nosotros hemos sabido desde hace tiempo que la alimentación occidental está vinculada a mayores tasas de obesidad, diabetes, enfermedades del corazón, hipertensión y cáncer. Sin embargo, el paradigma convencional es muy renuente al aceptar que el contenido de azúcar en esta alimentación es el principal culpable.
Por otra parte, se ha establecido firmemente que la grasa trans encontrada en la margarina, manteca vegetal y los aceites vegetales parcialmente hidrogenados, es la verdadera causa de las enfermedades del corazón, ya que aumentan los niveles de LDL, o colesterol “malo”, mientras reduce sus niveles de HDL, conocidos como el colesterol “bueno”. Las grasas trans también contribuyen a la diabetes tipo 2 y otros graves problemas de salud.
Los carbohidratos/azúcar, no la grasa, es la raíz de las enfermedades del corazón
Por desgracia, muchos médicos y funcionarios de salud todavía están tratando de asegurarle que puede disfrutar los “postres” de manera segura, con moderación. Sin embargo, si su alimentación consiste principalmente de alimentos procesados, esta línea de razonamiento se desmorona por completo ya que prácticamente TODOS ellos están cargados de carbohidratos procesados y fructosa.
Disminuir los “postres” o restringir la cantidad de azúcar que le agrega a su café o té, por ejemplo, no hará un gran efecto si usted está consumiendo una gran cantidad de alimentos procesados y bebidas, además de agua filtrada pura.
He escrito anteriormente sobre cómo diversos alimentos y bebidas contienen más azúcar que un dona glaseada. Por ejemplo, una botella de 20 onzas de Vitamin Water contiene 33 gramos de azúcar, lo que equivale a TRES donas glaseadas originales de Krispy Kreme.