Transgénicos, Un Debate sobre Salud

Dice que mientras hay quienes dicen que habrá daño al medio ambiente y se atentará contra el maíz criollo, otros demandan el uso de la tecnología, y ante las dos posturas se debe experimentar para tener mayor conocimiento al respecto.

Pero la coordinadora de la Campaña de Agricultura Sustentable y Transgénicos de Greenpeace México, Aleida Lara, no se convence con dichas explicaciones.

Argumenta que al utilizar el maíz transgénico se atentará contra el grano de los mexicanos por excelencia. “Tenemos 59 razas y cerca de 200 variedades adaptadas de maíz, esto quiere decir que en México tenemos las plantas madres de todas las variedades de maíz que se crearon en el mundo”.

Al preguntarle de qué manera se atenta contra el maíz nativo, explica: “El cultivo de maíz es uno de los más promiscuos, es de polinización abierta y el viento se lleva el polen del maíz transgénico a los otros cultivos, así que este maíz genéticamente modificado contaminaría toda esta riqueza que tenemos en el país”.

El doctor en Ciencias Agrícolas y Forestales de la Universidad de Guadalajara, Salvador Mena Munguía, coincide con Lara en que los transgénicos contaminarían el resto del maíz y se muestra preocupado por lo que considera “un atentado contra una especie cuyo centro de diversidad de origen es México”.

Ambos aseguran que el Gobierno está violando la Fracción XI del Artículo 2 de la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados (BOGM).

“Esa ley establece que los centros de origen y diversidad de las especies deben de ser libres de transgénicos y deben ser respetados, y la gran cantidad de razas de maíz que tenemos no dejan duda de que México es el centro de origen de este grano”, dice Mena.

Pero el doctor Ariel Álvarez refuta las afirmaciones al aclarar que la ley no prohíbe la experimentación con maíz. “Dice claramente que tiene que haber un régimen especial y medidas especiales, son más de 150 disposiciones de seguridad que se tiene que evaluar para otorgar permisos”.

Agrega que tanto la Sagarpa como la Semarnat pusieron en marcha un régimen de protección para fomentar el cultivo de maíces criollos y la protección a la diversidad.

“El Gobierno está cumpliendo, se está estimulando la producción de los criollos, también cuidan que no haya cultivos de maíz criollo en las áreas para experimentación, estas zonas tienen todo el rigor que marca el reglamento para que no haya escapes; también tenemos una red mexicana de monitoreo para vigilar los campos, no sé cómo dicen que se está violando ese artículo cuando éste no dice que no podemos experimentar”.

Álvarez Morales asegura que es aventurado decir que se contaminará el maíz, ya que existen técnicas para evitar que eso suceda.

“Los ensayos experimentales se harán en áreas relativamente pequeñas, quizá de una hectárea como máximo y con medidas de contención muy apropiadas, nuestros analistas de riesgo saben perfectamente cómo se debe actuar, se basan en guías y en criterios internacionales, puede haber experimentos en los que inclusive se corte la espiga del maíz transgénico de tal forma que ni siquiera haya polen, en otros casos en que se necesite la mazorca se puede cortar la espiga y se pueden utilizar donadores de polen no transgénicos, hay muchas formas de llevar a cabo el control y tenemos también los elementos de vigilancia, nos van a ayudar instituciones públicas y privadas, centros de investigación e institutos tecnológicos para llevar a cabo el monitoreo, la vigilancia y el cuidado de estas pruebas para aprender a través de estos experimentos”.

Permisos y clandestinidad

La activista Aleida Lara dice que los permisos son ilegales y en contra del bien común: “Están favoreciendo los intereses de las empresas transnacionales, el maíz transgénico no ha logrado demostrar que va a traer beneficios al campo mexicano. No hay razón ni ambiental ni productiva para poder implementar este tipo de cultivos en nuestro país, así que el único interés que tienen las empresas es engordar sus bolsillos”.

El profesor de la UdeG afirma por separado que si bien las autorizaciones para sembrar por ahora son sólo con fines experimentales, las multinacionales también lo harán con fines demostrativos para promover sus granos a los productores. “Yo creo que esa es la intención, dicen que se puede aislar el maíz transgénico de mil formas, pero el riesgo de transmisión de estos caracteres a variedades nativas de maíz es latente”.