Transgénicos, Un Debate sobre Salud

Informador, octubre 26, 2009

GUADALAJARA, JALISCO.- Cuando se habla de alimentos modificados genéticamente, es inevitable la discusión acerca de los posibles daños a la salud humana.

De hecho, la organización Greenpeace afirma que no se han descartado daños por consumir transgénicos, lo que indica que constituyen una “tecnología riesgosa”.

En 2005, la organización ecologista demandó a la multinacional Monsanto ante una Corte alemana, que ordenó a la compañía informar sobre los efectos en ratas alimentadas con su maíz Bt MON 863.

Los estudios fueron reevaluados por científicos independientes, que revelaron que la empresa omitió reportar efectos negativos como signos de toxicidad en los órganos internos de las ratas.

El debate vuelve al primer plano, porque el Gobierno federal acaba de publicar la concesión de 15 permisos para sembrar maíz transgénico con fines experimentales.

La Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados (Cibiogem) niega que con dichos permisos se esté abriendo la puerta al consumo. El secretario ejecutivo de la comisión, Ariel Álvarez, dice que desde 1999 se siembra este tipo de variedades con nuevas propiedades, en varios países, y no se ha demostrado daños a la salud humana ni al medio ambiente.

A favor

El maíz transgénico tiene su propio herbicida o plaguicida, por lo que se ahorraría en estos productos.

La producción agrícola nacional podría beneficiarse y, por ende, el abasto del grano.

Podría liberarse no sólo con fines de alimentación, sino también para la elaboración de productos farmacéuticos.

En contra

El plaguicida del maíz afecta a especies como mariposas monarca o lombrices.

Los granos transgénicos podrían resultar más caros que los criollos.

Estudios en ratas de laboratorio revelan que los roedores disminuyeron su capacidad de reproducción al consumir organismos genéticamente modificados.

Fuente: Greenpace, Cibiogem.

Maíz transgénico siembra polémica

El pasado 15 de octubre la Sagarpa y la Semarnat emitieron un comunicado conjunto en el que anunciaban el otorgamiento de dos permisos —de 35 solicitudes recibidas— para realizar las primeras siembras experimentales de maíz transgénico.

El comunicado expone que se tomaron en cuenta las opiniones técnicas y científicas presentadas por expertos, y que las siembras se harán en terrenos controlados y totalmente aislados de otro tipo de cultivos.

El anuncio provocó una fuerte crítica por parte de la organización Greenpeace, que condenó la falta de legalidad y transparencia con las que actuaron la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) y la de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), ya que no mencionaban a cuáles empresas se les habían otorgado los permisos ni los lugares donde se llevarían a cabo las siembras.

La organización ambientalista lanzó una campaña por teléfono, fax e internet (específicamente a través de las redes sociales Twitter y Facebook) para exigir al Presidente Felipe Calderón y a las dos secretarías revertir la medida con el fin de proteger nuestro grano básico y no dejarse influenciar por las poderosas transnacionales de biotecnología.

Seis días después, la Sagarpa y la Semarnat convocaron a rueda de prensa, esta vez para anunciar la aprobación de 13 permisos más para sembrar maíz genéticamente modificado.

En esa ocasión las dependencias sí dieron a conocer los nombres de las empresas beneficiadas y los lugares donde experimentarían.

Miembros de Greenpeace irrumpieron en la conferencia y cuestionaron los nuevos permisos.

El titular de la Semarnat, Juan Rafael Elvira Quesada, señaló que el Gobierno federal, a través de las dos secretarías, trabaja “sin dejarse influenciar por ningún tipo de presión”.

Un día antes del nuevo anuncio, la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad —que alberga a expertos de México, Estados Unidos, Venezuela, Brasil, España, Chile, Noruega, Canadá, Puerto Rico, Australia y Suiza, por mencionar algunas naciones— envió una carta firmada por más de 800 científicos para exigir que se reviertan las aprobaciones a estas siembras experimentales.

Posturas encontradas

El secretario ejecutivo de la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados (Cibiogem), órgano dependiente del Poder Ejecutivo encargado de establecer las políticas relativas a la seguridad y uso de los Organismos Genéticamente Modificados (OGM’s), Ariel Álvarez Morales, afirmó que la razón por la que decidieron aprobar las solicitudes es porque están apostando al conocimiento.

“El conocimiento se genera a través de la experimentación, lo que queremos en realidad es abrir las puertas a la investigación, no estamos abriendo la puerta a los transgénicos y de manera específica, no lo estamos haciendo con el maíz”.