Tejocote, un aliado en el invierno

Por Pilar Quintanilla Martínez

Aunque es pequeño y de aspecto sencillo, el tejocote es importante por su aporte a la nutrición y salud humana. Se emplea tradicionalmente en miles de hogares mexicanos durante las fiestas navideñas, ya sea para elaborar ponche, jaleas y postres o para llenar la tradicional piñata que une a familiares y amigos.

El conocimiento de esta aromática fruta, agridulce, de color anaranjado o amarillo, proviene de tiempos prehispánicos. De hecho, su nombre se deriva de la palabra náhuatl texócotl, que significa piedra agria o fruta como piedra.

Se cosecha principalmente entre los meses de Octubre y Noviembre, en los Estados de Morelos, Chiapas, Hidalgo y Estado de México.

Muchas poblaciones asentadas en el actual territorio mexicano ya usaban el tejocote con fines nutricionales, medicinales y de ornato, aunque su cultivo era escaso y se prefería recolectarlo en bosques fríos localizados en las laderas de los montes, donde comúnmente crece junto a pinos y encinos.

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El árbol que produce al tejocote se conoce con nombres como manzanillo y karhashi (en lengua purépecha, originaria de Michoacán), aunque en casi toda su área de distribución se le designa con el mismo nombre que al fruto.

No requiere cuidados o nutrientes especiales, aparte de los que encuentra en su entorno natural, incluso puede crecer en lugares adversos.

El tejocote y su valor nutrimental.

Además de sabor al ponche, el tejocote nos aporta minerales y vitaminas:

  • Calcio. Indispensable en formación de huesos y dientes, además de que favorece la flexibilidad de los músculos, la coagulación  y la transmisión de mensajes a través de los nervios.
  • Hierro. Mineral necesario en la producción de hemoglobina (sustancia contenida en glóbulos rojos que transporta el oxígeno a la sangre) y mioglobina (encargada de oxigenar músculos); también interviene en la formación de enzimas (sustancias empleadas en el organismo para desempeñar distintas tareas) y permite aprovechar a las vitaminas del complejo B.
  • Vitamina C. A ella se debe el sabor ácido de este fruto, hace posible la formación y reparación de tejidos, fortalece al sistema de defensas (inmunológico), contribuye en la absorción de hierro y neutraliza sustancias que oxidan y destruyen a las células del organismo (radicales libres).
  • Complejo B. Las vitaminas de este grupo ayudan a que el organismo utilice la energía contenida en grasas y carbohidratos, aceleran la renovación celular y de la piel, mejoran la recuperación de heridas y permiten el buen funcionamiento del sistema nervioso.

Además, el consumo del fruto cocido, acompañado con miel de abeja, es útil en caso de tos, resfriados, gripe e infecciones en estructuras de los pulmones como bronquitis y neumonía, por lo que incluirlo en la dieta habitual durante la temporada fría es muy buena idea. Asimismo, ayuda en caso de diarrea y estreñimiento, ya que posee sustancias digestivas como pectina y fibra.

Las distintas partes del vegetal son empleadas dentro de la herbolaria mexicana: la infusión que se obtiene de hojas, raíz y corteza de tejocote, es útil en el tratamiento de problemas del aparato digestivo, y cuando se le agrega manzanilla y otras hierbas, permite eliminar parásitos intestinales.

Por si fuera poco, el tallo es muy apreciado en la elaboración de artesanías y utensilios, o bien, para utilizarse como leña. Las hojas son consumidas por el ganado durante el pastoreo, además de que se ha visto que los frutos aumentan la cantidad de leche en la ordeña.

Ahora ya lo sabes, incluye tejocote en estas temporadas y disfruta su delicioso sabor y beneficios para la salud.

Ponche tradicional

Te dejamos una receta de ponche con tejocote, que nos comparte María de Jesús, cocinera profesional.

https://elsouvenir.com/donde-viene-ponche-navideno-receta/ponche-mexicano/

Ingredientes:

  • 1/4 kg de tejocote
  • 1/4 kg de guayaba
  • 1/4 kg manzanas
  • 1/2 kg Cañas
  • 100 g Ciruelas pasas
  • 50 g Pasitas
  • 50 g Jamaica o tamarindo
  • 1 kg Piloncillo
  • 1 raja de canela grande
  • la cáscara de una naranja
  • 5 l de agua
  • 1/4 l de Brandy, Ron *opcional

Procedimiento:

  1. Limpiar toda la fruta y picar
  2. Quitar lo blanco a la cáscara de naranja para que no amargue
  3. Poner a calentar el agua con la canela y cuando esté en ebullición agregar el piloncillo, la jamaica y los tejocotes. Dejar unos 15 minutos.
  4. Agregar la demás fruta (manzana, guayaba y cañas) y cáscara de naranja.
  5. Agregar las ciruelas pasas y las pasitas, cuando la otra fruta ya haya soltado su sabor.
  6. Al final agregar el brandy o ron ( opcional).