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Abrir Debate Sobre Legalizar Drogas

Por Laura Poy Solano, La Jornada, Junio 17, 2010

En México no basta enfrentar al crimen organizado con las armas, se requieren acciones de otro tipo, como la aplicación de inteligencia financiera que “ataque a fondo” el problema del narcotráfico, afirmó José Morales Orozco, rector de la Universidad Iberoamericana (Uia).

Exigió abrir el debate para la legalización de “algunas drogas, pues muchos insisten en que siempre habrá adictos, pero lo importante es que no haya capos”.

Entrevistado tras la firma de un convenio con la Universidad Autónoma Metropolitana, agregó que en Estados Unidos, después de la legalización de la venta de alcohol, “desaparecieron los Al Capone, aunque sigue habiendo borrachos”.

Consideró necesario reflexionar “si convendría legalizar paulatinamente ciertas drogas, porque los cárteles ya no sólo lucran con sustancias ilícitas, sino que han incursionado en otros ataques a la sociedad, como la extorsión y el secuestro”.

Afirmó que en el combate al crimen nadie, “ni el presidente Felipe Calderón, calculó la respuesta que iba a tener o el poderío que tenía la delincuencia organizada, pues si agarran un capo o un sicario van a surgir más”.

Organizaciones Campesinas Demandaron más Equidad en La Distribución de Los Recursos Federales Destinados al Campo

El Porvenir, Junio 9, 2010

Piden Mayorga y Escobar a líderes entender su corresponsabilidad

El Congreso Agrario Permanente (CAP) pidió al gobierno federal un nuevo pacto para transformar y modernizar la política agropecuaria, a fin de generar las condiciones necesarias para el verdadero desarrollo de los campesinos mexicanos.

Ante los secretarios de Gobernación, Agricultura, Desarrollo Social y Reforma Agraria, los integrantes del CAP afirmaron que urgen reformas a las leyes e instituciones relacionadas con la producción agropecuaria del país.

Durante el foro “La Transformación y Modernización del Sector Agrario en México”, organizado por el CAP para festejar su XXI Aniversario, los líderes de las 12 organizaciones campesinas demandaron más equidad en la distribución de los recursos federales destinados al campo.

El dirigente de la Confederación Agrarista Mexicana, Humberto Serrano, inauguró el acto y sostuvo que al conmemorarse 200 años de la Independencia y 100 de la Revolución, el país vive circunstancias similares a las que dieron origen a esos movimientos:

Alto costo de la vida, abandono total de labriegos, así como “la suposición de que sólo la iniciativa privada y el capital extranjero pueden guiar el destino de nuestro pueblo”, puntualizó.

Serrano Pérez advirtió que, peligrosamente, se olvida la existencia de la propiedad social como un derecho de los mexicanos, y destacó que conculcar este derecho ha obligado a nuestros campesinos a abandonar sus tierras y emigrar a Estados Unidos.

En ese contexto, el coordinador del CAP, José Luis González Aguilera, aseveró que se demanda un nuevo pacto entre las organizaciones campesinas y el gobierno federal, con el propósito de transformar y modernizar la política de producción agropecuaria nacional.

Los demás oradores se sumaron a estas demandas, y agregaron que también urge fortalecer a la Secretaría de la Reforma Agraria y revisar el Artículo 27 Constitucional, para garantizar que el derecho agrario sea tutelar y no contencioso, a fin de resolver problemas de producción y tenencia de la tierra.

En su oportunidad, los secretarios de Agricultura, (Sagarpa) Francisco Mayorga, y de la Reforma Agraria (SRA), Abelardo Escobar, pidieron a las organizaciones del CAP entender su corresponsabilidad para lograr que el campo mexicano salga adelante.

El titular de la SRA sostuvo que urge modificar la visión de la producción para el autoconsumo, por otra de competitividad y conquista de los mercados internacionales.

Enfatizó que si para ello son necesarios cambios a las leyes y a las instituciones del sector agropecuario nacional, la SRA respalda esta demanda, e incluso considera que sólo así se avanzará en una nueva etapa de la reforma agraria en el país.

Escobar Prieto coincidió con los dirigentes de las organizaciones del CAP en que la Secretaría de la Reforma Agraria debe modernizarse para responder a los nuevos retos y necesidades de los ejidos y comunidades.

Destacó que la dependencia a su cargo ha avanzado en la solución de los principales conflictos agrarios que había en México y que amenazaban la paz y la estabilidad social en el campo.

En esta administración se han solucionado 544 conflictos, lo que equivale a uno cada 48 horas; se han logrado alianzas productivas por medio de mil 704 contratos, lo que representa una inversión de 33 mil 600 millones de pesos para beneficio de 79 mil sujetos agrarios, añadió.

Asimismo, 92 por ciento de ejidos y comunidades ya están debidamente certificados en la tenencia de la tierra, con la integración de un Catastro Rural Nacional al 39.5 por ciento.

A su vez, el titular de la Secretaría de Agricultura Ganadería, Desarrollo Rural y Pesca (Sagarpa) sostuvo que la evolución de la lucha campesina en México ha ido de la disputa por la tierra a la del acceso a proyectos productivos.

Pidió a las organizaciones campesinas promover el uso rentable de la tierra, mediante la autonomía financiera de los proyectos que permita aplicar los recursos públicos a infraestructura y capacitación en el sector rural.

Mayorga Castañeda llamó a los líderes de las 12 organizaciones del CAP a cerrar filas en el respeto al Estado de derecho y compromiso de generar riqueza en el medio rural, para que los campesinos y sus familias alcancen el viejo anhelo de vivir mejor y no tener que abandonar sus tierras.

México Ha Perdido 127 Especies en Dos Décadas

Por Carolina Gómez Mena, La Jornada, Mayo 23, 2010

No Descarta Afectaciones por El Derrame de Petróleo en El Golfo

En las pasadas dos décadas México perdió 127 especies, aseguró José Sarukhán Kermez, coordinador de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), quien explicó que una de las principales causas de ello es la destrucción de los ecosistemas.

Resaltó que el país posee “alrededor de 10 por ciento de las especies del mundo, es decir, unas 170 mil”, desde microbios hasta grandes vertebrados, lo cual lo sitúa entre las principales cinco naciones megadiversas de todo el planeta.

Al conmemorarse ayer el Día Internacional de la Diversidad Biológica, Sarukhán expresó en entrevista que situaciones como el derrame de petróleo en el Golfo de México –responsabilidad de la empresa British Petroleum– son circunstancias que afectan los ecosistemas. Aunque por el momento no hay riesgo para el país, dijo, la Conabio se encuentra monitoreando día a día y vía satélite el desplazamiento de la mancha de crudo.

–¿Podría haber especies en riesgo?

–Depende de cómo llegue. Si es en pequeños grumos y gotas, es menos dañino que en masas enormes. Si arriba a la arena y hay tortugas ovipositando en ese momento, pueden tener problemas. Si la mancha llega en grandes pedazos, las aves costeras y las que viven en manglares podrían tener conflictos muy serios.

Sin embargo, subrayó que por ahora “la mancha está muy lejos”. Sólo podría acercarse, consideró, por la acción de los ciclones.

“El problema va a ser de Estados Unidos y México, así como probablemente de Cuba, a la hora que entren los primeros huracanes fuertes, porque esa mancha, que por el momento sólo se ha partido en dos, se va a pulverizar, se va a volver un montón de manchas que será difícil seguir”.

Respecto de la pérdida de especies destacó que “en México y el mundo falta muchísimo por hacer”. Exhortó a los gobiernos, particularmente de los estados y municipales, a “usar la información” que se tiene sobre esa situación de “mejor manera”, con el propósito de emprender acciones más efectivas.

Vaticina incremento de enfermedades

Al recordar que este año ha sido declarado como el de la biodiversidad, Sarukhán alertó sobre la aparición de enfermedades en diversas zonas, debido principalmente al ascenso de la temperatura global y al desplazamiento de vectores hacia áreas que tradicionalmente eran más frías.

“Se están originando males por la perturbación de selvas y bosques, por el cambio climático tenemos movimiento de vectores; por ejemplo, los mosquitos que transmiten el dengue se mueven a zonas cada vez más altas, conforme la temperatura va cambiando, o las chinches (vinchuca) que provocan el mal de Chagas.”

Se considera que México ocupa el segundo lugar mundial en diversidad de reptiles, con 804 especies; tercer lugar en mamíferos, con 525; quinto en sapos, ranas y salamandras, con 361, y quinto en plantas vasculares, con 23 mil 424. Aquí viven siete de las ocho especies de tortugas marinas, y en los mares mexicanos habita casi la mitad de ballenas y delfines del planeta.

Mexico: Se Incrementará La Importación de Alimentos

Por Carlos Fernández-Vega, La Jornada, Mayo 31, 2010

La Producción Nacional Sigue a La Baja

Tres organismos internacionales (Cepal, FAO e IICA) advierten tristemente que en este año de la recuperación, México incrementará aún más la importación de alimentos (léase aumentará su dependencia alimentaria) por la sencilla razón de que la producción nacional en este renglón se mantiene a la baja, mientras la autodenominada autoridad se mantiene en la fiesta y tan delicada proyección no le quita el sueño. Y como muestra un botón documentado por el Inegi: en el primer trimestre de 2010, México erogó 4 mil 291 millones de dólares para comprar alimentos en el mercado internacional (fundamentalmente en Estados Unidos), lo que representa un crecimiento de 14 por ciento respecto de igual periodo de 2009, y equivale, en ese lapso, a un gasto de 2 millones de dólares por hora.

El sábado pasado, en este espacio, se comentó el informe Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas: una mirada hacia América Latina y el Caribe 2010, elaborado por la Cepal, la FAO y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), en el que se advierte que México, que ya era uno de los principales importadores netos de la región, ahora depende aún más de las importaciones, y no precisamente de artículos suntuarios, sino de los prioritarios. El estómago nacional, pues, depende en grado sumo de lo que se produzca, de lo que cueste y de lo que en la materia se decide fuera del país.

Pues bien, entre el barullo de las matracas y los silbatos que festejan el regreso a la normalidad, porque la crisis ya se acabó, el Inegi informa que de enero a marzo, por ejemplo, la importación de pescado fresco o refrigerado se incrementó casi 50 por ciento, para abastecer a un país con más de 10 mil kilómetros de litorales; que la de café reportó un crecimiento de 105 por ciento, justo para un país con uno de los mejores granos del mundo; que, para no variar, la compra de maíz en los mercados internacionales avanzó alrededor de 20 por ciento, precisamente en un país cuya dieta fundamental se basa en ese cereal, y que, en fin, la de azúcar registró un crecimiento de casi 260 por ciento, en un país que no hace mucho exportaba grandes cantidades del dulce.

Qué peligroso regresar a la normalidad, porque, como se ha comentado en este espacio, desde hace muchos años –con mayor intensidad desde la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte– la dependencia alimentaria registra un avance igual de sostenido que de peligroso. El estómago nacional cada día depende más de los abastecedores externos, y sólo en situaciones de crisis –la del catarrito, por ejemplo– se observan descensos relativos en el volumen y valor adquirido en el mercado externo –el estadunidense, fundamentalmente–, pero al primer signo de lo que algunos llaman reactivación económica dichos indicadores repuntan alegremente para seguir la escala ascendente.

Para dar una idea más amplia de cuál es el delicado problema, vale subrayar que en la última década México ha gastado algo así como 150 mil millones de dólares (40 por ciento de ellos en el calderonato) para adquirir alimentos en el exterior y comercializarlos en un país en el que se producía prácticamente todo lo que ahora se compra allende nuestras fronteras y a precios cada día más elevados.

El sexenio calderonista arrancó con severos aumentos de precios en los alimentos; esta situación se agravó en 2007 y 2008; aún más con el catarrito, pero el inquilino de Los Pinos asegura que se trata de una coyuntura alimentaria, la cual, dicho sea de paso, acumula varias décadas. En el recuento, vale recordar que 30 años atrás el entonces presidente José López Portillo anunció con bombo y platillo el llamado Sistema Alimentario Mexicano (SAM), que establecía metas de consumo alimentario y medios para satisfacerlas desde dos vertientes fundamentales: un rápido aumento en la producción de alimentos básicos y apoyos múltiples al consumo de las mayorías empobrecidas de México, y advertía que el país tiene todas las posibilidades históricas y materiales para tomar un rumbo que revierta vigorosamente tendencias que, en estos momentos de graves definiciones internacionales, nos pueden conducir a la desnacionalización por la vía de la dependencia económica y tecnológica… (estamos ante) la quizá irrepetible y única posibilidad de satisfacer sin concesiones innecesarias nuestro gran potencial de crecimiento, ampliando la base productiva y el mercado interno, sentando así bases sólidas de soberanía y de una economía eficiente y poderosa.

¿Qué sucedió? La importación de alimentos se incrementó y el sucesor de JLP, Miguel de la Madrid, quiso revertir esa tendencia con otro programa: el Nacional de Alimentación (Pronal), que prometía lo mismo que el SAM (autosuficiencia alimentaria para resguardar la soberanía nacional y elevar el nivel de vida de los campesinos), con el añadido de reducir en cuando menos 30 por ciento la compra de alimentos en el exterior. Logró exactamente lo contrario, y aumentó aún más la adquisición de alimentos en los mercados internacionales. Llegaron Salinas, Zedillo y Fox, cada cual con su oferta de gobierno, y la importación de alimentos creció y creció, a grado tal que alrededor de la mitad de lo que los mexicanos comen proviene del extranjero, principalmente del norte, mientras el campo produce pobres y migrantes al por mayor, que ya no migran a las grandes ciudades, sino directamente al mismo norte que nos abastece.

¿Y con Calderón? Lo mismo, con idéntico discurso (la seguridad alimentaria es un asunto de Estado). Se comprometió a paliar la situación financiera de los mexicanos ante el incremento de los precios de los alimentos a escala mundial y a facilitar el abasto y el acceso de los consumidores mexicanos a los mejores precios de los alimentos en el mercado internacional; impulsar la producción de alimentos y aumentar la productividad del campo mexicano. Nada de eso sucedió. El Inegi documenta que sólo en 2009, el año de la gran crisis y de la astringencia de divisas, salieron de México alrededor de 16 mil 235 millones de dólares para adquirir alimentos, 22 por ciento menos que en 2008 (casi 21 mil millones), pero no por el incremento interno de la producción, sino, precisamente, por la crisis.

Las rebanadas del pastel

Con todo y el creciente gasto en importación de alimentos, en 2006, 14.42 millones de mexicanos se encontraban en condición de pobreza alimentaria, y para 2008 sumaban 19.46 millones. De acuerdo con el Coneval, 46 por ciento de la población registra algún grado de inseguridad alimentaria (de leve a severo). Y van por más.

Wal-Mart Move into Mexico Paying Off, Rivals Hurting

By Alexander Hanrath, Bloomberg News, February 8, 2004

Standing in his cramped stall in Mexico City’s Bugambilla market — a concrete building teeming with food, flowers, and household items — Jorge Llerena says his profit from selling beans and rice has dropped 5 percent in the past two years.

The reason: Customers he’s had for two decades are shopping at the Wal-Mart de Mexico SA supercenter five minutes away.

“Wal-Mart has a better range of products,” says Llerena, 52, rubbing his gray stubble in his 10-by-10-foot booth. “To keep business, we’ve had to sacrifice our profit margins.”

Llerena isn’t the only one whose profits are suffering. Wal- Mart’s three biggest rivals — supermarkets Organizacion Soriana SA, Controladora Comercial Mexicana SA, and Grupo Gigante SA –say their combined earnings plunged 42 percent to 2.7 billion pesos ($249 million) in 2002 from 4.6 billion pesos in 1999 as they tried to match Wal-Mart’s prices. In the same year, Wal-Mart de Mexico earned 4.9 billion pesos.

The world’s biggest company by sales set up shop in Mexico in 1991 with a Sam’s Club warehouse in Mexico City. Its early stores were 50-50 partnerships with Mexico’s biggest retailing chain, Cifra SA.

In 1996, Wal-Mart merged its Mexican stores into Cifra and paid $1.2 billion for a 62 percent stake in the new company, which it called Wal-Mart de Mexico.

Shares of Wal-Mart de Mexico, 38 percent of which trade on the Mexico City Stock Exchange, have more than doubled since the company’s creation. Now valued at $14 billion, Walmex, as it’s known, is Mexico’s third-biggest stock, behind Telefonos de Mexico SA and America Movil SA.

Since Wal-Mart moved in, everything from Mexico’s work force to the country’s inflation rate to the efficiency of suppliers has been affected. The company makes 92 percent of its purchases, or about $8 billion a year, in Mexico. That’s equal to 1.3 percent of Mexico’s gross domestic product.

Since 2001, Walmex has added 26,000 jobs. Mexico’s unemployment rate rose to a six-year high of 4 percent in August 2003. Today, Walmex is Mexico’s largest private employer, with about 101,000 workers. That compares with 38,000 at Organizacion Soriana, its closest competitor. During the same period, rival Controladora Comercial Mexicana shed 12 percent of its employees as it acquired a smaller rival.

For some job hunters, Walmex is the only game in town. “I looked for a job for a year and a half after leaving high school, and finally, I was happy to find this,” says Jocelyn Robles, 18, who was making $1 an hour stocking shelves for the Christmas season at Walmex’s supercenter in the Buenavista neighborhood of Mexico City. She says the pay is “OK” — similar to what her friends earn.

Walmex discourages its employees from joining unions. It pays an organization to negotiate collective contracts to comply with labor laws, says Marco Antonio Torres of the Center for Labor Studies. He says Walmex keeps the contracts on hand to meet legal requirements. Walmex says it acts in line with competitors.

Walmex has helped reduce Mexico’s inflation rate, says Edgar Amador, an economist at Stone & McCarthy Research Associates in Mexico City. That’s because goods that Walmex sells, such as Lala milk and Tia Rosa tortillas, account for 42 percent of the items the central bank uses to measure prices.

“One unknown ally of the central bank’s success against inflation has been Walmex,” Amador says. “It goes all the way down the chain to the producer.” In 2002, Walmex’s demands on suppliers led Mexico’s Federal Competition Commission to investigate what it called “monopolistic practices in self-service stores.” The commission was suspicious that Walmex was using its size to force suppliers to sell at better terms than to competing stores. On March 6, 2003, it ended the probe, saying there was no evidence of monopolistic practices.