Por Matilde Pérez U., La Jornada, Julio 17, 2010
Contaminación de mantos acuíferos y suelos, pérdida de biodiversidad y degradación ambiental son los costos del modelo tecnológico productivista implantado hace cuatro décadas con la llamada revolución verde, basada en la relación recíproca entre semillas híbridas y agroquímicos para elevar, se dijo entonces, la producción de alimentos y terminar con el hambre.
En ese lapso, México pasó de ser exportador de granos –maíz, frijol y trigo, principalmente– a la dependencia alimentaria. Hoy, los resultados productivos basados en el uso intensivo de agroquímicos son cuestionados por organizaciones de productores que están en contra de la siembra de maíz transgénico. Read more