Afecta al País Plaga Liberada por EU para Reducir Cedros Asiáticos
Por Rubén Villalpando, La Jornada, Septiembre 5, 2010
Autoridades presentarán a la nación vecina análisis de daños con el propósito de recibir apoyo económico
El gobierno de Estados Unidos dispersó dos especies de escarabajos para contener la proliferación del cedro salado en Presidio, Texas; sin embargo, la especie invadió territorio mexicano, y en el municipio chihuahuense de Ojinaga hay mil 500 hectáreas agrícolas dañadas y se da por perdida la cosecha de miel del próximo octubre, denunciaron productores.
La sección mexicana de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA) informó el pasado primero de septiembre que hace meses y en forma unilateral el Departamento de Agricultura estadunidense (USDA por sus siglas en inglés), inició en las márgenes del río Bravo el proyecto de control biológico basado en liberar enjambres de escarabajos diorhabda elongata y diorhabda sublineata, que se alimentan del cedro salado.
Tal medida, indicó el organismo en un comunicado, produjo impactos colaterales en territorio mexicano, e hizo al gobierno federal plantear sus preocupaciones dada la afectación de especies como el pinabete o sabino y su repercusión sobre la actividad apícola, por lo cual se creó un grupo binacional de trabajo que determinará las medidas a aplicar ante la contingencia.
El daño no sólo abarca mil 500 hectáreas agrícolas y causó la pérdida de 10.5 toneladas de miel que los apicultores de Ojinaga producirían en octubre; la plaga también devasta el ecosistema, trastorna el equilibrio ecológico e interrumpe el ciclo de lluvias en los valles de los ríos Bravo y Conchos y las áreas de las presas El Pegüis y La Tarahumara, denunció el ex alcalde Armando Valenzuela Colomo.
Los enjambres crecen sin control dado el clima de Ojinaga. Los agricultores no saben cómo detenerlos, y en esos lugares ya pueden verse los escarabajos en su actividad exterminadora; mientras en la zona urbana también hay mortandad de aves silvestres y de corral que los consumen, y se prevé que la plaga llegue muy pronto a otras ciudades que cruza el río Conchos…
Según Valenzuela Colomo, los responsables del proyecto reconocen que los insectos dañan más flora de la que se pretendía eliminar, y la situación ya fue confirmada por vecinos y ejidatarios de la frontera de Chihuahua, especialmente de colonias asentadas en las márgenes del río Bravo, muchos de los cuales vieron un avión estadunidense arrojar cajas y cajas de escarabajos en semanas previas, refirió el también dirigente agrícola.
Las autoridades estadunidenses pretendían controlar el cedro salado o tamarix, especie inva-sora de origen asiático, gran consumidora de agua y de escaso valor ecológico-económico, porque desplaza al álamo y al sauce nativos de la región del Conchos; además de proliferar a lo largo de las márgenes del Bravo, incluida la región de Ojinaga- Presidio.
“No obstante, los escarabajos –voraces depredadores– no sólo arrasan con esa especie asiática sino con otras similares como los sabinos, que constituyen el nutriente indispensable de las abejas y son árboles muy usados en zonas no abiertas al cultivo, además de formar parte del ecosistema regional, servir de forraje, dar sombra y aportar leña, sin que haya planta alguna que los reemplace de inmediato”, explicó Valenzuela Colomo.
Además de la reunión de la CILA, realizada el 31 de agosto en Ciudad Juárez, el pasado viernes en el salón de cabildos del ayuntamiento de Ojinaga se realizó otra junta binacional, donde las autoridades mexicanas acordaron presentar a las estadunidenses una evaluación de daños con el propósito de recibir apoyo económico inmediato, tras discutirse la propagación de los escarabajos, el problema forestal añadido y el riesgo de que haya una plaga descontrolada.
A la reunión encabezada por el presidente municipal César Carrasco asistieron Luis Rascón, de la CILA; Elías Calderón, de la Comisión Nacional de Agua; Carlos Castillo, de la Secreta- ría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Semarnat), y Ramón Quintanilla, subgerente de Conservación y Restauración de la Comisión Nacional Forestal, entre otros.
En este encuentro, el delegado de la Semarnat, José Ignacio Legarreta, reconoció que Estados Unidos pidió su opinión al gobierno mexicano antes de dispersar los escarabajos y en respuesta se les requirió un estudio de impacto ambiental, pero no precisó si fue presentado.