Sustitución de cultivos transgénicos y responsabilidad científica

Por Red Universitaria de Ambiente y Salud, 27 de julio de 2013

No hagas casos a los técnicos, hazle casos a las plantas. La solución está en el medio y no en la especie

Sustituir los transgénicos es más fácil que lo que muchos creen, hay alternativas más eficientes con el empleo de semillas criollas capaces de lograr cosechas con altos rendimientos y sin necesidad de utilizar agrovenenos. Pero para resolver este problema debemos ser capaces de desaprender… Nos dicen Samuel Scarpato Mejuto y Antonio Ibarra Zavarce, dos encumbrados académicos y investigadores de la Universidad Centrooccidental Lisandro Alvarado (UCLA) de Venezuela.

PREMISA 1: ESTAMOS ENFOCANDO MAL EL PROBLEMA, POR TANTO ESTAMOS CANALIZANDO MAL LA SOLUCIÓN. Combatir los transgénicos es bueno, pero dejar de investigar en el desarrollo de tecnologías más eficientes no lo es. La humanidad pisa los ocho mil millones de individuos. Dejar de alimentar a la población es una monstruosidad, pero producir alimentos que atenten contra la salud, es aún peor. Entonces, no sólo se trata de escoger entre producir mucho o producir sano, obligatoriamente hay que conciliar. Los cultivos deben ser sanos y cuantiosos.

PREMISA 2: LAMARCK TENÍA RAZÓN, DARWIN TAL VEZ NO. La academia sigue a ciegas por más de siglo y medio a un viajero, explorador y observador que nos dejó importantes anotaciones. Obviamente el medio condiciona la especie y la más apta sobrevive y evoluciona a partir de un antepasado común, en eso tal vez tenía razón Charles Darwin (Inglaterra, 1809-1882). Pero, si el medio condiciona la especie, ¿por qué la biotecnología insiste en cambiar la especie en vez de acondicionar el medio?, ¿por qué una especie no puede retornar a lo que era en esencia a partir del condicionamiento del medio? Convirtieron las observaciones de Darwin en textos religiosos, asumieron literalmente sus postulados, no vieron detrás de ellos. Por el contrario, en el siglo anterior, Jean Baptiste Pierre Antoine de Monet de Lamarck, mejor conocido sólo como Lamarck (Francia, 1744-1829), hace importantes descripciones también “evolucionistas”, pero con más atención entre los “hechos” y las “relaciones”, con lo cual sentó las bases para estimar el efecto determinante del medio en la evolución, pero no tanto en la “competencia”. La relación con el medio, condicionaría más la evolución, que la competencia entre las especies. Nota contextual:

Los tiempos de la “Revolución Inglesa” (donde años luego nació Darwin), plantearon diversas discusiones, especialmente el liberalismo económico que dio enorme impulso a la “Revolución Industrial” y a la explotación inmisericorde de los recursos naturales y de la dignidad humana. No se cuestionaba la explotación humana, tampoco la explotación del medio, para así apuntalar el “progreso” de las naciones. Por su parte, la “Revolución Francesa” (el contexto donde ya Lamarck era adulto), se planteaba otra situación, más referida a la libertad política y de pensamiento, donde lo humano contaba un poco más. Las ideas, menos pragmáticas, impulsaron los más universales gritos de libertad y de lo que hoy llamamos derechos humanos.

PREMISA 3: LA SOLUCIÓN ESTÁ EN EL MEDIO, NO EN LA ESPECIE. Si acordamos este postulado y adicionalmente lo hemos comprobamos en campo, entonces pasemos a explicar el grano del asunto. La “ciencia” agronómica en las últimas décadas ha dedicado enormes esfuerzos por concentrarse en la planta, más no en el medio (aun cuando éste se estudia en muchos casos correctamente pero sin la adecuada relación científica). Usualmente se presta más atención a la “variedad” que tal vez sea más “adaptable” a determinado micro clima y que a su vez sea más “resistente” a ciertas plagas presentes, en vez de preguntarnos ¿por qué suceden estas cosas? (me refiero a una variedad “inadaptada”). Así, se han dedicado miles de millones de dólares en enredar las cosas, envenenar los suelos y en hacer desaparecer lo más rico que existe en el planeta: la biodiversidad.

PREMISA 4: EL GENOMA DE LAS PLANTAS ES MÁS COMPLEJO QUE EL GENOMA HUMANO, POR TANTO INCOMPRENDIDO. Apenas se ha dedicado algo de atención a tratar de comprender el genoma humano, y aún no se llega al fondo del asunto. El genoma de las plantas es más extenso, más complejo y menos estudiado, comprendemos menos cómo funcionan los “switches hormonales” en las plantas, a las que se ha querido tratar como torpes y esclavas útiles de nuestros designios. El espacio infinito y el fondo de los océanos se ha estudiado más que el genoma de las plantas, y son las que sostienen la vida en el planeta, lo cual es una tremenda ironía! Se han hecho experimentos monstruosos con el genoma de las plantas, sin comprender su verdadera relación con el medio. Se ha jugado con la manipulación genética antes de “jugar” con la mencionada relación.