¿Por qué las dietas no funcionan?

Por Meritxell Solé Estiu

Hoy en día podemos encontrar gran variedad de dietas: la dieta Atkins, la dieta Paleo, la dieta macrobiótica, la dieta de la alcachofa, la dieta baja en grasas, la dieta detox y muchísimas más. Cuanto más extrema es la dieta, más copias de su programa o de su libro vende su autor.

Sin embargo, los libros de dietas más vendidos a menudo nos ofrecen información contradictoria (las dietas veganas evitan la carne por completo mientras que la fuente principal de proteína de la dieta paleo es precisamente la carne, por ejemplo); y esto hace que nos sintamos confundidos y sin saber qué teoría dietética adoptar.

Sabemos que lo que comemos lo puede cambiar todo: determina nuestro estado de salud y bienestar, energía y vitalidad, estado de ánimo, etc. Quizás tú también has experimentado con algunas de estas dietas para perder peso. Te has esforzado por seguirla estrictamente, has conseguido bajar de peso pero no has podido mantenerlo y, con el tiempo, has ganado todo peso que perdiste – o incluso subiste por encima de tu peso inicial – con el efecto rebote. ¿Fue este tu caso? ¿Piensas que fue tu culpa por no tener mayor fuerza de voluntad y seguir con las estrictas normas de la dieta? Pues déjame decirte que no, no fue tu culpa que ganaras todo el peso de vuelta.

Efectivamente, no eres el único a quién le pasó eso. La mayoría de personas que hacen dieta, aunque puedan sostener estas restricciones alimentarias por un tiempo, a largo plazo empiezan a experimentar efectos negativos, como por ejemplo:

  • Sentirse frustrado, confundido y culpable cuando no sigues estrictamente las “normas” de la dieta.
  • 95% de las personas que hacen dieta ganan de nuevo el peso que perdieron, incluso un poco más.
  • Cuando tu cuerpo espera menos alimentos, el horno interno de tu digestión se ralentiza para conservar la energía y se aferra a la grasa para mantener el cuerpo cálido y funcional.
  • Entras en el círculo vicioso de comilona-dieta: nuestra fuerza de voluntad es limitada, cuando nos imponemos una dieta demasiado restrictiva hay muchas probabilidades de caer en un círculo donde comemos de forma compulsiva y luego tenemos remordimientos.

Primero de todo, una dieta supone un régimen restrictivo dónde nos privamos del placer sensorial, y a causa de esto producimos menos serotonina, una sustancia química que produce nuestro cerebro y que es esencial para nuestra felicidad y la función metabólica.

Todos nosotros somos seres bio individuales, y tenemos diferentes características y necesidades. Sin embargo, hay una necesidad de estandarización o de clasificarnos a todos bajo una de estas teorías dietéticas, sin tener en cuenta que la comida que alimenta y nutre a una persona puede ser veneno para otra persona y viceversa. De hecho, si intentamos forzarnos a comer unos determinados alimentos solamente porque una dieta lo dice en vez de averiguar lo que nuestro cuerpo necesita específicamente, podemos llegar hasta a enfermarnos.

Es importante mirar hacia nuestro interior y entender qué alimentos nos atraen y porqué. Hay factores como la edad, el género, el estilo de vida o la cultura de la persona que tienen mucha influencia sobre lo que comemos. Por ejemplo, un hombre mexicano de 20 años que hace deporte a diario no va a comer lo mismo que una mujer de 50 años de Japón que pasa la mayor parte de su tiempo trabajando sentada frente a la computadora.

Se trata de encontrar una dieta que te gusta: en vez de comer ciertos alimentos porque una dieta famosa así lo dice, se trata de buscar alimentos que te gustan que a la vez son buenos para tu salud. Todos podemos seguir una dieta muy estrictamente por 2 semanas, pero ¿podemos sustentar estos hábitos alimentarios para toda la vida? La respuesta es no.

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¿Y entonces cuál es la alternativa a una dieta aburrida y restrictiva?

La solución es comer de forma consciente y usar la propia intuición para así poder estabilizar tu metabolismo y mantenerte en tu peso ideal sin demasiado esfuerzo ni sufrimiento.

  1. Experimenta con diferentes estilos de alimentación y date 2 semanas para ver si realmente te sientes bien.
  • Observa cómo te sientes
  • Bioindividualidad: lo que funciona para ti puede que no funcione para otros y viceversa, de la misma manera que lo que funciona para ti ahora puede no funcionar en el futuro.
  • Identifica los alimentos que te hacen sentir bien (enfatizarlos) y los que no funcionan bien para ti (redúcelos o elimínalos)
  1. ¡Hazlo simple! La mayoría de las personas solamente necesitan seguir unos principios básicos para obtener grandes resultados:
  • Tomar más agua
  • Comer más frutas y verduras
  • Comer menos carne
  • Incorporar grasas saludables (aguacate, nueces, aceite de oliva, aceite de coco…)
  • Reducir o eliminar el azúcar
  • Reducir o eliminar la comida procesada, con químicos y aditivos
  • Aprende a cocinar: cocinando en casa te aseguras de la calidad de los ingredientes que usas, tienes más control sobre las porciones y reduces el contenido de sodio, grasa y calorías.
  • Incorporar 30 minutos de ejercicio diarios

¿Quieres conocer más tips saludables y saber cómo diseñar una dieta que te permita llegar y mantener tu peso ideal, sin esfuerzo y con alimentos que te gustan? Ven al taller “Porqué las dietas no funcionan” el próximo 29 de junio a las 4pm en Vía Orgánica (Marganito Ledesma #2, colonia Guadalupe, San Miguel de Allende).