¿Por qué el alto consumo de sal por sí solo no aumentará su riesgo de enfermedades cardíacas?

Por otra parte, la sal procesada (sal de mesa) contiene un 97.5 por ciento de cloruro de sodio y el resto son sustancias químicas hechas por el hombre, como los absorbentes de humedad y los agentes de flujo. Estas son sustancias químicas peligrosas como el ferrocianuro y aluminosilicato. También se le agrega una pequeña cantidad de yodo.

Algunos países europeos, en donde no se práctica la fluoración del agua, también añaden fluoruro a su sal.3 En Francia, por ejemplo, el 35 por ciento de la sal de mesa vendida contiene tanto fluoruro de sodio como fluoruro de potasio y el uso de sal fluorada es muy común en América del Sur.

Además de estas diferencias básicas en el contenido nutricional, el proceso- que implica el secado de la sal a más de 1,200 grados Fahrenheit- también altera radicalmente la estructura química de la sal. Así que, aunque definitivamente usted necesita sal para lograr tener una salud óptima, es importante considerar el tipo de sal. Lo que su cuerpo necesita es sal natural, sin procesar y sin aditivos químicos.

¿La sal realmente causa enfermedades cardíacas?

El consumo excesivo de la sal de mesa procesada y comercial puede causar retención de fluidos, presión arterial alta, hinchazón de las extremidades y dificultad para respirar. A largo plazo, se cree que contribuye con la presión arterial alta, las enfermedades del riñón y del corazón, ataques cardíacos e insuficiencia cardíaca.

Sin embargo, evidencia convincente sugiere que mientras que la sal procesada en realidad puede causar retención de fluidos y otros problemas de salud, numerosos estudios han refutado la relación entre la sal y las enfermedades cardíacas.

Por ejemplo, un meta-análisis de siete estudios realizado en el 2011 que involucró a más de 6,000 personas NO encontró evidencia de que disminuir el consumo de sal redujera el riesgo de ataque cardíaco, derrame cerebral o muerte.4 De hecho, la restricción de sal en realidad aumenta el riesgo de muerte en las personas con insuficiencia cardíaca.

Del mismo modo, la investigación publicada en el Journal of the American Medical Association reveló ese mismo año que mientras menos sodio se excreta de la orina (un marcador del consumo de sal), mayor es el riesgo de morir a causa de enfermedades cardíacas.5 El estudio siguió a 3,681 europeos sanos de mediana edad durante ocho años. Los participantes fueron divididos en tres grupos: consumo bajo en sal, moderado y rico en sal. Los investigadores estudiaron las tasas de mortalidad de los tres grupos, con los siguientes resultados:

    Grupo bajo en sal: 50 personas murieron Grupo sal moderada: 24 personas murieron Grupo rico en sal: 10 personas murieron

El riesgo de enfermedades cardíacas fue un 56 por ciento más alto en el grupo bajo en sal que en el grupo que consumió más sal. Algunos estudios han demostrado un modesto beneficio de la restricción de sal entre algunas personas con presión arterial alta, pero la evidencia no aplica al resto de la población. Entonces, ¿qué está sucediendo realmente? Bien, hay al menos tres factores que deben ser tomados en consideración.

    Un ingrediente que contribuye con la presión arterial alta y las enfermedades cardíacas en todos los ámbitos es la fructosa y dado gran parte del consumo de sal proviene de los alimentos procesados, es fácil ver cómo las líneas de causalidad pueden ser algo confusas. Prácticamente todos los alimentos procesados son ricos tanto en sodio como en fructosa, particularmente los alimentos procesados vendidos en los Estados Unidos. Otro factor es que existen una gran diferencia entre la sal natural y la sal procesada contenida en los alimentos procesados y en los saleros de la mayoría de las casas y restaurantes. La sal natural es esencial para una buena salud, mientras que la sal procesada es mejor evitarla por completo. Un tercer factor puede tener un impacto significativo en el hecho de que si la sal le causará daño o reforzará su salud, es la relación entre la sal y el potasio en su alimentación.

Dicho esto, está claro que muchos están consumiendo mucha sal de mesa procesada y no las cantidades suficientes de sal natural. Esto comienza desde muy temprana edad. De acuerdo con el artículo presentado, cerca del 75 por ciento de las comidas y bocadillos procesados para niños contienen 210 mg de sodio por porción o más. Algunos alimentos para niños contienen hasta unos 630 mg por porción, que equivale al 40 por ciento del límite diario recomendado para los adultos por la Asociación Americana del Corazón. El investigador principal, Dariush Mozaffarian, MD, MPH le dijo a MedPageToday:6