Palabras de la Comandancia General del EZLN, en voz del Subcomandante Insurgente Moisés, al terminar el acto con la caravana de familiares de desaparecidos y estudiantes de Ayotzinapa, en el caracol de Oventik, el día 15 de noviembre del 2014

Busquen al Nahua y verán que su palabra es acogida.

Busquen al Ñahtó y el espejo será mutuo.

Busquen a quienes levantaron estas tierras y con su sangre parieron esta Nación desde antes de que “México” la llamaran, y sabrán que abajo la palabra es puente que cruza sin temor.

Por eso tiene fuerza su palabra de ustedes.

En su palabra de ustedes se han visto reflejados millones.

Muchos lo dicen, aunque la mayoría lo calla pero hace suyo su reclamo y en sus adentros repite sus palabras.

Se identifican con ustedes, con su dolor y con su rabia.

Sabemos nosotros que muchos les piden, que les exigen, que les demandan, que los quieren llevar hacia un destino o hacia otro, que los quieren usar, que los quieren mandar.

Sabemos que es mucho el ruido que les avientan.

Nosotros no queremos ser un ruido más.

Nosotros sólo queremos decirles que no dejen caer su palabra.

No la dejen caer.

No la desmayen,

Háganla crecer para que se levante por encima del ruido y la mentira.

No la abandonen porque en ella anda no sólo la memoria de sus muertos y desaparecidos, también camina la rabia de quienes abajo son ahora para que los de arriba sean.

Hermanas y hermanos:

Nosotros pensamos que tal vez ya saben que puede ser que se queden solos y que estén preparados.

Que puede ser que quienes ahora se amontonan encima de ustedes para usarlos en beneficio propio, los abandonen y corran a otro lado a buscar otra moda, otro movimiento, otra movilización.

Nosotros les platicamos a ustedes de lo que sabemos porque es ya parte de nuestra historia.

Hagan de cuenta que son 100 los que ahora los acompañan en sus demandas.

De esos 100, 50 los cambiarán por la moda que esté a la vuelta del calendario.

De los 50 que queden, 30 comprarán el olvido que ya ahora se oferta en pagos en abonos y se dirá de ustedes que ya no existen, que no hicieron nada, que fueron una farsa para distraer de otras cosas, que fueron un invento del gobierno para que tal partido o tal personaje político no avanzara.

De los 20 que queden, 19 se correrán despavoridos al primer vidrio roto porque las víctimas de Ayotzinapa, de Sonora, de Coahuila, de cualquier geografía, se quedan en los medios de comunicación sólo un momento y pueden elegir no ver, no escuchar, no leer, dándole vuelta a la página, cambiando de canal o de estación, pero un vidrio roto es, en cambio, una profecía.

Y entonces, de los 100 verán que sólo queda uno, una, unoa.

Pero esa una o uno o unoa, se ha descubierto en las palabras de ustedes; ha abierto su corazón, como decimos nosotros, y en ese corazón se han sembrado el dolor y la rabia de su indignación.

No sólo por sus muertos y desaparecidos, también por ese uno, esa una, eso unoa de entre cien, tienen que seguir adelante.

Porque esa una o uno o unoa, al igual que ustedes, no se rinde, no se vende, no claudica.

Como una parte de ese uno por ciento, acaso la más pequeña, estamos y estaremos las zapatistas, los zapatistas.

Pero no sólo.

Hay muchas, muchos, muchoas más.

Porque resulta que los pocos son pocos hasta que se encuentran y descubren en otros.

Entonces pasará algo terrible y maravilloso.

Y los que se pensaron pocos y solos, descubrirán que somos los mayoritarios en todos los sentidos.

Y que son los de arriba los que son pocos en verdad.

Y entonces habrá que vueltear el mundo porque no es justo que los pocos dominen a los muchos, a las muchas.

Porque no es justo que haya dominadores y dominados.

Hermanas y hermanos:

Todo esto decimos nosotros, según nuestros pensamientos que son nuestras historias.

Ustedes, en sus propias historias, escucharán muchos pensamientos más, así como ahora nos dan el honor de escuchar los nuestros.

Y ustedes tienen la sabiduría para tomar lo que vean bueno y desechar lo que vean malo de esos pensamientos.

Nosotros, nosotras como zapatistas pensamos que los cambios que realmente importan, los que son profundos, los que hacen otras historias, son los que empiezan con los pocos y no con los muchos.

Pero sabemos que ustedes saben que aunque pase de moda Ayotzinapa, que aunque fallen los grandes planes, las estrategias y las tácticas, que aunque se pasen las coyunturas y otros intereses y fuerzas se pongan de moda, que aunque se vayan los que hoy se aglomeran sobre ustedes como animales de carroña que medran sobre el dolor ajeno; aunque todo eso pase, ustedes y nosotros sabemos que hay en todos los rincones un dolor como el nuestro, una rabia como la nuestra, y un empeño como el nuestro.