Ocho alimentos que jamás debería comer !!!

Por Dr. Mercola, mayo de 2011

La mayoría de los cultivos de soya, maíz, algodón y canola en los Estados Unidos son genéticamente modificados. Algunos expertos argumentan que estos cultivos podrían representar graves riesgos a la salud y al medio ambiente, sin embargo en la actualidad el panorama científico está incompleto- de forma deliberada. Las compañías agrícolas como Monsanto y Syngenta han prohibido las investigaciones independientes en los cultivos. Se han negado a proporcionarle a los científicos independientes semillas, o bien han puesto restricciones que limitan bastante la investigación. Esto es legal porque bajo la ley de los Estados Unidos, los cultivos genéticamente modificados son patentables.

Los Angeles Times reporta:

“Las compañías agrícolas defienden su postura diciendo que el hecho de no restringir las investigaciones podría hacerlos vulnerables a demandas si de alguna manera algún experimento provoca daño o porque podría hacer que la competencia tuviera mucha información sobre sus productos. Pero es probable que las compañías también le teman a otra cosa: Un experimento podría revelar que los productos genéticamente modificados o transgénicos son peligrosos o bien no cumplen lo que prometen.”

Es probable que usted ya se encuentre comiendo alimentos genéticamente modificados, incluso si no es su intención. El maíz y la soya son dos de los ingredientes de alimentos más comunes, en especial de los alimentos procesados y en la actualidad más del 90 por ciento de los cultivos de maíz y soya que se producen en los Estados Unidos son con semillas GM.

Las compañías de alimentos orgánicos y los grupos de consumidores están duplicando sus esfuerzos para lograr que el gobierno ejerza mayor presión sobre los alimentos transgénicos. Las críticos de la política actual argumentan que los cultivos genéticamente modificadas (GM) por lo general contaminan los cultivos que no son genéticamente modificados que se encuentran cerca.

La ABC News reporta:

“El gobierno de los Estados Unidos insiste que no existe gran diferencia entre los cultivos genéticamente modificados y los cultivos naturales como para que sean motivo de preocupación. Sin embargo el secretario de agricultura, Tom Vilsack, ha hecho más que sus predecesores de las administraciones anteriores, él ha reconocido el debate sobre el tema, así como al grupo de consumidores que cada vez es más grande que se encuentra preocupado por lo que están comiendo.”

George Siemon, Jefe ejecutivo de Organic Valley, la cooperativa de agricultura orgánica más grande en el país, que tuvo más de $600 millones de ventas el año pasado, lo resumió en el artículo publicado por la ABC News:

“Hay una creciente conciencia sobre el hecho de que los sistemas (suministros de alimentos) nos toman como conejillos de indias de todo tipo.”

No lo pudo haber dicho mejor, porque esa declaración se reduce a una verdad única y fundamental sobre los sistemas de alimentos (no orgánicos) actuales de los Estados Unidos. Usted y su familia han sido tratados como conejillos de indias con los ingredientes de los alimentos que jamás han sido sometidos a pruebas de seguridad a largo plazo.

Y de acuerdo con el artículo publicado por el LA Times, existe una razón por la que estos cultivos GM no han recibido pruebas de seguridad. Las compañías que producen las semillas no permitirán que los científicos independientes las analicen o en el caso de que lo permitan será únicamente para que realicen estudios que no están relacionados con la seguridad del producto.

La biotecnología se esconde detrás de las leyes de patentes para evitar los estudios de seguridad independientes

Las compañías como Monsanto y Syngenta simplemente no permitirán que los investigadores independientes tengan acceso a sus semillas patentadas, respaldando sus acciones en la protección legal que tienen gracias a las leyes de patentes. En otras palabras, si las semillas genéticamente modificadas tienen algo malo que pudiera causarle alguna enfermedad al consumidor, Monsanto y Syngenta simplemente prefieren que usted no lo sepa.

¿Por qué?

Porque usted podría demandarlos por poner su salud en peligro. O los agricultores que utilizan sus semillas podrían demandarlos porque las afirmaciones que hacen acerca de que sus productos aumentan el rendimiento de los cultivos no es más que un mito. De hecho, demandas de este tipo han comenzado a aparecer en la corte.

¿Esto no le recuerda a un debate de salud pública que se llevo a cabo durante décadas sobre otra industria multi-billonaria, la industria cigarrera? Durante décadas las compañías que producen este producto que causa cáncer negaban que causara algún daño, negaban que la nicotina fuera adictiva e incluso había comerciales en donde aparecían doctores que afirmaban que los cigarros eran buenos para la tos.